Miya daiku y Sukiya daiku: Precisión y belleza en los detalles

La arquitectura tradicional japonesa se ha basado en milenarias técnicas de carpintería que han permitido la construcción de edificaciones resistentes, estables, funcionales y estéticamente limpias. Miya daiku y Sukiya daiku son dos de las más aplicadas en la actualidad.

La arquitectura tradicional de Japón se ha caracterizado mundialmente por desarrollar soluciones constructivas espaciales, flexibles, armoniosas, versátiles y poco convencionales; obras que exhiben siempre estructuras expuestas como manera de resaltar la belleza natural de la madera –el material principal utilizado en ellas–, sus aportes estéticos y las distintas posibilidades que ofrecen para disponer los elementos que las conforman.

Por lo general, las estructuras en la arquitectura japonesa han estado conformadas tradicionalmente por columnas y vigas de diferentes tamaños dispuestas en sentido horizontal, vertical y diagonal, que forman entramados precisos y complejos logrados, muchos, sin la intervención de elementos de unión.

Precisamente, entre las soluciones de unión sobresalen dos técnicas de carpintería: Miya daiku y Sukiya daiku que se caracterizan por no requerir de piezas o medios de conexión o sujeción como tornillos, clavos o pegamentos para ensamblajes perfectos, pues estos se logran a través de cortes milimétricos en las piezas, las cuales se montan a manera de rompecabezas tridimensionales.

Los beneficios que brindan las técnicas en mención son el equilibrio entre las fuerzas de flexión, torsión y compresión; la eficiencia y la velocidad en el proceso de construcción pues los procesos de corte y ensamblaje se realizan en el lugar de la obra; y la facilidad y la flexibilidad que ofrecen durante el montaje de la estructura –incluso en labores posteriores de mantenimiento o de conservación– pues puede ser desmontada y volverse a montar sin causar daño a las partes.

Las técnicas aplicadas en la fabricación de muebles o en la construcción de templos y salones de té, son las que inspiran la arquitectura contemporánea de Japón.

Adicionalmente, está el aporte valioso, detallado y delicado del trabajo manual y de ebanistería visible al interior de la edificación, en la medida que la estructura forma parte de la decoración interior y que resulta atractivo si se compara con el resultado de las obras convencionales en las que el revestimiento de la estructura lo conforman muros.

Mística y tradición

Durante siglos, los bosques han servido al pueblo japonés en diferentes formas; no en vano el recurso ha estado presente desde siempre y en un volumen importante pues el país (con un área de 377.915 km2) cuenta con una riqueza forestal que cubre las dos terceras partes de su superficie.

Específicamente, en el campo constructivo, la madera ha sido y es la materia prima básica de la arquitectura autóctona y de la decoración interior de los espacios residenciales y/o espirituales, caso este último en el que las edificaciones son consideradas patrimonios artesanales por ser vivos testimonios de las diferentes técnicas de carpintería y ebanistería que se usaron en su construcción y ambientación: Sashimono shi (técnica para la fabricación de muebles); el Tateguya (arte propio en las labores de acabado interior); Miya daiku (método centrado en la edificación de santuarios y templos); y Sukiya daiku (especializado en la edificación de salones de té).

La arquitectura contemporánea de Japón rescata milenarias técnicas de carpintería, marcadas por un profundo respeto a la madera como materia prima

Vale anotar que los nombres de las técnicas definen también a los especialistas que las realizan, a los ebanistas y los carpinteros japoneses –entre los mejores del mundo–, y precisan el carácter místico que se establece entre éstos y la madera al momento de trabajarla, pues es a través de las edificaciones, los muebles o las piezas decorativas, que se da al árbol la posibilidad de continuar su vida en un “segundo tiempo” que dure para siempre.

Los artesanos –creyentes firmes de que todo el trabajo con la madera es de cuerpo a cuerpo (hombre y tronco)– capturan el espíritu del árbol para transformar un trozo de madera en una pieza funcional, estética y eterna.

De esta mística surge el cuidado con el que se manipula la madera con el uso de herramientas básicas como el cincel, la sierra, el cepillo o el martillo, y de la aplicación de procesos como el ensamblaje, el cual debe ser sutil y discreto pues el objetivo es mantener la belleza y la resistencia naturales del árbol.

