La compañía colombiana Tucurinca diseñó silla tejida para tiendas de Louis Vuitton
Tucurinca es un proyecto creado hace cuatro años en la ciénaga de Santa Marta con el fin de devolverle la importancia a la tradición de tejeduría que hay en el país y reinventar la tradicional silla costeña. Además, introduce “diseños innovadores, pero con un alto nivel funcional para que no solo sea una pieza bonita, sino que también dé comodidad”, dijo Rafael Zúñiga Lacouture, dueño de la marca.
Su calidad y reconocimiento ha sido tal que fue elegida por la casa de moda francesa Louis Vuitton para diseñar una silla tejida en plástico y cuero, que lleva la firma de las dos compañías para decorar las nuevas tiendas de la marca en Colombia.
Zúñiga aseguró que al ser una colaboración para el mobiliario de la marca perteneciente al grupo Lvmh, estas sillas no estarían a la venta; sin embargo, no descarta la idea de sacar una línea propia con estos materiales y una mayor variedad de colores.
“Con esto esperan que sus tiendas en Latinoamérica tengan algo de contexto del país donde están ubicadas, por lo que buscan y trabajan con marcas locales, como nosotros”, agregó Zuñiga.
El alcance internacional
Aunque su producción y su inspiración son locales, la firma alcanza cada vez más rincones del mundo. Los artículos de Tucurinca, cuyo nombre fue inspirado en un corregimiento de la zona bananera de Colombia, fueron exportados a Bélgica, Estados Unidos, Bélice y Suiza el año pasado. Esto, gracias a su participación en la feria de diseño Wanted Design de Nueva York, en la que también estarán durante este año.
A nivel nacional, la empresa también ha participado en la Feria de Diseño de Medellín, en la Feria Buró y en Expoartesanías, en la que acompañó a Artesanías de Colombia en su stand.
En términos de crecimiento de la firma, Zúñiga resaltó que desde 2015 han duplicado sus ventas. Sin embargo, este año solo esperan crecer 40% porque están “enfocados en la reestructuración de la fábrica, pues nos estamos quedando cortos en producción”.
Por esa razón, dentro de los planes está abrir “un nuevo centro de fabricación que estimamos esté listo en dos meses”, agregó el propietario de Tucurinca.
La compañía ya produce de 200 a 300 piezas mensuales, entre sillas, mesas y accesorios para el hogar elaborados con plástico y fibras naturales como el mimbre, calceta de plátano y fibra de cartón que se adquieren de productores locales. Con esto logran dos objetivos: apoyar a las familias que viven de esta actividad y fortalecer la marca para alcanzar mayor potencial de internacionalización.
“La única forma de ser competitivos en el mercado internacional es trabajar con materias primas locales, porque son fibras que están aquí y se pueden conseguir con facilidad; además, tienen características únicas que dan a los productos nacionales un diferenciador, que nos lleva a centrarnos en qué tenemos nosotros que no ofrecen otros países”, argumentó Zúñiga.
El precio de los artículos empieza en $280.000 para las piezas de decoración del hogar y llegan hasta $2 millones para las sillas tejidas a mano con las diferentes fibras y diseños.
Dentro de los proyectos que vienen para Tucurinca, Rafael Zúñiga Lacouture, dueño de la compañía, resaltó que están desarrollando una línea de mobiliarios y artículos de decoración para el hogar elaborados con materiales reciclables. Aunque aseguró que era un “trabajo difícil porque estos plásticos no tienen las mismas características que los plásticos vírgenes”, por lo que todavía están buscando la manera de adecuarlos. Además, contó que quieren reforzar su línea de ‘Chécheres’ con piezas pequeñas como revisteros y fruteros.
Con información de: www.larepublica.co
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