Las vitrinas: Mucho más que muebles para exhibir

Jorge Montaña -Diseñador Industrial
Redacción M&M

Desde los inicios de la historia, han sido cuatro los tipos de muebles que ha construido el hombre para su servicio en actividades básicas: camas para dormir, sillas para sentarse, mesas y bancadas -superficies elevadas- para hacer labores, y estantes para guardar, ordenar y proteger sus pertenencias.

Referente a estos últimos, las vitrinas, la evolución llevó de los rústicos arcones y baúles a vitrinas, armarios y guardarropas más sofisticados, en la misma medida que se hacían también más complejas las necesidades de las sociedades.

Es así que, por ejemplo, con la invención y popularización de la imprenta, fue necesario tener un espacio con estantes para ubicar los libros, y tras la Revolución Industrial aumentó el número de artefactos para ser acomodados: se pasó de los estantes individuales adosados al muro y con pocas piezas de artesanía utilitaria -o de soportes puestos en los rincones-, a gabinetes y lujosas vitrinas destinadas a acumular objetos y exponer recuerdos, imágenes y colecciones.

De igual manera cambiaron los insumos y de sencillos como tablas de madera maciza, si acaso combinadas con metal forjado, la industria abrió la puerta para que los fabricantes del mueble accedieran a un universo interminable de materiales semiprocesados y compuestos, a una gran variedad de herrajes y a productos de alta tecnología.

 

Un mueble de cambios y atributos

La aparición de la TV y posteriormente de los medios digitales, fueron hechos que cambiaron la dinámica social y familiar, y de paso, los muebles para el almacenamiento que se combinaron con los de entretenimiento haciéndose cada vez más sofisticados, funcionales y específicos en sus características.

Adicional y con el tiempo, estos muebles han ganado valor simbólico pues ya no solo guardan o exponen pertenencias, sino que se han convertido en centros de entretenimiento alrededor de los cuales se reúne la familia; en modernos estantes verticales, multiusos, ideales para ubicar la televisión en una especie de altar a la tecnología.

Pero esta concepción de mueble -cada vez más personalizado- ha logrado su desarrollo en términos de diseño, a partir de importantes factores: funcionales, estéticos-simbólicos, tecnológicos, productivos y de valor vs precio.

En el mercado existen infinidad de opciones, están los RTA cuya ventaja es su bajo precio que los hace muy accesibles y prácticamente sin competencia; los hay complejos, costosos e inteligentes ligados al estatus su usuario, o hiperfuncionales para espacios muy especializado como talleres u hospitales; pero en todos ellos, el reto del productor es el diseño, explorar maneras de crear valor para que el cliente pague bien.

Las Categorías

Para lograr un gabinete o estante funcional, el fabricante debe determinar para qué lo necesita el cliente, el espacio donde lo ubicará y el que ocupará. Ya, entre los ítems a considerar a la hora de su diseño, están su forma de transportarlo y montarlo en sitio, que sea desmontable y la forma más sencilla de su limpieza y mantenimiento posterior.

Si el mueble contiene TV, sus periféricos para videojuegos y otros equipos, debe contar con espacios para sonido, y fundamental, con conexiones escondidas; además de dobles fondos, cremalleras, canaletas escondidas y portezuelas para las conexiones muy necesarias para que el cliente no necesite acudir a instaladores especializados y no corra el riesgo de dañar su adquisición realizando perforaciones y añadidos cuando instale cableados.

La funcionalidad de un estante está relacionada directamente con la facilidad de acceso a lo que allí se guarde, por ello, las zonas de bodegaje con puertas deben estar en las partes bajas o más altas, reservando la parte central -más accesible- para los objetos de mayor uso o de mejor visualización; en este sentido es también importante que el televisor se ubique a una altura aproximada 120 cms, que corresponde al punto visual de una persona sentada.

De igual manera -y considerando que es muy diferente guardar una colección de porcelanas a guardar libros-, antes y durante el diseño de un mueble es conveniente realizarse preguntas como: ¿Qué requiere el cliente?, ¿Cuáles sus necesidades?, ¿Dónde irá el mueble?, ¿Cuáles serán sus funciones principales?, ¿Qué medidas y volumen tienen los artefactos que va a contener?, ¿Cómo será el montaje? ¿Cabe en el ascensor de un edificio? ¿Cómo lo afecta el clima y ambiente?

Todo lo que garantice la funcionalidad del gabinete, desde su proceso de fabricación, empaque, transporte, montaje y uso por el cliente, debe estar planeado en el diseño.

• Estéticos/simbólicos

¿Sabe por qué los colores y tonos de los enchapados cambian cada año? La respuesta es que las empresas que los producen y venden a las fabricantes de tableros, hacen complejos estudios de tendencias para agradar al mercado y en ese orden de ideas, los empresarios tienen a disposición materiales y motivos para aprovecharlos en acertadas combinaciones de tonalidades.

Los diseñadores, además de encontrar atractivas combinaciones materiales a partir de la oferta, deben jugar con la geometría para hacer estantes que además de funcionales sean atractivos, impactantes y para este efecto, la luz integrada es una gran herramienta que ayuda a valorizar el mueble como experiencia.

Un punto importante es tener presente que cada estilo de mobiliario corresponde a los patrones de estilo de vida de cada cliente; así, quien siente nostalgia de épocas pasadas puede comprar muebles modernos en su funcionamiento, pero de apariencia antigua envejecida; otros prefieren piezas que sean altares de la tecnología, pero con un anclaje emocional a lo natural, y por ello optan por materiales que imiten la madera o el follaje.

  • Productivos

Este punto se refiere al tipo de maquinaria y materias primas que debe usar el fabricante de muebles para saber qué tipo de producto hacer; qué es lo que su empresa hace mejor que nadie y cómo puede aprovecharlo a su favor; qué herrajes y desarrollos sofisticados disponibles en el mercado tiene en su localidad.

El fabricante de muebles debe recordar que es un “montador” de materias primas semi procesadas muy sofisticadas, con investigación y desarrollo incorporado, pero también de materias primas, saberes y factores locales que hacen una diferencia frente a competidores foráneos; debe aprovechar todos los recursos que tenga a su mano.

• Mercado

Finalmente es bueno advertir en la relación cliente-objeto, cuál es el valor percibido por un producto, cuánto está dispuesto a pagar este y como se le puede dar lo mejor por esa cantidad; ese último factor establece una relación favorable respecto a la competencia directa y es allí donde el diseño le brinda un valor agregado al cliente.

El resultado del buen diseño permite esencialmente, huir del factor precio -pues siempre alguien vende más barato-, a producir muebles con mayores atributos que permitan vender mejor. Diseñar estantes no es soplar y hacer botellas.

Fuentes:
www.cinex.com.br – https://www.hermanmiller.com – www.thepinnaclelist.com – www.porro.com/en

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