Ponerle color”al mueble es más que una cuestión de moda

Alexandra Colorado Castro
Redacción M&M

El color no es un tema relacionado exclusivamente con la moda, ni su elección o manejo es un asunto banal; por el contrario, en todos los ámbitos de la vida y desde el comienzo de los tiempos, él y la infinita variedad de opciones que ofrece han estado presentes para significar, para determinar y para conectarse con los seres humanos –sean de ello conscientes o no en sus emociones más íntimas.

Específicamente en el campo del mercado, el color ha sido aprovechado por las empresas fabricantes de diversos bienes –incluidos los muebles más que como una mera experiencia visual, como un transmisor de valores y sensaciones capaz de enviar mensajes sobre la personalidad del objeto que lo expone y de la empresa que lo produce.

De hecho existen asociaciones estrechas entre algunas escuelas artísticas el minimalismo con ciertos colores específicos blanco/negro cuya relación puede ser un referente útil para desarrollar una colección de productos, o simplemente para romper con los postulados que originalmente pregona un movimiento estético y producir una contracorriente; para innovar desde el color.

Existen significados expresos asociados a cada color, un hecho que los convierte casi en “símbolos” para quien los percibe indistintamente de su sexo, edad o nivel cultural; el efecto es inconsciente.

Así como el color puede ser determinante en la construcción de un logo símbolo –de su proyección y de paso, de su éxito o fracaso según sea percibido– también puede serlo en el diseño y la fabricación de una línea de muebles; no en vano tiene poder para atraer y determinar a un comprador.

Los efectos que ejerzan los colores en la psiquis de los seres humanos están científicamente comprobados en numerosos estudios de mercadeo y psicología –no en vano entre el 60 y el 80 % de las elecciones de un producto sobre otro y las decisiones de compra están sujetas a la influencia que produzca el color del objeto mas, en el plano creativo y productivo, es la forma de aplicarlos y aprovecharlos, y la intensión perseguida con la elección, la que puede dar luces sobre la manera de obtener los mejores resultados.

Para vibrar o calmar

En teoría básica, los colores se dividen en primarios (amarillo, rojo azul) y secundarios, que son las combinaciones entre ellos (morado, naranja, verde); ya, en el plano práctico, funcionan por similitud o por oposición.

Por similitud, aparece el concepto de paleta reducida –distintos tonos o gamas de un solo color– que al combinarlos ofrecen composiciones armónicas, agradables y una gran riqueza cromática.

Ya, en las paletas por oposición se utilizan colores complementarios que son los contrastantes y los hay para los primarios y para los secundarios; de hecho, el complementario de un color primario será siempre uno secundario, y viceversa (véase diagrama). Estos generan drama y movimiento en las composiciones y en los objetos que los incluyen pues se intensifican (como la luz) frente a los colores que complementan (como la sombra) y ofrecen amplias posibilidades de uso si se juega con los matices de los colores a combinar.

Colores complementarios de los terciarios

“Se puede usar un color complementario cuando se quiere contrastar o resaltar un detalle. Por ejemplo, para una pieza en azul, el naranja sería su complementario porque no tiene azul (mezcla de amarillo y rojo) en su composición, y para el caso del morado (combinación de rojo y azul) es el amarillo”, explica Valeria Montaña, Artista Plástica de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

En la línea de los complementarios también está el blanco con respecto al negro (o viceversa) que son opuestos, o el negro frente a un tono cálido como en amarillo; la intensión al usar estas combinaciones es generar un efecto de “vibración” (1) en quien los contempla, mientras que con la aplicación de una paleta reducida el objetivo es mantener integración, un estado de flujo o un ritmo de vibración fluido.

De otro lado está lo que se conoce como los colores cálidos y colores fríos, los primeros excitan mientras los segundos calman y se emplean correctamente cuando la elección y la aplicación responden a las necesidades comunicativas del espacio que “colorearán”.

“Si se prepara un espacio que produzca sosiego se usarán blancos, colores pasteles o paletas reducidas de colores porque ellos generan sensación de calma. Los colores neutros como el blanco y el negro funcionan muy bien para oficinas cuando no se busca influenciar de manera particular y si el espacio es un Spa, los muebles ideales serán de colores fríos como verde o azul, en dos tonos máximo”, explica Montaña.

