Mobiliario Clínico: Especialista en el Cuidado de la Salud

Paola Andrea Ruiz Rojas

Periodista M&M

El mobiliario con el que se equipan las clínicas, hospitales y centros de salud, debe responder eficientemente a las necesidades de reposo, acomodación, movilidad y bienestar de los pacientes; aspectos que son también, los frentes prioritarios a resolver de los fabricantes dedicados a esta particular y exigente línea de muebles.

Aunque por lo general, los muebles clínicos pasan desapercibidos a las miradas de visitantes, enfermos y trabajadores de los hospitales y centros de salud; son piezas fundamentales en el desarrollo cotidiano de las actividades médicas, y sobre todo, son vitales en el propósito de asegurar una adecuada atención a los pacientes –usuarios de los muebles y clientes de las instituciones– y favorecer en su recuperación.

En la actualidad, y precisamente para responder a los propósitos anotados, se han conformado empresas, en todo el mundo, dedicadas a la fabricación de mobiliario clínico de última tecnología y que han  integrado a sus equipos de trabajo, profesionales multidisciplinarios –como industriales, ingenieros mecánicos y electrónicos, biomédicos, expertos en ergonomía y hasta médicos–, para que aporten en la labor de diseñarlos, fabricarlos; y que aplican los más altos estándares de producción y utilizan materiales de la mejor calidad.

El abanico resultante hoy para el uso hospitalario, es amplio y heterogéneo en tipos y aplicaciones; e incluye desde camas, camillas de exploración, sillas, y sillones, hasta mesas de noche, mesas para transportar comida, carros de paro, carro porta historias clínicas, y armarios, entre otros.

Camas Hospitalarias: Muebles con Buen Pronóstico

En el consenso general, una cama representa, simplemente, un mueble destinado para dormir; sin embargo, para pacientes y personal médico, su significado se amplía considerablemente pues constituye la pieza de mayor importancia para el descanso, el reposo y la convalecencia de los enfermos.

En la actualidad, el mercado ofrece gran variedad de camas hospitalarias que abarcan desde las sencillas –con características que no distan mucho de las propias de cualquier cama común– y las de última tecnología, cuyo diseño, fabricación y materiales constructivos son concebidos, desarrollados y utilizados, a partir de las demandas del sector salud. Vale anotar que el presente artículo sólo abordará las “de última tecnología”, por considerar que aúnan los desarrollos más relevantes en la materia, perceptibles en las partes que las componen y los servicios que ofrecen.

Al respecto, las camas hospitalarias modernas presentan medidas estándar entre 90 y 110 centímetros de ancho, 190 y 220 centímetros de longitud, una altura –de piso hasta el soporte del colchón– no superior a 80 centímetros, y aunque las partes son las mismas que las de una cama normal –estructura, somier, cabecero, piecero, y barandales– si presentan algunas características especiales acordes con su segmento, enunciadas a continuación.

  • Estructura

Es el esqueleto y una de las partes más importante porque recibe el somier o tendido. Usualmente, las empresas fabricantes las construyen en forma rectangular, en tipo “T”, y tipo “I”, utilizando tubo y láminas de acero Cold rolled de alta resistencia, dado que deben soportar el peso neto de la cama, y además, el peso constante del paciente.

Una característica casi obligatoria es que ofrezcan al usuario varios niveles de comodidad y para esto, la oferta de camas fijas, la complementa la industria, con una amplia variedad de camas provistas de sistemas de elevación (por “carro elevador”) que permite regular la altura; es decir, subir y bajar la cama sobre el eje “Y” en rangos desde los 32.0 centímetros (posición más baja) hasta los 80 centímetros (máxima altura).

Vale anotar que la mayoría de los dispositivos de elevación existentes, actualmente, son neumáticos, aunque también los hay con motores eléctricos; de acuerdo al modelo, pueden ser accionados de forma manual, mediante controles alámbricos –aquellos que utilizan cable–, o mediante controles innalámbricos; otros, de configuraciones más complejas, cuentan con mecanismos que elevan el tendido hasta formar un ángulo de 12 grados (+/- 2) –bien en la parte inferior ó superior del somier– y que sea posible lograr las posiciones trendelenburg  y trendelenurg invertido, frecuentes para el reposo de pacientes con ciertas patologías (1).

Para el traslado de los enfermos e independiente del tipo de estructura, todas las camas llevan ruedas; elementos cuya medida estándar se ha establecido en 12.5 centímetros, aunque las dimensiones de las ruedas pueden variar según la referencia, especificaciones técnicas, tamaño y materiales de las camas que soporten. Otras disposiciones obligan a que al menos dos de las ruedas incluyan freno, y que además, todas lleven protectores anti golpes en PVC, que prolonguen su vida útil e impidan la acumulación de polvo y suciedad.

