Seguridad Industrial: Un Concepto que va más allá de la Protección
Luisa Fernanda Castro Patiño
Periodista M&M
La seguridad industrial es uno de los conceptos de mayor aplicación en la industria moderna. De hecho, las empresas colombianas, concientes de su importancia, trabajan en conjunto con las Administradoras de Riesgos Profesionales – ARP para reducir los niveles de accidentalidad y asegurar la salud física y mental de los empleados. Sin embargo, los accidentes de trabajo en el país siguen en aumento.
Según la Organización Internacional del Trabajo – OIT, en el mundo mueren al año 2,2 millones de personas a causa de accidentes y enfermedades relacionadas con actividades laborales, se registran 270 millones de accidentes de trabajo no mortales y 160 millones de casos relacionados con enfermedades profesionales, cifras éstas últimas que, en un tercio, conllevan a la pérdida de cuatro días laborales por persona afectada.
Según la misma entidad, en un año la cifra por accidentes, en Latinoamérica, alcanza las 355.000 muertes, mientras las pérdidas en el Producto Interno Bruto (PIB) de países en vía de desarrollo por este concepto son 20 veces superiores a toda la ayuda oficial de los países desarrollados.
Dado el preocupante panorama mundial, y considerando las pérdidas económicas y de vidas relacionadas, se ha despertado un interés general en los organismos de control estatal por reducir los índices de accidentes y un compromiso genuino en ciertos sectores de la industria, por cumplir la normatividad, aunque éste sea menor en empresas cuyos directivos desconocen el tema, lo evaden o se amparan en normas laxas de seguridad existentes en sus países.
Pero la OIT no acepta la idea que los accidentes sean parte del diario vivir del sector productivo, y por esa razón han creado diferentes espacios de divulgación como publicaciones, seminarios y reuniones técnicas para invitar a los sectores a garantizar zonas de trabajo sanas y seguras, difundir información dirigida a los gobiernos a fin que diseñen y hagan cumplir las políticas de seguridad social y para que las compañías cumplan las normas internacionales de trabajo.
A la iniciativa se han sumado otro organismos internacionales como la Asociación Latinoamericana de Seguridad e Higiene – ALASEHT, que difunde el conocimiento y ejecuta acciones en torno a la seguridad industrial en Latinoamérica y la cual dio a conocer, en su último informe de 2003, cómo los niveles de accidentalidad laboral en Colombia presentan una tendencia constante y creciente en comparación con otros países de altísima actividad industrial, como Brasil, que los mantiene estables gracias a las acciones emprendidas para reducir la tasa.
¿Obligación exclusiva de las empresas?, ¿tarea por excelencia del gobierno?, ¿responsabilidad total de las ARP? La seguridad industrial parece tener muchos actores pero, en la práctica, pocos activos y, en Colombia, este hecho esta cobrando lentamente sus víctimas con el paso del tiempo.
Accidentes de Trabajo en Colombia
En Colombia la accidentalidad laboral en los últimos años ha aumentado considerablemente, hecho que confirman las cifras reveladas por la Dirección de Riesgos Profesionales del Ministerio de Protección Social: 263.316 accidentes durante el año 2005, con un aumento en las afiliaciones del 10.1 por ciento en comparación al 2004 y, 295.052 accidentes en el 2006 –un 11,9 por ciento más que en el 2005– con sólo un aumento en las afiliaciones a ARP, entre un año y otro, del 10,4 por ciento.
Así, se ha podido establecer como los casos de accidentes laborales crecen sustancialmente, más que las mismas afiliaciones a las ARP, lo que deja ver la falta de compromiso de muchas empresas con el bienestar de sus empleados y de paso, su desinformación en la materia y que se convierte en una de las causas para nuevos accidentes, pues, sin conocimiento tampoco es posible prevenir riesgos.
Al respecto, el Presidente del Consejo Colombiano de Seguridad, Renán Alfonso Rojas señala, con base a las cifras presentadas por el Ministerio de Protección Social y avaluaciones propias que, “se han evidenciado deficiencias en el compromiso de las empresas y el gobierno, falta de presión de los trabajadores, falta de capacitación y especialización en el sector empresarial y carencia de un especial tratamiento en la formulación de políticas, reglamentación, capacitación, vigilancia y seguimiento» en cuanto a seguridad industrial se refiere.
