Arquitectura urbana sostenible, arquitectura consiente

Jose Luis Ordóñez Jiménez

Periodista

Una de las tendencias ambientales que ha tomado mayor fuerza, durante los últimos años, es la construcción sostenible, también conocida como Ecotectura, una iniciativa arquitectónica dirigida al mejoramiento ambiental del planeta, que promueve el diseño y el levantamiento de obras a partir del uso responsable de los recurso y con bajos consumos energéticos 

La preocupación por el aumento en el uso de combustibles fósiles, la intensa actividad industrial en todo el mundo, y la preocupante escases de recursos naturales, como el agua, son factores que han despertado, recientemente, una activa conciencia de protección sobre el medio ambiente, con iniciativas –en diferentes sectores de la sociedad– como el uso de combustibles limpios, el uso de automóviles eléctricos y el reciclaje, entre otras.

Específicamente, en el ámbito de la construcción, han aparecido nombres como Eco-arquitectura; Arquitectura sustentable, sostenible o ecológica, Arquitectura verde y uno de los más recientes, Ecotectura; y si bien, son diversos los apelativos con lo que se conocen a estas nuevas tendencias ambientales, todas van dirigidas a un mismo punto: el desarrollo de diseños arquitectónicos sostenibles.

El objetivo principal de la Ecotectura es minimizar los impactos ambientales negativos, mediante la optimización en el uso de los recursos naturales para promover, en los procesos de construcción, la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la conservación del agua.

Esta tendencia ambiental nace en la década de los setenta, con la aparición de la crisis energética mundial, originada cuando la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (OPEP), incluidos Egipto, Siria y Túnez –que, para entonces, controlaban aproximadamente el 43 % de la producción mundial de petróleo y el 75 % de las reservas–, decidió no exportar dicho combustible a Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental.

Dicha situación provocó un fuerte efecto inflacionista y la reducción de la actividad económica de los países afectados, debido al aumento en el precio del petróleo que pasó, de US$3 a US$39 el barril. La crisis del petróleo de 1973 permitió que el mundo advirtiera como el desarrollo industrial y económico del planeta se había realizado sobre la base de ese hidrocarburo.

Se dio, entonces, la hora de pensar en el uso de nuevos combustibles que permitieran el desarrollo sin depender del petróleo, en nuevas formas de desarrollo sostenible enfocadas al uso de fuentes de energía alternas, como los paneles de energía solar, las fotoceldas, la energía eólica y la producción de energía por medio de biomasa; todas, y cada una, fueron aplicadas, también, en la arquitectura sostenible o Ecotectura.

Hoy, el nuevo escenario de sostenibilidad ofrece la oportunidad de fabricar construcciones ecológicas y eficientes con recursos naturales renovables, en un medio ambiente sano y cómodo, en donde los arquitectos y los diseñadores juegan un papel importante puesto que han combinado sus diseños arquitectónicos con los factores ambientales que le rodea.

Así, y a través de la Ecotectura, han creado estructuras funcionales que contribuyen a un estilo de vida y una cultura sostenible, que permita a las personas alejarse de las preocupaciones de los detalles exteriores, para empezar a concientizarse por el ahorro de energía al interior de las construcciones.

«La arquitectura sostenible es el diseño que mejora la calidad de vida de hoy, sin disminuir la de la próxima generación». Robert Berkebile1 

Fundamentos de la ecotectura

Uno de los sectores que más consume energía, en el mundo, es el de la construcción con un 41 %, y no solamente en el proceso de materializar los proyectos, sino después de terminadas las obras, dado que, para el funcionamiento de los electrodomésticos, la iluminación y los ascensores, entre otros, requieren altos consumos de energía.

Por ello, los arquitectos e ingenieros simpatizantes del tema eco, para levantar construcciones sostenibles de largo plazo, y que demanden menores consumos energéticos en su construcción y funcionamiento, siguen ciertos parámetros.

  • Examinan la concepción arquitectónica del edificio, puesto que la orientación o posición del proyecto –con respecto al sol o a fenómenos naturales (el viento)– determina otros aspectos clave como la cantidad de horas de luz solar con las que puede contar la estructura al día.

Para ello, los arquitectos ubican el norte del lote para determinar el lugar por donde sale y se oculta el sol, de forma que se aproveche completamente la incidencia de luz y calor en favor de la estructura. Por ejemplo, Bogotá, que se encuentra a 4° del Ecuador, tiene más horas de luz solar hacia el sur, por lo que una fachada dirigida hacia esa dirección, tendrá mayor incidencia de sol.

El buen manejo del concepto de orientación, pueden reducir los costos de funcionamiento energético puesto que la existencia de luz natural ayuda a minimizar el impacto ambiental, el uso de energía eléctrica, los gastos económicos asociados a ella, de esta manera, y acerca la estructura al concepto de ecotectura.

Para el director del Grupo de Investigación de Ecosistemas Antrópicos de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana, el arquitecto Gabriel Enrique Leal, en Colombia, el factor de incidencia solar sobre la estructura debería ser materia de mayor revisión y aplicación a fin de lograr una respuesta positiva, por parte de los arquitectos, en cuanto al tema del ahorro energético.

