Víctor Alemán: El diseñador de los muebles, para vivir experiencias, que conquistan mercados
Alexandra Colorado Castro
Revista M&M
En la actualidad es uno de los diseñadores industriales más jóvenes reconocidos mundialmente. Nació en México y ha recibido, en su corta carrera, numerosos premios por una amplia variedad de productos –incluidos muebles– dotados de una fuerte carga emocional, sumamente exitosos, y resultado de una interesante manera de concebir y aplicar el diseño.
Con una gran capacidad para concebir y materializar piezas sumamente funcionales y atractivas, logradas tras la combinación de avanzados sistemas de producción digital (como impresoras 3D) y técnicas artesanales ancestrales, se ha ganado un puesto respetable en los eventos, exposiciones en Italia, Francia y México, y portales web de Europa, Asia y Norteamérica dedicados al diseño industrial contemporáneo.
Desde el 2007 se ha dedicado a la creación y producción de objetos considerados por los críticos, la industria y el mercado, como cien por ciento innovadores, inspirados en la vida diaria, capaces de crear sensaciones y emociones y, según su ideal, aportantes para hacer un mundo mejor para vivir.
Una bicicleta plegable, Ctrus un balón de fútbol sin aire, impactantes fachadas, una regadera ahorradora de agua, transportes para las ciudades del futuro, además de una nutrida familia de muebles, muchos de ellos en madera, son las muestras laureadas de su proceso creativo que se renueva vertiginosa y constantemente.
Es así que se ha hecho merecedor de importantes premios como el primer lugar en el American Hardwood Export Council Award de 2007, el Red Dot Luminary Award 2010, y menciones especiales por innovación en el uso de materiales y propuestas de nuevas formas en Dimueble 2008 y en Hábitat Expo 2009; y sus obras han aparecido publicadas en libros como The Green Book (Suiza), Design and Design year book (New York) y el Red Dot Concept Design (Singapour) y revistas de la talla de Architectural Digest, Pig Magazine y the Designer Magazine, entre otras.
Entre sus clientes del segmento muebles, ha consolidar a Trump Ocean Club para el que diseñó y fabricó el mobiliario para el bar de la piscina, a Rojkind Arquitectos, despacho para el que realizó el diseño interior y de mobiliario para la remodelación del edificio histórico Lecumberri presentando nuevas aplicaciones del diseño paramétrico en pieles inteligentes aplicadas en edificios.
Durante la reciente 13 Feria M&M, que se celebró en Bogotá, esta publicación tuvo la oportunidad de conversar con Víctor Alemán, un aventajado profesional mexicano, revelación en su disciplina y conocer sus conceptos sobre el diseño, la producción de muebles, la madera, además de algunos detalles de su vida que compartimos en la siguiente entrega.
La esencia del diseño
“Nací en México D.F, en 1987, tengo 30 años, soy egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco y a pesar de que no fui muy hábil en realizar trabajos manuales, decidí celebrar una buena y provechosa “comunión” con las máquinas, desde los primeros años de estudio”; lo que afirma el diseñador, marcó profundamente su quehacer profesional.
Inició su trabajo como diseñador junior en el estudio Industrial Agen donde adelantó diversos proyectos y donde puso en práctica sus estudios básicos de arquitectura, carrera que no culminó pero que sí le brindó herramientas para aplicar sus conocimientos en campos distintos de acción.
Su primer reconocimiento internacional lo obtuvo en 2007, a los 21 años, cuando ganó el primer puesto en el American Hardwood Export Council Award por el camastro Loopita, que sorprendió por su forma orgánica y su complejidad estructural. Posteriormente participó en el desarrollo de proyectos para Rojkind Arquitectos, Konica Minolta, Adidas, Coca-Cola y Unilever.
Para 2010 funda Estudio Víctor Alemán y toma la dirección creativa desarrollando diversos proyectos de diseño industrial, incluido Ctrus 1, un balón que no requiere aíre para mantenerse redondo –desarrollado en asocio con Alberto Villarreal y Michel Rojkind de AGENT– que recibió el Red Dot Luminary Award 2010 y el Braun Prize 2012 en la categoría profesional en la región de Latinoamérica; este fue el inicio de una exitosa empresa que ha servido como referente internacional del diseño con sentido, inteligente y responsable.