De igual manera, otras instituciones vinculadas al sector de seguridad, como la Federación de Aseguradores Colombianos FASECOLDA, han detectado no sólo las mismas causas comunes en la problemática de la seguridad en Colombia, sino los sectores que presentan los mayores índices de accidentes laborales.
En un análisis, la entidad encontró que, aunque el mayor número de accidentes se registra en el renglón de la construcción con algo más de 90.000 hechos anuales, las mayores tasas de accidentalidad en el 2006 las alcanzó, en su orden, el reglón de la explotación de minas y canteras, la industria manufacturera y las actividades del campo.
El sector maderero, específicamente –y según un estudio realizado por el SENA en asocio con la Administradora de Riesgos Laborales del I.S.S sobre el control de accidentalidad en este sector (1)– desde el año 1996 está disminuyendo la creación de empresas madereras legalmente constituidas y nacen, de una manera no planificada, talleres artesanales y semi-industriales, tanto en la comercialización de la madera, como en la fabricación de muebles; situación que ha incrementado la accidentalidad de los trabajadores, pues estas empresas no adoptan planes básicos de prevención de accidentes.
Según la misma investigación, en el país existen aproximadamente 2000 empresas transformadoras de madera y en sector informal se estiman más de 3000 pequeños talleres, ambos segmentos con plantillas de 10 hasta 100 o más empleados. En visitas de inspección que realizaron las ARP a estas empresas, se identificó que muchos de los accidentes laborales ocurren por contacto con máquinas y herramientas en movimiento, por uso incorrecto o retirada deliberada de resguardos y por manipulación y transporte de trozas de madera.
Además, se denunció como principales agentes de accidentalidad en medianas y pequeñas empresas del sector, el uso intensivo de maquinaria de escasa tecnología superior y la presencia de gran cantidad de equipos antiguos manipulados por personal con formación empírica, pero también, la ausencia de soluciones brindadas por las empresas para disminuir la accidentalidad y la falta de seguimiento y control en los oficios y actividades más riesgosas.
Vale señalar que la OIT ha podido establecer que tal como en Colombia, en el concierto mundial, el sector de la construcción exhibe los niveles más altos de accidentes y que al igual que en nuestro país, también es la falta de voluntad política, la urgencia de liderazgo en la materia y la necesidad de reforzar vigilancia y control, algunas de las prioridades a atender para cambiar las estadísticas citadas. Actualmente, este organismo adelanta trabajos de capacitación y prevención dirigidos al sector de la construcción, aunque ha señalado que éstos pueden extenderse también a otros sectores.
El Concepto de Seguridad Industrial en las Empresas
La seguridad industrial es, básicamente, un concepto de corte profesional que apunta a garantizar seguridad integral y prevenir los riesgos de percances que puedan sufrir los miembros de una organización, pero además tiene implicaciones legales importantes y por esta razón va más allá de la simple seguridad física, integrando la correcta gestión de procesos de la empresa.
Sin embargo, en muchos de los casos, el modelo organizacional de las compañías no tiene entre sus prioridades este requisito imprescindible y, por lo tanto, no cuenta con planes básicos de prevención.
El experto en seguridad industrial, salud y medio ambiente, Pedro A. González, en su artículo ‘La importancia de la Seguridad Industrial’ (2), asegura que existen diferentes razones por las cuales los gerentes de las empresas se “involucran” en el tema, aunque no comprendiendo muchas veces su dimensión, alcances y beneficios.
La primera razón es que algunos gerentes –que no tienen cultura empresarial u organizacional– creen que la seguridad industrial es sólo un requisito legal para cumplir con el trabajador o la ley, dicho de otro modo, limitan el concepto a la simple afiliación de su personal a una determinada entidad de salud y todo lo adicional es tomado como un “gasto” innecesarios para su compañía.
La segunda razón por la que algunas empresas entran en la onda preventiva, se da por su afán de participar en modelos de negocio altamente lucrativos, por ejemplo, en licitaciones que abren compañías de gran envergadura las cuales tienen exigencias puntuales sobre seguridad industrial. En estos casos es frecuente que las empresas concursantes traten de presentar un plan de seguridad, que no tienen, para adjudicarse dicha licitación.