“Nosotros tenemos la suerte de vivir en un país tropical, tenemos una ciudad con un promedio de nueve horas de luz de sol al día, y diseñamos oficinas que deben tener las luces encendidas a las 10:00 de la mañana. Diseñamos edificios que necesitan de aire acondicionado, cuando la temperatura de Bogotá  está, en promedio, en 14º C. Todo se deriva, principalmente, de no tener en cuenta el factor de la ubicación de la estructura al momento de su concepción”, resalta Leal.

  • Otro aspecto que tienen en cuenta, en las estructuras sostenibles, es el diseño de las cubiertas puesto que la mayor pérdida de calor que reporta una construcción se da por los techos.

Así, señalan los expertos, en una construcción sostenible, el diseño de las cubiertas –sean inclinadas o planas– debe estar directamente relacionado con la respuesta a la incidencia del sol para que no se genere pérdida de calor; lo que evita el uso de sistemas de calefacción.

Una de las tendencias que más se utiliza en cubiertas funcionales en la ecotectura, es el techo verde, funcional porque evita la pérdida de calor en las construcciones dado que ayudar a captar el monóxido de carbono, gracias a la tierra utilizada como base y que actúa como aislante. El aislamiento mantiene una temperatura constante al interior de la construcción, ya que el calor queda atrapado en el techo.

  • En la ecotectura también está presente la ventilación, factor importante porque asegura la calidad del aire al interior de las edificaciones y ayuda a la compensación de la temperatura en las estructuras. Una adecuada ventilación y una corriente de aire continua, significa la eliminación de componentes contaminantes como polvo, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles, entre otros, los cuales se producen de forma habitual durante el uso normal de las construcciones.

Por esta razón, los constructores disponen para generar flujos constantes en sus edificaciones, aberturas de admisión de aíre, que deben estar comunicadas directamente con el exterior; y aberturas de extracción de aire que pueden estar conectadas a conductos de extracción de aire.

Se ha comprobado que ventilación adecuada puede, además, generar ahorros energéticos de entre el 10 y el 30 % en concepto de refrigeración, pero, para ello, ciertas condiciones deben cumplirse:

– El edificio debe estar situado de modo que tenga el menor contacto con vientos permanentes no deseados.

– Para aprovechar la topografía del terreno, los edificios deben ser levantados en la mitad de la pendiente de una montaña o cerro; o cerca de la costa, con el eje longitudinal paralelo a la misma, para aprovechar las brisas marinas en el caso de estar cerca del mar.

– Cada habitación debe tener aberturas que permitan la circulación de aire entre habitaciones.

– La disposición de los patios interiores, que actúan como acumuladores de aire frío y permiten que se produzca una circulación de aire y una adecuada ventilación al interior de la estructura 2.

  • Otro de los fundamentos de la ecotectura es el consumo de agua de manera racional y la maximización en la reutilización de dicho recurso.

Para ello, las estructuras arquitectónicas sostenibles deben promover el uso de sistemas sanitarios eficientes los cuales, en comparación con los convencionales, aseguren ahorros de, al menos, un 78 %. El uso de agua gris proveniente de la recuperación del agua lluvia, la cual es recolectada por medio de tanques y sistemas de canalización y que puede ser utilizada para baños, o para el riego de jardines, es también una de las estrategias.

Gracias a la aplicación adecuada de los fundamentos de la ecotectura, hoy el ramo de la arquitectura puede exhibir estructuras que además de ser amigables con el medio ambiente, estéticamente impactantes, son motivadoras de la conciencia ecológica. De hecho, países como Alemania y España han creado iniciativas a mediano y largo plazo, con las que pretenden generar una mayor conciencia entre sus habitantes y ser ejemplo de modelos urbanos sostenibles ante el mundo. (Véase el cuadro Iniciativas internacionales para el desarrollo de la arquitectura sostenible).

La madera y la ecotectura

El papel que juega la madera en la nueva tendencia de arquitectura sustentable es de gran importancia, aunque que la falta de conocimiento pueda llevar a pensar que las construcciones arquitectónicas verdes, no deberían incluir madera. En este punto es necesario indicar que la madera utilizada en construcciones arquitectónicas sostenibles procede, siempre, de bosques cultivados con fines industriales, y no de bosques naturales.

En este sentido, los bosques industriales están vigilados para ser protegidos y que se haga un manejo sostenible de ellos; de hecho, diferentes entidades emiten certificados de manejo forestal para las plantaciones que lo solicitan, lo cual garantiza la sostenibilidad de dichos bosques, no afectar las plantaciones naturales y estar de acuerdo con los principios establecidos por la ecotectura.

La certificación permite, a las empresas consumidoras de la madera, comprobar que los productos maderables que adquieren tiene un origen controlado, que han sido extraídos legalmente, que es madera proveniente de bosques con alto valor, y extraída de bosques que están siendo convertidos a plantaciones o de usos no forestales 3.

De otro lado –en el sentido de sus características como material natural aportante a la arquitectura– la madera ofrece ciertas ventajas que la hacen única.

