¿Es posible obtener ganancias de la madera de entresaca?

Alexandra Colorado Castro

Periodista M&M

Uno de los procesos regulares dentro del manejo de plantaciones es la entresaca y alrededor de ella es usual que los reforestadores hagan proyecciones sobre los réditos que pueden lograr de esa madera; sin embargo, obtenerlos no es tan fácil pues para ello juegan diversos factores que pueden afectar el propósito y que en muchos casos obvian o desconocen los inversionistas.

El bosque es generoso en los productos que ofrece y lo es aún más cuando, tratándose de plantaciones comerciales, la cosecha es el resultado de la implementación de un buen plan de manejo y de una administración ajustada a un plan de negocios con objetivos claros y definidos.

Una parte importante de esa planeación la constituyen los criterios silviculturales, comerciales y logísticos que debe atender el inversionista, que demarcan la ruta de acción, y cuyo cumplimiento o desconocimiento pueden significarle el éxito o el fracaso en el manejo y desarrollo de los árboles como individuos, del bosque como sistema, de los procesos claves y de la operación forestal completa.

Uno de los objetivos principales del trabajo planeado es lograr una cobertura forestal óptima, cobertura que, explica el ingeniero Carlos Julio Castaño Ceballos, gerente de Servicios Forestales de Silvotecnia, “se manifiesta en términos de volumen de biomasa por unidad de área y que para el caso de plantaciones comerciales debe concentrarse en volumen de madera y, fundamentalmente, en madera comercial; es decir madera que tenga valor en los diferentes mercados”.

Paralelo a lo mencionado está el hecho de que Colombia registra un bajo desarrollo tecnológico para la transformación y la generación de valor agregado para este tipo de productos, por lo que es posible afirmar que en las cuentas informales de algunos reforestadores, no siempre los productos de una entresaca son aporte al flujo de caja del proyecto forestal.

Pero para lograr el volumen y calidad deseados de la madera, las condiciones atractivas para ser comercializada y asegurar el mayor valor económico de la plantación en el tiempo, es indispensable la realización de prácticas que garanticen un sano desarrollo de la plantación y de cada individuo plantado, una de ellas es la entresaca o raleo.

Esta práctica silvícola, útil y necesaria, permite que los mejores árboles del rodal tengan oportunidad de recibir más y mejores recursos para optimizar su condición individual, y también entrega madera de baja calidad representada en árboles defectuosos y/o partes que no cumplen con las características requeridas en mercados selectos pero que en casos muy específicos puede generar expectativas de ingreso de dinero como resultado de la venta de la madera.

Sin embargo, de acuerdo con el ingeniero Castaño, son varias las condiciones y las decisiones necesarias para, de ser posible, lograr rentabilidad a partir de entresaca. Conocerlas puede ayudar a planificar el momento ideal para implementar la práctica silvícola; a identificar los posibles mercados con potencial para vender la madera resultante y a aprovecharla para que sea positiva en el balance silvicultural y financiero del ejercicio.

Una práctica pro mejoramiento

Son diversas las variables silviculturales y comerciales que debe tener en cuenta el reforestador, que además determinan las razones reales para efectuar la selección de individuos y su extracción

Entre las prácticas de manejo de las plantaciones, la entresaca tiene como objetivo fundamental el control de la densidad, es decir regular el número de individuos por unidad de área.

Técnicamente la entresaca o raleo consiste en seleccionar y retirar árboles considerados en situación de desventaja por diversas características –fundamentalmente originadas en su desarrollo o por sanidad (diámetro, altura, ramificación, arquitectura, bifurcaciones, torceduras, entre otras)– en plantaciones comerciales, ordenadas y planificadas, con el fin de reducir la densidad inicial plantada, mejorar la calidad general del bosque y de paso, mejorar también las expectativas económicas de la plantación remanente.

Para su ejecución, señala el ingeniero Carlos Julio Castaño, son diversas las variables silviculturales y comerciales que debe tener en cuenta el reforestador, que además determinan las razones reales para efectuar la selección de individuos y su extracción.