La última razón tiene como causal el conocimiento, por parte del gerente, de algún desafortunado accidente laboral ocurrido en una compañía vecina o a uno de sus clientes. El directivo toma la decisión de buscar asesoría en seguridad industrial e implementar un plan, producto del alto impacto que estas noticias causan en el ámbito empresarial pues, son sinónimo de disminución en las ventas.
Según el experto, estas razones demuestran cómo, para muchos empresarios, la seguridad industrial no tiene relación directa con el crecimiento, la estabilidad o el futuro de su empresa, es decir, obvian el hecho que incorporar esta disciplina –con pleno conocimiento del tema y ejecutando modelos efectivos y bien estructurados– les representa no sólo el cumplimiento de un requisito obligatorio sino alcanzar la rentabilidad que tanto les preocupa.
Un accidente de trabajo, problemas de salud repetidos en los operarios o la falla en una máquina, todo, por falta de prevención, significa tiempo perdido de producción pero también inexcusables problemas de calidad en los procesos y en los bienes finales que alcanzan a los usuarios y que pueden llevar al cierre definitivo de una empresa.
Un Ejemplo a Seguir
Contrario a lo que sucede en muchas compañías colombianas que da importancia nula al tema en mención, Home Line, empresa nacional dedicada desde hace nueve años al diseño, fabricación y comercialización de cocinas integrales, ha desarrollado un modelo de seguridad industrial efectivo, en el que prima el trabajo, la inversión económica y la capacidad para gestionar todos los procesos de calidad que este acarrea.
La Coordinadora del departamento de Calidad de Home Line, Sandra Cely, afirma: “La seguridad industrial es para la compañía uno de los aspectos más importantes, puesto que tiene que ver con el bienestar de todo el personal. Desde el primer momento en que un trabajador ingresa a la empresa se le facilitan todas las herramientas e implementos que garanticen su comodidad y seguridad, para que pueda desarrollar su trabajo de la mejor manera”.
Es así que, desde el momento en que inició la compañía y a través de la gestión del departamento de calidad, ésta ha desarrollado diferentes programas de riesgos profesionales en los que se ofrece al trabajador la respectiva inducción sobre el funcionamiento, manejo y control de toda la maquinaria, con el fin de evitar accidentes por su inadecuada manipulación.
En los últimos tres años, esta empresa ha realizado una intensa labor en salud ocupacional a través del diseño y puesta en marcha de diferentes planes de emergencia para identificar los posibles peligros y amenazas en las áreas de trabajo, así como para analizar los factores que originan el peligro y minimizar sus efectos.
Como parte de dicho plan, Home Line ha capacitado y dotado a un equipo de líderes, tanto en la planta de producción como en la parte administrativa para que conozcan en profundidad los temas de salud ocupacional y así puedan tomar decisiones asertivas en caso de siniestro. Se trata de trabajadores de la empresa a quienes se les otorga un perfil del brigadista, cada uno especializado en un área determinada: evacuación del personal, primeros auxilios y básico contra incendios, y al que se le entrega una dotación que consta de chaleco reflectivo, canguro, pilas, linterna, guantes y monogafas.
Por todo lo anterior, no sorprende que Home Line se llevara el galardón a la pyme más segura del país, otorgado por la ARP Agrícola de Seguros (Hoy Suratep) en agosto de 2007, en un evento que hacía un reconocimiento a las empresas, de diferentes sectores productivos que implementaban internamente, programas para el control de la accidentalidad.
En este sentido, Home Line cumplió a cabalidad, en la categoría pyme, con los programas en salud ocupacional que exigen las ARPs, requerimiento que ha reforzado de manera constante a través de su inversión en personal experto para que guíe y supervise el desarrollo de los procesos en la materia además de la inyección de capital en otros campos: mantenimiento de equipos, infraestructuras, herramientas, maquinaria, etc.
Hasta el momento la compañía ha realizado cerca de cinco simulacros de incendio y terremoto, capacitaciones de primeros auxilios, conferencias en salud ocupacional y adecuación de las instalaciones con sistema de alarmas, señalización, iluminación e implementos de seguridad industrial: extintores, ferretería, manuales, entre otros. Los resultados hablan por si solos: en los nueve años de existencia de la empresa sólo se han presentado dos accidentes laborales leves.
