Cuando Un Árbol se Hace Arte.

Carolina Obregón Sánchez.

Periodista M&M.

 El Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’ se ha constituido en una experiencia didáctica para que la sociedad civil, la empresa privada y las instituciones estatales, apropien los beneficios del manejo sostenible de los recursos forestales como mecanismo de preservación de los ecosistemas. En torno al arte y la cultura, este país, construye un futuro ambientalmente amigable.

 La pasada versión de la Feria Internacional del Bosque, Madera y Tecnología – Expoforest 2007, realizada entre el 21 y 24 de marzo en Santa Cruz (Bolivia), sirvió como escenario para que 210 piezas de madera creadas por 65 artistas bolivianos, fueran apreciadas por el público asistente con el único objetivo de promover el cuidado de los bosques.

El Yesquero negro (Cariniana estrellensis), especie forestal apreciada a nivel comercial por el alto valor de su madera –usada en la elaboración de mobiliario, parquet y pisos, enchapes y otros elementos estructurales y en la construcción– fue, desde sus ramas, raíces, tronco, hojas, corteza, frutos y semillas; materia prima de diferentes productos funcionales y obras artísticas que resultaron en una muestra de creatividad y ecologismo, llamada Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’.

Esta exposición, liderada por la WWF Bolivia, es sólo una de las muestras palpables de una campaña de sensibilización que busca a partir de la transformación y aprovechamiento de un árbol, proveniente de una operación forestal certificada con el Sello FSC, abrir espacios de reflexión sobre la importancia de la conservación y el manejo sostenible de los bosques; entendiendo que la riqueza de los mismos es vital para el desarrollo económico y social del país en cuanto a la generación de empleo, el crecimiento del Producto Interno Bruto y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, se refiere.

Una Experiencia que Trasciende

El origen de la actividad realizada en Bolivia, se remite a ‘The One Tree Project’ (Proyecto Un Árbol), experiencia adelantada por los ebanistas Garry Olson y Peter Toaig en el Reino Unido en el año 1998, con el objetivo de perpetuar la vida un Roble de 170 años que sería talado, a través de diferentes objetos elaborados por 70 artistas, ebanistas, carpinteros, diseñadores y arquitectos; y que resultó en un evento del cual se realizaron cinco exhibiciones y se editó un libro que recopila las obras presentadas allí.

Gracias a esto, la experiencia se repitió posteriormente en Australia en el 2003, con la participación de 45 diseñadores, fabricantes, artesanos y artistas, quienes elaboraron desde instrumentos musicales y esculturas hasta fino mobiliario en maderas nativas; siendo seleccionado como el Mejor Proyecto o Iniciativa Comunitaria, en el Día Mundial del Medio Ambiente de las Naciones Unidas de Australia.

Un año después, en el 2004, en la localidad de Layasiksa, Nicaragua, se reunieron cerca de 70 artistas en ‘Un Árbol por Nicaragua’, actividad organizada por la empresa maderera Exchange-Simplemente Madera y apoyada por la WWF; en la que un Cedro macho fue transformado en 130 objetos entre muebles, artesanía, juegos didácticos y obras de arte. La particularidad de esta experiencia, fue su orientación comunitaria que promovió la capacitación de la comunidad Mískita en la elaboración de artesanías en madera y sobre los beneficios de la conservación de los bosques. Una exhibición en Managua y un libro ilustrado por los niños de ésta comunidad, quedaron como fruto de la iniciativa.

El objetivo único de estas tres versiones del proyecto, fue el total aprovechamiento de un árbol a fin de demostrar el valor de los bosques y reflexionar sobre la importancia del manejo sostenible de los mismos. Con el tiempo, Proyecto Un Árbol, se ha ido consolidando como un llamado de atención universal a la sociedad civil, la industria, los gobiernos y otras entidades, sobre la necesidad de intervenir activamente en la conservación del planeta. Actualmente, Colombia y Perú, bajo la coordinación de la WWF, analizan también la posibilidad de llevar a cabo esta iniciativa.

Bolivia por un Árbol 

El Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’, hace parte de la iniciativa Ciudades por los Bosques del Programa Forestal que ejecuta la WWF Bolivia y la Red de Comercio Forestal Bolivia (FTN por sus siglas en inglés) (1), la cual “apunta a aprovechar el poder de incidencia ambiental que tienen las instituciones y las empresas públicas y privadas en la compra responsable (2)” de productos maderables de origen legal, promoviendo la implementación de buenas prácticas forestales bajo los principios de la certificación forestal.

Esto quiere decir, que la WWF apoya a los gobiernos locales y a las empresas de responsabilidad social (3), en la adquisición rutinaria y gradual de productos maderables, provenientes de bosques bajo manejo y/o certificados.

