MiPymes: socialmente responsables

MiPymes responsables

Paola Andrea Ruíz

Periodista

Las mipymes, el motor de la economía nacional, ejercen un papel muy importante tanto en la generación de empleo como en el desarrollo económico del país. Por ello, organismos como el BID, Confecámaras, el Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial y algunas universidades como la Javeriana, se han dado a la tarea de enfilar esfuerzos y recursos para lograr que alcancen competitividad mediante prácticas socialmente responsables

La estructura empresarial colombiana está compuesta básicamente por micros, medianas y pequeñas empresas. Según datos suministrados por el censo económico del 2005 y la encuesta anual manufacturera llevada a cabo en el mismo año, las mipymes constituyen alrededor del 99 por ciento de los establecimientos registrados a nivel nacional.

Las cifras arrojadas por el último censo económico realizado en Colombia son contundentes, demuestran que en nuestro país la mayoría de las empresas existentes están ubicadas dentro del rango de las llamadas mipymes. De 1.442.117 establecimientos reportados en el censo económico de 2005, 1.336.051 son microempresas, 46.200 son pequeñas empresas, 7.447 son medianas y sólo 1.844 son consideradas grandes empresas (1)

Aunque lo anterior denota que las mipymes conforman el grueso de la actividad empresarial nacional y que de ellas depende la generación de más del 80 por ciento de los empleos del país, para nadie es un secreto que este tipo de empresas presentan problemas graves asociados a la informalidad, al limitado mercado en el que operan, y al restringido acceso al crédito financiero y a la tecnología.

Para Sierra, J.H. y Londoño, D.A. (2008), la responsabilidad social empresarial o RSE, puede ofrecer respuestas a algunos de los problemas que afrontan las mipymes, permitiéndoles además, crear y apalancar mecanismos de participación en la búsqueda de los objetivos de desarrollo de la sociedad colombiana.

Más que un concepto filantrópico

En los últimos años un concepto ha ido tomando fuerza al interior de las empresas: el de responsabilidad social empresarial o RSE; sin embargo y como lo afirmaron Claudia Toca, Jesús Carrillo y Merlin Grueso, autores del libro Responsabilidad Social Empresarial, en una entrevista otorgada al diario La República, muchas de las compañías colombianas han malinterpretado y distorsionado el concepto.

Según los autores, varias prácticas empresariales están siendo disfrazadas como políticas de RSE, sólo para obtener incentivos y alivios tributarios, es decir, que hay muchas actitudes oportunistas detrás de la implementación real del concepto, por ello, este punto es relevante preguntarse ¿qué es verdaderamente la responsabilidad social empresarial?, para lograr entender cómo las empresas pueden convertirse en compañías socialmente responsables.

La RSE no puede verse solo como un concepto de moda, sino que tiene que implementarse con responsabilidad.

Expertos en el tema, así como diferentes organismos internacionales han emitido varios e importantes conceptos sobre RSE. Robbins & Coulter por ejemplo, afirmaron en el 2005 que la única responsabilidad social en la administración de las empresas es obtener las mayores ganancias, mientras que otros teóricos exponían el concepto socioeconómico clásico que define a la RSE como el deber de una empresa –aparte de los requisitos legales y económicos–, de perseguir metas de largo plazo para el bien de la sociedad.

Para Pinto (2007), la responsabilidad social empresarial es “una cultura que, en todas las áreas claves de la gestión y de los resultados empresariales, procura impactar positivamente a todos los públicos afectados por la acción de la empresa”.

Por su parte Chiavenato (2007), la definió como “la obligación gerencial que una organización asume de tomar acciones que protegen y mejoran el bienestar de la sociedad y los intereses organizacionales específicamente”.

Para la OIT, la responsabilidad social empresarial debe ser entendida como la respuesta que la empresa debe dar a las expectativas en los sectores con los cuales ella tiene relación, en materia de desarrollo integral de sus trabajadores y en el aporte a la comunidad que le permitió crecer y desarrollarse.

Teniendo en cuenta los anteriores conceptos valorativos, se puede afirmar que la RSE es una política o gestión empresarial que busca contribuir al desarrollo económico sostenible de la empresa en sí, de sus trabajadores y familias, de la región, de la comunidad y en general de la sociedad.

Su relevancia es tal, que organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, la Organización de Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo, la ven como una herramienta capaz de cambiar la cultura empresarial, el entorno y las relaciones empresa – sociedad.

