Universitarios crean mobiliario para cafeterías que se adapta como área de estudio
En el marco del foro “Desafíos de la Cuarta Revolución Industrial”, organizado por la Universidad Nacional de Colombia, con el apoyo de la División de Extensión Sede Bogotá y el Instituto de Estudios Urbanos (IEU), se presentaron varios prototipos elaborados entre la academia y la industria; entre ellos, se destacó un sofá, especial para cafeterías o locales comerciales que se adapta como área de estudio.
La idea, que fue desarrollada por estudiantes de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), consta de dos módulos tipo sofá y un sillón que se pueden ensamblar entre sí, y son aptos para desarrollar trabajos de escritorio individuales o colectivos mientras se toma un café.
Según explicó, Yadir Patiño, estudiante que formó parte del proyecto junto con sus compañeros Daniel Felipe Hortúa y Rossy Vanessa Castellanos: “la geometría de trapecio irregular, como se diseñaron las superficies de los brazos, junto con la interacción con los módulos individuales, permite que los conjuntos de estructuras tomen la forma de círculos completos o medias lunas según las necesidades de los usuarios y del espacio disponible”.
“Como las superficies laterales del sofá y del sillón están dispuestas en ángulos de 45 grados, al intercalar ambas estructuras comienza a generarse la circunferencia”, agregó el estudiante.
Los creadores aseguraron que: gracias a una superficie deslizante ubicada en la zona de los brazos de cada mueble, que permanece oculta bajo la superficie de la estructura cuando no está habilitada, el usuario puede hacerla girar hasta un ángulo de 90 grados para conformar una superficie auxiliar en la que puede ubicar un computador portátil, cuadernos o libros.
“Puesto que la superficie deslizante está identificada con un color rojo que la distingue del conjunto del mueble, y en particular del brazo, el procedimiento se realiza en forma intuitiva”, destaca Daniel Felipe Hortúa.
Ambos prototipos están hechos con madera quíntuplex recubierta con chapilla en madera natural y espuma de alta densidad tapizada con un material sintético de color escarlata.
Versatilidad de adaptación
Con 2 m de ancho, 80 cm de alto y 60 cm de profundidad, el prototipo se diseñó para que la superficie de 50 cm de largo y 25 cm de ancho soporte el peso de un computador portátil, y adecuada para trabajar.
“Uno de los primeros problemas que observamos al hacer los estudios para diseñar el prototipo es que las personas que intentaban trabajar en muebles de estas características se cansaban pronto y debían cambiar de posición con intervalos de 10 minutos”, destaca Yadir Julián Patiño.
Como durante el proceso de investigación también se identificó que muchas personas evitaban sentarse en un sofá que debieran compartir con un desconocido, el prototipo también contempló la separación de ambos espacios.
Sobre la división de 25 cm, situada en el centro del sofá, también se pueden dejar objetos pequeños como una taza de café o platos para postre. Esta oculta en su parte inferior dos enchufes eléctricos, con posibilidad de ampliarse a puertos para recarga de teléfonos móviles y acceso a internet.
Cuando la toma no está en uso permanece oculta bajo una estructura abatible, de tal manera que solo se haga visible cada vez que el usuario requiera recargar alguno de sus equipos.
Otra de las ventajas de este modelo es que, si la persona quiere levantarse para hacer otra actividad o mostrarles el computador a sus compañeros, basta con girar la superficie.
Para Bernardo Morera, gerente general del Grupo Industrial Tapimuebles, junto con el que se desarrolló el prototipo, la sincronía entre academia e industria, por medio de este tipo de proyectos, permitirá crear nuevas cadenas de valor para lograr un mayor crecimiento económico del país.
Con información de: agenciadenoticias.unal.edu.co
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