“Por ejemplo existen variables cuantitativas que determinan el momento apropiado para intervenir el rodal, tales como (AB) área basal (el indicador más común), o el Índice de Densidad del Rodal (IDR)  entre otros, parámetros ambos que miden el grado de ocupación de los árboles en relación al área del bosque, más allá del cual los árboles encuentran restricciones para continuar con su crecimiento volumétrico”.

Adicionalmente explica el ingeniero, también existen variables cualitativas, como el cierre de copas (cuando las copas de un árbol se tocan con las de otro) que impiden la entrada de luz y restringen la dinámica de crecimiento en diámetro de todos los individuos, especialmente los potencialmente mejores en forma y tamaño y además suprimen, definitivamente, algunos individuos que serán aquellos retirados.

Otras variables son la forma, rectitud y ramificación (en conjunto la arquitectura); la presencia de defectos como torceduras y/o bifurcaciones que indiquen al reforestador, los individuos candidatos a ser cortados y extraídos no sin antes considerar el costo/beneficio de este ejercicio; y las condiciones sanitarias pues en aquellos casos en los que la plantación sufra una enfermedad o una plaga incontrolable, podría ser pertinente la anticipación de una intervención de entresaca o incluso la cosecha definitiva.

Es importante señalar que los resultados del análisis de las variables enunciadas, están determinados por los costos de implementación de la extracción y movilización que justifiquen la entresaca., versus la aceptación de los productos en mercados próximos así como por los precios ofertados en dichos mercados.

Al final, y aunque el plan de manejo del proyecto forestal sugiere el momento y la intensidad para realizar una entresaca –pues contempla los criterios básicos de manejo de toda plantación: la especie a plantar, la densidad inicial de plantación y el régimen de control de competencias a partir de las características de la oferta ambiental hasta el programa de sanidad a seguir, el rendimiento proyectado a partir del conocimiento de la especie y los volúmenes finales a cosechar–  momento e intensidad lo determina la dinámica observada y real de la plantación.

Así, a partir de su propia dinámica, cada proyecto forestal, dependiendo de la especie, se rige por criterios particulares según los objetivos perseguidos; de allí que existan casos en los cuales la entresaca no es necesaria, bien porque la base genética y el manejo están controlados, porque el turno final es muy corto y la totalidad de los productos los demanda la industria o porque la demanda no está sujeta a calidad o dimensiones sino a volúmenes totales como sucede en las plantaciones de Eucalyptus cuyo fin, comúnmente, es el abastecimiento de las industrias de la celulosa y/o tableros aglomerados y/o MDF.

“Aunque es importante considerar la entresaca como una opción de manejo, es necesario tener en cuenta casos como el de algunos pinos u otras especies producidos mediante silvicultura clonal que gracias a un alto grado de mejoramiento, logran regularidad en sus características, calidad y crecimiento”, afirma el ingeniero Castaño.

Aquí el reforestador puede partir de una densidad de plantación menor a las convencionales para que los individuos aprovechen mejor el espacio disponible para crecer y así disminuir y retardar la intensidad de manejo y los costos que demandan algunas prácticas como la entresaca; aunque también debe considerar que los costos por control de competencias (maleza) son mayores.

¿Hay mercado para la madera de entresaca?

¿Pero son los productos de las entresacas –considerando sus inferiores características en lo dimensional (cortas longitudes y pequeños diámetros) y en su calidad (torceduras y bifurcaciones)– realmente aprovechables en lo comercial?

El uso que haga la industria forestal del material de entresaca tiene una relación derivada de la planeación del proyecto forestal desde sus inicios.

El uso que haga la industria forestal del material de entresaca, explica el ingeniero Castaño Ceballos, tiene una relación derivada de la planeación del proyecto forestal desde sus inicios.

Señala el profesional que las empresas forestales cuyo patrimonio, sea grande o pequeño, ha sido planificado sobre la base de un modelo de negocio bien estructurado e implementado, regulado a partir de un de un plan silvícola juicioso, que articula además ubicación, infraestructura y logística para el cierre de su operación, tendrán mayores posibilidades de aprovechar toda la madera cosechada, incluyendo aquella resultante de la entresaca.

