Tiberio Yépez: Manos de Artista que Conquistan al Mundo

Alexandra Colorado Castro

Periodista M&M

 Pasión por el oficio, arte, búsqueda constante de la perfección, calidad. Estos son algunos valores que emana la obra de este colombiano radicado en Estados Unidos quien ha ganado con su talento para transformar la madera, el reconocimiento de importantes arquitectos norteamericanos. Sus muebles han ocupado desde las páginas de la “Interior Design” hasta la casa de Yoko Ono.

 El encuentro sería inevitable. Él como su padre, debía dedicarse a transformar la madera en un ejercicio que iniciaría muy temprano, desde la infancia y le daría con el tiempo, los más satisfactorios y hermosos frutos. Como si el destino le hubiese marcado un camino seguro y feliz, la vida de este bogotano debería avanzar entre maderas, bocetos, lápices y máquinas: Debía ser un gran ebanista.

Efectivamente, Tiberio Yépez es uno de esos ejemplos de tesón y creatividad nacional que ha logrado con un talento, perseverancia y decisión, sumarse a la lista de compatriotas que en la distancia se destacan en su profesión.

A sus 44 años ha impresionado el exigente mercado norteamericano con su facilidad para bosquejar, modelar y fabricar muebles, elaborar exquisitos trabajos manuales, manipular los equipos propios de su oficio y trabajar magistralmente el enchapado y las incrustaciones, imprimiendo en cada una de sus producciones y diseños un sello exclusivo que ya tiene adeptos y seguidores.

Una historia de trabajo que tiene como piso un profundo respeto y un disfrute genuino por el oficio.

Génesis de una Gran Pasión

Tiberio Yépez nació en Bogotá, el 30 de julio de 1962. Su padre, un ecuatoriano profesional de las artes y experto en la transformación la madera para fabricar muebles, fue el responsable de iniciarlo en el oficio con la dedicación y el gusto genuino de quien ama lo que hace. Efectivamente, con el ejemplo, la teoría y la práctica sus clases dieron fruto en buena tierra.

Así, el dibujo, la talla, el enchapado, la marquetería, el uso de maquinaria, la fabricación de modelos a escala y la experimentación con diferentes materiales, se convirtieron en sus “pasatiempos” de niño que, con un interés creciente y sólidos fundamentos experimentales, le llevaron a iniciar el diseño de muebles a los 15 años y a montar su taller propio a los 23.

Su negocio, ubicado en Bogotá, se desarrolló con eficiencia, más no debió pasar mucho tiempo para que, en su deseo por explorar nuevos horizontes Yépez decidiera abrirse paso hacia mercados más especializados y exigentes que le aportaran crecimiento profesional, fueran un reto para sus técnicas de trabajo y le permitieran cristalizar su sueño: Convertirse en un destacado diseñador de muebles.

Es así como en 1997 viaja a Estados Unidos para asociarse con un familiar radicado tiempo atrás en ese país y quien trabajaba para un gran ebanista y enchapador oriental; surgió entonces una sociedad: “El amigo chino conseguiría los clientes, el familiar administraría el taller y yo me dedicaría a realizar la mano de obra, a la marquetería de las piezas”, explica Tiberio.

Sin embargo, el negocio duró tan solo unos meses “por causa de las barreras del idioma y la falta de conocimiento del sistema”, pero le motivó a independizarse y buscar también las vías más apropiadas para iniciar un exitoso camino hacia el reconocimiento.

 Un Piano para el Salto a la Fama.

Steinway & Son (1), la compañía norteamericana fabricante de los pianos más finos del mundo había sido contactada durante la corta alianza por el socio oriental para ofrecerle los servicios del consorcio; gracias a esto Tiberio conoció la convocatoria abierta por la famosa empresa para invitar talentos a diseñar pianos artísticos.

Esta fue la génesis de su carrera porque así, apersonándose de esta oportunidad y bocetos en mano, presentó ante el gerente y el jefe de planta de la importante compañía, su diseño.

“Conocieron el modelo y les gustó tanto que no le hicieron variación ninguna, lo aceptaron sin objeciones. Luego comencé un intenso trabajo, dos meses dedicado exclusivamente al diseño del piano buscando la simetría de las formas y cinco meses más realizando únicamente la mano de obra, el enchapado, y la fabricación de las patas, los pedales y el asiento” cuenta el maestro.

Efectivamente el diseñador logró con “Romance” hacer del instrumento una obra de arte. El piano fabricado por Steinway –pues la empresa se encarga según el diseño del artesano o ebanista, de la parte estructural y musical– fue tallado y recubierto por Tiberio en un 90 por ciento en chapilla de sicómoro y caoba importada de España, usando también grecas de finas maderas de Sapelli, Mukali y palo de rosa.

