Saúl Pinzón Martínez

Sin títulos profesionales pero con 32 años de experiencia en el comercio de maderas, este santandereano nacido en Vélez, que se inició en el mundo de los negocios vendiendo bocadillo y ha pasado por todos los estadios del comercio de la madera, es hoy uno de los madereros más reconocidos del país. Estas son sus impresiones a cerca del negocio

–  M&M: ¿Cuándo se inició usted en el negocio de la madera?

–  Saúl Pinzón: A los 18 años, en compañía de un amigo conocedor del medio y con un hermano, compramos un viaje de cedro por cinco mil pesos y lo enviamos a Bogotá. Nunca tuve depósito de maderas pero poco a poco conocí el arte de la madera: aserrado, transporte y comercio.

–  M&M: Y ¿En qué ha cambiado su negocio desde entonces hasta hoy?

–  SP: Inicialmente compraba el bosque, seleccionaba la madera, lo mandaba talar, aserrar y lo sacaba a lomo de mula por el río o el tren. En esa época se podía mover madera por el país -incluso llevando dinero en efectivo- y no se exigía tanto papeleo. Ya, desde hace ocho años estoy radicado en Bogotá y compro la madera legalizada y puesta aquí.

Ahora ha crecido la intermediación, el comprador no puede ir al campo a seleccionar o comprar; la madera está mucho más lejos. Por lo general existe una persona que sirve como contacto en el pueblo y es quien reúne la madera; en ocasiones hay que pagarle el anticipo y él cancela con remesa. En realidad, el manejo de dinero con ellos es delicado. A veces incluso se pierde el dinero de los anticipos con los aserradores, y en otros casos éstos prometen buena madera pero no es la que suministran finalmente.

–  M&M: ¿Cómo es su negocio?

–  SP: Es un negocio complejo, no se manejan inventarios, se vende y se compra sobre pedido y se financia a los proveedores. Así también, se corren riesgos por la calidad de la madera y por la no entrega a tiempo. Es necesario ganarse la confianza de clientes y proveedores a base de cumplimiento en las entregas, siendo buena paga y manteniendo frecuencia de pedidos.

Desde hace seis años únicamente compro con licencia y recibo en Bogotá, así el problema de la obtención es de quienes traen la madera y me evito los inconvenientes con los retenes. ¡Pobres los conductores que tiene que pasar hasta por seis retenes!

–  M&M: ¿Qué opina de los salvoconductos y los controles?

–  SP: El negocio se ha complicado con los permisos, pues lo que quiere el gobierno es que no se tumben los bosques. Considero positivos los controles porque reducen la explotación del bosque, mejoran el mercado, el precio y seleccionan a los madereros. Hoy ya nadie puede entrar al monte y aun así se dan permisos.

–  M&M: ¿Y sobre los retenes de carretera?

–  SP: En los últimos dos años, los retenes cuentan con personas que tiene un mayor conocimiento sobre maderas, son más especializados y existe mayor número de retenes. Anteriormente, ante la falta de control era más fácil traer madera, sin embargo estoy de acuerdo con que los hagan; eso también contribuye a regular los precios del mercado.

–  M&M: ¿Ha pagado sobornos en carreteras?

–  SP: Si, sobretodo comenzando el negocio… es que resulta muy costoso perder un viaje de madera y más triste aun, ver como los decomisos se pierden al sol y al agua. Frente a eso, yo propongo que los decomisos sean subastados y vendidos, dándole prioridad a quien se le decomisó. Cuando la madera está en el camión el daño ya está hecho, el árbol ya ha sido cortado y decomisarla para que se pierda, eso no es justo.

Retienen la madera y la entregan, dependiendo de si la persona ha tenido problemas anteriormente. Hay quienes han pagado desde 500 mil pesos hasta un millón de pesos dependiendo de la calidad de la madera. Yo llegué a pagar 200 mil pesos.

Durante el mes pasado se decomisó mucha madera por no tener licencia, porque se traía una madera distinta a la reportada, o porque tenía licencia pero con sobrecupo. Yo no tengo problema, la compro puesta aquí.

–  M&M: De uno a diez ¿cómo califica la gestión de las Cars?