Categorización de la Responsabilidad Empresarial

Desde el punto de vista del tipo de responsabilidades, los teóricos Bestratén y Pujol realizaron la siguiente clasificación:

Responsabilidades Primarias: Aquellas que tienen que ver con la actividad empresarial en sí, como la producción responsable y sostenible, la fabricación de productos de calidad y el mantenimiento de precios justos conforme a los productos ofrecidos, entre otros.

Responsabilidades Secundarias: Dentro de este grupo se relacionan aquellas responsabilidades que sin ser obligatorias, la empresa adquiere tanto para con sus trabajadores como para con la comunidad con la que se relaciona.

Con los trabajadores, la empresa socialmente responsable esta llamada a ofrecer calidad de trabajo, a propiciar el equilibrio entre el trabajo y la vida extra laboral; de igual forma debe velar por la autonomía, la estabilidad laboral, el crecimiento intelectual, el desarrollo profesional y la salud de sus trabajadores.

En el caso de las obligaciones adquiridas para con la comunidad, la empresa debe evitar los impactos negativos sobre el ambiente o en caso de que existieran, mitigarlos de manera rápida, adecuada y controlada.

Entre las políticas de RSE, las empresas deben velar por el cuidado del medio ambiente.

De igual forma debe ofrecer empleo a la comunidad local, mejorar el medio ambiente, facilitar un entorno social más humano y propiciar la integración de personas con habilidades especiales. También es propicio que la empresa brinde asesoraría a la comunidad, sobre todo en aquellos casos en los que la empresa pueda ofrecer conocimientos especializados.

Responsabilidades Terciarias: Este tipo de responsabilidades no hacen parte de la misión de las empresas ni del deber ser de las mismas, pero constituyen aquellas acciones que las compañías realizan en aras de mejorar la calidad de vida de las comunidades apostadas en las zonas de influencia de las empresas.

Dentro las responsabilidades terciarias más comunes se encuentran aquellas destinadas a cubrir ciertas necesidades básicas de la comunidad relacionadas con alimentación, vivienda, saneamiento básico, salud, educación y recreación.

La RSE no se puede asumir sólo como una política externa, debe ayudar a forjar la propia empresa

De otro lado se puede afirmar que la RSE está dividida en dos dimensiones, la interna y la externa. Según la Unión Europea y la OIT la primera tiene que ver con el talento y el recurso humano, la seguridad laboral y social de los empleados, el impacto ambiental, la protección del medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales; mientras que la segunda tiene que ver con las comunidades locales, los clientes, los proveedores, los socios estratégicos, los consumidores, los accionistas, la sociedad ubicada dentro del área de influencia de la empresa, los distribuidores y demás entes externos que guardan alguna relación con la empresa.

Esta división permite entender que el concepto de RSE no es sólo una gestión que la empresa hace de adentro hacia fuera, sino que es una política que también se debe implementar al interior de las compañías para fortalecerlas y volverlas más competitivas, sostenibles y éticas.

RSE en las mipymes, una herramienta para el éxito.

En las últimas décadas, y ante fenómenos como la globalización sin limites, los avances tecnológicos desmedidos, las crisis gubernamentales, los problemas ecológicos y ambientales, y los desequilibrios sociales, muchas empresas han optado por fortalecer su cultura empresarial para volverse más éticas y socialmente responsables.

La mejor forma para lograr dicho objetivo es mediante la gestión de la responsabilidad social empresarial política que es aplicable y desarrollable tanto en las grandes compañías, como en las mipymes.

En el documento Cómo gestionar la responsabilidad social en las pymes Colombianas, Herrera, J. C. y J. L. Abreu, afirman que “la sociedad actual necesita con urgencia de empresas virtuosas, es decir de grupos estructurados que consigan funcionar a partir de la reciprocidad, la cooperación y la confianza, buscando incrementar sus posibilidades de legitimidad social. Es así como la gestión de la RSE promueve en la sociedad la convicción colectiva de que la integridad, honestidad y transparencia en las empresas son bienes públicos -de beneficio colectivo y bienestar compartido-, que no sólo benefician a unas personas, sino a todos los que forman parte de la sociedad, aunque no hayan participado de su creación”.

La RSE trabaja para el cambio social, de allí que las acciones terciarias de las empresas puedan positivamente a su comunidad.

La práctica de la RSE en las mipymes se ha convertido en una herramienta para el éxito ya que logra mejorar los procesos misionales, corporativos y estratégicos de las organizaciones.

