El valor de quienes trabajan en el silencio

Paola Andrea Ruiz Rojas
Periodista

Cuando Antonio Beltrán tomó la decisión de contratar empleados con discapacidad auditiva para que laboraran en su empresa; no logró imaginar la repercusión que dicha acción tendría tanto en la vida de sus nuevos empleados, como en la dinámica productiva de su compañía.

La firma colombina Antonio Beltrán Muebles y Accesorios, que por casi dos décadas se ha dedicado a fabricar muebles de madera, es reconocida actualmente, no sólo por la calidad y exclusividad de sus diseños, sino porque además, hace parte del selecto y pequeñísimo grupo de empresas -que dejando atrás los prejuicios-, le han apostado a contratar personas en condición de discapacidad.

A pesar de que el Estado Colombiano promueve la inclusión laboral de personas discapacitadas mediante la aprobación de leyes que otorgan beneficios tributarios a las empresas contratantes, sólo el 36 % de las compañías nacionales han vinculado personas con algún tipo de discapacidad manifiesta.

Un estudio realizado por Trabajando.com y Universia sobre el panorama de reclutamiento y contratación de personas con discapacidad por parte de empresas colombianas, deja en evidencia que en la mayoría de empresas del país, no existen programas de responsabilidad social empresarial (RSE) que impulsen la vinculación de personas en condición de discapacidad, y por lo tanto es poco frecuente que las compañías contraten discapacitados.

De otro lado, el informe “Discapacidad y desarrollo” emitido en 2004 por el Banco Mundial, revela que el desempleo de las personas con discapacidad le genera a la economía de los países una pérdida de entre el 5,35 % y el 6.97 % del Producto Interno bruto (PIB), por lo tanto es importante incluirlas formalmente al mercado laboral, ya que ellas representan una fuerza productiva importante, capaz de sumar esfuerzos en aras de jalonar la industria, el comercio, y el mercado de bienes y servicios del país.

Trabajo diligente y silencioso
La labor social de la empresa Antonio Beltrán Muebles y Accesorios empezó de manera inesperada pero consciente, cuando Antonio Beltrán, su propietario, se decidió por recurrir al INSOR (Instituto Nacional Para Sordos), para que ellos le proporcionaran dos practicantes para aumentar la fuerza laboral de su departamento de producción.

A la par que los practicantes sordos empezaron a trabajar en su compañía, Beltrán se percató del gran potencial, de las competencias, y del nivel de responsabilidad y compromiso que mostraban los trabajadores discapacitados; de hecho, afirma que muchas veces llegan a superar la capacidad productiva de los empleados sin discapacidad.

Los sordos representan el 17.3 % de la población discapacitada de Colombia.

Comenta Beltrán que una de las cosas que más le ha llamado la atención de trabajar con discapacitados auditivos es la facilidad que tienen para comunicarse a pesar de su condición, pues el lenguaje de señas resulta ser más práctico, preciso, exacto y conciso, lo que repercute en una mayor productividad para la empresa porque no pierden el tiempo en retóricas, ni diálogos extensos, y además son capaces de generar órdenes exactas y muy claras.

Beltrán se dio a la tarea de investigar sobre la vida de las personas con discapacidad auditiva, encontrando que por su condición física eran usualmente seres rezagados y aislados tanto en el ámbito social como familiar. Esta realidad lo llevó a querer vincular más personas con este tipo de condición, y empezar así, una verdadera obra de responsabilidad social empresarial.

Con el paso del tiempo la firma ha ido contratando más personas con pérdida de la capacidad auditiva parcial (hipoacusia) o total (cofosis). A la fecha, Antonio Beltrán Muebles y Accesorios cuenta con 14 empleados sordos, es decir, el 44 por ciento de su fuerza laboral.

Todos su personal está contractual-mente vinculado y goza de las garantías que la ley exige. Con la vinculación a la vida laboral, la mayoría de empleados con condición de discapacidad auditiva que trabajan en Antonio Beltrán Muebles y Accesorios ha podido pasar de dependientes económicos a proveedores económicos y han podido hacer realidad sus metas de vida, como formar familias, y estudiar.

Ventajas a voces

Según el Pacto de Productividad –programa empresarial de produc-ción laboral para personas con discapacidad–, la contratación de personas con discapacidad no sólo genera beneficios tributarios a las compañías, sino que además, favorece la productividad de la empresa, ayuda al mejoramiento del ambiente laboral y al clima organizacional, mejora la calidad humana de los demás empleados; y logra un mejor posicionamiento de la empresa frente a su entorno social.

El Pacto de Productividad afirma que “aquellas empresas que vinculan laboralmente a la población discapacitada bajo los criterios de igualdad, equidad y equiparación de oportunidades, se posiciona ante su entorno económico y social como una organización que asume su compromiso de Responsabilidad Social Empresarial, con el interés prioritario de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos como parte integral de los conceptos de crecimiento económico y desarrollo, aplicados por las nuevas sociedades del siglo XXI”.

El acceso a la educación es un factor importante para la inclusión social.

Indiscutiblemente la contratación de personas con discapacidad auditiva ofrece más ventajas que desventajas. Beltrán reconoce por ejemplo, que al contar con ellos, dentro de su fuerza laboral, los demás trabajadores han aprendido a reconocer y a convivir con la diferencia y de igual forma han aprendido a valorar sus privilegios, y su normalidad.

El trabajo con personal sordo les ha enseñado a los demás operarios, a asumir responsabilidades, a cambiar la actitud frente a los problemas, y a responsabilizarse más de sus trabajos, sus compromisos y sus propias vidas.