–  SP: Cinco, ya no salen al campo para realizar un estudio sobre el bosque y así enseñar al campesino que árboles se pueden talar y cómo se debe reforestar; además demoran las licencias.

–  M&M: ¿Cómo se fija el precio de las maderas?

–  SP: Existen unos precios pre-establecidos en el mercado, sin embargo, hay variaciones entre el vendedor y el comprador por la tenencia de la madera, la calidad y la cantidad. También incide la escasez de la especie, los tamaños, el transporte, etc. Se hacen selecciones y descuentos, se fijan precios y esto genera las políticas de compra y venta.

–  M&M: ¿Cuál fue la mejor época para su negocio?

–  SP: Entre los años 1989 y 1995, hubo para entonces mucha demanda de madera para usar en la construcción

–  M&M: ¿Tiene cargo de conciencia por la deforestación del país?

–  SP: No por la deforestación sino por no haber tenido el conocimiento de cómo reforestar. La idea del colono es hacer finca. Se tumba la montaña pero no se siembra y las maderas se están agotando. Lo peor que le pudo pasa al bosque fue la motosierra por que hace el trabajo de diez hombres, era preferible el hacha que permitía una mejor selección de la madera.

–  M&M: ¿Es usted reforestador?

–  SP: No, no se que iremos hacer. No soy reforestador ni invierto en reforestación, pero lo haría si hubiera como. El futuro es reforestar y me gustaría que por ley obligaran a reforestar; que obligaran al campesino dándole crédito y supervisándolo. Propondría igualmente que se sembrara antes de cortar para poder dar la licencia y también, que se cobrara a los madereros una cuota para reforestación.

–  M&M: ¿Cómo está la situación de la madera?

–  SP: Creo que hay madera para diez años pero se desperdicia mucha, quemándola, para cultivar ilícitos; otro es el desperdicio de los que quieren hacer fincas, más aquella que se pierde en los aserraderos.

–  M&M: ¿Qué opina de la importación de madera?

–  SP: Me gustaría que se importara, ayudaría a la legalización del mercado y puede venderse a mejor precio.

–  M&M: ¿Qué opina del IVA a la madera?

–  SP: Estoy de acuerdo, siempre y cuando se inviertan esos dineros en créditos para reforestar.– 

– M&M: ¿Conoce los sustitutos de las maderas que vende?

–  SP: Yo vendo granadillo, incienso, guaimaro, zapan y no conozco los verdaderos sustitutos, pero ahora es importante iniciar el conocimiento porque la madera comienza a escasear. Sé por ejemplo, que el cedro huino está reemplazando el cedro tradicional, es muy bueno y un 50 por ciento más económico… esas especies comienzan a valorizarse y hacerse populares. Eso es positivo.

Hay que comenzar a experimentar, yo por ejemplo, lo estoy haciendo con cerezo, una madera que no sabía que existía. Pronto recibiré los resultados y podré establecer si la uso en la fabricación de pisos; es dura y muy bonita.

–  M&M: ¿Tiene usted alguna otra actividad?

–  SP: Hace poco comencé a fabricar pisos, iniciamos una empresa -junto con Fredy Santamaría- que se llama Pisan Pisos Ltda. Descubrí que la madera con algún grado de elaboración se vende mejor y los compradores son más seguros. Es un negocio bonito que, si uno conoce, no tendrá escasez de madera a la hora de cumplir.

–  M&M: ¿Cómo le ha ido con ese negocio?

–  SP: Muy bien. Sabemos comprar madera, aseguramos nuestra calidad trabajando con los mejor equipos de secado y máquinas. Producimos un buen piso y hay buen mercado para ese producto.

–  M&M: ¿Cuáles son sus proyectos?

–  SP: Pienso colocar un depósito de madera y comprar maquinaria para la fabricación de pisos. El arte del trabajo con madera es lo más hermoso.

–  M&M: ¿Cuál es el éxito del negocio?

–  SP: Ofrecer un producto de excelente calidad, dar cumplimiento a los pedidos y trabajar legalmente; así obtenemos satisfacción con proveedores, clientes y el Estado.

 

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