El Afilado del Formón: Un Proceso Sencillo para una Herramienta Esencial
Maria Catalina Ramírez Tovar
Periodista M&M
El trabajo de la madera, tratándose de carpintería, ebanistería y la talla es, sin duda, una labor delicada y resulta mucho más compleja cuando las herramientas empleadas presentan problemas de afilado. Por eso –y teniendo en cuenta la variedad y la importancia que tienen las diferentes herramientas manuales en estos campos y que para su óptimo desempeño requieren procesos especiales de afilado– M&M dedicará, a partir de la presente edición, un espacio para explicar paso a paso, la mejor forma afilarlas.
La escogida para esta primera entrega es el formón, una herramienta indispensable en los trabajos ya mencionados y con la cual se realiza cortes, muescas, rebajes y trabajos artísticos de relieve, razón por la que debe estar perfectamente afilada, sólo así es posible garantizar cortes rápidos, precisos, homogéneos y además seguros, no en vano, quienes constantemente utilizan herramientas manuales de corte, aseguran que trabajarlas bien afiladas es menos riesgoso que hacerlo cuando no tienen buen filo.
Cabe anotar que, aunque existen formones de varias medidas de acuerdo con la tarea a desarrollar, los más utilizados tienen un largo de mango a punta de 20 centímetros aproximadamente y se componen de una hoja de hierro acerado, de entre 4.0 y 40 milímetros de ancho, un despalme o bisel cuyo ángulo por lo general oscila entre 25 y 40 grados, dependiendo del tipo de madera a trabajar -para madera blanda se utiliza un menor ángulo y para madera dura uno mayor- dos lados conocidos como costillas y un mango que permite sujetar la herramienta.
Despalme Plano del Formón
Elementos necesarios para afilar el formón
- Formón.
- Esmeril: Herramienta utilizada para desbastar o pulir el bisel y el filo de la herramienta.
- Lijas de oxido de aluminio gris números 320, 400, 500, 600, 1000, 1200 y 1500.
- Piedra Gris: Elemento de afilado que, durante el proceso, se hidrata con aceite.
- Piedra Japonesa y piedra Diamantada: aunque antiguamente era complicado conseguirlas comercialmente, puesto que solamente se afilaba con piedras grises, hoy son muy comunes y sirven para dar mayor filo a las herramientas en la etapa final del proceso. Estas piedras se hidratan únicamente con agua.
- Aceite: Generalmente se usa aceite lubricante para carros.
- Galga: Instrumento que permite verificar el ángulo del bisel o despalme que se quiere obtener.
- Escuadra: Se usa para constatar que el formón presente un filo parejo, recto y sin contraluces.
- Paso 1: Verificar la Condición de la Herramienta
Lo primero, cuando se piensa afilar una herramienta, es verificar su condición y generar un diagnostico, ubicando la superficie de corte del formón en el ángulo de la escuadra, a fin de detectar posibles defectos en éste tales como desniveles o desgastes de la punta, redondeos por pérdida de filo y otros imperfectos causados por golpes o tratos indebidos.
Luego, dependiendo del estado de la herramienta, debe determinarse la conveniencia de llevar a cabo el proceso completo de afilado que empieza pasando la herramienta por el esmeril, afilarla en la piedra gris y las lijas, y terminar puliendo el filo en las piedras japonesa y diamantada.
En este sentido es importante aclarar que, si bien el esmeril en comparación con las piedras comunes para afilar, es considerada una herramienta muy práctica porque agiliza el proceso y corrección del filo y del bisel, sólo debe utilizarse cuando el defecto es mayor a causa de golpes o tratos bruscos, de lo contrario, y tal como el fabricante entrega el formón, éste sólo requiere ser afilado en la piedra gris.
- Paso 2: Corregir Defectos en el Esmeril
Posteriormente y suponiendo que la herramienta requiera el afilado completo, el paso a seguir es eliminar -con el esmeril- la curvatura del bisel o despalme, corrigiendo a su vez imperfectos del filo, para lo cual se recomienda colocar una prensa, en el borde de la mesa de trabajo, a fin de que funcione como tope y ayude a que la herramienta mantenga el ángulo correcto mientras se afila.
Luego, con el esmeril en marcha se pule el formón haciendo movimientos rápidos y cortos de derecha a izquierda, sin aplicar demasiada fuerza sobre este, hasta tener un filo y un bisel lo más planos posible. En este paso es importante resaltar que mientras se expone la herramienta en el esmeril, ésta debe refrigerarse constantemente con agua, ya que la velocidad de giro (3.000 r.p.m) genera demasiada fricción y puede alterar la condición estructural y los componentes del metal con que está fabricado el formón.
De hecho, cuando esto sucede aparece un color púrpura oscuro en el filo de la herramienta, evidencia que esta se ha quemado y que en afilados posteriores, aunque pueda obtenerse el filo, este se perderá con mucha facilidad.
El tiempo de exposición de la herramienta en el esmeril puede variar dependiendo del estado en el que se encuentre, por lo que se recomienda, a medida que avanza el proceso, revisar y limpiar muy bien el bisel y el filo del formón y usar también una galga para determinar exactamente el ángulo del bisel o despalme que se quiere obtener.
