Las exportaciones a Venezuela pasan por un período crítico

La economía de Venezuela cerrará el 2017 con una caída del 9,5%, completando cuatro años en recesión, con una contracción acumulada del producto interior bruto (PIB) del 31,9% respecto del 2013, así lo asegura el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Hoy en día, el dinero de Venezuela es casi inútil y su crisis de efectivo solo está empeorando. El país se está convirtiendo en un desastre humanitario impulsado por las políticas económicas del Gobierno, que han causado que la moneda, el bolívar, se desplome en valor y los precios se disparen. Entre enero y noviembre del 2017, el bolívar había perdido el 96% de su valor, y para comienzos de diciembre se necesitaban 84.000 bolívares para comprar un dólar estadounidense.

Con la limitación de divisas, hasta noviembre las importaciones venezolanas de bienes habían caído 26,0%, y según La Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiano (Cavecol), en el primer semestre del 2017 el comercio bilateral entre Colombia y Venezuela cayó aproximadamente en un 60%.

Por si fuera poco, aún está pendiente gran parte del pago de la deuda por concepto de las exportaciones a empresarios colombianos.

Efecto para el mueble colombiano

Particularmente, la crisis derrumbo el ingreso de muebles colombianos hacía el país petrolero. En efecto, entre el 2011 y lo corrido del 2017, hasta septiembre, los fabricantes de muebles colombianos dejaron de exportar más de once millones de dólares a Venezuela; y, en términos de volumen, se perdió un mercado con una demanda de más de dos mil toneladas de muebles.

Aunque ningún sector se salva del bajonazo de Venezuela, para la industria del mueble y la madera ha sido catastrofica la crisis de este país; toda vez que este mercado no ha podido ser reemplazado por ningún otro país; pues dentro de los principales destinos de muebles colombianos sólo las ventas hacia Chile han crecido en cerca de dos millones de dólares en los últimos siete años, mientras que las exportaciones a Panamá y Estados Unidos han caído en ocho millones y un millón y medio, respectivamente.

Por producto, los muebles de plástico y madera han sido los que más han dejado de importar desde Venezuela, solamente en el 2016, las exportaciones de mobiliario de plástico a territorio bolivariano cayeron 89%, mientras que las de los muebles de madera lo hicieron en 64,3%.

En suma, es preocupante la actualidad y el futuro que se cierne sobre el vecino país, aún más cuando se espera una caída en el PIB venezolano del 9%; una inflación que el Gobierno reconoció oficialmente en 254,9%, y que algunos analistas calculan en 2000%.

Para el 2018 el reto de los exportadores, incluidos los muebleros, será buscar una mayor penetración en nuevos mercados, habrá que ver hacía los países de la Alianza Pacífico, el Mercosur y, especialmente, hacía Centro América, para contrarrestar el efecto negativo de Venezuela, el cual está lejos de terminar.

Revista M&M

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