Asegura que la planeación no deja al azar la destinación de lo obtenido en cada intervención realizada en la plantación y le permite al reforestador aprovechar los diferentes productos (con diferente valor comercial y económico) que entrega el bosque plantado; de allí que los mejores y más valiosos productos se deben obtener de las entresacas más maduras y claro está, de la cosecha final.

“En ocasiones, las entresacas más tempranas –en caso de que el plan de manejo considere varias– entregan productos con ningún valor comercial o con uno tan bajo que los costos de cosecha y transporte son superiores al valor de venta”.

El momento de la realización de la entresaca con miras al mercado, es un factor clave que determina la viabilidad económica de la comercialización

Señala el profesional que es difícil establecer a partir de cual entresaca, de las que pueden realizarse en una plantación, una empresa puede llegar a recibir utilidades por esa madera, pues todo depende de los objetivos del proyecto, de su plan de manejo, de los mercados, de la logística y fundamentalmente del direccionamiento técnico y financiero que articula las condiciones antes mencionadas.

Así, además de las características propias que tenga el bosque –en materia de recursos físicos, nutricionales, hídricos y energéticos– es el momento de la realización de la entresaca con miras al mercado, uno de los factores clave que determina la viabilidad económica de la comercialización de esos productos.

“En algún momento fui llamado a evaluar un vuelo forestal para hacer una entresaca, justamente en una plantación de 11 años de Pinus patula, cuando la revisamos tenía unas características ideales dimensionales, de calidad, rectitud y de arquitectura de los árboles que no justificaban la realización de una entresaca. Decidimos entonces adelantarnos siete años en el proceso y realizamos una tala rasa porque había entonces, buen mercado y demanda de madera para la industria de la inmunización”, señala el ingeniero.

La oportunidad comercial juega entonces un papel vital a la hora de establecer el momento de una entresaca y así como en algunos casos, la calidad de los árboles evita este procedimiento y acorta los tiempos de cosecha, en otros es necesaria la espera para garantizar éxito en el proyecto.

“Asistimos una plantación de teca a 20 años de desarrollo, en los Montes de María; un proyecto ordenado desde su inicio y en el cual establecimos un tiempo “X” para lograr volumen interviniendo 100 hectáreas anuales; sin embargo, al hacer una simulación, revisar las proyecciones de crecimiento del bosque y explorar las posibilidades comerciales concluimos que no era el momento de hacer la entresaca, a pesar de que en el plan de manejo inicial se había considerado ese momento. Esperaremos un año más,  reduciremos el área basal con base en las nuevas condiciones y daremos mayor espacio para crecer a los árboles remanentes, con lo cual se obtendrá a partir de la intervención, un mayor número de piezas comerciales, mayor volumen y mejores expectativas económicas”.

Así, la decisión de intervenir una plantación en sus entresacas iniciales no obedece únicamente al plan de manejo existente como línea base: el momento para la implementación de esta práctica puede cambiar según las condiciones convenientes comerciales de un tiempo determinado, es decir de la oportunidad.

Explica el ingeniero Castaño Ceballos que las posibilidades comerciales que puede tener el reforestador a partir de las entresacas (dadas las características dimensionales y de calidad), se circunscriben a dos escenarios.

El primero son las pequeñas industrias de aserrío, cuyo objetivo es la producción de embalajes, construcción o artesanías, que pueden aprovechar bien las características de estas maderas; sin embargo, estos negocios, por su tamaño, suelen saturarse rápidamente de materias primas, lo que reduce la oportunidad de abastecimiento regular y sostenible de estos productos.

El segundo escenario posible de abastecer son las industrias de celulosa y las dedicadas a la fabricación de tableros aglomerados o MDF (poco exigentes en materia de calidad pero que demandan altos volúmenes de materia prima); sin embargo, el posible proveedor debe considerar que estos mercados además de escasos en el país, solo representan una alternativa para las plantaciones ubicadas dentro de un rango de distancias tolerable por los costos de transporte.

La importancia de la proximidad y el buen asesoramiento

En realidad, el potencial de aprovechamiento que puedan alcanzar los productos de las entresacas está determinado por la proximidad a la industria que los demanda –los costos de cosecha, extracción y transporte en comparación con los precios de venta– más que por las características de la madera misma pues no todos los productos de entresaca logran una calidad ideal para ser aceptados en el mercado a razón de sus características irregulares.