Según el estudio La responsabilidad social en las pymes, promovido por el Fondo Social Europeo, la Fundación Biodiversidad, el programa Emplea Verde y la Fundación Centro de Recursos Ambientales de Navarra, la implementación de la RSE en la pymes otorga beneficios internos y externos a las mismas.

Dentro de los principales beneficios internos están: mejoría en la fidelidad, compromiso y motivación de los trabajadores, captación de talento humano profesional, mejora en el ambiente laboral y clima organizacional, incremento en la productividad, reducción de costos operativos y de producción, reducción en los gravámenes, mejoramiento de las comunicaciones, fomento de la cultura corporativa e incremento en la calidad de los productos y en las ventas, favorecimiento en el acceso a capital y mejora en el desempeño financiero.

Entre los principales beneficios externos que las pymes pueden adquirir al gestionar la RSE, están: fidelización de los clientes, mejoramiento de las relaciones con grupos sindicales, mejoramiento de las relaciones con el entorno social, otorga mayor notoriedad, posicionamiento de marca e imagen corporativa, mejoramiento en la reputación, captación de nuevos clientes, acceso a nuevos mercados.

Aunque anteriormente la RSE se veía como una política propia de las grandes empresas, está comprobado que la responsabilidad social genera un alto impacto en la mipiymes, tanto por la naturaleza misma de las empresas de este tipo, como porque además, las mipymes aplican la gestión de la RSE de forma más natural dado el entorno en el que se desenvuelven como por la proximidad con sus clientes internos y externos.

Implementación de la RSE en las pymes colombianas

En Colombia, son varias las entidades públicas y privadas que han venido adelantando programas para que las mipymes entiendan la importancia de la RSE, y la incorporen a su vida empresarial; una de ellas es el Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial (CCRE), que desde 1994 viene promoviendo la responsabilidad social empresarial en el país.

Esta institución no gubernamental sin ánimo de lucro, está dedicada a la divulgación, promoción, investigación y asesoría de empresas en temas relacionados con responsabilidad social empresarial y ética de las organizaciones. Uno de sus principales objetivos, es generar la construcción de sistemas de gestión en RSE en las pymes nacionales para que logren ponerse a la vanguardia de los niveles de exigencia de los mercados internacionales.

De otro lado, está la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio – Confecámaras, y el Banco Interamericano de Desarrollo – BID, que lanzaron en 2005, el programa ComprometeRSE, como una herramienta de ayuda al empresario pyme para estimularlo a generar iniciativas en responsabilidad social empresarial.

El programa ComprometeRSE busca instalar la Responsabilidad Social Empresarial, como un elemento que permita mejorar los índices sociales, económicos y ambientales de todas las regiones donde tiene incidencia el proyecto, que ya es reconocido por sus logros y resultados en pro de las pymes colombianas.

En el 2007, y dentro del marco del programa ComprometeRSE; Confecámaras, el BID, el CCRE y el grupo Rethos de la Universidad Javeriana publicaron el ‘Manual de Implementación para la Responsabilidad Social Empresarial’, una metodología para la gestión de la RSE en las pymes, cuyo principal objetivo es lograr que este tipo de empresas implemente acertadamente la política de RSE dentro de sus actividades empresariales.

Dicho programa, que vinculó a 426 pymes en Colombia, es considerado actualmente como uno de los proyectos más ambiciosos en materia de RSE en Latinoamérica, pues impactó pymes de 15 ciudades del país entre las que están Bogotá, Barrancabermenja, Santa Marta, Cartagena, Yopal, Villavicencio y Cúcuta.

El interés del programa ComprometeRSE es ampliar su radio de acción a las regiones que no participaron en la primera etapa y buscar aliados en Latinoamérica que quieran apostarle al concepto de RSE para mejorar entre todos la región.

La metodología para la gestión de la RSE en las pymes, propone cinco fases de implementación:

Fase I: Requisitos y línea de base

En esta fase las pymes deben consolidar la información y las condiciones necesarias para garantizar que la metodología RSE se pueda implementar con éxito. Dentro de esta fase se propone realizar cuatro acciones específicas:

Acción 1, enfoque: con esta acción se busca identificar la postura de las pymes frente a la responsabilidad social empresarial.

Acción 2, marco regulatorio: con ésta se busca establecer las responsabilidades legales vigentes adquiridas por la empresa, en el ámbito nacional e internacional.