Si por el contrario –complementa la experta– los muebles tienen como destino un sitio de comidas rápidas lo ideal es el amarillo o el rojo que además de despertar apetito, saturan y motivan la circulación de personas, o si son para una discoteca o un bar lo mejor es usar colores que sean complementarios porque vibran y hacen a la gente vibrar dentro del espacio, “todo depende del tipo de cliente, de quien ocupará el espacio pero más de lo que se quiere en ese espacio, si calmar o excitar, eso condiciona la elección del color”, concluye.

A continuación, algunos de los colores más utilizados en muebles.

Ácidos:
Son tonos de aire refrescante y alegre, asociados con el verano. En muebles se utilizar con frecuencia como complementos y por ende están en zonas o detalles a destacar. En esta gama están el verde lima, el amarillo limón, el rosa fucsia y el naranja brillante, entre otros.

Pasteles:
Son aquellos que dan la sensación de ser suaves, que evocan la ternura y la pureza y que están cerca de la gama del banco o suavizado al ser combinado con éste. Por sus propiedades tranquilizantes, amables y dulces sus tonalidades se utilizan para ambientar sitios infantiles. En esta gama están, entre otros, los celestes, marinos, ocres, salmones, gris, marfil y rosas, todos suaves.

Blanco
El color neutro por excelencia, atemporal asociado con la pureza, la inocencia, la espiritualidad y cuya característica principal es su facultad para moderar la iluminación y ampliar visualmente o añadir brillo –utilizando poca luz– tanto a espacios reducidos como a cualquier objeto que lo exhiba.

Rojo (Cálido)
Sugerido para personas de carácter atrevido, ambicioso, dinámico y extrovertido, es el color conectado con las pasiones; expresa calor, fuerza, valor, actividad, coraje, intensidad y da vida a los espacios y a los objetos aún si está exhibido en pequeños detalles porque tiene una visibilidad muy alta.

Es la ausencia de todos los colores y en sentido estricto no es un color pero es percibido como tal. Es esencial en la construcción básica, visual y estética en los espacios, su presencia está asociada con la oscuridad, la solemnidad, el poder, el prestigio y el misterio, y puesto en objetos representa elegancia y sofisticación por lo que es frecuente verlo en piezas de lujo que además contrastan con otras de colores vivos o tonos ácidos.

Naranja (Cálido)
Se trata de un color social, vital, cálido, incandescente, ardiente y brillante que invita al movimiento y a la diversión, y comunica equilibrio, amabilidad, alegría y confianza. Sensorialmente puede ayudar a disminuir la fatiga, a sosegar el sistema respiratorio y a favorecer los estados de optimismo y determinación; de allí que sea común su presencia en muebles y elementos de gimnasio.

Amarillo (Cálido)
Asociado popularmente con el sol, irradia alegría y optimismo; es el tono cálido por excelencia aunque también es el más sutil de esa línea de colores por lo que se le considera un estimulante o energizante positivo, no agresivo.
Con frecuencia se recomienda su uso en espacios destinados al desarrollo de actividades creativas, intelectuales, de actividad mental y educativa –como cuartos de estudio– pues su presencia actúa, además, como anti fatiga; también es frecuente verlo en elementos de cocina, salas de estar y comedores.

Azul (Frío)
Ideal para espacios destinados al descanso por tratarse del más sobrio de los colores fríos. Su presencia suave o en tonos apacibles, en habitaciones y cuartos de niños, transmite serenidad, paz y ayuda a conciliar su sueño y su descanso, además de que combina bien con detalles en tonos cálidos.

Verde (Frío)
Es, por excelencia, el color de la naturaleza y por ende representa el crecimiento, la vida, la renovación y la fertilidad. Es un color equilibrado que purifica, que refresca e irradia energía limpia; de hecho, algunos consideran que es el color más relajante que existe.

Morado (Frío)
Dado que en la antigüedad los objetos y espacios en este color estaban reservados para la nobleza y la realeza, aun hoy inconscientemente (especialmente combinado con amarillo) se asocia con el lujo y la magnificencia. También tiene una fuerte relación con la espiritualidad y el misterio.

Rosa
Asociado con la ternura y la feminidad es frecuente verlo en combinación con otros colores complementándolo, como el violeta y el blanco; ya junto al color negro comunica poder en un sentido moderno y determinado.

Beige
El beige es un color que transmite tranquilidad y pasividad, está asociada con la melancolía, con lo clásico y lo básico, de allí que sea frecuente su aparición en mobiliario y que se utilice en infinidad de espacios gracias a su carácter neutral pues ofrece la calidez del marrón y la frescura del blanco.

