Trabajo de la Madera en Medio de la Oscuridad.

Luisa Fernanda Castro Patiño

Periodista M&M

Como una forma de incentivar la educación en la población invidente, mejorar su calidad de vida y facilitarle herramientas para su inclusión en la sociedad, como fuerza laboral activa, el Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos – CRAC, en convenio con el Sena, adelanta diversos módulos de aprendizaje, entre ellos uno dedicado a las técnicas de la madera.

 A las 7:30 de la mañana empiezan a llegar los primeros alumnos, algunos de ellos acompañados por sus familiares y otros que, ayudados por un bastón, se dirigen presurosos por los pasillos hacia los diferentes talleres vocacionales en los que se desarrollan actividades de ocupación, capacitación y educación.

A través de prácticas como cerámica, aseo, danzas, sistemas, braile, ábaco, movilidad, entre otras, este centro de rehabilitación lleva a cabo itinerarios en los que se estimulan todas las competencias que un invidente debe desarrollar para desenvolverse con independencia en su diario vivir, y a través de los cuales se persiguen tres objetivos básicos: ocupar, capacitar e incluir en la sociedad tanto a nivel educativo, como laboral, a estas personas.

Los talleres, que comenzaron a dirigirse en el CRAC desde hace más de 20 años, y han hecho posible la rehabilitación de más de 5000 individuos, se han convertido en verdaderos escenarios de oportunidades, en los que las personas con incapacidades visuales logran, durante un período de seis meses, aminorar la inseguridad que les produce el hecho de vivir en la oscuridad y prepararse, parcialmente, para afrontar con entereza su nueva condición física.

Particularmente, el taller de madera, orientado por el profesor Miguel Ángel Muñoz –instructor del Centro de Tecnologías para la Construcción y la Madera del Sena Bogotá– ha sido uno de los espacios que más ha aportado al cumplimiento de los objetivos de la institución pues, gracias a la destrezas que adquieren para operar las máquinas y demás herramientas, los estudiantes son más independientes, autónomos y seguros, hechos que le permiten demostrarse a sí mismos y demostrar a sus familias, que son útiles y competentes en el plano laboral.

Vale anotar que el taller de maderas se dirige actualmente a 50 alumnos, organizados en seis grupos que reciben instrucción los días martes y viernes en tres jornadas, y que cada sesión tiene una duración de tres horas. Es un trabajo esmerado en el que maestro y alumno le apuestan a la vida, a la reivindicación de una condición a través, en este caso, de la madera; un material tan noble como el propósito que mueve la obra.

El Taller un Espacio para Crear.

Las etapas que hacen parte del programa de trabajo, diseñado por el profesor Muñoz, facilitan básicamente, las herramientas para que los aprendices diseñen productos y piezas en madera, pero a la par, estimulan otros aspectos que son determinantes para el fortalecimiento de su autoestima e independencia.

En este sentido, el sistema de enseñanza le apunta, como primer paso, a que el alumno conozca su lugar de trabajo y realice un reconocimiento previo de las herramientas que utilizará, siendo esto de vital importancia para que se ejecute con fácil y ágilmente cada uno de los ejercicios del taller. En general, el programa, cumple siete etapas básicas.

Movilidad y Exploración. Esta primera etapa consiste en lograr que el estudiante se ubique, espacialmente, en el lugar de trabajo: sur, norte, oriente y occidente, de esta manera, conoce cada detalle del espacio y por ende, aprende a desplazarse cuidadosamente, pero con seguridad.

A medida que el estudiante se desplaza por el taller, va reconociendo cada uno de los objetos que lo componen: mesas, máquinas, estanterías, y su ubicación. Este proceso de exploración es importante en la medida que el alumno aprende a identificar su lugar de trabajo, evitando que durante las labores sufra accidentes.

 Reconocimiento de Herramientas. En esta etapa se busca que los aprendices conozcan, tanto la ubicación, como el tipo de utensilios que se utilizan en el trabajo con la madera, para tales efectos, las estanterías están formadas por tableros perforados, siguiendo la forma de las herramientas, de tal modo que puedan reconocer el instrumento que necesitan y una vez utilizado, lo lleven en su lugar.

 Ejercicio con Putillas. El primer contacto que el alumno tiene con la madera es en el ejercicio con puntillas, que consiste en clavarlas y quitarlas de una tabla, una y otra vez para formar una figura geométrica y de esta forma, aprender a manipular el martillo y las tenazas (usadas para extraer las puntillas). Otro fin de la actividad es que el aprendiz adquiera mayor agilidad en sus manos, que, finalmente, serán ‘sus ojos’ durante todo el proceso.

 Manejo del Flexómetro. Debido a que uno de los procedimientos más importantes en carpintería es saber tomar las medidas, el programa se enfoca en que los alumnos aprendan a manipular el metro braile o flexómetro. Este elemento posee todas las características de una cinta métrica convencional, pero cada centímetro lleva integrado puntos en relieve, para que sean percibidos por el tacto.