Esta es la razón por la que los sistemas de ensamblaje japoneses se describen como invisibles y discretos; cualidades que los hacen sobresalir en la arquitectura, el interiorismo y diseño mobiliario actual.

De santuarios y salones de té

 

Las técnicas Miya daiku y Sukiya daiku han despertado el interés de los profesionales de la construcción fuera de Japón, gracias a la labor creativa y constructiva de arquitectos como Shigeru Ban, Kengo Kuma (2) y Takaharu Tezuka, todos nacidos en Japón, mundialmente reconocidos y quienes las han puesto de nuevo en el ruedo de la actualidad arquitectónica.

En términos generales, ambas técnicas se distinguen por el uso piezas de madera logradas de forma y de sistemas artesanales para el ensamblaje de las mismas. Precisamente, su carácter artesanal –daiku es un vocablo japonés que significa carpintero– para levantar edificaciones funcionales, robustas (estructuralmente hablando), seguras (3), y a la vez estéticamente delicadas en apariencia, es lo que las distingue.

De las técnicas Miya daiku y Sukiya daiku, los arquitectos japoneses han rescatado especialmente los sistemas de unión sin el uso de pegamentos, puntillas o clavos.

La diferencia entre ellas –además de la especialidad de cada una: Miya daiku en la edificación de santuarios y templos; y Sukiya daiku en la edificación de salones de té–, es que la primera, a diferencia de la segunda, va más allá de la cimentación de la estructura para abarcar otras labores como el diseño y construcción de fachadas, muros y techos, casos en los cuales, además de la madera, se utilizan otros materiales rústicos como papel de arroz, bambú o paja; así como tareas propias de la ambientación interior como la fabricación de mobiliario, en el que también se aplican sistemas de unión libres de piezas de conexión.

En la práctica

En el caso de los sistemas de unión Miya daiku y Sukiya daiku –los cuales nacieron en Japón millones de años atrás–, existen más de 20 tipos, algunos con sus propias variaciones. Basada en el libro Wood Joints In Classical Japanese Architecture (1), M&M seleccionó algunos de los más utilizados en la Arquitectura actual:

 Sistema de junta simple: es la unión de dos o más piezas de madera por sus caras o cantos a fin de ensanchar la pieza de madera y conseguir mayores dimensiones; entre estos se distinguen:

 Cola de paloma: se utiliza principalmente para unir las vigas de soporte a suelo; y consiste en hacer muescas en los extremos de éstas. La pieza macho tiene la forma de la cola de una paloma y la pieza hembra el hueco de empate o adaptación; el conjunto se forma deslizando el macho en la hembra. Su función es la de resistir la fuerza de tensión en una estructura.

  • Cuello de cisne: su uso y función son las mismas del anterior, pero ofrece una mayor fuerza de tensión puesto que se utiliza para unir secciones de madera, a través del sistema espiga/caja o mortaja, de dimensiones mayores que el empalme anterior.
  • Cuatro caras en cuello de cisne: se caracteriza porque se aseguran las cuatro caras de la viga pues su función es la de soportar grandes columnas. Es uno de los empalmes más complejos de trabajar pues dos espigas (semejantes al cuello de un cisne) se tallan en diagonal a través de la sección.
  • Forma de almeja: se utiliza principalmente en el montaje de la columna central de una estructura, cuando esta se prolonga por encima de la edificación (similar a las antenas de los rascacielos). Las piezas macho y hembra se ensamblan mediante el patrón espiga/mortaja.

 

  • Sistemas de empalme múltiple: consiste en unir dos piezas, cada una con diferentes picos cuadrados sobresalientes (uno al contrario del otro) de forma que coincidan entrelazando sus puntas para formar una pieza. En este caso, para formar conjuntos resistentes se utilizan elementos de conexión como clavijas, llaves y pasadores.

 – De doble clavija: este conjunto conecta dos vigas en caras opuestas de una columna. Las vigas con la espiga se conectan primero a la columna; después se insertan las siguientes piezas y se desplazan hacia adelante hasta que el tope inferior de la espiga se encuentre con el centro de la columna. La conexión entre las vigas y la columna se completa antes de terminar el empalme entre las vigas. Después de apretar el conjunto, se insertan pasadores a fin de lograr suficiente resistencia a la tracción.

