Sabia que… Edición 79

El sillón conocido como el “Asiento de los Dragones”, una obra maestra creada en 1917 por la diseñadora irlandesa Eileen Gray, utilizado por el reconocido diseñador Yves Saint Laurent y que hoy mantiene intactos sus colores, diseño y firmeza, se convirtió en el sillón más caro del mundo cuando el coleccionista de arte, Cheska Vallo, lo adquirió en una subasta de Christie’s, por €27,4 millones.

Fuente: most-expensive.net

The Badminton Cabinet in Liechtenstein Museum

El gabinete Badminton, encargado por el Duque Henry Somerset y que mide 3,86 m de alto, por 2,34 m de ancho, fue diseñado en el siglo XVIII por 30 artesanos, quienes trabajaron durante seis años para finalizarlo.

Para su elaboración, los artistas utilizaron como material principal, madera de ébano, cubierta por incrustaciones de lapislázuli, amatista, cuarzo rojo, jaspe y otras piedras semipreciosas, e imágenes de aves y flores que adoran el gabinete. El mueble cuenta además, con un reloj con representaciones de flores de lis.

En 1990, el gabinete Badminton fue subastado por US$15,1 millones, y 14 años después, el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein pagó por él, US$36 millones, en Londres; haciendo de éste, el gabinete, el más costoso del mundo.

Fuente: washingtonpost.com

El pueblo de Lucena, ubicado en la provincia de Córdoba (España), aparece en el libro ‘Guinness World Records’, por contar con la silla más grande del mundo, con 26 metros de altura; 12 metros más que la silla de Bélgica y 8 metros más que la de Portugal.

El interesante mueble, que cuenta con una escalera lateral y un ascensor es, realmente, el Museo del mueble del pueblo, y exhibe réplicas exactas de los distintos tipos de sillas fabricadas a lo largo de su historia. Para la creación de esta estructura, fue necesario disponer un espacio de 800 m², en donde fueron ubicados los 230 metros cúbicos de madera maciza laminada de pino silvestre, utilizados para su construcción.

Fuente: reservasdecoches.com

La Capilla de Loretto, de la ciudad de Santa Fe, Estado de Nuevo México, EE.UU, recibe la visita de miles de personas cada año, interesadas en conocer su famosa escalera interna, considerada un “misterio” y una obra maestra de la carpintería, construida a mediados de 1873.

La escalera −de la cual se desconoce su fabricante− mide 6,70 metros de altura, tiene forma de espiral y se distingue porque todas sus piezas –incluidos sus 33 peldaños– fueron ensambladas sin pegamento, puntilla o clavo, y aunque la estructura no está sustentada por ningún pilar, ha mantenido perfecto su equilibrio desde hace 139 años.

Adicionalmente, un estudios adelantado por el Centro de Anatomía de Madera del Servicio Forestal de los Estados Unidos, a un pedazo de madera de la estructura, comprobó que la especie empleada para su fabricación es Abeto, inusual en la zona donde fue levantada la Capilla

Fuente: tejiendoelmundo.wordpress.com

El jardinero Kuah Tee Teong de 53 años –famoso en Kuala Lumpur, Malasia, su país natal, por cultivar bonsáis con forma de animales, los cuales, según palabras del propio artista, tardan hasta 10 años en adquirir la forma deseada– tiene en el jardín de su casa, probablemente el bonsái más pequeño del mundo, una especie de jazmín, de dos años, que mide desde su base, tan solo 22 milímetros de altura.

Fuente: Información: bonsai-japan.com

El arquitecto australiano Andy Martin, diseñó, para la casa de muebles ‘Thonet’, fundada a mediados del siglo XIX, una bicicleta notablemente parecida a las emblemáticas sillas Thonet bistró.

Este elegante medio de transporte –que cuesta unos US$70.000, monto que la convierte en la más costosas del mundo, en madera− se destaca por su marco de madera de haya, ruedas en fibra de carbono y porque que no cuenta con sistemas de frenos. El proceso adelantado para moldear la madera del marco, consistió en el calentamiento de los listones a través de una caja de vapor, con la posterior ayuda de un torno de control numérico (CNC), para lograr la forma final.

Fuente: designboom.co

“Tocar madera” para tener buena suerte, más que una expresión popular, es una práctica que se remonta unos 3.000 años a.C. Entonces, se creía que los arboles, en especial los robles, eran la morada de dioses bondadosos y por tal razón, cuando alguien necesitaba protección o se hallaba en peligro, debía tocar con su mano derecha, el árbol más cercano.

Igualmente, la superstición de tocar un objeto de madera para obtener un deseo, se remonta a la Edad Media, cuando, para atraer fieles, algunas iglesias medievales aseguraban poseer una parte de la cruz en la que había sido crucificado Jesucristo y exhibir el “trozo de madera sagrada”, para que los creyentes lo tocaran y formularan sus peticiones. Fuente: sigificadoyorigen.wordpress.com

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