Por esta razón, la actividad realizada en este país, buscó involucrar a todos y cada uno de los actores de la cadena forestal productiva, las instituciones y la sociedad civil, quienes aceptaron este llamado conservacionista, entendiendo que el cuidado de los recursos naturales es responsabilidad de todos. Cerca de 100 personas, según datos de la WWF, se involucraron activamente para hacer realidad el Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’.

Así, este evento financiado por la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional – ASDI a través de la WWF Suecia y por la Embajada Real de los Países Bajos en Bolivia, contó con la colaboración de gobiernos municipales y regionales, entidades gubernamentales, campesinos, indígenas, residentes de las ciudades, la empresa privada, la academia, medios de comunicación y organizaciones ambientalistas; a fin de facilitar tanto su organización logística como su divulgación.

Resultado de esta unión de esfuerzos, fue el grado de cobertura alcanzado por el evento y que favoreció el cumplimiento del objetivo de sensibilizar a los bolivianos en torno a la conservación y desarrollo sostenible de los bosques del país y sobre el papel que los ciudadanos pueden jugar en este sentido; permitiendo a la vez que este evento se convirtiera, dentro de la iniciativa Proyecto Un Árbol, en uno de los de mayor trascendencia y divulgación  a nivel local y en otros países como el Reino Unido, Colombia, Suiza y Bélgica.

Al respecto, la WWF afirmó estar “gratamente sorprendida del masivo apoyo recibido por auspiciantes, proveedores, voluntarios, artistas, medios de comunicación y demás involucrados, pues haber podido llegar con el mensaje de conservación y desarrollo sostenible de los bosques bolivianos a más de cien mil personas en el país de forma directa e indirecta” es un hecho satisfactorio para la institución.

Madera Hecha Arte

El desarrollo del ‘Proyecto Un Árbol Bolivia’, se inició en diciembre de 2005 con la convocatoria liderada por la artista plástica Valia Carvalho, a 41 escultores, artistas, diseñadores, arquitectos, fabricantes de muebles, artesanos y otros profesionales de la madera, provenientes de las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz; cuyo único requisito de participación fue su serio compromiso con la causa del Proyecto. No obstante, a raíz del éxito de la invitación, un total de 65 participantes acudieron a esta cita ecológica.

En junio de 2006, después de haberse realizado la tala del Yesquero negro, árbol donado por la concesión forestal de La Chonta Woods Ltda., y de su proceso de secado durante dos meses, se hizo entrega oficial a los artistas de la materia prima para el proceso de producción de las obras hasta diciembre de este mismo año que concluyó en la 5ª versión de la feria Expoforest, en marzo pasado con la exhibición de 210 piezas artísticas y funcionales en las que se pudo apreciar la originalidad, talento y destreza de sus creadores en el uso de la madera y de todos los componentes del árbol.

Así, la corteza del Yesquero negro se transformó en libros, papeles, vestidos y máscaras; sus frutos y semillas en joyas y libélulas voladoras; las ramas en esculturas y mesas; y su raíz en un caballo que pastorea o en una pieza de formas que se entrelazan hacia el cielo. De su madera, de bello color rosado y veta satinada que la hace estéticamente atractiva en el área de la ebanistería y la decoración, a pesar de su poco uso, nacieron sillas, mecedoras, mesas de trabajo y de café, esquineros en forma de mariposa, y bicicletas; resultado de diferentes técnicas de elaboración.

De hecho, materiales como la cerámica, el cuero, el vidrio en láminas o en fibra, insumos como la misma ceniza proveniente de la madera del árbol o el uso de únicamente de selladores para resaltar la veta de la madera; fueron combinados con la materia prima principal en obras inspiradas en la cultura chiquitana –propia de Santiago de Chiquitos en el departamento de Santa Cruz–, en la Asamblea Constituyente de este país, en los atletas y en la mujer.

De estas obras, propiedad de los artistas, muchas fueron vendidas a personas e instituciones comprometidas con los bosques bolivianos, y otras como la silla reposera de Complemento, la bicicleta de David Antelo, el traje de falda y top de Marión Macedo, y los libros de corteza y aserrín de Carmen Bilbao, recibieron una mención honrosa de la Asociación Latinoamericana de Diseño de Ecuador; además del “mérito de haber contribuido a difundir el mensaje del Proyecto”, según los organizadores de ‘Un Árbol Bolivia’.

Cabe destacar la participación de la Asociación de Artistas Plásticos de Guarayos y la Asociación de Luthiers de Urubichá y Takwart, conformadas por las comunidades que habitan en los alrededores de la concesión forestal de La Chonta Woods, que presentaron, como parte del proyecto, una serie de artesanías con carácter típico de la zona, trayendo el sabor de las comunidades guarayas a la muestra artística.