En cuanto a los acabados, un amplio sector de los fabricantes de camas hospitalarias cubren las estructuras con pinturas epoxi, reconocidas por su alto grado de resistencia física y química a la hora de soportar limpiezas y desinfecciones con sustancias que, sobre otros materiales, pueden resultar corrosivas; otros prefieren las pinturas electrostáticas por su reconocida resistencia a los cambios ambientales, los agentes corrosivos y los rayos UV. Independiente del tipo de pintura, la restricción de uso cae sobre aquellas que contienen plomo u otros agentes tóxicos, y la exigencia en las que ofrecen protección antimicrobiano, anti flama y anti moho.

  • Somier o tendido

Parte fundamental en las camas hospitalarias, porque de ella depende, realmente, la postura y la calidad del reposo de los pacientes, de allí que los modelos de última generación integren tendidos articulados, es decir, con dos, tres y hasta cuatro segmentos móviles para posibilitar cambios posturales. Usualmente, el segmento superior soporta la cabeza y la espalda; el central, la pelvis; y los inferiores, las piernas y los pies.

Las posiciones del somier están expresadas en grados, según la referencia de la cama; el movimiento del respaldo, por ejemplo, puede ser de 0 a 90 grados, mientras los segmento de muslos y pies van de 0 a 60 grados. El tipo de sistema que produce los movimientos de cada sección –tanto de espaldar como de piernas y pies–, varía también de acuerdo al modelo: los hay neumáticos ó eléctricos, y su accionamiento puede ser manual, con mando a distancia, ó con mando alámbrico.

Sobre la fabricación de los tendidos, las empresas los hacen, regularmente, en láminas cribadas o agujereadas para facilitar la limpieza y la ventilación, y en materiales según los requerimientos del cliente, aunque el acero es el preferido.

  • Cabeceros y Pieceros

Producto de la necesidad de mejorar los tiempos de respuesta en el manejo de pacientes en situaciones de crisis (2), surgen los cabeceros y pieceros desmontables en las camas hospitalarias, piezas independientes que se incorporan, desmontan e intercambian a la estructura de la cama –a solicitud de pacientes y médicos– gracias a sencillos sistemas de fijación –clic, a presión, con seguros o cierres de seguridad– que pueden ser instalados o desinstalados, con rapidez y facilidad.

Actualmente, los cabeceros y pieceros son fabricados, en su gran mayoría, en plástico ABS ó plástico de ingeniería, material liviano que ofrece buena resistencia a los impactos, a la tensión, fusión y abrasión; que es impermeable, rígido, ignífugo –si recibe tratamiento retardante de llama– y al que es posible realizarle limpiezas y desinfecciones profundas y extremas. Algunos fabricantes aun utilizan acero inoxidable y/o madera para producir los cabeceros y pieceros; sin embargo, esos materiales no poseen las ventajosas características del plástico ABS, y por lo tanto, el sector hospitalario restringe la compra de muebles que los incluyan.

En cuanto a las medidas, es importante aclarar que no existen dimensiones estandarizadas para los cabeceros ni pieceros; la condición primaria es que su tamaño sea proporcional al resto de la cama.

  • Barandales

La gran mayoría de camas hospitalarias, poseen barandales que ocupan 2/3 de la longitud total de la cama, es decir, 138 centímetros de largo aproximadamente y una altura estándar mínima de 35.0 centímetros desde la base del colchón; como materiales de fabricación, los más empleados son los plástico ABS (para los brazos) y el acero inoxidable (para las barras protectoras que, usualmente, son seis).

Las necesidades del sector, también han condicionado la producción de los fabricantes, a integrar barandales con sistemas de auto fijación y sistema retráctil –a fin de que el cuerpo médico pueda manipular, lo más cómodo posible, a sus pacientes– y que en éstos se instalen los mandos alámbricos que accionan los mecanismos de movimiento de las camas, con aislantes eléctricos para evitar descargas y accidentes.

  • Otros Componentes

Independiente del modelo y las características propias de cada una, las camas hospitalarias deben contar con detalles básicos como orificios a través de los cuales pasan las barras porta suero y/o ganchos para colgar en ellos, elementos médicos; dependiendo de los modelos, los orificios o ganchos pueden aparecer en  los laterales de la cama, en las barandillas, o en ambos lugares.

