Tratamiento de condensados para cumplir con las normas de vertimientos

Por: Jose Luis Ordóñez Jiménez

Periodista

No acatar las normas de vertimientos vigentes actualmente en el país puede llevar a sanciones económicas para cualquier compañía; por lo que las empresas que desarrollen actividades industriales que involucran el uso de compresores de aire, los cuales generan condensados, deben realizar un tratamiento al agua residual para que el vertimiento del líquido en el alcantarillado cumpla con las exigencias de la norma.

Un procedimiento que deben realizar frecuentemente las empresas que utilizan compresores para la generación de aire comprimido, y que cuentan con una red debidamente establecida, es verificar que el condensado 1 –partículas de agua extraídas del flujo de aire comprimido– generado durante el proceso, sea recolectado y desecharlo eficazmente, con el objetivo de que, tanto el aire comprimido, como la maquinaria y herramientas, se encuentren al cien por ciento de su potencial.

Este proceso de recolección y disposición del condensado, que debe realizarse diariamente o cada vez que la red se encuentre en funcionamiento, no debe limitarse únicamente a su acopio y eliminación, sino que debe extenderse a un proceso de tratamiento, puesto que, en medio de la generación del aire comprimido, el condensado se contamina con partículas de aceite, microrganismos y dióxido de carbono, por lo que no es recomendable verterlo directamente a los drenajes, sin antes tratarlo.

Señala Tatiana Martínez, gerente operativa de SFM Compresores, “Si el condensado es recolectado y vertido directamente en las cañerías o en los ductos de aguas negras, porque se asume que contiene un ‘bajo grado de contaminación’, dicha acción se convierte en un tema de desconocimiento de responsabilidad industrial y medioambiental, que puede acarrear sanciones económicas por parte de las autoridades ambientales”.

Tratar los condensados para que puedan ser vertidos sin inconvenientes, es una prioridad del sector industrial.

Actualmente, las empresas que desarrollen actividades industriales, comerciales o de servicios y cuyos procesos generen aguas residuales, deben conocer y aplicar los nuevos parámetros establecidos en la Norma de ‘Vertimientos puntuales a cuerpos de aguas superficiales y a los sistemas de alcantarillado público’ (resolución número 0631 del 17 de marzo de 2015), con la que los entes reguladores buscan reducir y controlar las sustancias contaminantes que llegan a cuerpos de agua como ríos, lagunas y al sistema de alcantarillado público, ente otros.

En este sentido, es necesario que los industriales conozcan el procedimiento de tratamiento de condensados que pueden desarrollar por medio de los separadores de agua y aceite que actualmente existen en el mercado, y realizar los ajustes necesarios en sus procesos industriales para implementar estos sistemas y así evitarse sanciones.

Cortesía: SFM Compresores

Un debido tratamiento de los condensados permite el adecuado vertimiento de los mismos y con ello cumplir con las normas vigentes en el país

Cortesía: SFM Compresores

Contar con un separador de agua y aceite dentro de una red de aire comprimido garantiza un correcto manejo de los condensados, acorde a las normas vigentes en el país.

Un sistema de aire comprimido lo componen equipos y accesorios –los cuales proporcionar un caudal de aire de calidad acorde con los requerimientos de la industria– entre los que se encuentran: Compresores; controladores de flujo; filtros de succión y aire comprimido; sistema de enfriamiento de compresor; secadores; trampas y drenajes.

Si bien dichos componentes proporcionan un nivel de aire comprimido óptimo, elementos como los separadores de agua y aceite, permiten que el agua residual –conocida como condensado– pueda ser vertido sin problema en el alcantarillado, pues este, el condensado, se contamina con partículas de aceite provenientes del sistema de compresión, las cuales deben ser filtradas.

Para este propósito, una adecuada red de aire comprimido debe integrar un drenaje que permita direccionar los condensados hacia un separador de agua y aceite con el objetivo de separar el aceite del líquido residual de forma rápida y controlada.

Actualmente en el mercado existen sistemas que puede realizar el proceso de dos maneras:

  • El primero se efectúa por medio de dos torres equipadas con filtros en alúmina y carbón activado, los cuales se encargan de realizar el proceso de limpieza del líquido antes de su vertimiento.

El proceso inicia cuando el condensado llega y atraviesa el filtro de la columna que absorbe gran parte de los contaminantes presentes en el agua; a continuación, en la torre posterior un segundo filtro atrapa las partículas restantes para obtener un agua libre de impurezas.

El agua tratada pasa a la parte posterior del dispositivo que cuenta con un recipiente del cual es posible tomar muestras del agua para conocer la calidad de la misma in situ, o llevarla a un laboratorio.

  • En el segundo sistema de tratamiento de condensados, el líquido, que es direccionado hacia el separador por medio de mangueras, llega a un depósito o cámara de relajación en donde se alivia la presión existente en la manguera para que no se produzcan remolinos al interior del sistema, esto con el objetivo de que las partículas de suciedad puedan ser retenidas fácilmente en un colector extraíble que hace parte del separador.

Luego de esta etapa de limpieza preliminar, el condensado llega a un filtro principal en donde son retenidas las partículas de aceite por medio de una fase de filtración en donde el líquido atraviese el filtro principal. Posteriormente, el aceite es dirigido hacia un contenedor asegurado contra rebosamiento y el condensado libre de impurezas sale del sistema.

Estos tipos de separadores de agua y aceite, que no requieren de energía eléctrica para su operación debido a que trabaja por presión, cuentan con indicadores que permiten verificar la capacidad de filtración de los dispositivo por medio de una escala numérica que indica la capacidad de almacenamiento de aceite, y con un pin ubicado en la parte superior del sistema, el cual sube a medida de que el contenedor se llena.