  • De triple clavija: en este conjunto se conectan tres haces en las tres caras de una columna; para asegurarlo se insertan pasadores. Estéticamente ofrece una estructura que da la impresión de continuidad, similar a un tejido en el que las partes opuestas se encuentran.
  • De múltiple clavija: sistema de empalme que se utiliza para conectar, especialmente, las partes de la estructura media con la de soporte superior como los techos y los aleros.

 Entre lo rústico y moderno

Una de las características de la escuela Sukiya daiku es que busca unir el exterior con el interior a partir de la idea de que la arquitectura de un lugar debe propiciar la conexión entre quienes lo habitan y la naturaleza; particularidad que se ha vuelto importante hoy en la arquitectura contemporánea del mundo occidental.

En Japón, en los salones de té (lugares de meditación), la conexión la logran los constructores mediante el uso de materiales naturales: las puertas se fabrican con papel de arroz para permitir la entrada de la luz natural al interior de la edificación, pero de forma sutil para que el brillo del sol no afrente el carácter íntimo y de meditación del lugar. El bambú y la paja ayudan a dar flexibilidad a los espacios en lo funcional y estético: favorecen la circulación del aire natural, todos ellos materiales que desdibujan el límite entre interior y exterior.

Otra forma de realizar en enlace ha sido el uso de marcos en madera en las ventanas corredizas, que se abren hacia el exterior de forma generosa, y enmarcan una vista determinada del paisaje, cuidadosamente lograda gracias a que se ubicadan a una altura y posición determinada para lograrlo.

Estas particularidades son las que hoy reinterpretan arquitectos japoneses como Shigeru Ban, Kengo Kuma y Takaharu Tezuka, entre otros, quienes han logrado darles un sentido de contemporaneidad y vanguardismo a través del uso de materiales como el hormigón, el acero o el vidrio en fusión con la madera.

 De igual manera, y a diferencia de los primeros años del nacimiento de las técnicas, hoy los arquitectos se apoyan en las ayudas que brinda la modernidad y que se reflejan en el uso de las tecnologías de punta como los software 3D o 4D y los programas de diseño y modelación, o CNC (Control Numérico  Computarizado) para lograr mayor rapidez en los procesos de corte y cepillado de la materia prima. Lo valioso en esta reinterpretación es que los sistemas de ensamble estructural conservan el principio de lograr uniones perfectas sin pegamentos, clavos o tornillos.

Arquitectura sin clavos ni herrajes:

Museo y Centro de Investigación de la GC Corporation, Aichi, Japón

 

La arquitectura del lugar se basa en el sistema de Cidori, un tradicional juguete japonés en forma de cuadrado que consiste en un conjunto de palos de madera (de 12 mm) con articulaciones que hacen posible el libre movimiento de las partes, sin ningún tipo de clavos o herrajes.

Para la edificación, se usaron piezas de madera de 60 mm × 60 mm × 60 mm × 200 cm o de 60 mm × 400cm, a fin de lograr secciones mayores con una dimensión de 50 cm., que, en su conjunto, forman la estructura de 626,5 m2. Destacan a la obra su gran flexión y compresión, en lo mecánico, y su atractiva estética pues el entramado sirve también como una impactante y funcional fachada para el edificio que permite el paso de la luz natural. Obra de Kengo Kuma.

  • The Nine Bridges Country Club, Yeojun-gun, Corea del Sur

Shigeru Ban es uno de los arquitectos más talentosos en la aplicación de las Miya daiku y Sukiya daiku en obras civiles que hoy sirven como modelo de la nueva arquitectura japonesa.

Esta edificación de 16.000 m2 es un campo de golf que incluye además áreas de recepción, suites, vestíbulos, salas de estar, salones de fiesta y sótanos. La estructura está conformada por una base de piedra y columnas de madera laminada dispuestas en forma radial que suben verticalmente y apuntan en curva para convertirse en piezas horizontales (similar al tronco de un árbol) que dan soporte al techo formando una rejilla hexagonal y a la fachada tipo cortina en vidrio. La madera en la estructura es también el principal material de acabado interior.