“Lo que se obtuvo del concurso fue una placa, pero yo pienso que lo importante es lo que se generó al interior de la compañía, en nuestro personal; más confianza, pues saben que hacen parte de una de las empresas más seguras del país. Adicional a eso, es un reconocimiento que nos sirve comercialmente en lo que respecta a los procesos de certificación, pues es la primera compañía de cocinas en obtener este premio y ese factor fortalece la imagen de la empresa y da más seguridad a nuestros clientes”. Señala Cely.
Sin duda, Home Line es un modelo para que otras compañías colombianas entren en la onda de la seguridad industrial conciente, pero además deja claro que más allá de la gestión que adelantan las entidades administradoras de riesgos profesionales para que las empresas adopten el concepto, es la gestión al interior de la compañía la que hace posible alcanzar éxitos en este campo y ver revertida en el mediano y largo plazo, la inversión en ganancias también en la producción.
¿Qué Sucede con las ARP?
Las Administradoras de Riesgos Profesionales – ARP son entidades que asisten a las empresas en sus programas de seguridad industrial, ofrecen programas de capacitación para la prevención de accidentes y ejercen vigilancia y control sobre la manera como se emplean los equipos y máquinas que intervienen en los procesos productivos y que, manipulados incorrectamente, pueden provocar accidentes y enfermedades.
Así, los servicios de promoción y prevención de riegos, prestaciones económicas y asistenciales que ofrecen estas entidades las han convertido en apoyos importantes para el buen desarrollo de las empresas, hasta el punto que muchas, amparadas en el pago de sus aportes y tras afiliar a su personal, trasladan de cierta forma la responsabilidad total del tema de seguridad a las ARP. (Ver clases de afiliación).
Sin embargo, el Director Nacional de Gestión Empresarial y Riesgos Profesionales de Seguros Bolívar, Néstor Sierra Hernández, señala que ninguna empresa está exenta de sufrir un caso de accidente laboral porque son precisamente las personas quienes pueden provocarlos y porque existen procedimientos de alto riesgo que, cuando se realizan equivocadamente por parte de los empleados, son fatales.
En este sentido, la seguridad industrial resulta un tema preocupante porque las ARP se enfrentan diariamente al inseguro acto humano y por que cuando la empresa no es responsable y evade el control que por obligación debe ejercer, también escudándose en la gestión de su ARP, los resultados son más que inciertos. De hecho, no debe olvidarse que la seguridad es una responsabilidad compartida de las partes y que las consecuencias de los errores demandan reparaciones económicas y morales muy altas (3).
“Son muchas las empresas que poco se preocupan por adecuar correctamente sus instalaciones, dotar a sus trabajadores con los elementos de protección personal o hacer cambios y ajustes al mejoramiento de sus procesos pues, como toda la vida han funcionado sin tomar los correctivos necesarios, se acostumbraron a exponer a sus trabajadores; esto hace la seguridad industrial, un tema muy delicado” asegura Néstor Sierra.
En realidad, se trata de que las empresas aprovechen la asistencia y los servicios que les ofrecen las ARP, como la asistencia médica en caso de siniestro, capacitaciones para la prevención de accidentes, servicios especializados en salud laboral y ocupacional, seguridad de materia de productos industriales, seguridad de los procesos y las instalaciones, asesores integrales y líneas médicas, entre otros, para lo que debe realizar un trámite específico de afiliación.
En este caso, y como para cualquier otra entidad de salud o pensiones, el empleador debe pagar a la compañía aseguradora un valor que se estipula en una tabla de clasificación establecida según la ley 776 de 2002, la cual ha resuelto que las metodologías para determinar la variación de la cotización son comunes para todas las entidades de riesgos profesionales.
Según la abogada especialista en derecho laboral, Catherine Castro Gómez, la variación de la cotización de acuerdo a la nueva ley, esta expuesta en una tabla de clasificación general que señala el valor de la afiliación que debe pagar la empresa, el cual es fijado por el empleador y la ARP al momento de la afiliación y dependiendo de la actividad que desempeñe la primera y/o sus empleados, es decir, obedeciendo a la clase de riesgo según lo determine el reglamento. La clasificación del riesgo va de uno a cinco, siendo uno el más tolerable y el cinco, el de mayor nivel.
