Franquicias: Una opción para el negocio del mueble
Camilo Marín Villar
Periodista
Colombia se constituye en el tercer país con la mayor potencialidad de crecimiento de las franquicias en el mundo. En los últimos años, las franquicias de muebles han crecido exponencialmente; en un mercado altamente competitivo se convierten en una alternativa para la expansión del negocio y el sector del mueble.
El auge de las franquicias en Colombia es excepcional. De acuerdo con la Cámara Colombiana de Franquicias (Colfranquicias), al cierre de 2018 existían 552 marcas registradas en el país bajo este formato; el 58% nacionales, y el 42% internacionales. De hecho, en el 2005 había tan sólo 103 firmas con el modelo, lo cual indica que el negocio se multiplicó por cinco en un periodo de 13 años, superando las 13.000 empresas franquiciadas.
En el 2019 se espera cerrar el año con un alza superior al 12%; es decir, consolidar una oferta de más de seiscientas marcas; en los próximos cuatro años el objetivo es superar las mil marcas.
Por marcas, los sectores con mayor cantidad de franquicias son gastronomía con 196; servicios con 102 y moda que tiene 90. Particularmente, en el sector del mobiliario y la decoración existen un poco más de veinte marcas que crecen con este modelo, en su mayoría, pertenecientes al segmento de los colchones y somieres.
Hace 15 años ninguna empresa de muebles en Colombia se atrevía a franquiciar su marca; era un terreno inexplorado. Fue hasta el 2008 que los fabricantes de colchones más reconocidos en el país decidieron expandirse bajo este modelo; entre ellos Colchones Fantasía, El Dorado y Americana de Colchones.
Adicionalmente, en los últimos años la mayoría de la inversión extranjera que ha ingresado al mercado de muebles nacional lo ha hecho en forma de franquicia, entre otras empresas llegó: la firma de muebles Crate&Barrel, que inauguró su primer local en el 2016 en Bogotá, y la alemana Kare, que ya tiene tres almacenes físicos y distribución por e-commerce.
También se destaca la inversión chilena de la empresa Casa Ideas, que regreso al país el año pasado, con dos tiendas propias, pero que no descarta la expansión a través de nuevas franquicias, como lo ha hecho en otros mercados Latinoamericanos. Y claro, no se puede dejar de mencionar la llegada de la gigante Ikea a Colombia, planeada para el 2022, con el modelo de franquicia, administrado por Falabella.
Las franquicias se han convertido en una realidad para el sector del mueble y la decoración, especialmente para aquellos empresarios que ya cuentan con el conocimiento de su negocio, una marca reconocida y que desean expandirse de forma sostenible y segura. Además, es una oportunidad para los emprendedores que buscan inversiones consolidadas en el sector.
La industria de los colchones y somieres en Colombia, cuyo tamaño del mercado supera los $750.000 millones, es una de las que mejor se ha adaptado al modelo de franquicias; actualmente, la gran mayoría de las marcas reconocidas han crecido bajo este sistema.
La industria de los colchones y somieres en Colombia, cuyo tamaño del mercado supera los $750.000 millones, es una de las que mejor se ha adaptado al modelo de franquicias; actualmente, la gran mayoría de las marcas reconocidas han crecido bajo este sistema.
Mitos y realidades
Mito: Una franquicia es igual a ser el representante o distribuidor de una marca.
Definitivamente no. En el contrato de franquicia el dueño del negocio (franquiciante) autoriza a otro (franquiciado) para explotar comercialmente su marca y para ello, no sólo le entrega, los aspectos distintivos de la misma, como el logo y la imagen corporativa, sino que le enseña y le transmite todo su conocimiento (Know How) y experiencia, los cuales son reconocidos y distinguidos por la clientela y, a su vez, se constituyen en la clave del éxito del negocio.
La principal ventaja al adquirir una franquicia es ser propietario de un negocio acreditado con resultados probados; por ello se reducen los riesgos, se obtiene la experiencia, formación inicial y asistencia continuada, de la casa matriz.
En este caso, el franquiciado recibe un conjunto de conocimientos técnicos, prácticos, secretos y estrategias para desarrollar su actividad.