Paralelo, los fabricantes han integrado una serie de útiles accesorios que han dado paso a las camas de última generación –como medidores de peso corporal, soporte para tanque de oxígeno, dispositivo para rayos X en acrílico transparente de alta resolución, mesa para alimentarse sin salir de la cama o realizar movimientos complicados, y porta monitor y freno central– y que explica el médico cirujano, Alejandro Chaparro –director de la UCI de Finsema– son ideales ya que no sólo facilitan la labor del personal médico y del cuerpo de enfermeras, sino también simplifican esfuerzo y tiempo dedicado a las tareas de desinfección y mantenimiento de los muebles.

Algunas empresas han desarrollado dispositivos que ayudan a mejorar los niveles de seguridad en las camas, tal es el caso del sistema para prevención de caídas “Chaperone®”, patentado por Stryker, que detecta con posición del cuerpo al rastrear el centro de gravedad del paciente, lo que permite su correcta acomodación. Éste, que cuenta además, con un sistema de alerta que se activa al sentir desbalances o inclinaciones inapropiadas del paciente, ha resultado un instrumento de seguridad altamente efectivo y confiable.

Colombia está fabricando, actualmente, todo tipo de camas, desde las básicas hasta las de última generación, en precios que varían dependiendo del diseño, las características técnicas, la funcionalidad, las materias primas utilizadas en su fabricación, entre otros factores; precisamente, por tratarse de muebles especializados que requieren métodos de producción específicos e incorporan insumos especiales, su fabricación y por ende su comercialización, resulta costosa: un modelo sencillos cuesta alrededor de un millón trescientos mil pesos en adelante, mientras que el precio de la referencia más básicas, de una cama de última generación, puede superar los tres millones de pesos, o más, dependiendo de su tecnología.

Camillas: Diseñadas Sin Urgencia

Son camas pequeñas que se utilizan, especialmente, para la movilización de pacientes, internamente en los hospitales y centros de salud. Gracias a su estructura sencilla, el uso de estos elementos ha trascendido hasta los consultorios donde se utilizan como camillas de exploración. En el mercado, hay gran variedad de modelos, desde básicos que sirven para explorar, primariamente, la condición del enfermo, hasta los que funcionan como camillas de transporte, valoración y recuperación.

  • Camillas Sencillas

En el plano constructivo, son muy básicas, de estructuras rectangulares, hechas de láminas y tubos en acero cold rolled de alta resistencia, y poseen en parte superior, un tendido también sencillo, que puede ser rígido o de espaldar removible, el cual soporta la colchoneta, regularmente de 5.0 centímetros de espesor.

Algunas camillas destinadas sólo para exploración, no llevan ruedas, en cambio los fabricantes les han adaptado una especie de gaveta o alacena en su parte para guardar, medicamentos, batas, cubre camillas, además de  elementos médicos de exploración; mientras que otras integran estribos, graduables en altura y desmontables, para que puedan ser convertidas en camillas ginecológicas.

  • Camillas Modernas

La modernización de esta variedad de mueble, ha llevado al diseño y producción de unos más funcionales, cómodos y fáciles de usar. En la actualidad, existen modelos con mecanismos que permiten la graduación de altura en rangos variables, entre 70 y 90 centímetros.

Las más elaboradas están provistas de dispositivos que activan la inclinación del tendido a 13 grados, para favorecer las posturas de trendelenburg normal e invertido. En la mayoría de referencias, los mecanismos que posibilitan el movimiento son neumáticos y se accionan, manualmente, por manivelas; en otras, son hidráulicos y se accionan mediante pedales. Existen también las camillas eléctricas, que funcionan a través de mandos integrados en las barandillas.

Los tendidos de las camillas modernas también presentan estructuras articuladas, con dos, tres y hasta cuatro segmentos de acomodación para diferentes posiciones: horizontal, semi-sentado y sentado; y han incorporado barandas laterales abatibles mediante dispositivos mecánicos de levante y desplazamiento suave, de 1.4 metros de largo y 35.0 centímetros de alto, aproximadamente, en acero inoxidable.

Las referencias más completas cuentan con bandejas de acero porta instrumentos en su parte inferior, escalerillas desplazables que pueden ser ubicadas en cualquiera de los laterales de la camilla, porta suero, dispositivo para sujetar la bala de oxigeno y soporte para radiografías.

En general, sus estructuras están hechas en láminas y tubos de acero Cold rolled de alta resistencia, a fin que ofrezcan gran capacidad se soporte; algunos modelos soportan hasta 400 libras, mientras que otros pueden incluso, doblar este peso. Sobre las medidas estándar para la fabricación de las camillas, los fabricantes las han establecido  en 1.90 de largo por 0.60 de ancho y una altura máxima de 90.0 centímetros, aproximadamente.