El piano, que fue terminado en 1998 y por el cual la empresa pagó entonces a su decorador la suma de 35.000 dólares, fue posteriormente presentado en la tradicional asamblea anual que la compañía organiza en California para exhibir sus creaciones recientes y archifamosos modelos. En ella, un representante de Texas adquirió el instrumento para su tienda.

Así, Romance entró a formar parte de la legendaria Colección de Arte de la Compañía, y se convirtió en la pieza más famosa del artista, de hecho, Steinway & Son describe este instrumento como “Un banquete para los sentidos” mientras califica la obra de su autor como “pedazos exquisitos cargados de pasión” en un reconocimiento fiel a su talento y como una acertada descripción de su obra integral.

Luego de esta “carta blanca” Tiberio Yépez decidió radicarse definitivamente en Nueva York, trasladando desde Bogotá a su esposa y sus tres hijos para ahora si, dedicarse por completo a su trabajo creador.

 USA: Un  Mercado de Clientes Exigentes

Uno de los aspectos más importantes y que Yépez señala como positivo para el desarrollo de su carrera en el exigente mercado anglosajón ha sido precisamente esa dinámica que mueve al consumidor norteamericano y que, distinta al mercado nacional, si impone la calidad del trabajo sobre la popularidad del diseñador.

“En Colombia el diseñador debe ser adinerado y admirado socialmente para que tenga éxito profesional, lo que hace el diseño un valor excesivamente costoso. En USA los clientes y la crítica se interesan más por la propuesta, por la estética y la excelencia de las piezas, –y aunque influye el dinero y el estatus– aplauden las condiciones del artista sin importar sus apellidos. Eso difunde el diseño”, afirma Tiberio.

Esta consideración fue precisamente la que le permitió, junto con el reconocimiento logrado tras su participación en diferentes muestras y concursos, ser contactado por clientes independientes, productores de muebles y algunos de los más importantes diseñadores de interiores y arquitectos de Norteamérica (2).

Tiberio hace parte de ese de reducido y selecto grupo de profesionales, ebanistas y carpinteros cuyo trabajo, no sólo es el diseño sino la fabricación de piezas partiendo de la interpretación de las fotos, ideas y/o planos que sus clientes suministran y quienes generalmente, demandan muebles muy especiales.

“Mis clientes son especializados, trabajan por lo general en un estilo específico de mueble y desarrollan proyectos exclusivos para afamadas personalidades: actores, artistas, políticos. Ellos demandan piezas exclusivas y únicas”, comenta.

En la fábrica de Tiberio sólo se elaboran muebles por encargo, lo que significa una producción realmente limitada, cerca de 320 piezas anuales; nunca repite diseños y jamás produce en serie pues descubrió –la primera y única vez que lo hizo– que este es un trabajo “sin emoción, monótono y mal pago”, confiesa.

Sus clientes permanentes aunque no son más de siete y cada uno dirige, no más de seis proyectos por año, le aseguran trabajo constante incluso con la necesidad ocasional de sub contratar cuando el volumen lo amerita, la variedad de estilos que demandan y que van desde el Minimalismo más puro hasta el cálido Country, le exigen una producción flexible y cuidadosa.

Hasta el momento y aunque sabe que muchas de sus producciones hoy engalanan la casa de algún famoso no ha conocido directamente más que a uno.

“En mi taller se han hecho piezas para la compañía AOL, la casa de modas Bergdorf Goodman, Harrison Ford, Bill Clinton, Tom Clancy y el pelotero Keith Hernández, entre otros, pero sólo en agosto de 2004 cuando fui contratado por el diseñador de Yoko Ono, y ella me pidió visitarla para explicarme personalmente detalles del mueble, tuve la oportunidad de conocer una figura de su talla”.

Obras que Conquista a los Mejores

Pese a que Tiberio elabora muebles en todo tamaño, forma y estilo conociendo muy bien las técnicas relacionadas con el arte de la fabricación, su trabajo se ha centrado principalmente en las piezas contemporáneas o de vanguardia, muebles de formas limpias y asimétricas, en los que el virtuosismo de la talla es reemplazado por el de la marquetería, su especialidad.

En realidad las producciones de su empresa tienen como valor agregado –y según lo afirma su mentor– exclusividad y diseño, producto de un trabajo esmerado y profesional, tienen sello propio, son originales, no son copias o interpretaciones de trabajos existentes, no se ven en tienda alguna y además, gozan de excelente crítica entre los expertos del mercado.

