Cerraduras electrónicas: Tecnología confiable para mobiliarios seguros
Jose Luis Ordóñez Jiménez Periodista M&M
La alta tecnología con la que se fabrican las cerraduras electrónicas, actualmente, ha llevado a que estos dispositivos combinen confiabilidad, funcionalidad y estética, factores que han favorecido la creciente demanda de este producto en distintos espacios comerciales, especialmente en aquellos que necesitan niveles especiales de seguridad.
Empresas que diariamente exhiben y veden productos de alta gama como joyas, relojes y accesorios, entre otras, deben contar con sistemas que les permita desarrollar con tranquilidad su labor, sin ver re-ducida su utilidad por acciones delincuenciales. De igual manera ocurre con la documentación confidencial de una empresa financiera, publicitaria y organizacional, ya sea física o digital que debe estar debidamente protegida; mantenerla a salvo es una prioridad para cualquier organización.
Por ello, y con el propósito de minimizar riesgos, el mercado ofrece sistemas de cerraduras electrónicas para diferentes tipos de mobiliario (escritorios, vitrinas, mostradores, armarios, muebles de oficina, archivadores y lockers, entre otros) que brindan confianza durante la jornada laboral y al término de la misma, y generan tranquilidad tanto a propietarios como a trabajadores.
Las cerraduras electrónicas son una solución de seguridad para las empresas que a diario deben exhibir productos de alto valor.
Tecnológicamente seguros:
Los sistemas ideales para incrementar la seguridad al interior de las empresas son las cerraduras electróni-cas; dispositivos con desarrollos tecnológicos específicos que permiten controlar el acceso y manipulación de elementos de valor que se encuentran, por ejemplo, en el escritorio de una oficina; en los lockers de fábricas, gimnasios, bibliotecas, colegios y universidades; en las vitrinas de un local comercial o en muebles con acceso restringido en entidades bancarias.
Este tipo de cerraduras –a las que se les puede adaptar fácilmente sis-temas electrónicos que permiten el uso por parte de diferentes personas, en horas determinadas y con llaves personalizadas–hoy han venido ganando terreno en remplazo de las tradicionales cerraduras mecánicas debido a que no presentan desgas-te, no se abren con ganzúas u otros elementos metálicos, y sus tarjetas o llaves electrónicas no pueden ser duplicadas o clonadas.
Si bien la necesidad de utilizar cerra-duras electrónicas en muebles pasa primordialmente por un tema de confiabilidad, su uso se ha incrementado por motivos de diseño, gracias a que los nuevos sistemas son cada vez más compactos, funcionales y sus componentes no son evidentes, o no están visibles, en las puertas, mesas y mostradores donde se instalan.
Con el objetivo de desarrollar mobiliarios con un balance entre diseño y funcionalidad, es necesario tener en cuenta que existen diferentes tipos de cerraduras electrónicas como:
- Electrónicas de tecnología RFID (Radio Frequency Identification), en las cuales el usuario acerca una llave electrónica al lector de la herradura para accionarla, (véase cuadro Tecnología RFID).
- Electrónicas de teclado; en la que cada usuario posee un código que ingresa al sistema para abrir o cerrar la cerradura.
- Cerraduras de sobreponer; para puertas correderas, de cristal, ente otras, adaptables a diferentes tipos de superficie.
Cada uno de estos sistemas presenta ventajas que favorecen su uso, entre ellas están:
- Aportan comodidad a los usuarios puesto que se reemplazar las tradicionales llaves metálicas, por tecla-dos, o dispositivos como tarjetas, muñequeras o pequeños termina-les para cerraduras con identificación inalámbrica RFID.
- Copiar una llave con esta tecnología es un procedimiento mucho más complejo que el de duplicar una llave convencional, lo que minimiza los riesgos de intrusiones.
- El uso de estos dispositivos por parte de compañías que manejan documentos confidenciales, les facilita controlar el número de personal que pueden activar la cerradura, y definir una hora determinada de apertura o cierre del sistema.
Las compañías que utilizan cerraduras electrónicas tienen un completo control de acceso a diferentes espacios y muebles, de los empleados como de los visitantes.