Las ruedas son uno de los componentes más importantes de las camillas; de allí que los fabricantes instalen y las instituciones médicas exijan rodamientos giratorios, de ocho pulgadas, suaves y firmes –que no provoquen traslados bruscos que puedan alterar la condición de un paciente– para que los movimientos de la camilla sean largos y estables.

Sillas y Sillones: en Franca Mejoría

Los centros médicos y hospitales disponen una gran variedad de sillas y sillones en sus áreas médicas y salas de espera; sin embargo no todos no pueden considerarse muebles hospitalarios. Los instalados en zonas de descanso para acompañantes –dado que no cumplen con un propósito médico– se ubican en el rango de  muebles institucionales; otros como los destinados a la práctica de procedimientos específicos, en cambio, entran en el segmento del mueble especializado.

  • Sillón para Hemodiálisis

Es una generación especial de sillones fabricados para responder a las necesidades terapéuticas, operativas, de confortabilidad y ergonomía, de pacientes que están obligados a pasar largas horas del día, sentados; de allí que aunque existen en varios estilos, el factor común es –además de incluir piernas de elevación y apoya brazos– que la estructura esté conformada por segmentos que los hagan reclinables.

En algunos modelos, los segmentos se mueven mediante sistemas mecánicos, hidráulicos o electrónicos, accionados por medio de controles alámbricos o inalámbricos; mientras que en otros, las posiciones responden a los movimientos que realice el usuario con su cuerpo, hasta lograr el abatimiento del espaldar y el desplazamiento ó el reposicionamiento de los asientos.

En los desarrollos más recientes, es frecuente hallar incorporados elementos terapéuticos que brindan confort y bienestar, como por ejemplo, masajeadores para las zonas lumbar, dorsal y cervical que se activan de forma independiente y cuya intensidad puede regular el paciente a su gusto; dispositivos térmicos para compensar la leve hipotermia que acompaña los tratamientos de diálisis y hasta tensiómetro digital de alta precisión. En cuanto a los dispositivos tecnológicos, algunos cuentan con pantallas LED y DVD para que los pacientes vean películas ó escuchen música, durante su proceso.

Vale anotar que para tapizado, las empresas fabricantes de estos muebles, utilizan telas inteligentes, con recubrimientos antimicrobianos, anti flama y anti fluidos.

  • Los Dos en Uno

Son sillones que prestan dos funciones: para el reposo de los pacientes, y como silla de ruedas para el transporte intrahospitalario. A simple vista, parecen sillones normales, fabricados en tubo de acero cold rolled, con espaldar y asiento tapizado pero que llevan en sus patas, instaladas, ruedas para ser transportados.

Los modelos más completos, incorporan en sus diseños, entre otros elementos, soportes laterales ajustables a la anatomía de cada paciente; apoya cabeza con soporte para el cuello; cinturón pélvico; peto de seguridad; reposa pies fijos con superficie antideslizante; soporte para suero, oxigeno y bolsas de fluidos; reposa brazos acolchados, que en ocasiones puede ser bajado hasta el nivel del asiento para facilitar el paso de los pacientes hacia y desde la cama; y apoya cabezas desmontable que puede ser guardado en la parte posterior del sillón.

Carros, Atención Sobre Ruedas

Los carros hospitalarios son unidades móviles compactas, que garantizan e integran los equipos y medicamentos necesarios para atender en forma inmediata, desde requerimientos básicos hasta una urgencia médica. Hasta hace poco, estos muebles eran muy simples, pero hoy exhiben diseños modernos y sobre todo, funcionales según el servicio que prestan, así, los hay de paro, de tratamientos, de intervenciones, de aislamiento, de respuesta a emergencias, de anestesia, para el transporte de medicamentos y para el transporte de alimentos, entre otros.

A nivel de aditamentos, incluyen cajones, compartimentos de almacenamiento, así como estantes interiores y laterales; también incluyen soporte para suero extensible, tanque de oxígeno, estantería para bomba de succión, soporte para guantes, toma de corriente, bandejas y separadores; a algunos puede adaptárseles sistema de bloqueo electrónico automático, brazos articulados para sujetar portátiles, tablets, PC o incluso pantallas LCD. Vale anotar que la adaptación de dichos dispositivos tecnológicos ha convertido estos muebles, en más que carros con cajones, en verdaderas estaciones de trabajo desde las cuales, el personal de enfermería accede a todo lo que necesita: desde historias clínicas hasta medicamentos.