Programas de Salud Ocupacional
Los programas preventivos son de vital importancia para las empresas, de allí que la gestión en salud ocupacional –la ciencia que busca proteger y mejorar la salud física, mental y social de los trabajadores en sus puestos de trabajo– es considerada hoy como una de las herramientas de tipo gerencial más efectivas en el propósito de aumentar la rentabilidad de las compañías.
Por esta razón, y obedeciendo a los cambios permanentes que enfrentan las empresas por motivo de la globalización y las necesidades en materia productiva, tecnológica y de seguridad que vienen con ella, las ARP han diseñado planes de asesoría en salud ocupacional acordes a la necesidad de cada una ofreciéndoles además, distintos servicios como: visitas de diagnóstico, asistencia técnica empresarial especializada en salud ocupacional y planes de capacitación y divulgación de prevención de riesgos, entre otros, altamente positivos.
Por lo regular, para la prestación de los servicios de la ARP, la administradora le asigna un profesional capacitado en salud ocupacional a su cliente, a fin que identifique las fallas de la empresa en la materia, resuelva inquietudes y programe, junto con los directivos de la compañía, el cronograma de actividades y oficialice el acta de compromiso para asegurar un proceso transparente y real.
Vale anotar, que cada uno de los servicios que ofrecen estas entidades están soportados en procedimientos y protocolos que cumplen, obviamente, las normas nacionales e internacionales en cuanto a salud ocupacional para garantizan sus resultados.
De esta manera se puede concluir, que la seguridad industrial es una responsabilidad compleja que abarca tanto aspectos técnicos como sociales y que, para el caso de sectores altamente sofisticados y/o cuyos procesos encierran por naturaleza un alto grado de riesgo, como el metalmecánico, es un seguro para los empleados y para la empresa misma. Sin embargo, queda claro también que no existe seguridad industrial absoluta y que por esta misma razón, cada implicado tiene una responsabilidad que va más allá de lo laboral, es también moral.
Citas:
Investigación realizada por el Sena en la región antioqueña, denominada ‘Control de la Accidentalidad en el sector Madera ‘en el año de 1999.
Artículo publicado en marzo de 2007 por el grupo colombiano R.I. en su página de Internet www.ri-ol.com
En caso de incurrir en una falta a causa de accidentes que pudiera prevenirse, además de las indemnizaciones y seguros previstos para estos casos, el empleador puede ser obligado por vía judicial a reparar todos los perjuicios causados al trabajador, incluso si el valor de dichas prestaciones es mayor que el de las indemnizaciones legales.
Fuentes:
- Control de la accidentalidad en el sector madera. Investigación del SENA Antioquia. Fecha de edición septiembre de 1999. Interventoria: Universidad de Antioquia- Unidad de interventoria- Facultad Nacional de Salud Pública.
- Sandra Cely: Coordinadora de Calidad de Cocinas Home Line. calidadhomeline@etb.net.co
- Néstor Sierra Hernández: Director nacional y de gestión empresarial de riesgos profesionales, Seguros Bolívar. sierra@segurosbolivar.com
- Catherine Castro Gómez: Abogada especialista en derecho Laboral. cathecastro@hotmail.com
- OIT – Organización Internacional del Trabajo. ilo.org/global/lang–es/index.htm
- Alaseht – Asociación Latinoamericana de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Organismo que tiene como objetivo fomentar el desarrollo de la seguridad en el continente y cuenta con nueve países miembros activos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. alaseht.com.
- CCS – Consejo Colombiano de Seguridad. Creado en 1954 con el propósito de promover actividades que minimicen los riesgos laborales en el sector empresarial del país. laseguridad.ws.
- Ministerio de Protección Social. minproteccionsocial.gov.co.
- Fasecolda – Federación de Aseguradores Colombianos. Entidad gremial, sin ánimo de lucro, que agrupa compañías de seguros, reaseguros y a las sociedades de capitalización en Colombia. fasecolda.com/index.php.
- Grupo R.I. Entidad privada de consultoría que aborda el tema de seguridad industrial, salud ocupacional e higiene, a través de charlas, seminarios, publicaciones, etc. ri-ol.com.
0 Comentarios