El Empaque: ¿Subestimado Compañero de Fórmula del Producto?

Alexandra Colorado Castro

Periodista M&M

El empaque es el elemento fundamental para brindar envoltura y protección a un producto; así como también es determinante en los propósitos de comunicar información característica de él y reforzar la marca del fabricante frente a los ojos del consumidor; sin embargo, son miles las empresas del sector madera-muebles que, hoy por hoy, subvaloran sus alcances y subestiman el impacto que tiene en el mercado.

Sin importar su tipo, dimensiones, categoría, materiales (1) ó contenido, los empaques han sido los “compañeros” inseparables y necesarios de los productos a lo largo de la historia, a tal punto que no sólo han evolucionado a la par con las necesidades, objetos, tecnologías y hábitos de consumo del hombre, sino que el tema de su desarrollo es, actualmente, materia de minucioso estudio por parte de disciplinas académicas como el diseño industrial y gráfico.

Guardar, proteger y preservar los productos durante su distribución, almacenaje y manipulación –ya sea como envases o como contenedores− (2) y a la vez servirles como identificación, promoción e información para su uso, son las funciones básicas que cumplen los empaques, pero también son las que los han convertido en sistemas mucho más complejos de lo que parecen; de allí que obtener los implique adelantar un proceso que abarca desde un diseño preciso hasta una cuidadosa exhibición.

Sin embargo, y pese a la importancia de los frentes que atiende en su relación con los productos −y más allá, en el inconsciente del comprador−, son numerosas las empresas fabricantes de muebles y objetos en madera que han demostrado serios vacíos en la forma como los planean y aprovechan, pues dan prioridad a la función protectora sobre la identificadora, promotora y comunicativa; y limitan fuertemente sus recursos, dinero, tiempo y talento humano calificado a la hora de diseñarlos y materializarlos.

Aunque si bien, la actividad de las empresas de muebles no es fabricar empaques, su deber si es asesorarse correctamente con empresas expertas para evaluar y elegir aquellos que cumplan con todos los propósitos citados, pues depende precisamente del resultado que puedan convertir sus empaques en un complemento del producto −que refuerce sus bondades y las de la empresa− y no los lleven a la categoría de “ataúdes” pasivos, sin mas función que la de recubrir un objeto.

Los siguientes, son algunos de los aspectos básicos y prácticos que debe considerar una empresa del sector madera-mueble, a la hora de solicitar el desarrollo de un empaque y utilizarlo en favor de su marca, su negocio y su público comprador.

De lo Formal a lo Emocional y lo Práctico

Además de su función protectora, una ergonomía adecuada y funcionalidad estética –aspecto, éste último, que implica forma coherente, carcasa bien resuelta, sin adornos excesivos, con formas claras, lógicas y comprensibles, coordinación dimensional y modular para favorecer su almacenamiento y transporte, diseño evidente y buena visualización– un diseño efectivo de empaque debe apuntar a ofrecer un estímulo emocional.

En este sentido, según Elena Ibarreche (*), diseñadora industrial de la Universidad de los Andes con especialización en el diseño de envases en México, existen puntos esenciales –en el plano gráfico– que debe establecer una empresa para que su empaque tenga imagen e identidad; para solucionar requerimientos racionales y dar respuesta a los requerimientos emocionales de los compradores.

El primero es identificar al cliente de la empresa para definir una imagen gráfica acorde con sus “rasgos”, que atraiga su atención. Establecer indicadores de edad, preferencias, estatus socioeconómico, entre otros, es fundamental en este paso pues cada segmento de público tiene estilos de vida y necesidades diferentes a satisfacer.

El segundo es establecer las ventajas que ofrece el producto frente a otros del mercado, las “virtudes” que lo diferencian para que puedan ser convertidas en imágenes gráficas. “Si el producto es más fácil de armar que el de la competencia, debo representarlo claramente en la imagen gráfica, así el consumidor lo identificará de inmediato y aunque no sea consciente, lo comprará porque los dibujos son claros, porque puede ver las instrucciones en la caja y porque sabe que las entiende. Si tengo clara mi ventaja competitiva sobre los otros y la plasmo, gano.”, explica.