Acción 3, Criterios para la gestión: Se lleva a cabo para delimitar y construir los principios de la RSE de la empresa. Es aconsejable que en la construcción de los principios, la empresa vincule a sus colaboradores y demás grupos de interés para que, entre todos, determinen los objetivos, políticas y programas que enmarcarán la gestión de RSE de la empresa.

Acción 4, Propósito, alcance y objetivos estratégicos: se realiza para establecer la finalidad de la gestión de RSE y su rol funcional.

Fase II: Planeación

Como su nombre lo índica, en esta fase las pymes deben generar una planeación que les permita llevar a cabo su gestión RSE. En esta fase, el manual propone realizar tres acciones así:

Acción 1, caracterización de las prácticas de RSE: con el ánimo de identificar si la empresa posee o no, algún tipo de política de RSE.

Acción 2, Diálogo con los grupos de interés: para identificarlos, priorizarlos, y establecer relaciones importantes para el desarrollo de su gestión.

Acción 3, Ámbitos de aplicación: establecimiento de los ejes temáticos sobre los cuales se trabajará la RSE.

Fase III, Implementación

En esta fase se instala lo planeado en las anteriores. La metodología aconseja que durante este proceso es preciso además, que se adelanten acciones educativas y capacitaciones para afrontar los cambios que se puedan generar. De igual forma, este proceso implementativo debe ir acompañado de fuertes campañas comunicativas tanto al interior, como al exterior de la empresas.

Durante esta etapa se debe llevar a cabo la acción denominada: Ejecución de proyectos de RSE. La implementación de la gestión RSE debe estar acompañada de un seguimiento por parte de expertos y asesores, en aras de resolver cualquier dificultad que se pueda presentar.

Fase IV, Informes y Reportes

Es una etapa importante dado que en ella se evalúan los resultados de la gestión de RSE. Durante esta fase, deben analizarse aspectos relacionados con el desempeño económico, social, ambiental, y productivo de la empresa, así como todo lo relacionado con su talento humano, procesos internos, y externos.

En esta fase también debe realizarse el informe o memoria de sostenibilidad, sobre el desempeño –en términos financieros, sociales y ambientales– de la gestión de responsabilidad social en la empresa. De igual manera debe registrar indicadores medibles, observables y calificables, ya que su uso principal es servir como documento de análisis para enfocar las modificaciones, realizar los planes de mejoras y conservar aquellos aspectos que merecen continuidad. La información consignada en dicho informe debe ser relevante y completa.

Fase V, Retroalimentación

En esta última fase se propone realizar los ajustes pertinentes para mejorar la gestión de RSE en las pymes. El CCRE propone llevar a cabo la acción denominada planes de ajuste, puesto que con ella se logra construir nuevos planes de acción, y estrategias de mejoramiento.

Como conclusión y teniendo en cuenta que las pymes nacionales tienen una gran relevancia para la economía nacional, es importante que implementen políticas serías de RSE, como acciones para empoderarse y contribuir al desarrollo social de su entorno.

Es importante además que las pymes entiendan que una buena gestión de la RSE, repercute directamente en el fortalecimiento empresarial, porque al velar por los derechos laborales de los trabajadores, al incluir prácticas responsables y éticas en la contratación, al establecer salarios justos, al brindar bienestar y beneficios sociales, se está garantizando la retención voluntaria de empleados de calidad que sin duda, trabajaran a gusto para sacar adelante la empresa.

La responsabilidad social empresarial externa permitirá que las pymes generen beneficio para los entornos en los que opera, mediante acciones reales, concretas y en temas puntuales.

Cita:

El censo económico de 2005 reporta, que del total de los establecimientos censados, 50.575 no informan la categoría empresarial en la que se hallan.

Fuentes

Herrera, J. C. y J. L. Abreu. Cómo gestionar la responsabilidad social en las pymes Colombianas (2008). www.spentamexico.org

Daena: International Journal of Good Conscience. 3(1): 395-425. Marzo 2008. ISSN 1870-557X

Sierra, J.H. y Londoño, D.A. (2008). RSE y mipymes, alternativas para apoyar su desarrollo en Colombia. Contaduría Universidad de Antioquia, 52, 13-44.

Jaramillo Naranjo, O. La dimensión interna de la responsabilidad social en las micro, pequeñas y medianas empresas del programa expüpyme de la Universidad del Norte (2011).  www.scielo.org.co

Vergara, M. y Vicaría L. Trabajo de Grado “Ser o aparentar la responsabilidad social en Colombia”, (2009) www.javeriana.edu.co

www.larepublica.co/responsabilidad-social/“en-colombia – www.mas-business.com

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