Parque Industrial de la Madera y el Metal: Nace un Terreno Especializado para el Sector

Redacción M&M

 Reconocida efectividad, tienen los complejos industriales en los que  empresas pertenecientes a una misma cadena productiva se reúnen para adelantar sus actividades, mientras mejoran sus procesos, se apoyan y avanzan en la conquista de nuevos mercados. Este es el objetivo que persiguen las nueve compañías propulsoras del primer complejo especializado para los sectores madera-metal, que ya se construye en Guarne (Antioquía).

Espacio territorial en el cual se agrupan una serie de empresas dedicadas a actividades de manufactura y/o a la prestación de servicios, las cuales pueden o no estar relacionadas entre sí, es la definición general de lo que se ha de denominado como cinturones, polígonos, zonas o parques industriales.

Se trata de modelos zonales que, gracias a su naturaleza “integral”, le permiten a sus alojados, desarrollar proyectos conjuntos para alcanzar sus metas productivas y económicas, y mejorar sus prácticas ambientales, desarrollando un trabajo colectivo que les arroja, en suma, beneficios individuales, grandes ahorros y valiosas ganancias.

Bajo estas premisas y persiguiendo los objetivos anteriores un grupo de 19 industriales colombianos pertenecientes a los sectores de la madera y el metal –y bajo la figura de sociedad anónima– han decidido construir el complejo: Parque Industrial de la Madera y el Metal – PIMSA, el primero de su tipo en Colombia y América Latina, y que promete convertirse un centro de desarrollo no sólo para las empresas allí ubicadas, sino para el sector en general,

Estos ambiciosos industriales se proponen conformar una zona exclusiva de producción y distribución desde la que –tanto los clientes como los proveedores y los productos de los sectores en mención– tengan ventajas competitivas a partir de dos aspectos: 1). la centralización de funciones generales administrativas, logísticas, productivas, comerciales y tecnológicas; y 2). la complementariedad de procesos o lo que se conoce como sinergias, hechos posibles por concentrarse, todas, en un mismo espacio, con un amplísimo abanico de ventajas.

Un dinámico encadenamiento productivo, una infraestructura compartida, la implementación de prácticas de producción más limpia, la aplicación de programas de eficiencia energética, el uso eficiente de recursos, la puesta en marcha de programas de responsabilidad social y el diseño conjunto de soluciones a problemas económico, productivo o de infraestructura, son entre otras, entre otras estrategias a seguir y que junto con el estado del proyecto, los beneficios del complejo y los planes, se abordarán a continuación.

Un Parque para la Complementariedad y el Desarrollo

Según, Carlos Bastidas, gerente del proyecto, la idea de agrupar en un mismo espacio a varias empresas de la cadena maderera surgió en 1995, año en el que un grupo de 31 empresarios –socios de la Cooperativa del Mueble y la Madera – Coopermuebles– adquirió para este fin, un lote en el municipio de Guarne (Antioquia) que consignó a fiduciaria por espacio de doce años; hasta el 2007, tiempo en el que finalmente se constituyó el sueño, aunque ya sin la participación de 12 empresas que debieron retirarse por distintas razones financieras y de crecimiento.

Así pues, en cabeza de sólo 19 compañías inversionistas de las 31 iniciales – Demetálicos S.A., Gerardo Ríos Carpintería, Maderas de Occidente, Metálicos Jotavel Ltda., Tolentino S.A., USM Ingenieros, Muebles & Enseres, Promel, Reclinomatic, Maderas Padilla  y Muebles Interiores entre otras – nació la Sociedad Parque Industrial de la Madera S.A, iniciativa que dio inicio a su fase operativa en el 2008, tras la constitución por parte de las implicadas, de una sociedad constructora que lanzó el programa de urbanismo del complejo y le dio cuerpo al sueño inicial: contar con un espacio para optimizar el desempeño de las empresas y disminuir costos de producción, trabajando bajo el concepto de: Sinergias.

En este sentido, a partir de los modelos de parques industriales existentes en distintos lugares del mundo y de la evidencia de algunos de los principales problemas que presenta la pequeña y mediana empresa colombiana –de limitada capacidad para producir de manera eficiente, y evidente falta de complementariedad en los procesos– las compañías en mención se propusieron destinar los 150.000 metros cuadrados adquiridos a un parque que funcionará sobre la base de la asociatividad empresarial: un modelo que le permite a las partes, alcanzar servicios que resultan inaccesibles, individualmente, y con resultados positivos de gran cobertura.