Marrón:
Acogedor, evoca a la naturaleza, se relaciona con la seguridad, la protección y la abundancia y, sensorialmente, comunica comodidad. Es un color neutral, sus tonos combinan fácilmente con la mayoría de los colores.

Aprovechamiento de los colores

Aquel refrán de que “para el gusto se hicieron los colores” aplica en toda su dimensión en cuanto a su elección y uso en objetos, incluido los muebles, razón por la que en esta materia no hay reglas fijas ni cánones inamovibles para la combinación.

“El mundo es amplio y diverso, aquello de que hay colores que no se puedan combinar, no existe. Por eso hay fabricantes que rompen todas las reglas imaginadas y venden masivamente y por eso también, aunque hay colores que no funcionan muy bien unos con otros –como el rojo con el fucsia, un rojo que es, junto a uno que no fue– en un contexto correcto llegan a ser efectivos. Todo es posible al combinar, pero hay que saber hacerlo”, explica Montaña.

Formular preguntas como para qué es el espacio, dónde estará el mueble, con qué propósito se integrará y cuáles son las sensaciones que desea transmitir el fabricante del mueble, puede facilitar la elección de color y tonos antes de su uso final; y en este sentido, el estudio cuidadoso de los contextos de uso y del tipo de usuario es determinante para aprovechar los efectos, emociones, sensaciones y significados que los colores crean.

El fabricante debe identificar el “temperamento” del espacio que intervendrá y si su producción será para un proyecto personalizado o será una propuesta libre, su colección, de acuerdo a la naturaleza o al estilo de la empresa, y que podría llegar a una amplia variedad de clientes objetivo.

Pueden existir sencillas maneras de elegir y aplicar –con cierta probabilidad de éxito– el color para una producción, y que no sea resultado del azar o del capricho del fabricante de muebles.

Valeria Montaña afirma que una técnica “infalible” para obtener combinaciones de colores acertadas es descomponer imágenes –fotografías, afiches, publicidad, por ejemplo– que resulten atractivas para el observador y llevarlas a programas de edición de fotografía –tipo Photoshop– para revisar los colores que las componen en el Panton (2), elegir los predominantes y obtener “una paleta que se puede aplicar a todo lo que se quiera producir”.

De igual manera está el ejercicio de recordar o identificar escenarios cotidianos que despierten sensaciones específicas que puedan ser reproducidas o llevadas al plano del mueble a través del color; en ese sentido y como ejemplo, para el caso de los muebles de alcoba –escenario destinado al descanso– están los atardeceres o amaneceres con sus distintos tonos.

“En un atardecer pueden verse azules que son casi morados y esos tonos se pueden combinar con los blancos de las nubes y con los naranjas que se pueden utilizar como un detalle, una línea puesta en el mueble. Es bueno buscar referentes en la naturaleza, en la ciudad, depende de lo que se quiera conectar y comunicar con ese referente”.

El color, las mezclas de ellos y el manejo de los tonos en la producción de muebles puede ser utilizado como un factor distintivo en el mercado tal como lo es en elementos característicos de las empresas como la publicidad o la identidad corporativa. Las combinaciones acertadas pueden hacer la diferencia en un ambiente saturado de propuestas y competidores.

Los colores claros reflejan, los oscuros, absorben; sin embargo al ubicar un mueble blanco delante de una gran pared blanca éste se verá más pequeño que si el mueble es negro, el contraste puede cambiar las percepciones.

La combinación del rojo y el fucsia es poco frecuente por considerárseles colores “antagónicos, sin embargo, depende del contexto que puedan armonizar.

Cita:
Vibración cromática: Efecto óptico de aparente movimiento o pulsación de las formas de color en dos dimensiones que se produce al verlos. Este fenómeno se debe a la física de los receptores del ojo humano, en los que algunos colores causan la percepción de una imagen residual o fantasma. (Glosario gráfico).

Pantone: Es el sistema de definición cromática o control de colores –de la compañía Pantone Inc– más utilizado para ese propósito y a diferencia de los modos CMYK y RGB (que se usan para impresión) suele presentar color sólido. El sistema se basa en una paleta o gama de colores, las Guías Pantone, de la que es posible obtener otros por mezclas predeterminadas; de hecho es un sistema muy empleado en la producción de pinturas de color por mezcla de tintes.

Fuente
Valeria Montaña. Artista Plástica de la Universidad Nacional de Colombia.
conceptodefinicion.de/color – carmenarcosmuebles.blogspot.com.co – rinconpsicologia.com – marketingdirecto.com – adnstudio.com/l – gtechdesign.net

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