  •   Edificio Tamedia, Zurich, Suiza

Fue la edificación en madera más sobresaliente del período 2013-2014 debido a que expone, como ninguna otra, los sistemas de unión sin tornillos, clavos, pegamentos o cualquier otro tipo de conector. La estructura está compuesta por pilares y vigas gemelas de sección transversal ovalada (en madera de Haya, Fagus Sylvatica), piezas que se obtuvieron a través de un proceso de fresado CNC, y que sirven tanto para la transmisión de cargas, como de refuerzo de los otros elementos estructurales. Las piezas fueron montadas, una a una, a manera de rompecabezas tridimensional. Diseño de Shigeru Ban.

  • Pabellón Woods of Net, Museo al Aire Libre de Hakone, Japón

 La estructura de obra, de Takaharu Tezuka, está compuesta en su totalidad por 598 piezas de madera (en total suman 320 m³ en una superficie de 528,50 m²) cada una con una longitud y grosor diferente para que las fuerzas de flexión y cortante le brindaran estabilidad

Vale señalar que en los estudios estructurales para su construcción, se determinó que una estructura así, de grandes secciones transversales, es estable y resistente a factores como los movimientos sísmicos, el viento, el agua o el fuego; además de permanecer cientos de años un deterioro importante que le provoque afectaciones; de allí que la inspección de la estructura se realizará cada 30 años.

 

 

  • Jardín Infantil de Asahi, Japón

De Takaharu Tezuka, este proyecto consistió en la reconstrucción de un jardín infantil cuya estructura quedó en ruinas después del tsunami en 2011. Para lograrlo, los constructores utilizaron cientos de troncos de los árboles (sembrados hacia 1611 y con diámetros hasta de 5,0 m) que murieron debido al desastre natural y que fueron procesados en el lugar de la obra. Según el arquitecto, usaron las técnicas tradicionales de arquitectura japonesa y que, asegura, han producido edificaciones que han sobrevivido más de 1300 años. La estructura está formada por columnas de 60 cm x 60 cm.

Complejo de la ciudad de Yusuhara, Japón

Edificación de Kengo Kuma que es a la vez mercado y hotel. Presenta una estructura elaborada en madera de Cedro que conserva la apariencia natural del árbol; mientras que la fachada (estilo muro cortina) exhibe la combinación de vidrio en la parte inferior y paneles de paja, arriba, y se apoya en una serie de pivotes de acero cuya función es ayudar a fijar, verticalmente, la paja y permitir que los paneles se abran para la entrada de aire fresco.

Citas:

  1. El libro Wood Joints In Classical Japanese Architecture de Torashichi Sumiyoshi y Gengo Matsui se editó por primera vez en 1989; es hasta el momento la referencia bibliográfica más completa sobre los sistemas de ensamble que nacieron en la carpintería japonesa. Para ampliar y profundizar en los ejemplos que M&M ilustra en este artículo, se sugiere remitirse a este documento.
  2. Ver artículo, Kengo Kuma: La totalidad que proporciona la madera, publicado en la Revista M&M 86, diciembre 2014 – febrero de 2015.
  3. En ambos oficios el conocimiento básico de otras materias como la geología, por ejemplo, es básico para determinar la factibilidad de una edificación en determinado tipo de suelo, a fin de garantizar la vida útil y óptima de la estructura.

Fuentes:

Wood Joints In Classical Japanese Architecture de Torashichi Sumiyoshi y Gengo Matsui; El poder de los límitesproporciones armónicas en la naturaleza, el arte y la arquitectura de György Doczi, Editorial Pax, México, 2004; Tesis La arquitectura tradicional japonesa como modelo conceptual de Rafael Álvarez E; https://maderaestructural.wordpress.com/tag/japon; www.archilovers.com; www.japaneseguesthouses.com; https://worksthatwork.com; www.plataformaarquitectura.cl; www.archdaily.co; http://kkaa.co.jp; www.tezuka-arch.com; www.shigerubanarchitects.com.

Fotografías:

www.plataformaarquitectura.cl; www.archdaily.co; http://kkaa.co.jp; www.tezuka-arch.com; www.shigerubanarchitects.com; www.alamy.com.

 

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