El tercero es definir, claramente, qué valores quiere proyectar la empresa al mercado –modernidad, tradición, confiabilidad, respaldo, entre otras– para que sean trabajados con las “herramientas” propias del diseño –los valores de línea, el color, la tipografía y los logo símbolos entre otros– y pasen a ser cualidades inmateriales fácilmente visibles, representativas y diferenciadoras a ojo de los compradores.

Partiendo de estas bases, estética y gráficamente, el empaque debe informarle al comprador las dimensiones del producto, condición (frágil, volátil, explosivo), el contenido de la caja, el color, el número de piezas, el código de barras, la marca, el lote, el tipo de empaque –si es biodegradable, reciclable, o posee algún sello ambiental, importante cuando los temas “verdes” están en boga–; es decir, debe “hablar” por el producto y por la empresa fabricante del mismo”.

En este sentido, referencias claras y completas en el empaque tienen una extensión práctica y logística muy útil, cuando informan también a quienes lo manipulan –y antes de la venta del producto– la manera correcta de hacerlo (3); y cuando le permite al fabricante del contenido adelantar ejercicios de trazabilidad en producción, para determinar a partir de datos como número, fecha y lote, la procedencia ò recorrido de productos defectuosos o con algún problema.

Empaques en Muebles RTA

Si bien es cierto que para el segmento muebles, en general, es el embalaje (4) el sistema comúnmente empleado para protegerlos, manipularlos y transportarlos –considerando que los grandes formatos y dimensiones de las piezas “obligan” al uso de espumas de poliuretano ó películas PVC acompañadas por estructuras de cartón, ubicadas en sus esquinas− y que en éste, las necesidades de comunicación son principalmente internas; existe un tipo de mueble que hace de la caja de cartón, su sistema de empaque fundamental: los RTA ó ‘Listos para armar’.

En este caso, expertos en el tema han identificado algunos de los errores de diseño estructural y gráfico en los que caen las empresas fabricantes de estos muebles, a la hora de elegir y usar el ecológico, versátil y económico material y sistema de empaque.

Uno de los más frecuentes −relacionado con el primer aspecto, el diseño estructural, la parte tridimensional del empaque en función de sus dobleces, forma de pegado, resistencia, tipo de cartón elegido y configuración entre otras− es la ausencia de orificios que le permitan al comprador levantar, manipular y transportar un producto que, en algunos casos, supera los 20 Kgr. de peso (45 kilos para dos personas), el límite que puede cargar una sola persona, con cierta facilidad.

Al respecto, Daniel Villalobos (*), diseñador gráfico y ex coordinador de Visual Merchandising de un Retail Multinacional, explica que el empaque de los RTA se conforma, tradicionalmente, por dos bandejas: una tapa y una contenedora de cartón, en la que los muebles quedan siempre justos al punto de no necesitar retenedores internos, como el poliestireno expandido, para evitar que se muevan y se rayen; pero tampoco dejan espacio para que el comprador del mueble introduzca sus dedos en la caja –si existieran orificios– que ayuden a una manipulación más fácil; de igual manera,adolecen de elementos de sujeción que faciliten el transporte.

En este punto, las empresas fabricantes de muebles buscan reducir al máximo la inversión que representa el desarrollo de empaques distintos a los estandarizados y en este sentido, tanto el uso de cartón imprimible, la modificación de la distribución tradicional de los muebles en la caja, la incorporación de retenedores y hasta la realización de orificios en el cartón, implican la construcción de troqueles especiales que pueden encarecer hasta en un 35 por ciento el valor de un empaque regular; aunque en el plano práctico, sean valores agregados que ofrece el fabricante de muebles al comprador.

El segundo aspecto –relacionado con el ámbito gráfico– son los problemas sensibles y frecuentes que exhiben los empaques para RTA, es el manejo de la información que va en las cajas.

Lo primero que señala Villalobos, es la ausencia de fotografías que le permitan al comprador identificar y relacionar, el mueble que contiene el empaque con los muebles armados que exhiben los retail en su lineal (pasillo). Por lo general, las cajas muestran impreso o en etiqueta encolada, un plano de líneas en perspectiva isométrica que resulta a veces incomprensible y confuso, y que además se ubica en la tapa del empaque, lugar en el que el dibujo es“invisible” si se considera que estas cajas se apilan unas sobre otras.