- Paso 3: Afilado en la Piedra Gris
Una vez ha terminado el proceso en el esmeril, se pasa a afilar en la piedra gris, considerando que esta tiene en cada cara una clase de grano, uno grueso, menos denso y uno fino cuya densidad es mayor. Debe usarse primero el lado grueso a fin de perfeccionar el trabajo hecho en el esmeril y eliminar completamente la curvatura del bisel o despalme del formón.
En este sentido, y dado que el objetivo del afilado es lograr un bisel perfectamente plano, para trabajar el formón en la piedra gris, es recomendable sujetar la herramienta con la mano dominante, de modo que el dedo índice y el dedo pulgar estén ubicados en las costillas del formón, mientras que con la otra mano se aplica fuerza sobre la piedra. Antes de iniciar el afilado sobre la piedra gris, esta debe humectarse con aceite y además verificar que la herramienta esté un poco inclinada, de modo que el bisel descanse perfectamente sobre la superficie plana de la piedra.
El siguiente paso consiste en hacer movimientos rectos uniformes de adelante hacia atrás, sobre toda la superficie de la piedra, para que así ésta se desgaste de forma pareja. Dado que el paso en cuestión no tiene un tiempo definido de duración, una forma fácil de saber el momento justo para afilar sobre la otra cara de la pieza, es cuando al tacto se siente una rebaba o sobrante de material en la punta del formón y también, cuando el bisel o despalme del mismo está completamente plano.
El paso a seguir es voltear la piedra de afilar por el lado de su grano más fino y a su vez voltear la herramienta por su espalda, ya que al afilar por las dos caras es posible eliminar o devolver la rebaba y obtener un mejor filo; pero vale señalar que a diferencia del proceso anterior -en el que la herramienta debía inclinarse- ahora la espalda del formón debe estar totalmente plana sobre la piedra para evitar que se generen dos biseles, es decir, una especie de cuchillo.
Luego, se comienza a friccionar la herramienta sobre la piedra de adelante hacia atrás, limpiándola regularmente con un trapo hasta cuando se desprenda un hilo de material, esta es la señal de que la rebaba ha sido eliminada. Posteriormente y para perfeccionar y finalizar el trabajo en la piedra gris, pueden realizarse -aunque no es regla- ocho movimientos de adelante hacia atrás por el lado del despalme y seguidamente dos movimientos por la espalda del formón, repitiendo la secuencia entre tres y cinco veces.
– Paso 4: Afilado con Lijas de Diferente Calibre
Para este paso es indispensable usar lijas calibres 320, 400, 500, 600, 1000, 1200 y 1500, ideales para obtener el máximo brillo y filo posible para la herramienta. Aunque no es la única forma de hacerlo, una metodología eficaz consiste en tomar la lija del calibre más bajo (320) y sobre una superficie plana -de la misma forma que con la piedra gris- realizar ocho movimientos por el despalme y siete por la espalda, luego seis por el despalme y cinco por la espalda, cuatro por el despalme y tres por la espalda, así sucesivamente hasta llegar a cero utilizando todas y cada una de las lijas.
– Paso 5: Perfeccionar el Afilado en las Piedras Japonesa y Diamantada
El paso final consiste en tomar el formón y trabajarlo primero en la piedra diamantada y luego en la japonesa, las cuales pueden cumplir la misma función de la piedra gris, pero se usan en la parte final del proceso dado que se componen de un grano ultrafino que perfecciona la superficie del bisel o despalme y dan mayor brillo a la herramienta.
Vale señalar que antes de afilar la herramienta sobre las piedras japonesa o diamantada es importante verificar que la superficie esté libre de aceite, ya que estas se hidratan únicamente con agua.
Al finalizar el proceso de afilado se obtendrá una herramienta -en este caso un formón- con un bisel plano, un excelente filo y listo para empezar a trabajar la madera, bien sea en talla, ebanistería o el trabajo más elemental de carpintería.
Algunas Recomendaciones de Seguridad…
- Para trabajar en el esmeril es muy importante usar gafas para proteger los ojos de chispas o partículas de material.
- Cuando se trabaja en el esmeril, es fundamental que quien lo manipula adopte una posición adecuada, es decir, que esté siempre puesto en pie y que siempre trabaje sobre una mesa estable, manteniendo una distancia considerable con respecto a la herramienta.
- En lo referente al cuidado de los elementos usados en los procesos de afilado es recomendable evitar que las piedras sufran golpes o choques con materiales metálicos o que estén expuestas a tratos bruscos. Es importante además, que después de cada uso se limpien y se guarden.
Crédito:
– Juan Carlos Suárez Alemán, Técnico en el oficio de la madera, egresado de la Escuela de Artes y Oficios Santodomingo, con 11 años de experiencia en este campo, actualmente se desempeña como docente en esta misma institución. Correo Electrónico: juancsa7@hotmail.com
– Fotografía: María Catalina Ramírez Tovar.
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