Factoring: Transforme sus Cartera en Efectivo
Luisa Fernanda Castro Patiño
Periodista M&M
En Colombia, las pequeñas y medianas empresas acuden cada vez más a diferentes opciones que les permitan apalancar sus negocios, si bien, muchas de estas apelan al tradicional crédito bancario, otras por el contrario, aprovechan el “factoring” o compra de facturas, un moderno sistema financiero por medio del cual obtienen liquidez inmediata.
Para las medianas y pequeñas empresas es común enfrentarse a problemas financieros como el alto porcentaje de financiación que cobran las entidades bancarias y con ellas, el alargamiento de los ciclos de cobro y en general, la falta de liquidez inmediata o capital de trabajo para continuar con su producción.
Lo anterior constituye una amenaza para lograr liquidez en una compañía, por lo que se hace necesaria la búsqueda de diferentes opciones de financiamiento y una de ellas es el Factoraje (factoring), un medio para prevenir y controlar dichas dificultades, diferente al crédito bancario y extrabancario, al que acuden actualmente las firmas para solucionar sus problemas de liquidez.
Dadas las ventajas de esta práctica comercial, su uso en el mercado internacional ha mostrado un alto nivel de aceptación, pues en el 2007 el factoring registró un crecimiento a nivel mundial que alcanzó la suma de 1.3 billones de dólares, un 14.53 por ciento más que el año anterior, sin embargo en Colombia hasta hace muy pocos años se reactivó como un instrumentos aliando de la industria, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
De hecho, en los últimos años el gobierno colombiano ha venido haciendo un gran esfuerzo por incentivar el crecimiento de las medianas y pequeñas empresas, a través de la creación de diferentes esquemas de préstamos y el desarrollo de metodologías especializadas. Es así que, con ley 1231 promulgada el 17 de junio de 2008, las empresas cuentan con un mecanismo de financiación para adquirir liquidez y optimizar el flujo de caja, y de este modo evitar, en gran medida, el endeudamiento y mejorar notablemente sus indicadores de gestión.
Dicha ley define la factura como título valor, en tanto que las empresas pueden negociarlas por endoso y obtener a cambio capital de trabajo, por ello éstas se convierten en un mecanismo de financiación para el micro, pequeño y mediano empresario.
Aunque el factoring no es un mecanismo nuevo en el país, su penetración en el mercado ha sido lenta debido a que antes de ser promulgada la ley, las transacciones de factoring estuvieron regidas por el Código de Comercio, en el que se excluía al sector de servicios (1) que es uno de los que mayor desarrollo registra en la actualidad. Como consecuencia, las operaciones de factoring nacionales son menores al 1.5 por ciento del PIB, cuando en países como Chile esta cifra es equivalente al 12 por ciento.
Cómo Opera el Factoring
El concepto de factoring explica una modalidad de financiamiento soportado en un contrato mediante el cual una empresa (emisor o factorado) vende a un tercero (factor) sus facturas o cartera con una tasa de descuento acordada entre las partes, convirtiendo las ventas a corto plazo en ventas al contado, dicho de otro modo, las facturas de compraventa de una compañía son endosadas o cedidas a favor de la compañía de factoring para obtener flujo de caja.
Usualmente, esta operación se realiza sobre facturas, pero también sobre contratos en los que se descuentan los flujos futuros. Esta práctica es muy común entre los contratistas que realizan trabajos, servicios, y especialmente en contratos de infraestructura.
Una vez la compañía de factoring tiene la factura en su poder, se encarga de hacerle el cobro al comprador tan pronto como se cumpla el plazo que se pactó durante dicha operación. Por lo regular, las facturas se tranzan con vencimientos a 30, 60 y 90 días, aunque la empresa de factoring puede aceptar un plazo de hasta 180 días para realizar el cobro, pero esto depende de la política interna de la firma que esté prestando este servicio de financiación. Para el caso de los contratos, existen unos plazos que normalmente oscilan entre los 12 y 24 meses.
