Formalización más que un costo, una oportunidad
Camilo Marín Villar
Periodista
Hay empresas que consideran la formalidad como un simple costo y quedan marginadas del mercado, con un crecimiento limitado, con baja supervivencia y sin acceso al crédito. Por el contrario, una empresa legalizada da la identidad y seriedad que se requiere para hacer negocios; refleja cumplimiento de sus obligaciones y confianza hacia sus clientes. Conozca los beneficios y las ventajas de ser formal.
Según Confecamaras, del total de empresas que hacen emprendimiento en el país, en el primer año solo subsiste el 55 % de ellas, en el segundo el 41 %, y en el tercero el 31 %. En los primeros cinco años tan solo el 29,7 % de los emprendimientos nuevos sobreviven. La situación del sector del mueble y la madera no es más alentadora, pues, de las unidades que se registran en Colombia bajo esta actividad, perduran únicamente el 39 %.
Para los empresarios, una de las razones del fracaso son los costos tributarios, los trámites de registro y todos los requisitos que encarecen la actividad empresarial formal en el país; por ello, un gran número de negocios eligen mantenerse en la industria y el comercio informal.
Sobre este tema, la Revista M&M conversó con Juan David Castaño, vicepresidente de Fortalecimiento Empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá, quien aclaró las razones por las que los empresarios le temen a la formalización, y habló de las mentiras que existen al respecto.
M&M: ¿Cuándo se considera una empresa informal?
Juan David Castaño: Hay que aclarar dos nociones que son importantes para entender la real dimensión de la informalidad empresarial.
Primero, erróneamente se considera formal una empresa sí cuenta con registro ante una cámara de comercio. Sin embargo, el cumplimiento de un registro mercantil no supone por sí mismo alcanzar la formalidad en estricto sentido; se puede ser informal en temas de contabilidad, en el área administrativa, en la contratación laboral o con las obligaciones medioambientales, entre muchos aspectos.
Segundo, algunas veces, se confunden las empresas informales con aquellas que deciden delinquir o están en la ilegalidad, y hay que hacer una distinción entre ambas. Los ilegales toman la decisión de mantenerse en la clandestinidad para seguir delinquiendo, mientras que las compañías informales no se registran porque, en general, consideran que sus ingresos no son suficientes para cumplir con las obligaciones económicas que les exigen las autoridades y la sociedad.
Los empresarios les temen a los impuestos, y piensan: “sí a duras penas ganan para subsistir, ¿cómo van a pagar las obligaciones tributarias? Pero la verdad es diferente; de hecho, no son productivos y no puedencumplir, precisamente, porque son informales, no tienen buenas prácticas empresariales, carecen de gestión, son ineficientes y están administrando mal sus empresas.
No se puede entender la formalidad aislada de un proceso de crecimiento empresarial, ya que es progresiva y está asociada con el éxito de la compañía. Hay que preguntarse: ¿qué es primero: la formalidad o el éxito de un negocio?, la respuesta es sencilla: ambos conceptos van de la mano, son complementarios y hacen parte de un circulo virtuoso.
Colombia no sólo necesita empresas registradas debidamente ante una autoridad, sino, especialmente, empresas productivas, que planeen, definan indicadores, midan sus procesos, que sean eficientes, aumenten la calidad, reduzcan sus costos y optimicen los recursos para tener una oferta más competitiva en el mercado local e internacional.
A medida que el empresario puede crecer y ser exitoso, también puede asumir paulatinamente los costos asociados a la formalidad. Podrá alcanzar no sólo la formalidad tributaria, sino también la laboral y cumplir, con otros requisitos inherentes a su actividad; por ejemplo, en el caso de los fabricantes de muebles, con las obligaciones industriales respecto a la manufactura, la pintura o el acabado de sus productos.
M&M: ¿Cuántas empresas se estiman, en Colombia, son informales?
JDC: El término “economía informal” abarca una gran cantidad de actividades que tienen en común el hecho de no estar registradas en las cuentas nacionales. Esto incluye desde, entre muchos otros, los vendedores ambulantes, los negocios al detal, o ventas de lotería o por catálogo. De acuerdo con un reciente estudio del Banco Mundial, en Colombia la informalidad equivale al 39 % del PIB, uno de los porcentajes más altos entre las economías de América Latina, solo comparable con Brasil (40 %) y Perú (60 %).
Solamente en Bogotá, desde el 2010, la CCB ha realizado alrededor de 240.000 visitas a empresarios informales que hoy son formales, y en promedio, al año, estamos apoyando cerca de 50.000 unidades productivas para ingresar en la economía formal. El 2018 esperamos cerrar con cerca de 45.000 visitas a empresas que necesitan asesoría en algún nivel de formalidad, de las cuales el 55 % ya cuentan con registro mercantil.
M&M: ¿Por qué los empresarios elijen la informalidad?
JDC: Hemos identificado tres causas principales de la informalidad: la primera de ellas es el miedo y las falsas creencias que existen sobre formalizar una empresa. Erróneamente, los empresarios creen que serán castigados por el tiempo que han trabajado sin registro, suponen que la Dian los va multar, qué la policía les decomisará sus productos o qué, incluso, pueden ir a la cárcel. Nada de esto es cierto; hay gran diferencia entre trabajar en la informalidad y ser ilegales.