Por ejemplo, están sus propiedades ignífugas sobre las que el arquitecto Gabriel Enrique Leal, señala, “una cubierta de madera es mucho más segura que una en acero. En caso de incendio, una viga de acero, por acción del calor, luego de ocho minutos se dobla y colapsa, mientras que una cubierta hecha en madera tiene una resistencia de 15 minutos antes de colapsar”.

En este mismo sentido, la madera ofrece una baja conductividad térmica pues una vez comenzado el incendio, se quema únicamente en la superficie, lo que genera una capa carbonizada aislante, que protege las capas internas, para mantenerlas a una temperatura menor y, de esta manera, conservar sus propiedades mecánicas. De hecho, para que una viga de madera arda en medio de un incendio, debe estar directamente expuesta a una llama que alcance los 400ºC; de lo contrario, no arderá gracias a que la humedad contenida en su interior disminuye gradualmente y ayuda a retardar su combustión.

Otra de las cualidades que presenta la madera para construcción es su calidez, superior a la de otros materiales, y que permite que la temperatura exterior de las casas y edificios construidos con ella, no penetre al interior, y que la existente dentro de la construcción, no se pierda.

“Los chalés suizos están diseñados –por acción de los muros y cubiertas construidos en madera– para que todo el calor de su interior no salga. Muros y cubiertas tienen pendientes no muy elevadas que hacen que la nieve se quede, pero a medida que se va derritiendo, fluya”, resalta el arquitecto Leal.

A nivel, estético, la madera tiene un carácter altamente decorativo; en materia funcional, es resistente al desgaste y a diferentes factores climáticos, por lo que ofrecen un amplio abanico de prestaciones que la hace apta para diversos usos en interiores y fachadas; y en el campo ambiental deja una importante huella de carbono que produce al traer maderas –de pino, eucalipto, sapán o cedro entre otras– de lugares alejados del terreno de la construcción.

La huella de carbono sirve para medir el impacto de la emisión de dióxido de carbono (CO2) que se libera a la atmósfera, como resultado de actividades para la producción y comercialización de un producto. Dicha huella se encuentra presente en todas las actividades del ciclo de vida de un producto, desde su adquisición hasta su gestión como residuo, por lo que se puede establecer qué productos son más sanos y menos contaminantes.

“Si en un kilómetro recorrido en automóvil se produce 0,18 kg de monóxido de carbono y se traer madera desde 300 kilómetros de distancia, cuando lo puede conseguir a 10 kilómetros, obviamente el aporte de CO2 al traer un material de un lugar muy alejado es mucho más alto que el aportado con una menor distancia”, expone Leal.

De esta manera, resalta el experto, “si para el diseño de una estructura se emplean vigas de madera importadas de otros países, se debe procurar que la huella de carbono sea baja para que la madera utilizada sea sostenible. Una de las mejores maderas para construir estructuras amigables con el medioambiente, es la madera local y la que puede ser rescatada de las demoliciones”.

Los costos

Si bien, la construcción de un edificio de concreto puede tener, relativa e inicialmente, un costo menor que el de uno hecho en madera, es verdad también que si no en la primera no se consideran en la planeación, los materiales; la ubicación de la edificación, el manejo del consumos de agua, los costos de manutención de una estructura en concreto, a largo plazo, no solo será más costosa, sino que estará en contravía de los ideales de sostenibilidad que busca la ecotectura.

En cualquier parte del mundo se pueden encontrar apartamentos, oficinas o casas, con diseños modernos y estructuras metálicas y en vidrio, que no tienen un control interno de la temperatura y para contrarrestar dicho cambio, sus habitantes deben invertir dinero “extra” en la compra de sistemas de calefacción, por lo que incurren, además, en altos consumos energéticos.

Igual sucede con las obras no pensadas en el ahorro del agua y que pueden generar mayores costos post construcción, las cuales, mes a mes, demostrarán que los pagos económicos por el uso del líquido, las hacen insostenibles y generan un alto desperdicio en el uso de un recurso que día a día escasea.

La ecotectura, ciertamente, resalta la importancia de diseñar y materializar construcciones y proyectos sostenibles que eviten las pérdidas energéticas, y que estimulen, tanto el ahorro como la conciencia ambiental. Construir, a partir de las directrices que estipulan esta nueva tendencia, aumentará la eficiencia en los consumos de energía y el manejo racional de los recursos naturales, y a la postre mejorará la calidad de vida de los usuarios y de su entorno.  

Cita

  • Fundador de la American Institute of Architects, AIA –Instituto Americano de Arquitectos–; galardonado con el premio Heinz por su papel en la promoción del diseño de edificios verdes, y por su compromiso y la acción hacia la restauración de la vitalidad social, económica y ambiental para las comunidades de los Estados Unidos, a través de la arquitectura sostenible.
  • Con información del artículo, Ventilación natural. twenergy.com
  • Certificación del Forest Stewardship Council: manejo forestal y madera controlada. www.rainforest-alliance.org

Crédito

  • Gabriel Enrique Leal. Director del Grupo de Investigación Ecosistemas Antrópicos de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana. gleal@javeriana.edi.co
  • Soluciones Ignífugas en madera finsa.com
  • heinzawards.net

 

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