“Es importante que ese elemento gráfico (el dibujo ó fotografía) vaya en los laterales del empaque y ojalá en las cuatro caras para que siempre esté visible porque el fabricante del mueble nunca sabe qué orientación tendrá en exhibición. Lo segundo es que, de ser posible, utilicen fotografías que muestren al mueble en un contexto decorativo, en un ambiente de uso, que seduzca al cliente y motive su decisión de compra”, recomienda Villalobos.

Al respecto, explica Elena Ibarreche, que, a nivel gráfico, es una lastimosa constante que las cajas de los RTA, sean tratadas como bidimensionales−igual que una hoja− cuando su forma tridimensional le ofrece al diseñador de empaques, la posibilidad de trabajar los costados para reforzar la imagen de marca de la empresa.

Referente al manejo de las imágenes, cabe anotar que también son numerosas las empresas que cometen publicidad engañosa cuando, al realizar pequeñas modificaciones de diseño en sus líneas de muebles, no modifican paralelamente los dibujos que muestran sus empaques y aun más grave, los instructivos de armado; lo que no sólo confunde al comprador sino que le cierra las puertas a la empresa de RTA, para posibles ventas futuras.

El manejo de la identidad de marca frente a los ojos del consumidor, es otro de los puntos de quiebre identificados en el tema, pues, salvo en contados casos, la mayoría de las cajas que contienen muebles RTA, no poseen elementos diferenciadores que le permitan a los compradores, distinguir claramente un fabricante de otro: “La mayoría de los fabricantes de muebles RTA locales manejan una misma dimensión de caja, un mismo color de fondo, gráficos similares, no hay elementos que permitan un reconocimiento evidente entre una empresa y otra”, asegura Ibarreche.

Lo anterior complica no sólo la capacidad del cliente para reconocer una marca e incluso, elegir un producto cuando no tiene la posibilidad (por el peso de las cajas) de cargarlos hacia los identificadores de barras que se ubican, regularmente, cerca del mueble correspondiente –como suele pasar en los retail–, sino que también afecta su capacidad para recordar al fabricante y elegirlo aunque haya tenido previas experiencias positivas con el producto. No hay que olvidar que la publicidad no sólo es posible a través de volantes o anuncios, también la soporta un buen empaque

Vale recordar que los RTA tienen una cadena de distribución muy distinta a la de los muebles que se venden en almacén−que salen,embalados, de planta a bodega y de allí a los distintos espacios del hogar del comprador−o a la de pequeños objetos en madera; para grandes superficies o retail, sus pesadas cajas exigen de materias primas altamente resistentes al apilamiento, que soporten la manipulación de los distintos usuarios presentes en su vida útil: desde quien arma la caja, quienes la transportan, hasta quienes las usan y desechan.

Un buen ejemplo del uso inteligente del empaque lo representa el fabricante de muebles Herman Miller, que ha logrado destacarse en el mercado, no sólo por la calidad y siempre innovador diseño de sus piezas, sino también por el atractivo manejo que da a sus empaques en materia de color, tipos, símbolos y diseño gráfico en general; sus empaque son una combinación de funcionalidad y arte, coherentes, que comunican desde el primer golpe de vista, que exhiben una relación directa entre la imagen y el producto y que se ha convertido en referente para otras importantes empresas de muebles en el mundo.

Para Herrajes y Otros Productos en Madera

Para el caso de otros productos del sector –como herrajes, insumos para la industria transformadora del recurso y objetos decorativos las exigencias en materia estructural, estética y gráfica, no son menores que las que rigen los empaques para muebles; y tal como sucede con ellos, también merecen en este texto, una mención.

  • Herrajes para Muebles

Al respecto señala Camilo Ospina (*) arquitecto y experto en empaques con más de 40 años en la docencia, que uno de los problemas que presentan los destinados a herrajes es la falta de correspondencia entre el empaque, el producto y el comprador, pues son numerosos los casos en los que la calidad, los materiales, la impresión y el tratamiento gráfico de la caja no corresponde a la calidad del producto que contiene; y en los que la presentación del producto tampoco al consumidor objetivo.

“Conocí un fabricante nacional de buenas y reconocidas cerraduras –y aunque su empaque incluía una útil plantilla para hacer las perforaciones en el material base e instalarlas correctamente– el inventario de la caja era desordenado y la apariencia y el grosor de la caja eran pésimos”, explica Ospina; y en este punto,agrega que “la caja no puede ser mejor que lo que contiene, pero tampoco puede ser peor de lo que contiene: si es mejor, está engañando al que compra, y si es peor, está engañando al que vende”.