En parte podría afirmarse que estas “diferencias” están soportadas en el excelente sentido de relación espacial que distingue a Tiberio y que le permite generar piezas de proporciones exactas, milimétricas, con la ventaja incluso de no tener que demandarle a sus clientes planos de cada detalle de los muebles, como sucede por regla con casi todos los ebanistas.

Pero la obra de Yépez no se limita únicamente a la producción por encargo, en su casa exhibe –como en el mejor de los museos– cerca de 30 piezas que ha diseñado para ferias y show: Mesas multicolores, imponentes poltronas, curiosas sillas en los más recursivos materiales y acabados, cada una confirmando su perfil de diseñador de vanguardia y cerrando los ciclos que comienza en sus etapas creadoras.

Así, no en vano Tiberio ha participado, desde 1999, en cinco versiones del International Contemporary Furniture Fair of New York (ICFF), uno de los escenarios más importantes del particular estilo y que reúne anualmente a diseñadores de muebles de todos los rincones del mundo, previa selección de un exigente comité.

“Este ha sido un gran paso en mi carrera porque he logrado presentar en una vitrina especializada mis creaciones a clientes directos, a otros diseñadores y al mercado, y la respuesta siempre es buena porque después de cada exhibición la gente pregunta por mi trabajo y me contrata para que realice sus diseños”

Ciertamente Tiberio afirma que ha orientado con claridad, su empresa hacia la fabricación de muebles por encargo más que a la venta de sus propios diseños, porque -aunque el diseñar le ha dado grandes satisfacciones-, no ha vendido a nadie sus creaciones (como es su meta) y su empresa se sostiene suficientemente con el trabajo generado por sus clientes.

Sin embargo su trabajo siempre ha ocupado un lugar especial, bien en un stand de exhibición, en la casa de algún famoso o en las páginas de una prestigiosa revista como ocurrió en enero del 2005 cuando “Interior Design” (3) seleccionó su silla Cristal Ball Chair como ganadora un concurso dirigido a diseñadores de muebles; el premio: La publicación de su modelo. También publico en mayo de 2006, y en este mismo medio, las  piezas Quadratus y Reddo.

El Centro de Operaciones

La posibilidad de contar con un efectivo centro de operaciones de 450 metros cuadrados para dar rienda suelta a su talento, ha sido determinante en el trabajo permanente de Yépez. Se trata de un taller propio ubicado en el condado de Brooklyn, a 20 minutos de su casa en Queens y en el que emplea cinco operarios de planta encargados de la producción, (el tapizado es sub contratado).

Según el maestro, su personal por lo general, no cumple funciones específicas de producción (excepto el encargado de la pintura), todos saben y hacen de todo pues, desde que comienzan en su taller reciben instrucción permanente suministrada por él, quien dirige y orienta personalmente los trabajos.

“Me gusta enseñar a quienes no tienen mucha experiencia porque durante el proceso aprenden realmente a valorar las técnicas y aprenden a realizar bien su trabajo”.

Sobre los materiales empleados para fabricar sus piezas, trabaja maderas nacionales e importadas en sólido como Arce, Nogal, Ébano, Roble, Oak rojo y blanco, Caobas, Cedros y frecuentemente MDF y Triplex, nunca aglomerado. Afirma que el mercado de las maderas en Estados Unidos es muy generoso en la medida que puede conseguir “de todo”, incluyendo aquellas especies exóticas como el “alma de nogal” o el Paduk, madera muy apreciada por su color naranja.

De igual forma trabaja distintos tipos de metales como el acero, el bronce o el aluminio, vidrios de diferentes calibres y especificaciones (algunos especiales obtenidos por pedido), gran variedad de telas y algunas pieles de animales como de vaca, culebra, manta raya, cordero (4).

En los acabados sobre madera utiliza generalmente lacas poliuretánicas que ofrecen terminados muy brillantes, son poco contaminantes y a su vez, son las más aceptadas por las normas sanitarias y de seguridad industrial norteamericanas. De igual forma, y a pesar de que sus piezas tiene un alto grado de trabajo manual, no utiliza sustancias naturales para esta fase porque la experiencia le ha indicado que sus clientes prefieren muebles que no exijan gran mantenimiento posterior.

Tiberio afirma que no cuenta con maquinaria sofisticada para su trabajo más que la básica de cualquier taller: sierra de carro, sinfín, planeadora, barreno, compresor, entre otras, pero que la calidad de sus equipos es óptima.