Ya, para que el negocio de factoring sea viable, deben existir algunos requisitos y condiciones básicas; en primer lugar, acordar un porcentaje de desembolso sobre el valor de la factura, el cual se divide en dos componentes: descuento y provisión. El descuento aplicado se determina en función del mercado, más un margen comercial que oscila entre el 5 y el 15 por ciento y su pago se efectúa en el momento en que la empresa endosa su factura.
Las provisiones, por su parte, se sitúan en una banda que oscila entre el 15 y 20 por ciento sobre el importe total de las facturas, pero una vez el deudor ha cancelado la totalidad del dinero a la compañía factoring, ésta regresa nuevamente el valor por dicha provisión.
Esta provisión no tiene otro objetivo más que aminorar el riesgo que corre la compañía de factoring por incumplimiento de pago de factura dentro de fechas pactadas pues, en caso que el deudor se retrase en cancelar, los intereses que se generan por mora, se descuentan de ese valor. Por ejemplo, determinada empresa vende una factura que tiene plazo de cancelar a 90 días, por un valor de 100 millones de pesos, de los cuales la firma factora descuenta un 20 por ciento (provisión).
Resulta que el deudor se demora en pagar a la empresa de factoring 30 días más del plazo pactado inicialmente, entonces lo que hace esta compañía es deducir de la provisión, los intereses que se generaron en esos 30 días de mora, es decir que, al final de la operación, la entidad no devuelve a su cliente un valor por 20 millones de pesos, sino menos de esa cantidad de dinero, según corresponda a los intereses que haya deducido.
Lo anterior significa que los intereses por mora los debe asumir la empresa factorada y que, de igual manera, el no pago de una factura es responsabilidad de la compañía que solicita el servicio, claro está, que eso depende del tipo de factoring aplicando. (Ver sección modalidades de factoring).
Otro requisito tiene que ver con la documentación requerida por la compañía factoring, la cual puede cumplir cualquier empresa: formulario de vinculación diligenciado y firmado por el representante legal, certificado de cámara y comercio no mayor a 30 días, estados financieros de los dos últimos años, fotocopia de las dos últimas declaraciones de renta, fotocopia del RUT y extractos bancarios. Los anteriores documentos son los que se solicitan principalmente para ser estudiados por la compañía factor y determinar la aprobación de la financiación.
Aunque la documentación sirve de soporte para que la compañía factora analice el estado financiero de su cliente y de esta manera, apruebe o no la compra de la factura, dicha asentimiento también depende en gran medida de la empresa o persona que cancelará la factura.
Según Carlos Buraglia, gerente general de Profesionales de Factoring, una compañía que desde hace un año presta el servicio de factoraje en Bogotá, “En algunos casos el factoring es un servicio que no sólo toma como base las cifras y el soporte financiero de su cliente, sino que también tiene en cuenta otros aspectos como la solidez y el estado económico de la empresa a la cual le fue vendido el producto (deudora) pues, finalmente, es la responsable del pago de la factura”.
Un ejemplo claro de ello es el caso de un grupo de publicistas, quienes obtuvieron una cuenta con una reconocida empresa de lácteos para realizar el lanzamiento de un nuevo producto y necesitaban dinero para contratar personal de apoyo logístico y viáticos para desplazarse a otras ciudades, según lo acordado con su cliente dentro de la campaña publicitaria.
Para la empresa de factoring era claro que los publicistas no contaban ni con dinero, ni con experiencia crediticia para respaldar la financiación de su negocio, sin embargo, al ver que la firma de lácteos contaba con una amplia solidez y tradición en el mercado, la entidad factora decidió aprobar el descuento de las facturas. Así, durante cerca de seis meses, los jóvenes empresarios recibieron cerca de mil millones de pesos de la entidad factora, dinero que le fue liquidado por la compañía deudora, una vez terminó el contrato.
