Concurso de Arquitectura CTT – Corma: Madera que Construye Futuro en Chile
Redacción M&M
El Concurso de Arquitectura CTT – Corma, que se realiza anualmente en Chile, es hoy por hoy uno de los más destacados de América Latina. A través de sus cuatro versiones ha promovido la búsqueda de soluciones habitacionales a partir del uso y conocimiento de la madera en propiedad del ingenio y la creatividad estudiantil.
La arquitectura tiene por objeto proporcionar al hombre lugares adecuados y justos en los que pueda desarrollar sus actividades, sus proyectos, su vida y que se diseñan y construyen a partir de factores ambientales, espaciales, constructivos y de significado. Así, ella se propone dar respuesta a necesidades físicas (en espacios interiores o exteriores para lo que considera aspectos climatológicos, topográficos, tecnológicos y biológicos), funcionales (aquellas impuestas por las actividades cotidianas de acuerdo al entorno), y sociales (las condiciones resultantes del medio cultural, político y económico que rodean el hecho arquitectónico) de una comunidad, en un momento y espacio específico.
En este sentido, cuando esta disciplina se une a otra como la educación, entendida en su concepto más básico –según la Real Academia de la Lengua Española– como el dirigir, encaminar, doctrinar y desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de los jóvenes por medio de preceptos y ejercicios prácticos, el resultado es una actividad que además promover el conocimiento, sirve a la sociedad.
Un ejemplo de lo anterior es el Concurso de Arquitectura en Madera Corma, organizado por la Corporación Chilena de la Madera a través de su Centro de Transferencia Tecnológica de la Madera – CTT, iniciativa que nació en el año 2006 luego que esta entidad gremial desarrollara diversas actividades, tales como seminarios, visitas técnicas, foros, investigaciones y talleres, destinadas a difundir el uso de la madera entre estudiantes de las facultades de arquitectura de Chile.
El certamen fue, finalmente, el punto culminante de estas actividades; por la misma razón, los organizadores se propusieron con él dar continuidad a su propósito de fomentar la arquitectura erigida con madera y promover su uso como material estructural, pero con la idea de que fuera la misma comunidad académica la que desarrollara los proyectos, unos que además pudieran tener viabilidad.
Teniendo en cuenta la proyección que para la industria forestal y maderera chilena representa el Concurso, en torno a él se reunieron diferentes protagonistas del sector productivo –como la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile; Arauco, CMPC Maderas y Masisa; empresas pertenecientes al Directorio empresarial de la CTT– y del sector oficial, representado por el Ministerio de Obras Públicas de Chile en calidad de patrocinador; además de otras empresas como Easy, Titan Wood, Arch-Quimetal o Henkel Chile, como auspiciadoras del mismo.
Tras la inserción de las entidades y empresas mencionadas, el Concurso adquirió una nueva dimensión que, además de consolidarlo como el evento de arquitectura estudiantil más importante de Chile, lo ha convertido en una plataforma para una nueva generación de profesionales dispuestos y familiarizados con la madera; un recurso natural que hoy por hoy representa el 3.0 por ciento del Producto Interno chileno.
Desde entonces el Concurso Corma-CTT ha convocado, en sus cuatro versiones, a cerca de 900 estudiantes de diversas universidades chilenas quienes, a través de sus proyectos, se ha propuesto tanto implementar las técnicas y procesos arquitectónicos de forma práctica antes de su graduación; como concebir soluciones arquitectónicas en madera que beneficien a las comunidades y al desarrollo de su país.
De la Academia a la Obra
- Desde sus inicios, en el año 2006, la competición se ha convertido en la más importante de Chile por su especialidad: arquitectura en madera. Cerca de 200 alumnos, 25 universidades chilenas, y 400 proyectos han participado.
- El Concurso Corma – CTT –que se realiza anualmente y se concentra en convocar a los estudiantes de las facultades de arquitectura de todas de las universidades de Chile– inicia su proceso cuando la dirección del certamen hace la convocatoria a través de los medios de comunicación y de las páginas web de las entidades que lo auspician, etapa que se desarrolla durante el primer trimestre de cada año y que también incluye la divulgación de las bases del certamen.
Posteriormente, durante el segundo trimestre, los estudiantes interesados dedican este tiempo a realizar preguntas a la dirección del evento sobre la manera de participar, que son atendidas de manera inmediata por el cuerpo organizador. A partir de la finalización de esta fase, empieza la carrera contra reloj para que los equipos universitarios presenten su anteproyecto, el cual, es exigencia, debe ir acompañado de los planos respectivos, maquetas, material de respaldo como láminas o fotografías, las memorias de la propuesta y, para garantizar la objetividad de los jurados, un sobre con las identificaciones de los concursantes, que sólo se conoce al momento de la premiación.