Así, sin recurrir a tecnologías de última generación, con un grupo de virtuosos trabajadores y amparado el gusto y el talento de su dueño, el taller de Tiberio Yépez es realmente un fabuloso centro de producción en el que anualmente se da vida a 320 valiosas piezas –desde sencillas mesas hasta complejos centros de entretenimiento de distintos diseños y precios– (5) con gran esfuerzo y dedicación pues, tal como en Colombia, levantar y mantener una empresa allí, tampoco es fácil.

Para él esta ha sido una carrera de continuos retos, posicionándose en un mercado que aplaude y cuestiona con la misma fuerza a sus artistas, que facilita las herramientas pero que de igual forma exige con severidad, que le demandó dejar atrás las cosas amadas: patria, familia, costumbres y le exigió establecerse con su esposa e hijos, en un una tierra nueva que por fortuna, ha reconocido su trabajo.

Por ahora, Tiberio saca adelante un nuevo encargo para un reconocido diseñador de interiores, adelanta la producción de los diseños que presentará en la ICFF 2007 y planea la publicación de su primer aviso en una revista especializada, ofreciendo sus servicios.

Como reto a mediano plazo, está el abrir su propia tienda de muebles en Nueva York, lo que le significará sin duda un nuevo aire y un nuevo giro para su carrera; una a la que aún le faltan muchas obras por parir y muchos reconocimientos por recibir, una carrera que ratifica la creatividad de nuestros mejores ebanistas y carpinteros y que da cuenta de lo exitosa que puede ser nuestra gente y nuestras obras cuando están acompañadas de pasión, ingenio, decisión, compromiso y transparencia.

Destacados:

  • M&M: ¿Cuál es su obra más amada?

Tiberio Yépez: Siempre es la última, la que va naciendo por algún tiempo y cuando termino me produce placer y satisfacción, pero sé que en el tintero hay otras que están naciendo también y que ameritan toda mi atención. Son como hijos, no hay alguna que sea mejor que otra, todos tiene su algo especial.

  • M&M: ¿Qué hizo del diseño de muebles una opción de vida para usted?

TY: Es algo que nació conmigo, es una forma de expresión artística. Es sentir la satisfacción que cada pieza creada es el producto de muchos años de trabajo e inspiración. Es similar a la satisfacción que debe sentir un alpinista cuando alcanza la cima de una montaña, sabiendo que la siguiente será más alta. En realidad, amo mi trabajo por eso siempre digo a mi grupo “asegúrese que esta bien hecho», incluso por debajo, por dentro, por donde parece no importar.

  • M&M: ¿Qué es lo más bello de su trabajo?

TY: La posibilidad de crear, de poner en objetos tangibles el producto de mi imaginación. Es poder dejar a mis hijos el legado de que los sueños pueden hacerse realidad si trabajamos por ellos.

Steinway & Son: Fundada en 1857, es la compañía fabricante de pianos más finos del mundo. Sus creaciones artísticas son instrumentos de gran belleza, estética y calidad musical. Entre algunas de sus obras están el piano adornado por la artista inglesa Alma Tadema, vendido en 1997 por la suma de 1.200.000 dólares, el piano serie 300.000 adquirido por la Casa Blanca y una serie de 23 piezas de colección entre las que se encuentran obras del pintor Timothy Martin, el maestro de la chapa Pollaro franco y el escocés Eric Milton, quien diseñó el famoso piano de cristal para la casa Steuben, editado en el aniversario 150 de la compañía.

Tiberio Yépez explica que, en Estados Unidos, son pocas las personas que compran muebles (procedentes de China) en almacenes y en cambio prefieren contratar arquitectos y diseñadores para que se encarguen de remodelar o diseñar sus casas, sus espacios y sus muebles. No recurren directamente al ebanista para la fabricación de muebles como sucede en Colombia.

 Revista orientada a productos de vanguardia producidos por compañías dedicadas al diseño de muebles.

 Tiberio Yépez trabaja incluso telas impregnadas en resina que cuestan alrededor de 1.000 dólares la lámina de 120 X 240 cm.

Como referente, una mesa fabricada en el taller de Tiberio Yépez, en ébano, de 150 cm. de diámetro con dos extensiones, cada una de 45 cm. y acabados en poliuretano cuesta cerca de 9.000 dólares, unos 20 millones de pesos colombianos. Sin embargo Yépez explica que los costos de la mano de obra y los materiales en USA, son también altos y encarecen el costo final del producto: Una hora de trabajo de uno de sus empleados cuesta alrededor de 15 dólares sin contar el pago de al menos cinco tipos de seguros. En el caso de los materiales, mientras que en Colombia una pieza de Caoba (10cm. x 10cm, x 3m aprox.) puede conseguirse en 50 mil pesos, en USA la misma medida y tipo de madera está alrededor de los 220 mil pesos (unos 92 dólares).

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