Es importante destacar que una compañía factora puede financiar facturas desde 100 mil pesos en adelante, de hecho algunas suelen comprar hasta 10 facturas de valores pequeños, mientras que otras prefieren negociar con facturas desde 1millón de pesos, esto depende de la política interna de la firma factora.
Igualmente, en el factoring, el cliente cuenta con cupos abiertos, es decir que, a diferencia de una entidad bancaria y en la medida que las facturas se liquiden contra el mismo pagador, el cliente no posee cupos limitados. De hecho, la compañía factora puede financiar facturas consecutivas, incluso, pueden llegar a sumar un total de 300 millones de pesos.
De otro lado, según Buraglia, utilizar un sistema financiero bancario o factoring depende en gran medida de las necesidades del cliente. En ese sentido, si una empresa necesita comprar materia prima e insumos, es recomendable solicitar un crédito a corto plazo (factoring) que le ofrezca liquidez inmediata para continuar con su proceso de producción, pero si la compañía necesita comprar maquinaria o infraestructura se recomienda que adquiera un crédito bancario a largo plazo que le permita abonar a la deuda periódicamente.
“Sería contraproducente para una empresa solicitar un crédito vía factoring para comprar infraestructura o maquinaria, dado que en la mayoría de los casos, ésta no ha terminado de hacer el montaje físico de su negocio, cuando tiene que responder a una deuda que muy probablemente, no podrá asumir. Para este caso existen, entonces, unas líneas de crédito bancarias especiales que, por lo regular, otorgan al cliente un plazo de 3 a 5 años, tiempo en el cual, dicha empresa puede capitalizar dinero e ir abonando a la obligación comercial que adquirió con esa entidad”, afirma Buraglia.
Así pues, en el factoring, la generación y aseguramiento de capital de trabajo puede considerarse como uno de los principales beneficios que incentivan su uso como fuente de recursos para el crecimiento de las compañías, así como también la posibilidad para que las personas o firmas que acceden a este tipo de financiación, eviten endeudarse financieramente, uno de los factores que más obstaculiza el progreso de las pymes, más aún en tiempos de crisis.
Modalidades de Factoring
En la práctica, existen dos tipos principales de factoring: con responsabilidad y sin responsabilidad, y según la modalidad que se ejecute y el riesgo que represente dicha operación, varía el descuento que la compañía factora aplica al momento de otorgar el dinero a su cliente.
- Factoring con responsabilidad: también llamado factoring con recurso, es un contrato en el que empresa de factoring o factora no garantiza el riesgo por la insolvencia del deudor del dinero cedido, es decir, que en el caso que el deudor de la factura incumpla con el pago, la empresa factorada debe responder con dicha obligación y, en caso que esta última no lo haga, se da inicio a un proceso jurídico.
- Factoring sin responsabilidad: se conoce también con el nombre de factoring sin recurso. A diferencia de la anterior, las empresas de factoring asumen el riesgo del incumplimiento o insolvencia de los deudores de las facturas, es decir que la empresa factorada, no tiene responsabilidad alguna por el incumplimiento de sus clientes o deudores.
De igual forma, existen otros tipos de contrato, según la residencia de las partes contratantes.
- Factoring doméstico: también conocido como factoring interno o nacional. Significa que la empresa vendedora y compradora del producto o servicio (acreedora y deudora), tienen sus domicilios legales o sus cedes administrativas en el mismo país o región donde opera la empresa de factoring o factora.
- Factoring internacional: a diferencia del anterior, una de las partes contratantes se encuentra fuera del territorio, donde opera la empresa factora. Esta modalidad de contrato presenta dos variantes o tipos de factoring que son:
- Factoring de exportación: es un instrumento financiero con recurso, a través del cual la compañía factora promueve las exportaciones nacionales de una empresa que reside en el mismo territorio, a través del financiamiento de sus ventas a firmas extranjeras y de la gestión de cobro de las facturas a corto plazo.