Calos Bastidas señala, al respecto, que las empresas que funcionan en un complejo industrial en el que comparten espacio con otras de actividades similares, además de obtener por ejemplo, reducciones en sus gastos y costos generales gracias al uso de servicios colectivos; estudios de mercado, que pueden adelantar ágilmente por el trabajo conjunto y acceder a nuevas tecnologías, también son susceptibles de alcanzar mejoras en temas como la logística, por ubicación estratégica y facilidades de movimiento y distribución de mercancía.

Paralelamente, ha identificado el consorcio que, al trabajar concentrados en un mismo sitio y adelantar tareas en asocio, las empresas tienen también mayores posibilidades de acceder a mejores mercados, pues amplían sus economías de escala a razón de procesos productivos más rápidos y especializados, y mejoran la calidad de sus productos cuando comparten experiencia, tecnología, conocimientos e incluso, pueden desarrollar algunos con mayores posibilidades de éxito comercial.

Otro son los beneficios identificados en materia de capacitación, tema en el que, según Bastidas, los industriales pueden avanzar grandemente, cuando trabajan bajo el efecto “sombrilla” de los modelos “asociativos” que sugiere un parque industrial, pues tienen la oportunidad de enseñar a sus empleados nuevas prácticas, mejorarlas o acelerar los procesos de aprendizaje, a partir del intercambio de experiencia con sus empresas “vecinas”. Podría decirse que, en el caso particular de este proyecto, el hecho de reunir empresas con más de 15 años de ejercicio, es una garantía para todas avanzar en un mejoramiento colectivo a través del apropiación de experiencias que finalmente, se ven traducidas en procesos más eficientes, económicos, rentables.

Sin duda, los hechos anteriores, abren la posibilidad a los industriales de aumentar su poder de negociación con clientes y proveedores; reduciendo a su vez, el tiempo en la consecución de metas, en todos los planos, desde las productivas, hasta las financieras y competitivas.

Estado Actual de las Obras y Proyección

Trabajos de movimiento de tierra en la zona del parque. Crédito: PIMSA

El Parque Industrial de la Madera y el Metal, sociedad a la que podrán pertenecer todos los empresarios o empresas directamente relacionadas con estas cadenas industriales, bien, como inversionistas del proyecto o como compradores de terrenos en miras a construir su propia bodega, está pasando de los sueños y los planos, al acero y el cemento.

Es así como en materia de infraestructura, actualmente, el consorcio adelanta la primera de las cuatro etapas en las que se dividió la construcción del proyecto, en la que se han invertido 7 mil millones de pesos, que arrancó a comienzos de este año con los primeros movimientos de tierra y que contempla la edificación de 19 de las 34 bodegas –con áreas entre 1.000 y 2.000 metros cuadrados–, además de la portería y la adecuación de las vías y redes de servicios públicos.

La segunda fase, año 2011, apunta a la adecuación de 15 lotes y la construcción, en ellos, de las 15 bodegas restantes; en la tercera etapa se edificará un conjunto de tiendas comerciales, lo que Bastidas define como Mall y en la cuarta y última etapa, un edificio de oficinas de tres niveles. Vale señalar que los primeros 12 lotes ya fueron vendidos a los socios del complejo, mientras los siete restantes están disponibles para empresas que produzca para las cadenas madera o metal.

El diseño aprobado contempla también la construcción de un edificio administrativo, con espacios destinados a la capacitación, 7.198 metros de vías, una zona verde de 49.238 metros cuadrados sembrada con especies nativas, un lago, un puente peatonal de madera y una cancha múltiple.

Todo el complejo abarca un área total de 150.000 m2, demandará una inversión final de 20 mil millones de pesos y estaría dotada con energía, luz, alcantarillado, gas y agua tratada para distintos usos (potable, para calderas, para enfriamiento), además de un sistema contra incendios cuya fuente de reserva, será el lago ubicado en la ciudadela industrial.

«Vemos un interés muy grande, por parte del sector, en este desarrollo urbanístico, a razón que tiene unos índices de construcción del 100 por ciento y cuenta con una completa infraestructura comercial y de servicios públicos», afirma Bastidas.