- El mobiliario solo da la opción apertura o cierre del mecanismo mediante el acercamiento de una llave electrónica. Dicha acción garantiza que únicamente el personal autorizado pueda acceder a los productos, con la certeza de que la cerradura no podrá ser activada por personas ajenas a la compañía.
Un ejemplo en el uso de esta tecnología se presenta en entidades financieras o aquellas que poseen una caja menor, en donde el dinero es la prioridad, el sistema brinda la posibilidad de conocer los pormenores de quién, cuándo y a qué hora activó el sistema, datos que dan confianza al momento de definir responsabilidades, si llegara a presentarse una acción inesperada.
A continuación se indican los por menores de estos sistemas, el debido proceso de su instalación y las opciones de programación con las que cuentan.
Tecnológicamente eficaz:
Las cerraduras electrónicas están compuestas por diversos sistemas que garantizan su perfecto funcionamiento. Cabe resaltar que cada una de las partes que se describen a continuación, puede variar en cuanto a tamaño y tecnología, según la empresa que desarrolle la cerradura.
- Módulo de control o cerebro: posee una placa electrónica en la cual se almacena la información de los dispositivos como llaves o tag.
- Unidad de bloqueo: encargada de realizar la apertura o cierre de la cerradura.
- Módulo de usuario: facilita la comunicación entre el usuario y la cerradura (que varía dependiendo del modelo de la cerradura) por medio de un sistema de identificación por radiofrecuencia RFID, o teclado.
Foto: learningservicesus.com
Las cerraduras electrónicas pueden acoplarse fácilmente a diferentes tipos de muebles o puertas.
El acceso por medio de códigos personales eleva el nivel de seguridad de tipo de sistemas.
- Transformador: dispositivo electrónico que permite regular la corriente que entra al sistema.
- Batería: algunas cerraduras las poseen para alimentar el sistema. Las baterías varían de capacidad, y pueden ser recargables, por lo que las cerraduras electrónicas que las usan no requieren de transformador.
Además de estos componentes, es necesario contar con una tarjeta, llave electrónica o dispositivo RFID, el cual emite un estímulo electrónico al módulo de control o cerebro interno de la misma, para activar abrir o cerrar la cerradura electrónica.
Los dispositivos dotados con la tecnología RFID poseen un chip que guarda información de acceso que, al momento en que un usuario lo presente cerca a la antena receptora, bloquea o desbloquea las cerraduras conectadas a él.
La activación del sistema también puede hacerse de manera manual introduciendo un código en un teclado, si la cerradura está equipada con ese componente.
Con el propósito de que el usuario esté al tanto de si el sistema recibió la información, algunas cerraduras cuentan con una señal acústica o visual que se activa inmediatamente después de que el módulo de control recibe la información suministrada por el usuario.
Procedimiento para una instalación efectiva
Si bien el montaje físico de las cerraduras electrónicas es Si bien el montaje físico de las cerraduras electrónicas es similar al de las convencionales en cuanto a requerir agujeros que le permitan su fijación, la instalación de una marca difiere notoriamente de otra, por lo que no se puede hablar de un estándar para este proceso.
La mayoría de sistemas cuentan con plantillas que establecen la posición exacta de los orificios de montaje para la cerradura, y es necesario respetar las medidas que allí se indican con el propósito de que tanto la cerra-dura como el cableado requerido para su funcionamiento mantengan los parámetros necesarios.
Los orificios tienen que estar desbarbados y libres de suciedad para que no existan partículas que interfieran con los circuitos del sistema, y que el montaje sea exacto.
Al realizar el montaje de la cerradura es necesario asegurarse que el pestillo –pieza metálica que sale de la cerradura y asegura el sistema tenga el espacio suficiente para moverse hasta su posición final, sin producir rozamientos con otras partes del sistema.
Con el objetivo de que el circuito se complete y el sistema cumpla con su función, el módulo de control o cerebro debe ubicarse en cualquier parte del mueble, pero en un lugar asequible, en caso de que el sistema se bloquee por motivos de una subida de corriente o por una mala manipulación, y sea necesario acceder a él.
La anterior aclaración es de resaltar puesto que si el cerebro es instalado dentro de, por ejemplo, una vitrina, y la puerta de acceso está bloqueada, la única opción posible sería arruinar el mueble, con los costos económicos que esto representa.