Cabe destacar que el tema de cada versión es seleccionado por la dirección de la competencia –un destacado conjunto de arquitectos chilenos, junto a representantes del Ministerio de Obras Públicas de Chile– bajo parámetros dirigidos a que los proyectos tengan una aplicación real, que beneficien a una comunidad determinada y que ofrezcan soluciones a las necesidades que el país presente en el momento en que se desarrolla la versión.
Así, para el año 2009, el tema consistió en idear el Centro de Natación Cubierto y Club de Remo en la Ciudad de Valdivia; mientras que para su III versión, año 2008, el reto fue diseñar el proyecto para la construcción del Aeropuerto de Rapa Nui en la Isla de Pascua; ya para 2007, la necesidad de la propuesta se enfocó hacia el desarrollo de una caleta de pescadores. Todas finalmente, respondieron a necesidades identificadas con anterioridad por la organización.
Los proyectos los entregan los estudiantes a un jurado conformado por un equipo interdisciplinario que integra representantes de la industria, la organización del evento, y de los estudiantes; jurado que evalúa entre otros aspectos, el apropiado uso de la madera como material constructivo, sus aportes al entorno donde se planea desarrollar el proyecto y las posibilidades que ofrece el material para materializar la obra.
Finalmente y para darlos a conocer, la organización conforma con los anteproyectos, una exhibición especial abierta a la comunidad universitaria que se extiende hasta el momento de la premiación que, generalmente, se realiza en el mes de agosto. En cada una de las cuatro versiones realizadas hasta el momento, el concurso ha contado con la participación anual de cerca de 200 alumnos de 25 universidades del país, que han presentado, en promedio, 50 anteproyectos.
Vale anotar que teniendo en cuenta la calidad de las propuestas, actualmente las empresas auspiciadoras de la competición entregan premios a los tres primeros lugares, además de tres menciones honrosas.
El Material Ideal
- Además de indagar sobre las características de las maderas y las técnicas para transformarla y adecuarla al propósito estructural, los estudiantes deben hacer una exhaustiva investigación sobre el contexto habitacional, cultural, geográfico y económico del lugar que se intervendrán a fin de ofrecer soluciones efectivas a las necesidades de los pobladores. Aquí, algunos detalles del proyecto ganador en el 2009.
- Segundo lugar, Universidad de Santiago de Chile. Estudiantes: Jonathan Cares, Gustavo Miranda y Pablo Sentis. Centro de Natación y Club de Remo en Valdivia.
Como ya se ha mencionado, el Concurso Corma – CTT busca promover el conocimiento y uso de la madera como material arquitectónico, lo que ha implicado –y esto es necesario destacarlo– el fortalecimiento de la investigación sobre el material en torno a su potencial, sus tecnologías y múltiples usos y aplicaciones en el área de la construcción como material para estructuras, revestimientos o acabados. Para Chile, este ha sido un hecho importante pues a pesar de ostentar una importante industria forestal/maderera, el desarrollo de la arquitectura en este material ha sido realmente incipiente.
“Históricamente, en Chile se ha impulsado el uso de otros materiales como el acero o el hormigón para el área de la construcción y la arquitectura; y la industria forestal se ha dirigido hacia la producción de celulosa o papel. El país no cuenta con una tradición de construcción en madera a pesar de que existen algunas especies maderables aptas para este fin. Precisamente, por eso, uno de los objetivos del concurso es hacer que la enseñanza sobre este material haga parte del currículo académico de las universidades, para de esta manera fomentar su uso”, afirma Enrique Escobar Gattás, Gerente del CTT – CORMA.
Así, los estudiantes participantes cumplen con una investigación previa, de carácter arquitectónico, en la que además de que consideran aspectos sociales, culturales, urbanos y económicos para determinar las necesidades que en el momento demanda Chile –y que podrían verse resueltas en su propuesta– estudian las posibilidades que ofrece la madera a la hora de viabilizar su anteproyecto teórico, en un proyecto concreto y factible que de ser presupuestado y construido, y debe dar solución permanente a las necesidades observadas – no transitorias- en lo referente a la construcción en madera.
Cabe destacar que, al ser exigencia que los proyectos sean pensados para erigirse un lugar específico del país –lugar y tema que son establecidos por la organización del concurso–, aquellos deben considerar variables esenciales como las condiciones climáticas o de topografía del lugar elegido, hechos que de paso determinan también otros aspectos como la preservación y tratamientos de la o las maderas escogidas para hacerlas materiales estructurales eficientes y que garanticen su resistencia a la humedad, durabilidad, o resistencia antisísmica.