El derecho de explotación de la franquicia implica que el franquiciado se somete a las reglas y a las condiciones de la marca y a la forma como opera: este debe seguir los parámetros establecidos en el contrato; como: logística, tratamiento a proveedores, ubicación, medidas y el montaje del negocio, las promociones, las estrategias de mercadeo, el entrenamiento y hasta los uniformes de los empleados.
En suma, el franquiciado recibe una hoja de ruta, y se compromete a seguirla, a cambio el franquiciante se compromete a enseñarle y entrenarle todos los conocimientos para que opere la actividad de igual forma como lo hace él y genere rentabilidad; y, todo lo anterior, a cambio de una retribución económica que se pacta entre ambas partes.
Por su parte, en la representación o la distribución de una marca, simplemente es una relación comercial limitada entre dos empresarios totalmente independientes, que se ponen de acuerdo para que uno de ellos actué como intermediario del otro y comercialice productos o servicios.
Es el caso en el que un fabricante se asocia con una empresa para que lo represente, y le encomienda la tarea de distribuir un bien o prestar un servicio en una zona geográfica determinada, y a cambio recibe una comisión. Aquí, cada compañía conserva su nombre y registro legal, el representante organiza su actividad conforme a sus propios criterios, puede celebrar contratos de representación con otras marcas, tener su propia publicidad y promociones, diseñar su imagen y crear sus estrategias, bajo su propio riesgo. Por su parte, el distribuidor compra para revender, y también lo hace por cuenta propia, obteniendo como remuneración el beneficio de la reventa y no una comisión.
La franquicia se trata de iniciar una empresa con un camino que otros ya han recorrido y han probado. Es desarrollar su propio negocio, pero sin estar solo.
Mito: Todas las franquicias son costosas e inaccesibles
Cuando se trata de franquicias hay opciones para cada presupuesto, algunas de alta y otras de baja inversión. Cada franquicia tiene sus propias condiciones económicas, en algunas hay que pagar un canon de entrada, por el simple derecho de usar de la marca; a mayor prestigio la franquicia tiene más valor.
A esto se suman las regalías, que son un pago mensual que el franquiciado o inversionista debe pagar al franquiciante o dueño de la marca, por el uso de la misma. Lo más común es que se pacten regalías por un porcentaje de las ventas brutas de la franquicia (ejemplo: 1%, 10% o más).
Muchas veces las regalías cubren además del uso de la marca y algunos otros puntos como son: desarrollo de nuevos productos, investigación de mercados, supervisión de las tiendas, gastos de empleados del franquiciante para dar servicio a los franquiciados, desarrollo de imagen, sistemas de cómputo y sostenimiento de la página web, entre otros.
El inversionista debe apotar la adecuación del negocio como tal; es decir: el alquiler o la compra del local, los insumos y la materia prima, los productos, la nómina de los empleados, el costo de los servicios públicos y los gastos de publicidad internos, el valor de los equipos, el mobiliario y la infraestructura, entre otros.
En Colombia existen cerca de cien microfranquicias registradas, las cuales requieren montos inferiores de inversión a US$25.000; hasta las más grandes que pueden superar el millón de dólares.
Mito: En una franquicia el pago de impuestos se divide entre franquiciado y franquiciante por igual
En este modelo cada integrante (socio) actúa independientemente en materia de impuestos, así que los tributos causados por el franquiciado serán su responsabilidad y, de la misma forma, lo hará el franquiciante. Por ejemplo, en las franquicias internacionales, cuando el pago de regalías es realizado por un franquiciado nacional a favor de un franquiciante sin residencia en el país, el franquiciado debe practicar una retención del 20%. Quien actúa como agente retenedor en este caso es el franquiciado, por lo tanto, es quién está llamado a responder ante la administración tributaria por este pago.
Mientras el 80% de los emprendimientos en Colombia mueren en su primer año, el 70% de las franquicias que se adquieren en el país sobreviven más de cinco años, ya que cuentan con el respaldo de una marca ya posicionada en el mercado.
Por otro lado, para efectos del IVA, la venta de bienes y servicios, el licenciamiento de marcas, know how y la asistencia técnica son hechos generadores del impuesto y se les aplica la tarifa vigente en la Ley.