A ojo de las compañías inversionistas, el parque ofrece a las empresas interesadas en sumarse a él, todos los servicios necesarios que puedan necesitar para el exitoso desarrollo de sus actividades –con el bonustrack de contar con el soporte valioso que ofrece pertenecer a un conglomerado de entes con intereses y tareas comunes y además, lograr –entre muchos otros puntos– ventajas relacionadas con reducciones sensibles en materia de costos de transporte y logística, gracias a su ubicación estratégica,.

No en vano, la obra se levanta en Guarne (Antioquia), a 30 minutos de Medellín, en un sector que limita con el municipio de Rionegro, es paralelo a la Autopista Medellín/Bogotá –muy cercana al aeropuerto José María Córdoba–, y que también es considerada como una de las de mayor proyección industrial en el departamento, por contar con salida a los futuros puertos de Urabá y el río Magdalena, lo que representa flujos de acceso y salida de mercancía potencialmente más cortos y económicos para las empresas reunidas en el parque.

Adicional a aspecto están los hechos que, frente al parque, cruzará la futura ‘Avenida de los industriales del nororiente antioqueño’ –lo que será decisivo en la ampliación de las rutas de transporte y garantiza un acceso a la zona mucho más rápido y fácil para los visitantes– y que éste contará con importantes empresas vecinas, como Tablemac S.A., reconocida proveedora de materias primas; y Socoda S.A, con su nueva planta de producción, que también se encuentra en etapa de construcción.

Más Ahorros en Dinero, Mejor Distribución de Espacio

De acuerdo a lo percibido por los socios del Parque Industrial de la Madera y el Metal – PIMSA, el proyecto, por contar con una infraestructura eficiente, bien diseñada, pensada en beneficio de las empresas y sus clientes, y sumar las características ya señaladas, ha generado altas expectativas de valorización que incluso ha motivado el otorgamiento de incentivos y beneficios económicos y tributarios, por parte de la alcaldía del municipio de Guarne, a las empresas alojadas en él.

Crédito: PIMSA. Pie de Foto: A la fecha, el grupo promotor del parque ha invertido 7 mil millones de pesos, de los 20 mil que demandará el proyecto.

Es así como se ha contemplado para las compañías socias o inversionistas del parque, que gracias su aporte en la generación de empleo estable y a largo plazo, entren en el Régimen de Promoción Industrial, y que además puedan no sólo, ver aminorados los costos que pagan por administración sino también los que asumen por impuestos que, en este último caso son más favorables de los que pagarían en zonas comerciales tradicionales. “El valor impuesto predial en el municipio de Guarne es más bajo que el que se cobra actualmente en Medellín; el de Guarne es entre un 40 y 50 por ciento, más económico”, afirma Bastidas.

Señala el director del proyecto que, adicionalmente, éste ofrece otro valor agregado, relacionado con el precio que pagan los compradores de un terreno por el área de construcción. “Vendemos con un índice de construcción del 100 por ciento, a diferencia de las ventas para proyectos de tipo comercial y/o industrial que, generalmente, venden con un índice del 60 al 80 por ciento. En el parque, ya consideramos los retiros, el antejardín y andenes, zonas que, normalmente, deben dejar libres, los compradores, a la hora de construir”.

Ya, a nivel de diseño arquitectónico y estructural, el proyecto brinda a sus alojados la posibilidad de edificar –con las mismas dimensiones– hasta dos pisos más de los contemplados en los planos del diseño estándar, y también realizar adecuaciones para abrir pasos de comunicación entre bodegas, dado que cada dos, la estructura asciende de forma escalonada, exactamente, la altura de un piso (por cuenta de una inclinación en el terreno de un 6 por ciento), lo que de paso comunica pisos contiguos entre bodegas contiguas.

Otro de los detalles arquitectónico que puede destacarse en el diseño de las bodegas, es la altura de las fachadas –equivalente a tres pisos– que favorecer el tránsito y descarga de camiones y el traslado de maquinaria de grandes proporciones, tan frecuente en  las industrias que transforman madera o trabajan metal, explica Bastidas, y que a su vez permite tener dos pisos completos de no requerir una altura superior en la primera planta, para la adecuación de oficinas cómodas y espaciosas.