Como sucede con cualquier otro caso, aquí la apariencia del empaque le da al comprador, la idea de su costo y calidad y en casos como los descritos por Opina, es la empresa fabricante del herraje la que influye directa y negativamente en la decisión de compra de su cliente.

  • Artesanías y Decorativos en Madera

“La mayoría de fabricantes de artesanías o productos decorativos en madera consideran que la exhibición del producto es suficiente para asegurar la veta y olvidan que el empaque es para ellos, un plus y una herramienta de comunicación fundamental; de hecho, su preocupación única es el producto, piensan en diversificarlo bajo distintas técnicas pero muy poco se ocupan del empaque”, explica Mónica Arbeláez.

Tal como sucede con los herrajes, este nicho también evidencia problemas y uno de los principales es la concepción errada –especialmente en las Pymes– que el cuidado y el carácter artesanal debe concentrar sólo al producto, y la manera de entregarlo al comprador es secundaria, tanto, que admite incluso la presentación y entrega en empaques de otros productos ó empresas. En realidad son aquellas que exportan ó comercializan en grandes superficies, con volúmenes importantes y con una visión clara de negocio, las que han demostrado un manejo más cuidadoso del tema, a razón de que las cadenas no permiten la codificación de productos sin empaque.

Mónica Arbeláez (*), Diseñadora industrial y gerente de Plego, afirma que el tratamiento visible del empaque en decorativos está ligado a los canales de distribución del producto, y como producto con valores distintos a los de consumo masivo, tiene unas exigencias particulares. “Invertir en un empaque para esta variedad de mercancía puede ser muy rentable, la ventaja está en la exclusividad, el valor del trabajo y la apariencia acertada, si se cumplen estos propósitos –aunque la inversión en materiales no sea alta– se impactará al cliente quién pagará mucho mejor por el producto.

Busque la Mano de los Profesionale

Según los expertos consultados, una de las causas principales de los desaciertos en los que incurren los fabricantes de productos en madera, los Jefes y Gerentes de Compra de las empresas, o quienes ofrecen insumos para el sector, es la práctica generalizada de encargarse del diseño de sus empaques sin contar con la orientación de un experto, llámese ingeniero industrial y gráfico, o empresa de empaques.

En este sentido, un punto importante cuando se trata de considerar la fabricación o modificación de un empaque para los segmentos anotados−y que evalúan las empresas dedicadas al desarrollo de empaques junto con sus clientes− es, naturalmente, los costos, y en este sentido intervienen diversos factores que pueden encarecer o reducir la inversión pero que también están ligados a los propósitos de impacto deseado en el mercado.

Así, está la elección de los materiales entre los que el cartón corrugado por sus dos caras (5) y con mínima información –impresa a una sola tinta o puesta en etiquetas encoladas− es el estandarizado y más económico, frente a los cartones blancos Kraft imprimibles (PVP) –asociado con productos de alta gama– con etiquetas autoadhesivas y con calibres gruesos (calibre 56 y 58) que garantizan una mayor resistencia a impactos y aseguran mejor comportamiento ante la presión del apilamiento,y que por lo mismo, son más costosos que los primeros.Vale anotar que el cartón o cartulina, es el ítem que mayor incidencia tiene en el costo del empaque.

También inciden –según el tipo de producto, el mercado al que apunta y como segundo ítem− los acabados en el material y en el diseño del empaque, entre los cuales las empresas fabricantes de éstos pueden ofrecer servicios de plastificado, películas UV o solventes (barniz) para dar brillo, repujados, estampados, tintas especiales o el diseño de plegados o configuraciones inusuales –como las formas huecas tipo ventanas tan útiles para identificar la apariencia, textura o color de un producto– que no sólo exigen el uso de cartones con un calibre importante que ayude a la complexión del material, sino el desarrollo y fabricación de troqueles no estándar.

Precisamente, vale anotar que los fabricantes de empaques, en general, cobran los trabajos de acuerdo con la cantidad de tinta que utilizan; el tamaño de área impresa; los acabados que realizan; el costo del troquel −que varía según el tamaño final de la caja−; la cantidad de pliegues; y si intervienen o no, máquinas en el armado, pues en el caso de pegues o plegados complejos que exigen el uso de mano de obra, los costos pueden incrementarse por demandar, por turno y dependiendo el volumen, de entre cuatro y siete empleados.