Nuevas Generaciones
Además de proponer soluciones arquitectónicas para mejorar la infraestructura habitacional en Chile, el Concurso sirve como plataforma profesional a sus participantes. Anteproyecto ganador del Concurso Corma – CTT en el 2008, tema: Aeropuerto Rapa Nui, en Isla de Pascua. Universidad del Bío-Bío. Estudiantes: Raúl Contreras, Oscar Fernández, Pablo Parra y Yasmina Soto.
Según Martín Hurtado, director del Concurso Corma en su versión 2010, el espíritu del evento es apoyar el desarrollo de proyectos arquitectónicos en madera, para que sean desarrollados dentro del currículum universitario y los programas habituales de taller propios de cada facultad de arquitectura.
Teniendo en cuenta su carácter, el certamen busca generar la discusión académica profesor-alumno en torno al tema, tomando como marco de referencia un trabajo en el que ambos son responsables de definir el método para abordar los proyectos. En este sentido, el certamen sirve como catalizador del proceso teórico e incentiva en los estudiantes la necesidad temprana de llevar a la práctica lo aprendido en la academia. Considerar aspectos como el terreno, los sistemas (industrial o artesanal, modular, entre otros) para trabajar la madera como material constructivo o las necesidades reales a las que deben responder a la comunidad chilena, son hechos que gracias al Concurso se hacen tangibles para los estudiantes, antes de su ejercicio profesional.
Al respecto, Enrique Escobar Gattas afirma que el Concurso promueve “la excelencia profesional por la vía de privilegiar la creatividad, la racionalidad, puesto que cada proyecto se debe adaptar a una realidad puntual de la Nación; y al libre pensamiento en el ámbito de la arquitectura, pues el estudiante tiene la oportunidad de conocer y vivenciar la comunidad que se verá beneficiada, de reconocer sus necesidades y entorno cultural”. Por eso, uno de los principales resultados del evento es que “logra acercar a dos mundos que antes eran distantes: las facultades de arquitectura –y la arquitectura misma– y la industria maderera”, puntualiza el Gerente del CTT – CORMA.
Muestra de ello es que los estudiantes participantes, además de proyectarse profesionalmente dentro de la industria –que cada vez requiere valores mejor preparados para vincularlos laboralmente o para desarrollar proyectos concretos– tienen la oportunidad de empaparse de la realidad internacional en cuanto la aplicabilidad de la madera en la arquitectura; de hecho, para los estudiantes de los proyectos ganadores se da la oportunidad de viajar, gracias a los recursos proporcionados por la industria, a Europa, Estados Unidos o Canadá, para conocer los proyectos allí existentes en la materia; incluso algunos pueden ver cristalizado el sueño de realizar sus pasantías en alguna de las empresas que lideran el proceso de arquitectura en madera a nivel mundial.
Así, afirma Enrique Escobar Gattas, se gana en dos sentidos: por una parte la academia tiene la oportunidad de formar profesionales especializados capaces de proponer soluciones arquitectónicas de mejor calidad, más ecoeficientes, sustentables y acorde a las necesidades del país; mientras que los estudiantes adquieren experiencias que de otra manera no tendrían hasta ejercer su profesión; y por la otra, la industria tiene la oportunidad de abrir un mercado y fortalecer un nicho que se proyecta como uno de los más importantes en el sector maderero de Chile: la arquitectura.
- Fuentes:
Enrique Gattas, Gerente del CTT – CORMA. – www.cttmadera.cl
- Fotografías:
www.cttmadera.cl
A raíz del reciente terremoto ocurrido en Chile, el pasado 27 de febrero, el Concurso Corma en su versión 2010, se ha unido a los esfuerzos de reconstrucción del país. Por esta razón, y teniendo en cuenta la lección aprendida y el hecho de que esta es una nación ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico –una de las zonas de mayor actividad sísmica y volcánica de la región en donde se registraron los diez sismos más fuertes del siglo pasado– el tema de la convocatoria actual es la construcción de un colegio para 500 alumnos. Sólo en la región del Maule, situada al sur de Santiago, se requiere reconstruir 385 establecimientos educacionales
En esta oportunidad, como en ninguna otra, el énfasis de los proyectos radicará en la resistencia antisísmica tanto en la obra gruesa estructural como en todos los detalles de terminación de los mismos. Por esta razón, la organización del concurso, ha solicitado a los participantes que profundicen en el estudio de la madera como material sismo resistente para que pueda ser usada de manera adecuada. El objetivo final es construir una escuela en madera acorde a las necesidades de los estudiantes, maximizando la habitabilidad de la solución constructiva y contribuyendo favorablemente a la reconstrucción de la infraestructura habitacional del país. .
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