Varios países europeos importan madera ilegal desde la Amazonía
Al menos once países europeos importan madera ilegal de Ipe, un municipio de Brasil, lo que agrava la situación de deforestación de la Amazonía, el mayor bosque tropical del mundo, y la situación de muchas comunidades indígenas, ha denunciado Greenpeace en el Día Internacional de los Bosques.
Esta celebración instaurada por las Naciones Unidas, se centra este año en el lema “Vivamos en ciudades más verdes, saludables y felices”.
En declaraciones a Efeverde, el responsable de Bosques de Greenpeace España Miguel Ángel Soto, ha dicho que desde 2014 la organización lleva documentando en el informe “Árboles imaginarios, destrucción real “, cómo se produce la tala ilegal de madera de Ipe en la Amazonía brasileña.
Es una madera “robada” que se está comercializando de “manera ilegal” en Estados Unidos y en países europeos como Francia, Portugal, Bélgica, Países Bajos y España, entre otros, que están “violando la legislación europea”.
La “densidad de Ipe es muy baja”, ha asegurado Soto, y ha añadido que, sin embargo, tras el análisis de 586 inventarios forestales analizados las autoridades brasileñas recogen informes de densidad normal, alta o muy alta.
Esto significa que se está “robando” madera a las comunidades indígenas y sacando de “forma ilegal” por lo tanto están violando los derechos humanos de esas poblaciones, ha asegurado.
Actividad extractiva
La situación se agrava aún más, debido a las políticas extractivas tan en boga en Latinoamérica puestas en marcha por los actuales gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú o Bolivia (con territorio amazónico) ante el bajo precio del petróleo y el fomento en el uso de minerales.
Pero no todo son noticias negativas en la Amazonía brasileña, el ministro de Medioambiente, José Sarney Filho, aseguró a comienzos de año que la deforestación este año descenderá ante la reducción del 21,47 % registrada entre agosto y diciembre de 2017 con respecto al mismo periodo de 2016.
Fiscalización
La falta de recursos de fiscalización, la crisis política, una gran recesión y la falta de coordinación de los órganos responsables de vigilancia han dado la sensación de dejadez por parte de las autoridades brasileñas, afirmó el ministro.
Sin embargo, el Gobierno brasileño está realizando un registro con las áreas más degradadas por la deforestación y las que sufren una mayor presión agropecuaria, entre otras medidas de fiscalización.
Con información de: www.efeverde.com
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