Sus productos nacen de un proceso de visualizar el “comportamiento” y la interacción de los objetos dentro de un espacio, de pensar la creación del objeto desde la experiencia y no desde el objeto mismo, lo que da como resultado muebles u objetos utilitarios que son, como él los llama, “conectores emocionales” poderosos que amplían las capacidades del usuario.
“Una silla es, para mí, un par de piernas extra. Si piensas en una silla piensas en cómo vas a sentarte, con quién vas a estar mientras estás sentado, si vas a descansar, etcétera; y ya después, con base en éstas, piensas en la forma de la silla”.
Afirma que la idea pilar de su estudio es que los objetos diseñados debe transmitir un sentimiento; teoría que nació a partir de una experiencia familiar. “Mi abuelo era zapatero y usaba un banquito para todas sus labores, allí se sentaba, allí ponía los clavos, los zapatos que hacía. Él murió, dejó su banco y aunque está muy viejo y casi no sirve, lo conservamos en la familia porque tiene las huellas de mi abuelo, tiene todo lo que él hacía; esa es la teoría es la que queremos trasmitir a nuestros muebles”.
En efecto, Alemán diseña y fabrica piezas específicas, en las que sea posible vivir una historia, que no pasen aun después de la desaparición de su dueño, que creen momentos, que guarden vivencias de lo que se hacía con ellas o dentro de ellas y que tengan funciones ocultas que las haga diferentes para provocar la “conexión emocional”.
En este sentido y además del aporte de su imaginación, entre los “insumos” para su ejercicio creativo, Alemán ha tomado varios elementos culturales de su país para llevarlos al plano del diseño, ejercicio que le permite también aplicar métodos de micro management, para estimular la recuperación y uso de técnicas artesanales y reivindicar el trabajo de los artesanos de su país.
Por las características de sus diseños, estos han consolidado como compradores más que a individuos, a empresas, instituciones y negocios, aunque en el caso de muebles la intención del diseñador se ha centrado en producir obras en series limitadas y que además sirven de espacios para la vivencia de experiencias íntimas, personales y que trasciendan en el tiempo.
Muebles, objetos y su aliada, la madera
En el segmento de muebles, Víctor Alemán ha logrado desarrollar numerosas piezas de altos valores en lo funcional y en lo estético.
“Desde que comencé a trabajar, mis experimentaciones iniciales fueron transformando madera laminada a través del corte CNC que fue la primera tecnología que conocí; de hecho, varios de nuestros productos y los más exitosos, se han hechos a través de ese proceso y con ese material”.
En efecto la primera muestra destacada de su trabajo la representa Loopita, un camastro en madera doblada para descansar al lado de la piscina, que sirve para conversar, leer, hacer lo deseado; que le permite a una persona recibir sol, mientras la otra tiene sombra; y que por su forma y servicio está concebido para ser un espacio en el que se vivan experiencias memorables que lleven a la acción de conservarlo.
Así y través de sus diseños ha intentado solucionar “problemas” cotidianos para la gente del común: los sillones para ver la televisión en pareja que solo permiten una posición y que se resuelve con un diseño que favorece la adopción de distintas cómodas posiciones cariñosas, o la “torticulis” que producen las bancas públicas de los parque a las parejas de enamorados y que se resuelven con un mueble romántico en forma de corazón.
“Creamos un mueble-contenedor pequeño de uso en un espacio público pero que genera un espacio privado y está diseñado estrictamente para besarse porque en la posición que adoptan las dos personas cuando entran y se sientan, las bocas quedan muy juntas y casi que se vuelve un sitio de juego. El mueble tiene una función creativa, no solo es para sentarse, tiene una intención detrás del sentarse”.
En el segmento de objetos destaca entre sus obras un juego de mesa elaborado por la firma mexicana Left –que fundó con tres amigos, en la que trabajan 10 personas, que fabrica productos de línea, incluidos muebles, y brinda servicios de diseño para clientes con proyectos que incluyen desde cubiertos hasta stand para exposiciones, y que tiene el derecho sobre la mayoría de sus diseños– y es una reinterpretación del tradicional dominó.