No es recomendable cortar más individuos de los necesarios en la entresaca pues esto aminora peligrosamente el índice de ocupación.

Más allá de la entresaca, señala el ingeniero, lo más grave es que en ocasiones la localización y/o el manejo de las plantaciones hacen inviable también la cosecha final, se desestima, por ejemplo, que  los costos de logística tienen el mayor peso sobre las entresacas, que sobre la tala definitiva, y por tanto sobre los resultados económicos y financieros (efecto sobre el flujo de caja).

“Para acceder a la madera de una entresaca es necesario una infraestructura y una logística relativamente similares a la de una tala rasa, eso significa construcción de caminos forestales que permitan llegar a las plantaciones y disminuir así los costos en transporte. Todo está en función del volumen de producción; una primera entresaca difícilmente entrega más de 25 a 35 metros cúbicos o toneladas por hectárea, si se mira en unidades de peso”, explica el ingeniero Castaño.

Señala el ingeniero que, en realidad, si la plantación no está localizada dentro de un rango de distancia cercana a una planta de transformación que reciba la totalidad de los productos, es preferible no incurrir en gastos o inversiones que no se soporten en el ejercicio comercial; lo mejor podría ser entonces cortar y dejar en el bosque, exceptuando el caso en el de que la madera pueda ser utilizada dentro de la propia finca o proyecto.

Otro aspecto clave referente a la entresaca es el volumen de corte y en este sentido no es recomendable cortar más individuos de los necesarios en la entresaca pues se puede afectar la calidad de la plantación en la medida que se aminora peligrosamente el índice de ocupación, lo que puede acarrear, entre otros, problemas de volcamiento por acción del viento y perjudicar la masa forestal que funciona como una bio estructura.

El no considerar temas como los costos de la realización de una entresaca, así como los de la ejecución de una cosecha final es uno de los motivos más frecuentes en el descalabro económico; obviar los grados de dificultad de una operación –por distancias de extracción, por ejemplo–, la tecnología existente para desarrollarla, el grado de capacitación de personal, el sistema de transporte o la infraestructura, cobran factura.

En recomendación del experto, los forestales deben visualizar todos los obstáculos para la disposición y comercialización de los productos resultantes de las diferentes intervenciones desde el momento mismo de la concepción del proyecto forestal (no solo considerar el potencial de crecimiento biológico), con el fin de mayores oportunidades.

Igualmente señala que es indispensable que los reforestadores busquen un debido acompañamiento, serio, responsable y profesional a la hora de establecer sus plantaciones, pues ha sido una lamentable constante en el país la existencia de iniciativas reforestadoras mal asesoradas, que no sólo “compran” la idea de que pueden lograr ganancias generosas con la venta de la madera de entresaca sino que montan sus proyectos en lugares improductivos o donde no existen posibilidades de aprovechar  adecuadamente sus productos en las diferentes etapas de intervención de la plantación.

“En Colombia se decía que había casi más de medio millón de hectáreas reforestadas, pero luego de análisis cualitativos del área existente que sirve para la industria grande y pequeña, no hay más de 320.000 ha; eso muestra de que muchos proyectos se han construido con criterios erróneos. Los inversionistas no expertos, eventualmente reciben informaciones equivocadas o insuficientes, de buena o de mala fe y cuando hacen sus planes de negocio para buscar financiación, no tiene soporte cierto”, denuncia el ingeniero Castaño.

No hay que olvidar que en los negocios forestales están en juego importantes capitales tanto para los grandes como para los pequeños inversionistas que deciden consignar sus recursos en un proyecto, pensando en su futuro y en esa medida es responsabilidad de los reforestadores soportarse en profesionales que conozcan la ciencia forestal y además las características del sector en nuestro contexto económico, de tal modo que puedan demostrar con hechos, un trabajo experimentado y ético.

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  • Fuentes:
  • Julio Castaño Ceballos, Ingeniero Forestal y gerente de Servicios Forestales de Silvotecnia. cjc@silvotecnia.com
  • Miguel A Rodríguez Melo. Gerente general, Monterrey Forestal GWR SAS (Colombia). rodriguez@gwrglobal.com

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