Posterior a la instalación, el usuario tiene dos opciones para una óptima operatividad de la cerradura: que esté programada y lista para ser usada; o que requiera de programación, ya sea de fábrica o por parte del usuario.
Las cerraduras electrónicas que no necesitan programación son sistemas básicos, los cuales, de fábrica, están preparados para funcionar por medio de una llave, tarjeta o código preestablecido, por lo que, después de su instalación no requieren de ningún tipo de ajuste adicional.
Mientras que aquellos sistemas que requieren de ajustes en su software, son cerraduras con mayores prestaciones que ofrecen, después de ser programadas, datos como:
qué usuario accionó el sistema, con qué tarjeta, y la fe-cha exacta en la que realizó dicha acción, entre otros.
Para ello, la programación es realizada por técnicos especializados mediante un software que da la posibilidad de crear grupos (directivos, empleados, visitantes), personalizar cada una de las llaves y establecer la apertura automática a una hora determinada.
Una ventaja de la programación de fábrica es el gran conocimiento que tiene el personal experto para desarrollar el proceso de manera rápida, eficiente y segura, además de que realiza test de calidad para verificar el correcto funcionamiento del sistema.
La opción de programación por parte del usuario re-quiere la instalación del software del fabricante de la cerradura en un computador de la empresa; en él conecta la cerradura y la personaliza.
La programación, ya sea por parte del fabricante o del usuario, es relevante, pues el módulo de bloqueo de la cerradura autoriza únicamente el ingreso a las tarjetas electrónicas que, con anterioridad, hayan sido programadas y almacenadas en la memoria del sistema.
Por ejemplo, la programación de las cerraduras electrónicas utilizadas en un gimnasio –en donde cada ca-sillero cuenta con una cerradura y una llave independiente (tarjeta o etiqueta)– da la posibilidad de que a cada llave se le asigne un número de identificación
El diseño de estos sistemas proporciona una fácil integración con diferentes tipos de mobiliario.
para accionar una cerradura determinada y, además, puede ser programada para que se desactive en una fecha definitiva. Otra muestra de programación puede presentarse en una oficina que tiene varios escritorios dotados con cerraduras electrónicas. El software permite que cada cerradura se active con una tarjeta definida (para que cada empleado tenga su tarjeta y con ella abrir solo su escritorio), pero también da la opción que un usuario (el gerente) conserve una tarjeta que abra todos los escritorios.
Si bien los parámetros de programación son variados y brindan diferentes posibilidades de uso, las cerraduras que requieren de dichos ajustes son aquellas con mayores avances tecnológicos, y que en el mercado pueden pertenecer al grupo de sis-temas premium, con un valor mayor comparado con aquellas básicas que no requieren programación.
Control detallado de eventos
Una de las mayores preocupaciones cuando se utilizan cerraduras convencionales en cualquier compañía, es el no saber quién, cómo, ni cuán-do realizó el cierre o apertura de cada una de ellas; inconveniente que fue resuelto por los sistemas electrónicos gracias a su cerebro o módulo de control, el cual almacena gran cantidad de información detallada sobre el uso de las cerraduras que cuentan con esta tecnología.
El software que aloja la información, además de recopilar, descarga un ar-chivo en el que se ven los eventos, como aperturas, cierres, usuarios, fechas y horas, entre otros, de cada una de las cerraduras electrónicas vinculadas con el módulo de control. En España, un novedoso avance en las cerraduras electrónicas es la tecnología Wireless, o comunicación inalámbrica entre cerraduras y software, que permite obtener en tiempo real, tanto el estado de las cerraduras (si se encuentra abierta o cerrada) como otros datos de uso de usuarios; sistema que facilita el monitoreo de diferentes eventos al interior de la compañía.
Debido a la mayor cantidad de prestaciones que brinda el uso de esas cerraduras, su precio es mayor al de un sistema mecánico convencional, pero inferior al costo que puede re-presentar el recuperar información o elementos hurtados por falta de un mayor nivel de seguridad al interior de una compañía.
Fuentes
- Julen Ruiz de Samaniego, Jefe Ventas Ojmar. julen@ojmar.com
- Helberth Ramírez, Gerente de Hafele Colombia SAS. helberth.ramirez@haefele.de
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