Ambos elementos permiten visualizar la saturación del sistema para hacer el cambio oportuno de los filtros que, en promedio, se debe realizar cada dos años.

Para un correcto funcionamiento de los separadores de agua y aceite, las compañías deben validar si el compresor con el que trabajan lo hace con aceite mineral o sintético, y escoger así el separador adecuado, pues los filtros internos cambian para cada tipo de aceite.

El rango de precio de estos sistemas está entre los $500.000 y los $3´500.000 lo que depende del caudal del sistema de generación de aire con el que cuente la empresa, y determina el tipo de separador a adquirir.

El recambio de los filtros cuesta entre $300.000 y $400.000, siempre y cuando la operación de la red de aire comprimido esté en buen estado, de lo contrario, la contaminación de los filtros se acelera y el cambio de los insumos será más frecuente y no llegará a los dos años, que es el promedio de vida de los filtros.

La importancia del desnivel

Las líneas de drenaje que llegan a los separadores de agua y aceite deben contar con un desnivel, esto con el propósito de que la gravedad ayude al efectivo flujo del condensado.

Si bien para un correcto funcionamiento de los separadores se requiere únicamente conexiones neumáticas, es necesario tener en cuenta que las líneas de desagüe que llegan al sistema deben contar con un desnivel que permita al condensado llegar fácilmente al separador.

Por ello, los separadores de agua y aceite deben estar instalados al final de la red, para que la gravedad y el desnivel ayuden a que el agua tenga una circulación continua y sin obstrucciones. Si esta condición de desnivel no se cumple, el agua no tendrá la suficiente fuerza para llegar al separador, por lo que es recomendable el uso de drenajes temporizados o capacitivos, los cuales le dan un impulso controlado al flujo de agua.

Drenajes Temporizados

Los drenajes temporizados son la combinación de una válvula solenoide 3 con un temporizador, que, al conectarse al drenaje del tanque o del filtro en la red de aire comprimido permite realizar una apertura controlada para la expulsión del agua, en un tiempo determinado por el operario.

La apertura puede ser controlada manualmente en el sistema en un lapso de 2 a 10 segundos, en intervalos que van de los 5 a los 45 minutos. Dicha graduación depende directamente del flujo de aire con el que trabaje la empresa.

La programación que brinda el temporizador a la válvula solenoide permite al operador tener la certeza que el condensado está siendo expulsado de manera adecuada, y en los tiempos que requiere la línea de producción.

Para el uso de una válvula temporizada debe tenerse en cuenta el acople en donde estará conectada. En el mercado existen medidas de ¼, 3/8, ½, ¾, hasta 1”, y su precio oscila entre los $250.000 hasta $1´000.000.

Los drenajes temporizados tienen la particularidad de que consumen energía para que el proceso de expulsión temporizada del condensado sea exitoso, por lo que requieren de un impulso producido con aire, lo que se traduce en un consumo energético adicional al de la red. Por ello, el uso de este tipo de drenajes se recomienda para sistemas con un máximo de 50 hp, pues, para las redes que superan este nivel, la generación de aire es muy costosa y en este caso no es rentable destinar una cantidad de aire diariamente, para realizar la expulsión del condensado.

Este tipo de drenaje es el más convencional en la industria, y cuentan con una vida útil entre los dos y tres años pues, al ser una válvula solenoide –un componente eléctrico con uno mecánico, que tiende a deteriorarse debido al contacto con el agua– su reparación es casi imposible.

Drenajes Capacitivos

La función de los drenajes capacitivos es evacuar los condensados de filtros o tanques de manera constante y controlada, igual que lo hacen los drenajes temporizados pero con tres diferencias fundamentales:

  • No requieren de energía eléctrica, pues están equipados con un contenedor y un flotador que, al llegar a un nivel determinado, realizan la expulsión del condensado de forma mecánica.
  • Son libres de mantenimiento, y funcionan de manera indefinida.
  • No requiere de aire comprimido para su operación, por lo que no genera gastos económicos.

Este tipo de sistema utiliza una válvula con acción directa para la descarga de condensado, es diseñado con medidas de ½, ¾, 3/8 y 1”, y su precio oscila entre $1´500.000 y $3´000.000.

Con el apoyo de los drenajes, una red de aire en perfecto estado y un tratamiento de condensado en óptimas condiciones, se puede garantizar que todas aquellas sustancias contaminantes sean retiradas eficazmente, y con ello realizar un vertimiento acorde a los estándares establecidos por los entes de control.

Citas

  • Para conocer más sobre la generación y tratamiento del condensado generado en las redes de aire comprimido, remítase al artículo ‘Secadores para un aire comprimido libre de humedad’, publicado en la edición 94 (octubre – diciembre de 2016), de la Revista M&M.
  • Para conocer más sobre Norma de ‘Vertimientos puntuales a cuerpos de aguas superficiales y a los sistemas de alcantarillado público’ (resolución número 0631 del 17 de marzo de 2015, remítase al artículo ‘Nuevos límites máximos permisibles de vertimientos para aguas residuales’, publicado en la edición 37 (agosto – octubre de 2015), de la Revista Metal Actual.
  • Válvula eléctrica utilizada para controlar el paso de gas (sistemas neumáticos) o fluidos (sistemas hidráulicos). La apertura o cierre de la válvula se basa en impulsos electromagnéticos de un solenoide(un electroimán) que trabaja junto a un muelle diseñado para regresar a la válvula a su posición neutral, cuándo el solenoide se desactiva.

Fuentes

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