“Está hecho en piezas de madera, es especial porque no tiene puntos como los dominó normales, las fichas son hexagonales –patrones gráficos, de forma y color impresionantes– y lo que debe hacer el jugador es unir las especies de madera. Al terminar los jugadores pueden exhibirlo como una pieza decorativa, incluso colgado en la pared.”
Alemán asegura que el juego no solo cumple la función de entretener sino que, coherente con el espíritu de la empresa y de su idea de diseño, cumple otros ideales relacionados con el disfrute real y dedicado a una actividad, de renovar la forma actual de pasar el tiempos y del valor de la compañía de los otros.
“Diseñamos el juego para que fuera lo suficientemente complicado que exigiera toda la atención del jugador pero no tan complicado para que no le gustara jugarlo, y organizamos un torneo. Les dimos pasabocas y vino a los jugadores y les dejábamos tener cerca su celular; pasaba siempre lo mismo: cada diez minutos perdían gradualmente el interés por las aplicaciones del celular, por el celular y al final, hasta por la comida, se “clavaban” en el juego. Como diseñador le di al producto ciertas características para ayudar a la concentración, para romper las costumbres que han impuesto las tecnologías y para, de paso provocar el surgimiento de experiencias sociales interesantes”, explica Alemán.
Aunque ha trabajado con una amplia variedad de materiales como el metal, el plástico y el concreto, referente a la madera reconoce de ella su versatilidad, naturalidad, su “noble estética” y las posibilidades infinitas que ofrece en el plano del diseño, al tener vetas siempre distintas y por ende asegurar productos siempre distintos aunque compartan las mismas formas.
“Me gusta el Nogal porque su veta es muy expresiva y el color es muy bonito. Hemos trabajado granadillo que es una madera rojiza de Michoacan, Bocote que en apariencia asemeja las manchas del leopardo y es verduzca, con Palo de rosa y con ébano aunque es muy costosa; ahora he empezado a experimentar con el fresno; son maderas con vetas tan marcadas que parece que contaran una historia”, afirma Alemán.
Señala que la madera es un material que merece y exige del diseñador ser innovador en cuanto a su uso y conocer sus características según la especie para, precisamente, encontrar nuevos usos a esas características pues existen muebles que pueden fabricarse en cualquier material industrial pero que, en madera, ganan en detalle y en detalles que van más allá de simple estética.
El panorama del mueble y el futuro de su firma
Víctor Alemán ha significado un respiro, un refresco, para muchas de las empresas a las que hoy sirve y para sectores de la industria en los que las nuevas ideas han sido sustituidas por la copia, los retos por el facilismo en la producción, y los diseños mejor y más pensados por los objetos simplemente efectivos.
De hecho, al preguntársele sobre el panorama mundial del sector fabricante de muebles, advierte que lo encuentra saturado por un gran volumen de personas, dueños de empresa que “diseñan” muebles pero que muchas veces no conocen los materiales, entre ellos, la madera, que no se arriesgan a utilizarla aplicando técnicas distintas a las tradicionales y en elementos diferentes a los muebles mismos.
“La madera es un material totalmente flexible y, al revisar, el 50% de la industria ofrece lo mismo porque se concentra y se conforma con cubrir las necesidades básicas, pocas innovan realmente y es importante darle más al consumidor de lo que está pidiendo porque a veces él no sabe lo que quiere, sabe lo que ve que quiere hasta que lo ve, lo quiere o lo necesita”.
A raíz de las nuevas formas de producción afirma también que el sistema de pensamiento de los diseñadores está mostrando un grado de complejidad mayor y más interesante, que puede ser un reto para los fabricantes pero que a su vez les obliga a innovar para realizarlas. “Hemos trabajado con varias empresas que nos han pedido diseños muy complejos, sin importar cuanto les cueste porque quieren saber qué pueden hacerlo, quieren darle a entender a sus clientes que tiene la capacidad de fabricarlos e innovar. A eso nos dedicamos a eso también”, afirma.
Finalmente señala que ha advertido en la industria una constante preocupación por resolver necesidades acoplándose a los nuevos estilos de vida para producir. “Las cosas ya no son como eran, ni las necesidades de las personas, ni el tiempo que pasan en sus casas: de vivir en la oficina ahora en muchos países la tendencia es la oficina desierta porque la gente se queda en su casa a trabajar, el teletrabajo; y ya no necesitan un escritorio gigante, solo una superficie para la laptop”, describe Víctor.