Tanto las cámaras de comercio, como Dian y las autoridades estamos para apoyar la decisión de formalizarse. Ofrecemos apoyo para que los empresarios se acerquen tranquilamente e inicien los trámites de su formalización, sin sanciones ni represalias, por el contrario, entregamos asesoría y acompañamiento en cada etapa.
La segunda razón tiene que ver con el desconocimiento de cómo formalizarse, qué procesos y trámites hay que seguir y cuáles son los requisitos para hacerlo. En las cámaras estamos atentos a solucionar cualquier duda y acompañar todo el camino de la formalización.
Finalmente, la tercera razón involucra el pobre desempeño de los negocios y el miedo que genera no lograr cumplir con los impuestos. Hay personas que no saben cómo hacer más rentables sus negocios y deciden tomar la vía informal.
M&M: ¿Cómo perjudica la informalidad a una empresa?
JDC: La informalidad es uno de los peores males que aqueja al sector empresarial. Los negocios que trabajan desde la clandestinidad no prosperan más allá de la simple subsistencia diaria, pues quedan marginados y aislados a nichos de mercados muy pequeños.
Pierden el acceso a financiamiento y créditos blandos; no pueden acceder a los programas de capacitación y formación empresarial; están excluidos de los incentivos para la tecnificación y la renovación de maquinaria, por lo que manufacturan con equipos obsoletos, contaminantes y en condiciones y establecimientos precarios.
Los informales no pueden contratar con el Estado; muchas veces tienen que valerse de proveedores, materias primas e insumos de mala calidad, tienen alta rotación de empleados, pues trabajan en malas condiciones laborales.
Adicionalmente, la empresa informal tiene unas connotaciones económicas negativas para el país, para la competencia formal y la generación de mercado y bienestar, no solo por la evasión de impuestos y la irregularidad de las condiciones laborales de sus trabajadores, sino porque se deteriora la calidad de los productos y servicios. La informalidad es un lastre para la sociedad y la economía.
M&M: ¿Cuáles son las ventajas de formalizarse?
JDC: La formalidad representa la posibilidad de ser visible en el mundo empresarial, de acceder a cadenas formales de valor, esto quiere decir, por ejemplo, que cuando una persona de la industria de los muebles da el paso a ser formal, puede empezar a comercializar sus productos con diferentes distribuidores, venderlos a través de Internet, en almacenes de retail o exportar.
La formalización es trascendental para el empresario, en tanto le garantiza el acceso al crédito, a los programas de capacitación técnica, le permite la ampliación de mercados, el desarrollo de nuevos negocios; genera confianza y reputación como activos intangibles necesarios para la prosperidad empresarial, y le da acceso a los programas y beneficios institucionales, muchas veces de exigente aplicación. Desde la perspectiva de la sociedad como comunidad económica, también implica estabilidad de los mercados, información relevante, garantía de precios de mercados y de calidad de los productos y servicios.
M&M: ¿Qué está haciendo la CCB para facilitar la formalidad en las empresas y su sostenibilidad?
JDC: Precisamente, para contrarrestar aquellas razones que hemos identificado como causantes de la informalidad, estamos trabajando con tres estrategias:
Primero, todos los días visitamos a los empresarios para demostrarles los beneficios de la formalización. Este año hemos realizado más de cuarenta mil visitas a diferentes unidades productivas en todas las localidades de Bogotá y los municipios de Cundinamarca. En ellas, un funcionario de la Cámara explica los beneficios de ser formal y los riesgos de no serlo. En la gran mayoría de los casos la empresa decide dar ese salto y avanzar.
La segunda estrategia tiene como base que la formalidad está asociada directamente al crecimiento de la empresa, y el crecer tiene que servir para ser formal y viceversa.
Entonces, además de ofrecerles información, invitamos a todos los empresarios a que participen de un portafolio especializado y a la medida sus realidades. Por ejemplo, les asesoramos en cómo mejorar sus ventas, cómo impulsar sus indicadores financieros y hacer más rentable su negocio. También ofrecemos asesoría en el diseño y desarrollo de herramientas comerciales para exhibir mejor sus productos y realizar campañas de marketing.
Una tercera estrategia es asignarles un consultor personal y especial para que las acompañe en ese proceso de crecimiento.
Adicionalmente, contamos con un amplio portafolio para apoyar el emprendimiento, pues estamos convencidos de la importancia de impulsar la mentalidad y la cultura del emprendimiento en Colombia.
En este sentido, hacemos un gran esfuerzo para que quienes quieran ser emprendedores exitosos lo logren. Para ello, les ofrecemos una serie de servicios de asesoría en todos los campos del emprendimiento: contabilidad, administración, mercadeo, publicidad, logística, inventarios, comercio exterior, contratación laboral, temas tributarios, innovación y desarrollo, manejo y acceso a las nuevas tecnologías, entre otros. La idea es que puedan establecer modelos de negocios que les permita monetizar esa actividad empresarial.
M&M: ¿Qué deben hacer los empresarios para acceder a los servicios de la CCB?
JDC: Es muy sencillo. Las empresas formales e informales que deseen participar de los servicios que ofrece la CCB y permitir que los acompañemos en su crecimiento empresarial, simplemente, deben ingresar a la página web de la Cámara – www.ccb.org.co – y consultar todos nuestros servicios, allí se pueden inscribir y solicitar asesoría. También pueden visitar cualquiera de nuestras sedes en la capital y manifestar su interés, para que la cámara los acompañe en este proceso de crecimiento y éxito empresarial.
Las puertas están abiertas.
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