Beltrán comenta, conforme a su experiencia, que los trabajadores sordos, son también muy comprometidos, más cuidadosos, más ceñidos a la norma, y más productivos, por ello es normal que en horas laborables, sólo se les vea haciendo sus tareas, y que estén en desacuerdo con la utilización del tiempo productivo, para hacer otras actividades ajenas al trabajo.

Los trabajadores sordos cuentan además con una capacidad excepcional según lo cuenta Beltrán y es la de anticiparse a diagnosticar el daño de una máquina, eso se debe a que gracias a su desarrollo sensorial son capaces de advertir un cambio en la vibración normal de la máquina, logrando con ello pronosticar un posible daño de la misma, de alguno de sus componentes o de su estructura, mucho antes de que este ocurra.

Contratar personal con sordera, ¿una buena seña?

El estudio “Estadística e información para contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de la población sorda colombiana” publicado por el INSOR, revela que la mayor parte de la población con discapacidad en el mundo se encuentra excluida del ámbito laboral y social, debido a diferentes obstáculos que presentan en la vida diaria.

El último censo del DANE, realizado en Colombia en el 2005, arrojó que en el territorio nacional existe una población con discapacidad auditiva cercana a las 456.000 personas; sin embargo sólo 129.029 personas sordas se encuentran inscritas en el Registro para la localización y caracterización de personas con discapacidad, del Ministerio de Salud de Colombia, a fecha 2013.

Según el RLCPD (Registro para la localización y caracterización de personas con discapacidad), de la población registrada, el 95 por ciento, es decir 121.576 sordos están en edad de trabajar, pero de esa cifra, sólo el 16.3 por ciento cuenta con algún tipo de empleo, lo que indica una muy baja participación de la población sorda dentro del mercado laboral.

Los datos anteriores demuestran que en Colombia, la población con discapacidad auditiva presenta una situación de alta dependencia económica, y que sólo 12 de cada 100 personas sordas en edad de trabajar, son económicamente activas.

La mayoría de las personas sordas, económicamente activas, trabajan como jornaleros, peones y obreros, en situaciones contractuales poco favorables. Datos del RLCPD, demuestran que más del 80 por ciento de los sordos activos laboralmente se encuentran vinculados sin ningún tipo de contrato. En razón a lo anterior, es que la mayoría de ellos están por fuera del régimen de seguridad social, es decir sin salud ni prestaciones.

Para Antonio Beltrán no es justificable desde nin­gún punto de vista, que los empre­sarios nacionales se aprovechen de la condición de discapacidad de los sordos, y de su necesidad de inclusión laboral para ofrecerles contratos poco favorables que van en contravía de la preservación de sus derechos.

En un pasado, el INSOR era el ente encargado de impartir capacitaciones para el personal discapacitado.

También se hace necesario que la población con cualquier tipo de discapacidad, sea entrenada y formada en destrezas básicas, así como en competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales con las que puedan competir en el mercado laboral.

En Colombia por ejemplo, el Sena y el Instituto de la Sabiduría son actualmente, dos instituciones que se encargan de capacitar a la población sorda en conocimientos técnicos, oficios y habilidades, con los que dicha población puede empezar a competir por un puesto de trabajo.

La idea, como lo afirma Antonio Beltrán, es que los no oyentes tengan acceso a la educación para lograr un trabajo calificado y bien remunerado, que les ofrezca estabilidad económica para que puedan volverse personas independientes.

En su empresa, Antonio Beltrán no concede privilegios de ningún tipo, ni para la población discapacitada, ni para el resto de sus trabajadores, según lo comenta, todos son mirados bajo la misma lupa y a todos se les exige de la misma manera. “Si hubiera privilegios, estaría discriminando”, afirmó.

Privilegios, la otra cara de la inclusión

Aunque la empresa Antonio Beltrán Muebles y Accesorios inició su labor social sin pretensiones de ningún tipo, si es preciso aclarar que el Estado Colombiano ofrece algunos beneficios, estímulos tributarios y ventajas competitivas para aquellas empresas que logren integrar personas discapacitadas a sus plantas de  personal.

La ley 361 de 1997, promueve los siguientes estímulos:

– Deducción de la renta del 200 % del valor del salario y prestaciones de cada trabajador contratado que presente una limitación de más del 25 %.

– Disminución del 50 % de la cuota de aprendices SENA que está obligado a contratar.

– Preferencia en licitaciones, adjudicación y celebración de contratos públicos o privados cuándo está en igualdad de condiciones con otras empresas si tiene un 10 % de sus empleados con algún tipo de discapacidad.

– Prelación para recibir créditos o subvenciones del Estado, si orienta estos créditos y subvenciones a programas que generen empleo a Personas con discapacidad.

– Para facilitar los procesos de inclusión social y recibir capacitación, asesoría y acompañamiento, las empresas que deseen vincular discapacitados pueden hacerlo mediante el programa “Pacto de Productividad, adelantado por el gobierno nacional.

Fuente:
Antonio Beltrán, Propietario y Gerente de Antonio Beltrán Muebles y Accesorios. antoniobeltran0615@hotmail.com
Documento, ¿Qué beneficios tiene vincular a personas con discapacidad?, Universidad de Cartagena. Recuperado de insercionlaboral.unicartagena.edu.co
Documento “Estadística e información para contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de la población sorda colombiana”. Boletín Observatorio Social, Población Sorda Colombiana, INSOR. Recuperado de www.insor.gov.co/descargar/boletin_observatorio05.pdf
Documento Pacto de Productividad. Recuperado de www.pactodeproductividad.com
co.trabajando.com

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