Respecto al ICA, el tratamiento tributario va a depender si se trata de una franquicia local o internacional. En el caso de la franquicia local, tanto el franquiciante como el franquiciado deberán declarar y pagar el impuesto ante el municipio que corresponda. El franquiciado, considerando los ingresos que perciba por la explotación del negocio y el franquiciante, las regalías que perciba.
Con la franquicia internacional sólo deberá declarar y pagar el franquiciado sobre los ingresos que obtenga en el respectivo municipio, pues el franquiciante extranjero se entiende que efectúa sus actividades en el país donde tiene su domicilio principal.
Mito: Una franquicia es un negocio ciento por ciento seguro que se maneja solo
Es cierto que hay un gran respaldo detrás, mucho más que iniciando de cero, pero si las cosas van mal o se hace una mala gestión el riesgo puede existir. Contar con una franquicia detrás no asegura el éxito.
Una franquicia es una inversión de riesgo, por ello para que el negocio funcione adecuadamente el inversionista debe asumir su responsabilidad y dedicarle tiempo
Mito: Todos los negocios pueden ser franquicias
Muchas veces los empresarios tienen algunas sucursales de las tiendas y consideran que están listos para convertir su dependencia en una marca de franquicias. Esto es un grave error porque el proceso no es sencillo y requiere un grado elevado de profesionalización. Por lo menos, el proceso de franquiciarse lleva más de un año y exige la asesoría de expertos para hacerlo con éxito.
Cómo franquiciarse
Según Colfranquicias, este modelo puede convertirse en una alternativa muy importante para los negocios de muebles y la decoración, ya que, por su naturaleza le ofrece excelentes ventajas tanto para las empresas que quieren franquiciarse, como para los inversionistas que buscan algo ya probado.
No obstante, los expertos aclaran que no todos los negocios están listos para expandirse a través de una franquicia; ni todos los inversionistas son aptos para adquirirlos. Colfranquicias explica que deben coexistir algunos requisitos básicos, antes de pensar en franquiciarse, los principales son:
Tener marca registrada y protección de propiedad industrial: En esto la Ley colombiana es muy clara, en 2017 la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) emitió un concepto sobre los contratos de franquicia, el cual dice que el contrato de licencia solo puede celebrarse a través del titular efectivo, es decir, la persona o empresa a la que esa entidad le autoriza el registro de la marca.
Según explicó Liz Pachón, directora ejecutiva de Colfranquicias, cuando se hace un contrato entre un franquiciante y un franquiciado, la marca es el elemento principal que se transfiere porque incluye el saber hacer o ‘know-how’, y el secreto con el fin de que el negocio pueda prosperar.
Si no hay marca registrada, la empresa no está legalmente constituida o no existen el registro de las patentes o de los modelos de utilidad por los diseños de los muebles y los productos, que permitan su réplica, será imposible la expansión por el formato de franquicia.
La mitad de las franquicias que hay en Colombia se encuentran en Bogotá; un 12%, en Medellín; 6%, en Cali; 4%, en Barranquilla; 3%, en Bucaramanga y 25% en otras ciudades.
La empresa debe contar con procesos repetibles y transferibles: Otro de los mayores retos a la hora de abrir una franquicia es la estandarización y el control de los procesos de fabricación, manejo de proveedores, logística, mercadeo, atención y servicio postventa. Si una empresa cuenta con manuales y protocolos estandarizados, permite asegurar la calidad del producto y/o servicio durante la transferencia de conocimiento y tecnología al franquiciado.
Tener un negocio rentable, con un mercado potencial y un producto diferenciador: Más que una condición sin la cual no es ideal que la empresa franquiciante sea, en general un buen negocio, financieramente hablando. Una franquicia es un gana – gana, por lo que debe estar concebida como un negocio rentable.
De acuerdo con los expertos, se franquician no sólo los procesos, sino los buenos negocios que ya han sido probados; que han sido rentables, que tienen un mercado potencial suficiente para expandirse y que cuenten con productos diferenciadores. Un negocio puede franquiciarse cuando se encuentra en la etapa de crecimiento o madurez, pues hacerlo en las etapas de introducción o declinación podría implicar un alto riesgo tanto para el franquiciante como para los franquiciados.