Para la elaboración en derivados del papel, específicamente, existen en el mercado, empresas dedicadas a la producción de empaques o empresas de impresión, que se clasifican según el tamaño ó formato de los empaques que elaboran y que inician el proceso a partir de la información que suministra el cliente; ellas lo diseñan y desarrollan, a precios que oscilan –solo el costo de profesional encargado– entre $10.000 y $50.000 por hora de trabajo. La producción la costean directamente por sustratos, tintas y horas máquina.

A nivel de tiempos, Liliana Medina, Gerente de Mercadeo de Panamericana, afirma que esta empresa que cuenta con una unidad dedicada al diseño y producción de empaques; dependiendo de los acabados, la materia prima y las necesidades puntuales del cliente, puede entregar un proyecto entre 10 y 16 días –cuando los trabajos se elaboran con microcorrugado o llevan plastificados, repujes, reservas de brillo parcial y ventanilla– y pueden manejar inventarios por cuatro meses.

En Colombia, existen numerosas empresas que trabajan el tema de desarrollo y fabricación de empaques bajo distintas modalidades, que ofrecen variados servicios –en un amplio rango de precios–;que poseen tecnología de punta –máquinas de impresión Offset y UV, equipos para troquelado y pegado, pegadora de ventanillas y colaminadora de microrugado, entre otras–para garantizar terminados diferenciales;que cuentan con flotas propias para facilitar la logística de entrega; que celebran alianzas estratégicas con empresas de transporte y poseen equipos de profesionales especializados en diseñar, mejorar y asesorar a sus clientes, en la manera correcta de orientar la inversión; la elección depende del presupuesto y los requerimientos de la empresa contratante.

Diseño Gráfico en Empaques: Tema de Diseñadores

“La industria “comete” diseño gráfico, permanentemente, diseña fuentes de texto desconociendo los complejos problemas de geometría, armonía, e impacto que atiende esta disciplina; no saben que letra utilizar para expresar las cualidades de sus muebles y usan tipos de perfiles gruesos para muebles de aluminio extruído, en un tiempo en que ni las letras góticas venden muebles clásicos”, denuncia Camilo Ospina.

En efecto, a la hora de definir la cara de un empaque, es indispensable para quien adelante la labor,conocer los alcances de los elementos gráficos para elegir los correctos según la intención y asegurar ese “golpe” efectivo de la imagen gráfica: saber qué cargas emocionales tienen los colores y sus contrastes en el plano comunicativo; qué significado, los valores de línea de las fuentes; qué asociaciones hacen regularmente los consumidores entre la tipografía y la imagen corporativa; y cómo hacer una composición efectiva con todos los elementos.

Específicamente, el color –una de las armas comunicativas de mayor impacto– es clave en la medida que cumple elpapel –frente al consumidor– de identificador no sólo del carácter y naturaleza de una empresa, sino del tipo de producto que contiene un empaque, y más allá del producto mismo, de las líneas especiales en pasillo, entre otras funciones.

Así, para empaques en general incluido los de muebles, los rojos, dorados y negros, está asocian a gamas “altas” de producto; los blancos y azules, a productos “limpios” y minimalistas; los grises, a elementos con alto contenido tecnológico; los amarillos –combinados con rojo– a objetos en promoción o económicos; el blanco avivado con tonos ácidos, a espacios y elementos loft; y los cafés o tierra, a las piezas clásicas, rústica o artesanales (caso este último en el que priman los fondos de papel sin procesar).

Ya, como aliado para diferenciar las líneas de producto –ergonómica, económica, estándar, oficina– en áreas de exhibición,los colores sirven para crear sensaciones afines a la naturaleza de las piezas: en mueble para hogar se recomiendan los tonos cálidos (rojos, amarillos, naranjas); para la línea institucional, los fríos (azules, verdes, violetas claros); para niños, los colores primarios en tonos vivos; para elementos tradicionales, los vino tinto y verde oscuro; si se trata de herramientas, los oscuros; y el marrón, cuando el producto en venta es de carácter industrial.