Del Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’, se publicará en agosto próximo un libro que presentará, paso a paso, las incidencias del Proyecto, su desarrollo, sus participantes, las obras producidas y el impacto logrado. Asimismo, la Editorial La Hoguera, donó un lote de 210 libros escolares de diversas materias

que, junto a un lote de un centenar de libros en temas ambientales publicados por WWF Bolivia, serán entregados a unidades educativas en la zona de Guarayos, de la cual se extrajo el árbol Yesquero negro.

 Encuentro Internacional de Escultores

Dentro del Proyecto ‘Un Árbol Bolivia’ y a raíz de su poder de convocatoria y de la disponibilidad de materia prima proveniente del Yesquero negro, se realizó en octubre de 2006 el I Encuentro Internacional de Escultores, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra; en el cual ocho escultores crearon siete obras que adornarán el Canal Isuto en el futuro Paseo de la Certificación Forestal, como testimonio del compromiso de este municipio con el manejo sostenible de sus bosques, y en el marco del auto-nombramiento de Santa Cruz de la Sierra como capital mundial de la certificación de bosques tropicales nativos.

El objetivo del Encuentro fue el de “enlazar el trabajo de los artistas con el medio ambiente y la industria” en una plataforma pública a fin de informar, sensibilizar y promover entre los habitantes del municipio el rol de la certificación FSC en Bolivia y la verificación de la procedencia de fuentes legales y sostenibles de los productos maderables que adquiere el municipio rutinariamente, lineamiento que fundamentan la Política de Compras Responsables de la iniciativa Ciudades por los Bosques.

Con la colaboración de 22 empresas e instituciones del sector, la Manzana 1 se convirtió por siete días en un taller artesanal en el que los escultores Juan Bustillos, León Saavedra, Claribel Catoira y Carolina Sanjinés de Bolivia, Aldo Shiroma y Karen Macher de Perú, Chalo Tulian de Argentina y Gustavo Beckelmann de Paraguay dieron rienda suelta a su imaginación para producir un total de siete esculturas de gran formato.

Figuras humanas, de fauna o abstractas, fueron talladas y pulidas a los ojos de los visitantes y observadores, unos 100 mil según cálculos de la WWF Bolivia, conformando la muestra artística del I Encuentro Internacional de Escultores y siendo las primeras obras de ‘Un Árbol Bolivia’. Gracias a su éxito, acogida y capacidad de convocatoria, se planea la realización bianual de este encuentro, hecho que proyectaría las acciones de ‘Un Árbol Bolivia’ como un compromiso a largo plazo no sólo con los bosques bolivianos sino con el cuidado del medio ambiente.

“Recuperar el respeto que los bosques merecen, no sólo porque los árboles son los seres vivos más grandes y antiguos sobre el planeta, sino porque representan el punto de equilibrio para preservar la vida en la Tierra”, es la filosofía los organizadores de esta experiencia. El mejor ejemplo de la manera responsable en que los árboles y, porqué no, los recursos forestales, pueden ser aprovechados por las comunidades, la industria y el mercado; especialmente cuando la conservación del planeta es un tema que atañe a todos los actores de la sociedad.

Se destaca que la versión de ‘Proyecto Un Árbol’ realizada en Bolivia, además de cumplir con los objetivos de sensibilizar a la sociedad sobre este tema, trascendió para constituirse como una actividad ecológica cuya convocatoria impactó positivamente en el país. El II Encuentro Internacional de Escultores y las actividades que aún se realizan con las comunidades que participaron en la misma; son testimonio de ello.

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 Citas:

-La WWF (la organización mundial de conservación), es una organización independiente que trabaja en pro de la conservación del planeta. Sus objetivos se dirigen a detener la degradación ambiental de la Tierra y construir un futuro en el que el ser humano viva en armonía con la naturaleza; a través de la conservación de la diversidad biológica, asegurando el aprovechamiento sostenible de recursos naturales renovables, promoviendo la reducción de la contaminación y el consumo desmedido de los recursos naturales. Actualmente cuenta con 5 millones de miembros y una red mundial de 27 organizaciones nacionales, 5 asociadas y 22 oficinas de programas, que trabajan en más de 100 países.

La Red de Comercio Forestal Bolivia es una iniciativa de la WWF Bolivia, que busca vincular la oferta boliviana de madera certificada y en proceso de certificación bajo el sello del Consejo de Manejo Forestal, con la demanda responsable de empresas internacionales participantes en las Redes de Comercio Forestal en el mundo, con el objetivo de abrir mercados de madera certificada.

  • El término compra responsable hace referencia a la responsabilidad de los productores y consumidores, en la producción y adquisición de bienes y servicios que, en su obtención o prestación, tienen en cuenta los aspectos sociales, ambientales y éticos, de sus ciclos de vida y cadenas de suministro.
  • Empresas de Responsabilidad Social Empresarial hace referencia a la integración de prácticas sociales y ambientales, tendientes a establecer el deber de éstas con la sostenibilidad del medio ambiente y con el mejoramiento de la calidad de vida de sus empleados y la sociedad en general.

Fuentes:

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