Según Colfranquicias, existe la oportunidad de franquiciar prácticamente todo tipo de empresas, aunque es más sencillo en algunos sectores que en otros, de ahí que en el país la mayor cantidad de franquicias estén en el segmento gastronómico.
En Colombia, especialmente, las empresas de muebles franquiciadas son los fabricantes de colchones, quienes cuentan con un buen número de sucursales propias, ofrecen un producto de primera necesidad, tienen marcas reconocidas y, por las exigencias de fabricación, tienen procesos estandarizados y repetibles; esto les ha facilitado la adaptación, la transferencia y el crecimiento bajo este modelo.
El segundo segmento con más franquicias, dentro del sector son las marcas de muebles y decoración extranjeras que han llegado trayendo su know how y encontraron socios con características ideales capaces de repetir y mantener su éxito, cerca de la mitad de las marcas de muebles franquiciadas tienen inversionistas internacionales.
Ventajas y tipos de franquicias
También existen múltiples beneficios para aquellos inversionistas que deseen incursionar en el negocio del mueble a través de una franquicia, entre ellas la principal es que el emprendedor podrá iniciar con un modelo de negocio probado que garantice un arranque más rápido y menos costoso. Así mismo, el riesgo de inversión se reduce por tratarse de un negocio ya establecido y con posicionamiento.
Tal como menciona Liz Pachón, “en una franquicia desde el principio se dice cuál es la inversión inicial y en ella está cuantificada el canon de entrada, que es el valor de membresía de la red, así como los equipos, el mobiliario, los insumos, los gastos operativos y el capital de trabajo necesario para llevar a ese negocio a punto de equilibrio. Eso lo que quiere decir es que ya está definida cuál es la expectativa de apoyar las diferencias entre las ventas y los gastos, para que ese negocio pueda llegar al punto de equilibrio y de ahí, a recuperar la inversión que, normalmente, está en horizontes de cinco años. Se estima que alrededor del tercer año, en promedio, una franquicia permita recuperar la inversión inicial”.
Otra ventaja propia del mercado de las franquicias es que, quien se decida por uno u otro negocio, no necesariamente debe ser experto en él, pues el franquiciante le entregará un manual sobre su funcionamiento y le dará entrenamiento y acompañamiento. Así le transmitirá al franquiciado su know how, nada más y nada menos que el valor o secreto de marca, lo que hace que la empresa sea exitosa.
Particularmente, al indagar sobre las posibles ventajas de una franquicia de muebles para los emprendedores, Colfranquicias manifestó que en comercialización de muebles la duración de las colecciones del producto es más alta que en sectores como el textil, donde la reposición o las necesidades de renovación de exposiciones o productos para la venta son casi continuos.
Adicionalmente, a diferencia de otros productos, los muebles no tienen una legislación restrictiva referente a la higiene o a la conservación de los mismos o sus fechas de caducidad, como es el caso de las franquicias de alimentos.
Tipos de franquicias
Algunos de los tipos de franquicias que existen en la actualidad y que se pueden adaptar al negocio del mueble son:
• Franquicia comercial: es la más común, para el comercio de muebles. Este tipo de franquicias es de las más desarrolladas, ya que sus operaciones generalmente están estandarizadas, como lo son la internacionalización del negocio o la obtención de una marca probada.
• Franquicia industrial: En este tipo de franquicia, el franquiciante cede al franquiciado el derecho a fabricar, la tecnología, la comercialización de los productos, la marca, los procedimientos administrativos y de gestión y las técnicas de venta. Ejemplo: Una franquicia para manufacturar muebles de marcas reconocidas, o productos decorativos.
• Franquicia de distribución: este tipo de franquicia tiene como finalidad la distribución de productos, tanto para cuando el franquiciante es el fabricante como para cuando actúa como central de compras.
• Franquicia de servicio: La finalidad de esta franquicia es prestar un servicio al cliente a través de un negocio especializado. Ejemplo: franquicias de limpieza o mantenimiento de muebles.
Fuentes
Cámara Colombiana de Franquicias.
directorejecutivo@colfranquicias.com
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