Es Indispensable Invertir En La Investigación Forestal
Alberto Leguízamo Barbosa. Ingeniero Forestal
Presidente Junta Directiva Asociación Colombiana de Ingenieros Forestales ACIF.
La existencia de 55 millones de hectáreas de bosques naturales y plantados equivalentes al 48% de la superficie continental del país –de acuerdo con los reportes de la FAO– así como la existencia de 24.48 millones de hectáreas potenciales para reforestación, de las cuales, 4.5 millones de hectáreas no tienen restricciones, representan una gran fortaleza para Colombia en el entorno internacional.
Sin embargo, de acuerdo con las cifras suministradas con motivo del debate realizado el pasado 28 de noviembre en la Comisión Quinta del Senado, es claro que todo ese potencial todavía está por desarrollarse, ya que, al año 2006 se registraron en total 239.097 hectáreas plantadas, que alcanzan escasamente el 5.3% de áreas sin restricciones y aún sumando las 250.000 has. de plantaciones protectoras reportadas por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, MAVDT –con motivo del Foro “Investigación y Generación de Tecnología en el Sector Forestal” organizado por ACIF– las cifras siguen siendo muy bajas.
La anterior situación se refleja en la baja participación de los productos forestales en el PIB nacional, que representan sólo el 1.24 por ciento del PIB agropecuario, y aunque en este indicador, la participación de los productos silviculturales ha aumentado en un promedio anual de 0.91% entre 2000 y 2006, la cifra está muy por debajo de lo que debería crecer, considerando el crecimiento demográfico del país que varía entre el 2 y 3%.
En este sentido, auque todavía hay quienes opinan que Colombia es un país con aptitud agrícola, los indicadores de uso actual y potencial del suelo muestran que ya se llegó al límite de intervención de la frontera forestal y que es necesario evitar que se abran nuevas áreas para uso agrícola, las cuales por lo general no son sostenibles y se convierten en potreros de baja producción pecuaria, llegando a un promedio de menos de una cabeza de ganado por hectárea.
En este sentido, existe una gran oportunidad de crecimiento para que el sector forestal se destaque en la economía nacional, de hecho, en concordancia con la cantidad de áreas para plantaciones comerciales –en capacidad de ofrecer productos bienes y servicios ambientales– y de bosques naturales, con productos maderables y no maderables; los bosques son el soporte del 10% de la biodiversidad, en menos del 0.8% de la superficie emergida del planeta.
Vale señalar que el sector forestal ha ido ganando paulatinamente importancia en el país, así lo evidencia no sólo la realización de importantes eventos, sobre el presente y futuro de los bosques y sus recursos asociados, sino la forma como se concibe en el contexto de cadenas de producción con valores y beneficios agregados para sociedad, y no sólo como un sector primario de la economía.
Esa nueva concepción del sector ha favorecido la formulación de instrumentos y estrategias, entre las que se pueden citar en las últimas décadas, el Plan de Acción Forestal para Colombia, el Plan Verde “Bosques para la Paz”, el Plan Nacional de Desarrollo Forestal PNDF y la mas reciente la Ley General Forestal o Ley 1021 de 2006, actualmente en proceso de reglamentación e implementación.
Precisamente a través de la Ley General Forestal, se han creado garantías jurídicas para la inversión forestal, propiciando la creación de instrumentos para el desarrollo competitivo del sector, tales como la ordenación forestal y la investigación y asistencia técnica forestal. En este contexto, lo más importante es quizá la prioridad estratégica que se ha dado –en el artículo 3– a las actividades forestales en el país y al establecimiento del Plan Nacional de Investigación y Transferencia de Tecnología Forestal en el artículo 52.
A la fecha, transcurridos 20 meses desde la aprobación de la Ley, se evidencia la existencia creciente de recursos para investigación en el Ministerio de Agricultura, a través de la “Convocatoria para la cofinanciación de actividades de investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación por cadenas” dirigida a las alianzas entre el sector productivo e instituciones de investigación. Por su parte Minambiente, a través de diferentes instituciones del Sistema Nacional Ambiental – SINA adelanta investigaciones forestales en el marco de las competencias que le asigna la ley y del Plan nacional de Desarrollo 2006 -2010, “Estado Comunitario – Desarrollo para Todos”.
En este sentido, el Foro realizado por ACIF, logró acopiar importante información sobre la investigación forestal adelantada por entidades públicas y privadas y por grupos de investigación de las diferentes universidades acreditados por Colciencias, sobre líneas de estudio y recursos financieros, pero encontró también evidente la necesidad del Plan Nacional de Investigaciones –de acuerdo con el mandato de la Ley– de dar un mejor uso a los recursos e infraestructura existentes, así como de fortalecer la institucionalidad, la coordinación y el liderazgo para la investigación y socialización de sus resultados.
En relación con la financiación de investigación y el desarrollo tecnológico para la competitividad se consideró necesario un mayor esfuerzo, sobretodo teniendo en cuenta que, mientras en Colombia se invierte el 0.17% del PIB en ciencia tecnología y se tiene 0.33 investigadores por cada mil habitantes, en USA se destinan a ciencia y tecnología el 2.71% del PIB y hay 13.94 investigadores por cada mil habitantes, y en Brasil y Canadá se invierte 1.33% y 1.94% del PIB en ciencia y tecnología respectivamente y hay 1.33 y 6.41 investigadores por cada mil habitantes.
Es claro que existen grandes asimetrías en relación con las expectativas en las negociaciones de tratados multilaterales o bilaterales que, como se sabe, no negocian únicamente aranceles, sino otras variables como propiedad intelectual, patentes, recursos genéticos, etc., relacionadas con la investigación forestal, por lo que es necesario considerar el tema en la correspondiente Agenda Interna.
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