En este punto vale anotar que, independiente de la diversidad de líneas de producto que tenga una empresa y los colores que utilice para distinguirlas, los elementos corporativos que mantienen la coherencia entre ellas –como los logotipos ó logo símbolos– deben mantener siempre fijos sus colores y diseño para evitar confusiones y desinformación en los compradores; se trata de piezas que demandan un cuidado especial por ser los referentes “universales” para la identificación.

Sobre el tipo de fuente, los expertos consultados coinciden en que, según su elección y manejo, los efectos sobre el comprador varían porque el mensaje que puede transmitir a primera vista son también diferentes: una fuente “a mano” es justa para un producto artesanal, mientras una limpia, delgada –y sin serifas– sugiere un producto de diseño limpio y de avanzada.

Una fórmula segura es formar combinaciones de contraste de color, fáciles de leer y comprender en “letra rápida” –sin serifas– similares a las utilizadas en los aeropuertos del mundo (6); vale recordar que, tal como lo explica Ospina, todo en el diseño es emocional y afectivo porque su objetivo es “disparar” la sensibilidad del receptor, y al precepto no escapa el segmento de muebles. No hay que olvidar que al final, un buen complemento de la fidelidad de comprador hacia los productos, por calidad,  puede ser el “encariñamiento” con el empaque por identificación e impacto.

Citas

  • Consulte las ediciones14, 22 y 70 de la Revista M&M, para ampliar información sobre los materiales, aspectos técnicos sistemas y maquinaria empleados en empaques para muebles.
  • El envase se entiende como como elemento de envoltura, mientras el contenedor, incluye los materiales, procedimientos y métodos empleados para presentar, manipular, almacenar, conservar y transportar una mercancía.
  • información puede variar según las estaciones en la cadena de distribución del producto y la forma en que se “expondrá” en ellas; el tratamiento y cuidado varía según el almacenamiento, la distribución directa, el paso por distintos “transportadores” hasta su lugar de uso final, o exportación; caso en el cual, el empaque debe indicar lugar de origen y fabricación, lugar de ensamble, llevar la información en otros idiomas, entre otros datos.
  • Embalaje es todo aquello que acompaña y protege al producto intrínseco desde el momento de la producción hasta el mismo momento del consumo.
  • Algunas de las normas y pruebas sobre tipos de flauta del cartón corrugado, aparecen condensadas en la ST y Miullen (EE.UU); mientras que el uso del cartón en los distintos tipos de caja, las trata el código internacional Fesco.
  • En el marco del neuromarketing, los expertos de la publicidad han estudiado el contraste del color (blanco sobre verde) y el tipo de letra usual en los avisos de aeropuertos y vías del mundo, encontrando que su lectura es una de las más rápidas y precisas a tal punto que marcas como Benetton terminaron, “hábilmente”, copiándolo para asegurarse una fuerte recordación en la mente de los consumidores.

(*) Fuentes:

  • Elena Ibarreneche, Diseñadora industrial de la Universidad de Los Andes; especialista en Gerencia de Diseño UJTL y Diseño de Empaques AMEE. elenamaldini@gmail.com
  • Camilo Ospina: Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, Profesor de arquitectura y Diseño industrial en la Universidad Nacional y Creador del curso de Empaques en la Universidad nacional, por más de 30 años. Profesor de diseño en la Universidad de los Andes y en la Universidad de Bogotá, Jorge Tadeo Lozano. Autor del libro ‘Arrugar, Plegar Doblar’, que trata el tema de empaques y la relación de estos temas con la geometría y los desarrollos.
  • cospinacas@gmail.com
  • Mónica Arbeláez López: Diseñadora Industrial con énfasis en artes plásticas egresada de la Universidad de los Andes, y co-fundadora de Plego, consultora especializada en innovación y gestión de empaques que en 2008, fue ganador del Lápiz de Acero en la categoría Empaques Estructurales, y que ha obtenido menciones en varias versiones del concurso de empaques Pack Andina. Es Profesora universitaria en las universidades El Bosque y Jorge Tadeo Lozano. arbelaez@plego.net
  • Liliana Medina Arévalo, Gerente de Mercadeo de Panamericana Formas e Impresos S.A. medina@panamericana.com.co
  • Alberto Villalobos R. Diseñador gráfico y ex coordinador de Visual Merchandising de un retail multinacional; actualmente se desempeña como Creativo del área de Mercadeo de Panamericana Formas e Impresos S.A.

 

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