Dado que, normalmente, los carros de tratamientos quedan en zonas a las que pueden acceder pacientes y visitas, algunos fabricantes han incorporado –además de contenedores, con llave, para objetos punzantes– dispositivos de seguridad que identifican las tarjetas de reconocimiento del personal autorizado, para su manejo, mediante escaneo.

Dichos carros están fabricados, regularmente, en acero inoxidable y dependiendo de las referencias, los acabados pueden variar entre pinturas epoxi o electroestáticas; sus superficies de trabajo son ergonómicas –usualmente fabricadas en polímeros para facilitar su desinfección– y las ruedas, blandas y de rodamiento silencioso.

Un Mercado en Crecimiento

La industria de productos para la salud –segmento que incluye equipos y materiales para odontología; equipos, productos de consumo y reactivos para laboratorio; aparatología e insumos para radiología; materiales para implantología; y equipos médico hospitalarios, subsector en el que se ubican los muebles hospitalarios– es, sin duda, una de las más dinámicas de la economía mundial. Un informe emitido por la firma Global Data, especialista en investigación y análisis de industrias y mercados, reveló que para el 2016, este segmento crecerá cerca del 7.0 por ciento y sumará en ventas, a nivel mundial, cerca de 487 mil millones de dólares.

Según un estudio realizado y publicado por “The World medical markets fact book”, en 67 países – número que corresponde a más del 90 por ciento de la facturación total de dispositivos médicos–, en la escena mundial, Estados Unidos ocupa el primer puesto en ventas de productos para la salud, incluidos muebles hospitalarios; mientras que entre los llamados países o economías “emergentes”, Brasil ocupa el segundo lugar en ventas, y Colombia un honroso noveno puesto, con cifras que alcanzan los 30 millones de dólares al año, en ventas de todo tipo de productos, incluyendo obviamente, mobiliario clínico.

Actualmente, Colombia cuenta con empresas que se han posicionado como líderes regionales en diseño, producción y comercialización de mobiliario clínico, muchas de ellas vigentes en escena por más de cincuenta años, gracias a sus excelentes niveles de producción, altos estándares de calidad, número de soluciones, su alta tecnología y desarrollos innovadores.

La línea de muebles hospitalarios que se fabrica en Colombia, demuestra que la unión de diseño, ingeniería, ergonomía con conocimientos médicos, ha logrado una generación de productos nacionales, sorprendentes a la hora de atender las necesidades médicas y humanizar el servicio dirigido a los enfermos; un segmento que, ciertamente, ha dado grandes pasos hacia la producción de piezas elaboradas, estéticas y funcionales, que responden a las necesidades particulares, fisiológicas y patológicas de los enfermos, así como a las dinámicas laborales de los prestadores de los servicios hospitalarios.

Hoy, la mayoría de las empresas nacionales se ha especializado en la fabricación  de equipos de rehabilitación, mobiliario básico para hospitales y consultorios como camillas para examen y transporte y camas hospitalarias manuales, pero sobre todo, en desarrollar camas eléctricas para hospitalización, camas para cuidados intensivos, camas para partos, mesas de cirugía electro hidráulicas y electromecánicas, camas para cirugía general, obstétrica, variática, entre otros.

Para el ramo de las empresas fabricantes de muebles y equipos con fines médicos, el mercado local es favorable y registra un crecimiento importante a razón no sólo del aumento de la población de adultos mayores y de los incides de natalidad, sino también de ola del “turismo” para procedimientos quirúrgicos estéticos, que ha disparado la demanda en servicios de salud y por ende, de dotaciones para hospitales, clínicas y centros similares. Un segmento en avanzada que además conquista mercados internacionales.

Citas

1- Posición de Trendelenburg: Pertenece a una de la posiciones quirúrgicas. El paciente se encuentra endecúbito, y el lado correspondiente a las patas de su cama se levanta de modo que los pies queden más altos que su cabeza. Se usa en situaciones de edema o tromboflebitis de las extremidades inferiores; a la hora de intervenir la zona inferior del abdomen, la pelvis, la vejiga y el colon; favorecer el drenaje postural y el retorno venoso; e incrementar el riesgo sanguíneo cerebral.

2- Los respaldares abatibles permiten, por ejemplo, liberar rápidamente un paciente en caso de necesitar maniobras de reanimación cardiopulmonar.

 Fuentes

0 Comentarios

    Deja un comentario

    Login

    Welcome! Login in to your account

    Remember me Lost your password?

    Don't have account. Register

    Lost Password

    Register