- Factoring de importación: en esta modalidad de contrato, la compañía factorada reside en un país distinto al de la empresa de factoring, por lo que le transfiere todos los créditos originados en su actividad empresarial con deudores domiciliados en el mismo país donde opera la compañía factora.
Pero también existen otras modalidades que viene adoptando el factoring en la actualidad, específicamente en el mercado internacional.
- Mil agent factoring o factoring de múltiples contratos: es un conjunto de contratos que permite a una de las partes, por lo regular al empresario, pactar con un fabricante, la elaboración de un producto que el no está en la capacidad de producir, y con la empresa de factoring la financiación de dicha operación.
- Al split factoring o factoring compartido: permite a dos o más empresas factoras compartir la compra de facturas de la empresa factorada.
- Al split risk factoring o factoring con riesgo compartido: en esta modalidad de contrato la empresa factora presta sus servicios de factoring a determinada compañía, pero con la condición que la responsabilidad por la insolvencia de los deudores, sea compartida por ambas empresas.
- Al factoring by exception factoring por excepción: En este tipo de contrato la empresa factora no adquiere los créditos de una manera global, sino únicamente aquellos que se encuentran vencidos y, en consecuencia, presentan un riesgo mayor de cobranza.
Una herramienta Financiera para las Pymes
Según un artículo publicado por la revista Dinero, el factoring no es una alternativa de financiación para obtener capital de trabajo, que hayan aplicado los países más pobres o menos desarrollados, por el contrario, en Estados Unidos, Chile y Europa, por ejemplo, ha mostrado gran evolución.
Así, más del 71 por ciento de empresas de factoring se concentraron en Europa, el 12 por ciento en América y el 17 por ciento en Australia, África y Asia. Actualmente, Chipre e Italia son los países que registran mayor frecuencia de uso de esta práctica comercial con el 20.7 y 11.9 por ciento del PIB, respectivamente. En América Latina, esa alternativa de financiación creció un 83 por ciento específicamente en México y un 110 por ciento en Chile.
Particularmente, en Colombia el factoring ha sido un mecanismo muy útil para las pequeñas y medianas empresas, mas aún cuando un buen porcentaje de las pymes nacionales no cuentan con historia crediticia, lo que también les dificulta el acceso a otros beneficios como créditos bancarios a largo plazo.
Según estudios realizados en el 2005 por la Asociación Bancaria, “el costo del crédito extrabancario para un pyme puede incluir tasas de hasta 214 por ciento anual, es decir 10 veces más que las tasas que estas empresas podrían encontrar en un crédito bancario formal. De igual manera, se encontró que los costos de financiación con proveedores rondan el 42.6 por ciento anual, lo cual no sólo afecta la liquidez durante el proceso productivo de las empresas, sino la capacidad productiva de las mismas”.
A lo anterior, se suma que las pymes también deben sortear numerosas trabas financieras a la hora de solicitar un crédito bancario; “entre los factores que más obstaculizan el crecimiento de las empresas se destacan la exigencia por parte de entidades financieras, los trámites de documentación al solicitar un crédito, las altas tasas de interés, la falta de experiencia con los bancos y la baja capacidad de endeudamiento que estas poseen”, afirma Buraglia.
Resta por decir pues, que el factoring es un negocio financiero que poco en común tiene con las más usuales formas de financiación. Es un modelo muy útil y práctico para la pequeña y mediana empresa que, en muchos casos se ha gestado, nacido y desarrollado fuera de los muros del sistema de financiamiento tradicional.
Citas
Es el sector económico que engloba de todas aquellas actividades económicas que no producen bienes materiales de forma directa, sino servicios que se ofrecen para satisfacer las necesidades de la población.
Fuentes
- Carlos Buraglia. Gerente General Profesionales de Factoring. buraglia@profesionalesdefactoring.com
- Catherine Castro Gómez. Abogada. Cathecastro82@hotmail.com
- factorgroup.com
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