En Chile fabrican muebles de papel
A primera vista, las creaciones que vende hace dos años la empresa chilena Fracta no se asimilan fácilmente.
Se trata de un proyecto que elabora muebles de papel. Sillas, pisos y mesas hechas del derivado de la madera y que sorprendentemente, son bastante resistentes, pero a la vez, portátiles.
Un producto que responde a los cambios de la vida en la ciudad, pero también a los de una sociedad mucho más consciente en lo que consume y que, por sobre todo, busca generar identidad en un mundo donde todo parece verse cada vez más similar.
La inspiración detrás de Fracta nace, en palabras de su fundadora y CEO, Francisca Martínez, de la necesidad impuesta hoy por habitar en lugares que son cada vez más pequeños. “Sin embargo, los muebles siguen siendo los mismos, por lo que acomodar todo lo que queremos se hace cada vez más diferentes”, asegura la empresaria.
Así surgió, desde Fracta, la propuesta de crear muebles que puedan cambiar de forma, tamaño y estilo de manera fácil y rápida. Y el material perfecto para hacer esto era el papel.
¿Y cómo funcionan?
Los muebles de Fracta se crean con grandes láminas de papel que se entrelazan en una estructura similar a la de un panal de abejas. Esto hace que puedan doblarse como si fuese un acordeón, que además, es muy resistente.
Por ejemplo: El sillón, que es el producto más reconocido de la línea, está hecho de 270 placas de papel que, cuando están unidas, no llegan a los 20 centímetros de grosor, pero que pueden expandirse hasta en cinco metros, para poder alojar mucha más gente. Se puede colocar a lo largo como un sillón, en forma de círculo como una especie de puf, e incluso se puede acortar para ser una silla.
¿Y la resistencia?
La estructura de panal hace todo el truco ya que, en total, el sillón de Fracta puede soportar hasta una tonelada sin deformarse. Han hecho pruebas con personas que pesan más de 100 kilos y el material no se resiente.
Además, son resistentes al agua ya que poseen un tratamiento especial. “Si bien no deben ser expuestos a la lluvia, porque siguen siendo de papel, si un vaso se da vuelta encima, el agua escurre entre los agujeros y no se genera mayor daño”, dice Martínez.
El sillón posee una duración de al menos 10 años, aunque se recomiendan los mismos consejos que al usar un sillón tradicional: cuidarlo con cojines o almohadas ni tampoco hacer dobleces más allá de los que se generan naturalmente.
Pero quizás lo que más enorgullece a Francisca y su línea de productos, que hoy incorporan, además del sillón, a una mesa de centro y un piso multiuso, es el compromiso con el medio ambiente que genera esta propuesta.
Todo el papel utilizado en Fracta es 100% reciclado y los residuos generados se entregan nuevamente para volver a ser reutilizados. Martínez dice: “La sustentabilidad y segunda vida de los materiales tienen un carácter fundamental en Fracta, por lo que decidimos adoptar un modelo de desarrollo circular, 100% chileno”.
Con información de: www.latercera.com
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