De otro lado y según el directivo, espacios puntuales como los de carga de contenedores, oficinas generales y centros de negocios fueron diseñados considerando las actividades propias de las empresas madera-metal y su evidente necesidad de amplitud –de áreas generosas con grandes capacidades de almacenamiento–, y la posibilidad que fueran de uso colectivo y no exclusivo de cada bodega, para favorecer su optimización.

La Responsabilidad Social y Ambiental

 Una de los aspectos importantes de cualquier proyecto empresarial que se adelante –y que últimamente ha cobrado gran valor ante los ojos del mercado, en este caso– es el alcance que pueda tener en materia social; precisamente para los gestores de esta necesaria obra sectorial, entre las fortalezas mayores del parque está su Programa de Responsabilidad Social Empresarial, cuyo fundamento tiene dos pilares: capacitación y obras públicas; otros serán evaluados conjuntamente.

El primero contempla el diseño e implementación de un programa de capacitación técnica en los procesos y manipulación de materiales relacionados con la madera y el metal, dirigido a la población de Guarne y por supuesto, al personal del parque, que contará con el apoyo del Servicio Nacional de Aprendizaje – Sena; mientras el segundo compromete la realización –con el apoyo de las dos empresas vecinas al complejo, Tablemac S.A. y Socoda S.A., la ampliación en el tramo que comprende la zona industrial, de estas empresas incluyendo la calzada y servicios asociados al transporte como la instalación de paraderos de buses.

De acuerdo a lo anterior y por obvias razones, entre las políticas del programa está como prioritaria la creación de innumerables fuentes de empleo para contribuir al desarrollo industrial del departamento de Antioquia, y establecer un precedente en la construcción de posibles parques industriales, a futuro, no sólo en Colombia sino en Suramérica. De hecho, durante la etapa de construcción del parque, Bastidas estima que el proyecto generará más de 400 empleos directos e indirectos y que en los primeros tres años de operación, la zona podría abrir 3.000 más, lo que activaría enormemente la mano de obra en la región.

«Nos sentimos orgullosos de hacer parte de este gran proyecto y contribuir a la generación de nuevos empleos en la zona y para todos los colombianos. Se trata de una obra con visión a futuro, creada para que los empresarios colombianos hagan crecer sus compañías», afirma Bastidas.

Finalmente y en otro sentido, en materia ambiental, los gestores del proyecto aseguran que –a raíz de la importancia que tiene este aspecto cuando se adelantan ambiciosas obras– en su construcción se contemplan políticas en las que priman las buenas prácticas, como el correcto almacenamiento de residuos contaminantes o la protección de las fuentes de agua. “Somos amigables con el medio ambiente porque sabemos que es un tema que tiene relación directa con la madera, está unido a la conservación del agua y al equilibrio del medio ambiente” comenta Bastidas.

Entre las metas a corto y mediano plazo, y de acuerdo con las directivas del proyecto, está consolidar la sociedad ampliando el número de socios para, de esta forma, crear nuevas sinergias que le permitan al sector, tener mayores oportunidades de apoyos departamentales, nacionales e internacionales para su desarrollo.

Según lo ratifica, Carlos Bastidas, la Sociedad Parque Industrial de la Madera S.A. busca llegar al mercado internacional mediante una complementariedad productiva entre las empresas que la componen, para así, desarrollar, lanzar y posicionar productos logrados en conjunto; todo ello, trabajando en su meta principal, generar un espacio de interacción del sector industrial de la madera con el fin de apoyarse mutuamente, fortalecerse y alcanzar ventajas competitivas.

Así las cosas, este nuevo agrupamiento industrial promete representar un importante mecanismo de atracción de inversiones en virtud de las ventajas que brindan a las empresas allí establecidas; al mismo tiempo que permite a los industriales aprovechar las ventajas de trabajar bajo modelos asociativos –con todos los garantes ya expuestos– que no sólo les abre puertas en el mercado local sino amplia sus posibilidades de cumplir con las exigencias de los tratados y acuerdos comerciales más exigentes.

Más y mejores empleos, desarrollo para la zona, un espacio para la trasferencia de tecnología y oportunidades de exportación directa e indirecta, un nuevo modelo comercial piloto que propone también una dinámica interesante en la manera de producir y comercializar en el país, será el que nazca con el parque, una vez entre en funcionamiento, en año 2012.

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