Jorge Forero González

Ingeniero Forestal

 En columnas anteriores se ha querido mostrar como el país, no sólo cuenta con una legislación abundante para buscar el desarrollo del sector forestal, sino que ha invertido cuantiosas sumas de dinero buscando dicho objetivo sin que los resultados hayan sido los esperados. De hecho, cada día que pasa la industria transformadora, cuando no desaparece, tiene que abastecerse de materia prima importada y las empresas que adquieren materia prima nacional, la encuentran cada día más escasa, más costosa y de inferior calidad.

El desequilibrio de la balanza comercial forestal es cada vez mayor, siendo una verdadera paradoja que, con pesos colombianos, estemos contribuyendo a mantener empleos pagados en dólares, sustituyendo la creación de empleo a nivel nacional  cuando el país cuenta con materia prima abundante y disponible en los bosques nativos, con la cual se podría establecer una variada industria transformadora altamente tecnificada y sostenible.

El país también cuenta con terrenos suficientes para establecer nuevos bosques por medio de la reforestación, los cuales no sólo brindan un sinnúmero de beneficios ambientales, sino que su establecimiento, cuidado y aprovechamiento generan gran cantidad de empleos permanentes, -mucho mas baratos-,lo que implica crear un empleo a nivel urbano, especializar y orientar la producción de materia prima y multiplicar la actividad transformadora forestal. Además pueden integrar a la economía nacional bastas áreas que no le aportan nada y que actualmente se encuentran en proceso de desertización, precisamente, debido a la falta de alternativas productivas para  su aprovechamiento; estas tierras son la base del conflicto armado y es donde se establecen  los cultivos sicótropos que afectan al  país, debido a que el suelo ha sido, hasta la fecha, factor de poder y no factor de producción.

Ahora, que tanto se habla de TLC y se menciona que el sector forestal será uno de los sectores que se verá favorecido con su firma; el hecho obliga al país a modificar su modelo de desarrollo y prestar mayor atención a la utilización sostenible de los Recursos Naturales Renovables, entre los cuales, uno de los mayores potenciales está en el desarrollo de los bosques, nativos y plantados. Aunque el ideal será y no esperar únicamente a que Colombia se convierta  en un país de maquiladores o industrias de ensamblado, como lo fue México y ahora lo es China, modalidad en la cual lo que predomina es el bajo costo de la mano de obra no calificada y se relega a un último plano la conservación (desarrollo) de dichos recursos y su integración a la economía.

El planteamiento hecho , de distintas formas, en los documentos oficiales que ha llevado a concebir el desarrollo de la reforestación como sustituto de la ordenación y aprovechamiento de los bosques nativos y de su producción, y que  se han querido preservar por decreto, revela claramente las fallas que existe en el mercado y la incapacidad de la acción del Estado para corregirlas.

Lo anterior se ve claramente reflejado en la situación legal que presentan nuestras  áreas boscosas  pues , mientras el país cuenta con cerca de treinta millones de hectáreas declaradas como zonas de preservación, -veinte millones de hectáreas de bosques en los resguardos indígenas y diez millones de hectáreas en Áreas Protegidas y existe una unidad especializada para la administración de los Parques Naturales Nacionales; el resto de área con bosques nativos carece de una organización especializada para el fomento, desarrollo, comercialización y promoción de la actividad forestal.

En este sentido es importante recordar que dicha actividad forestal, cuenta con un potencial aproximado de quince millones de hectáreas con bosques nativos aún de propiedad del Estado, y alrededor de tres millones y medio de hectáreas de bosques en tierras colectivas de comunidades negras y cerca de veinticinco millones de hectáreas de suelos en los cuales desapareció la cobertura boscosa, y que por las condiciones que estas áreas presentan, tales como: fisiografía, clima, suelos (físicas y químicas) y demás razones de orden ecológico, debería reponerse  su cobertura boscosa para generar, en el mediano plazo, abundante materia prima, empleo e industria transformadora. De no actuarse en dicho sentido, se generará bastas zonas desertizadas con todas las secuelas que las mismas implican.

La actividad forestal, como se aprecia, cuenta con un potencial que ha sido desaprovechado y dilapidado hasta la fecha, por falta de objetivos claros y precisos acerca de lo que el país quiere y espera de las áreas con bosques nativos y de las áreas de aptitud forestal donde ellos han desaparecido, así como de la industria transformadora forestal que espera desarrollar.

El país lleva  35 años lamentándose que carece de una política forestal,  15 años afirmando que carece de un Plan de Desarrollo Forestal, que por estas razones no progresa la actividad, y últimamente, sosteniendo que el desarrollo forestal sólo se logrará si se formula un Programa Forestal, mientras tanto, no se adoptan acciones concretas respecto a su desarrollo y los bosques desaparecen sin contribuir en debida forma al avance del país, al de la región donde se encuentran .

Por ejemplo, con relación a especies promisorias para reforestación en cada uno de los cuatro pisos altitudinales o para cada una de las seis Regiones Naturales que posee Colombia; la definición de las posibles industrias que se puede fomentar con base en el potencial productivo que ofrecen los bosques nativos, en el mediano plazo, luego de una debida ordenación forestal y una acción decidida con relación al fomento de la reforestación, para obtención de materia prima en el mediano y largo plazo.

Si Colombia contara con una organización forestal especializada, que no sólo articulara (concordancia con el verbo) las acciones que deben desarrollar las diferentes agencias del Estado, sino que adoptara (concordancia con el verbo) medidas eficaces que propendan por la inversión privada en los múltiples campos que ofrece el desarrollo del sector forestal, desde el bosque nativo o la plantación, hasta la comercialización de sus productos, la situación que ofrecería el sector sería distinta.

Fuente: jorfogo@yahoo.com.mx