Paralelo, señala que ya no es posible asegurar que exista una tendencia estética clara en materia de muebles, más sí, precisamente por esas modificaciones en las costumbres de las personas y de su dependencia a las redes –los computadores, los celulares y casi cualquier dispositivo– una fuerte integración de la tecnología directamente en el servicio de los muebles (el sillón conectado al control del TV o con el equipo de sonido desde el que se pueda programar funciones al sillón) una realidad que Alemán llama “smart furniture” o muebles inteligentes pero que no hace parte de la esencia de sus producciones.
En general, las oficinas del futuro, las casas del futuro, los restaurantes del futuro, todo espacio habitable y elemento que contengan ellos están ahora considerados en los proyectos de trabajo del innovador diseñador mexicano, susceptibles de mejoras y de renovación a través de piezas tan esenciales como los muebles, una industria que además afirma es una de las más grandes del mundo.
“Tratamos de hacer de los muebles espacios más personales y más dedicados a que esté, el usuario, concentrado en lo importante del momento, en que no tenga distracciones porque creemos importante que la gente aprenda la diferenciar entre los lugares donde se puede hacer y los lugares donde es mejor vivir la experiencia; los muebles que nosotros diseñamos son para vivir la experiencia”.
Alemán es actualmente el director creativo de Left, empresa que comercializa los productos, responde a los diseñadores con regalías por ventas. La firma –que estrenará en mayo del presente año, en New York– está dedicado hoy al desarrollo de productos para hotelería, proyectos residenciales y muebles en madera doblada; segmento en el que Alemán le ha dado un notable protagonismo del triplex flexible y al uso de diferentes técnicas con un taller radicado en México.
Desde su ejercicio, este inquieto creativo está trabajando también en apoyar el nuevo aire que parece respirar el diseño mexicano desde la figuración de profesionales como él, pues, durante años, señala que la disciplina fue poco valorada en su país, confundida con la artesanía folclórica y popular, lo que demeritó el trabajo de muchos profesionales del diseño.
“Cuando empecé, en el 2003, a estudiar diseño habían muy pocos diseñadores conocidos, quince tal vez; ahora son innumerables y solo en estudios de diseño, que yo conozca, hay más de doscientos. Ya no son diseñadores puntuales, son conjuntos que trabajan e incursionan en áreas distintas al diseño de interiores (tradicional en México), que trabajan para empresas como Bayer o Volkswagen y que están ampliando el mercado y eso es importante para cualquier país, sea México o Colombia; estamos enseñándole a los nuevos todas nuestras experiencias, cuenta Alemán.
Finalmente reconoce la importancia y el aporte de los espacios dedicados a exhibición de tecnología para el procesamiento de la madera como medios para el conocimiento de los equipos, las técnicas y los insumos ideales en esta materia; de hecho y tras su visita a la Feria M&M en su versión 13, reconoció en ella un escenario innovador.
“Es un espacio bien estructurado, vi máquinas que no había visto en México, a gran escala, y con una variedad impresionante –hay desde taladros hasta las máquinas gigantes– y una presentación de alto nivel por parte de las empresas vendedoras. Nosotros trabajamos con un CNC italiano, varias de nuestras piezas, ya tiene sus años, es uno de los pocos que hay en México por su precio, supongo que hay muchos más”.
Víctor Alemán es, en esencia, un diseñador industrial, un enamorado de las matemáticas a quien le gusta resolver sus retos desde la efectividad y desde los cálculos; que disfruta comprobar desde el experimento el comportamiento de los materiales que usa, trabajar con las manos en una disciplina que le demanda gran esfuerzo, que es exhaustiva y que a veces como dice “se nota a simple vista pero lo reflejan las piezas”.
Citas:
Ctrus fue fabricado en una estructura elástica que imita la forma de un panal e integra cámaras, un GPS y un sistema de rastreo RFID que hace posible conocer la trayectoria, la fuerza del golpe y la localización exacta de la pelota.
www.youtube.com/watch?v=Rrfim_8gNZo (video)
Crédito y fotos:
dix.mx/store – www.thebookoflife.com.mx/victoraleman.html – www.revistacodigo.com – www.victoraleman.mx – www.catalogodiseno.com
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