En este particular metro, cada uno de los puntos conserva una distancia, de tal modo que el alumno pueda identificar el número a que corresponde cada centímetro. Por ejemplo, dos puntos unidos significan cinco centímetros y dos puntos separados equivalen a un número terminado en cero: diez, veinte, treinta, etc.

Posterior a este ejercicio, el usuario pasa a la manipulación del flexómetro y la escuadra, con el fin de aprender a tomar medidas en tablas o pedazos de madera.

Cortes. Paso seguido, el estudiante debe realizar los primeros cortes usando el serrucho; para esto, cuenta con un dispositivo denominado banco, el cual tiene unas muescas predispuestas de forma transversal, recta u horizontal, que ayudan a direccionar el corte, para hacerlo preciso. Este proceso es muy importante, pues de la agilidad del alumno para realizar dichos cortes, depende que empiece a generar las primeras piezas básicas: una caja de 10 x 10 cms para hacer un servilletero o cofre, por ejemplo.

Reconocimiento de Maquinaria. El estudiante, a través del tacto, identifica cada una de las partes de la máquina: discos, palancas, botones de encendido, entre otros, en un ejercicio que le permitirá no sólo maniobrar los equipos, sino conocer los puntos más peligrosos cuando se encuentren en funcionamiento.

 Es importante señalar, que el taller dispone de un sistema de switches, el cual es manipulado por el instructor para evitar posibles accidentes durante el funcionamiento de los equipos. Uno de éstos es general y puede liberar hasta tres máquinas de corriente, mientras los otros están instalados en cada una de las máquinas; de esta forma aparatos como la sierra radial, el taladro de árbol, la barrenadora y el cepillo entre otros, sólo funcionan bajo la supervisión del instructor.

Vale anotar que el tiempo estimado para estas tres primeras etapas es dos meses, y las siguientes fases tienen una duración de cuatro meses, para un período total de seis. El tiempo que invierta cada alumno en cada fase, depende de su avance en el proceso.

 Creación de Objetos. Posteriormente, el usuario elige el objeto o accesorio que desea crear. Por lo general, los primeros trabajos que los estudiantes realizan, tienen como base los diseños estándar que ofrece el programa: casas decorativas medianas para guardar accesorios, construidas en triplex y sujetas usando puntillas y pegante.

En esta etapa, también se enseña al alumno el proceso de lijado para cada una de las piezas que conforman la casa y que le dan el toque final. Por lo general, en el taller no se adelantan procesos de pintura, debido a que algunos estudiantes ingresan con problemas respiratorios y el contacto permanente con lacas y otros químicos pueden afectar su salud.

 Vale anotar, que durante la creación de las primeras piezas de madera los alumnos no manipulan maquinaria, pero dependiendo su avance y de la complejidad de los diseños que realicen, pueden combinar el trabajo manual con el de máquinas, sobre todo, para pulir cortes o hacer prácticas de barrenado u orificios, entre otros.

Según el profesor Miguel Ángel Muñoz, durante todo el programa de capacitación es importante el acompañamiento de un familiar, pues existen personas que presentan baja o mínima tolerancia a la frustración y al fracaso en la realización de algunos ejercicios; por esta razón, es vital que aparte del instructor, el familiar lo oriente y apoye en momentos de extrema vulnerabilidad.

Así pues, los proyectos de alrededor de 50 alumnos con discapacidad visual, se desarrollan en un salón de 500 m2, dotado de equipos industriales y con el cual se fabrican productos utilitarios, artesanales y/o decorativos en materiales como MDF, triplex, pino y cedro, entre otros. Casas decorativas, servilleteros, cofres, cajas, botiquines, cubierteros, hueveros, porta retratos, porta CDs e incluso camas y mesas son fabricadas por los alumnos, aunque estas últimas son las más difíciles de lograr, pues exigen habilidad y agilidad total en el trabajo de la madera.

Precisamente, uno de los trabajos más destacados del taller ha sido el de Carlos Velandia, quien fabricó una avioneta en cedro. El modelo, consta de un motor que mueve la hélice y funciona con pilas o con adaptador, mediante una conexión de corriente y lleva integrado luces en las puntas de las alas y en su parte trasera.

De igual manera, se destaca la mesa de dibujo de Fredi René Burgos –un tecnólogo industrial egresado del Sena– fabricada en triplex, que consta de una cajetilla para guardar implementos de corte y trazado, una bandeja para guardar elementos de medición y una plancha de vidrio. La novedad que presenta el producto es un dispositivo que permite mover la regla de medición, a través de un tornillo que gira de forma manual y activa su desplazamiento. El traslado de la reglilla le permite al usuario obtener mediciones precisas en la tabla desde un milímetro hasta un centímetro, de acuerdo a la longitud de la mesa.

De otro lado y según el profesor Muñoz, la experiencia como instructor de maderas en el CRAC, le ha generado una satisfacción muy grande, pues a diario sus alumnos descubren habilidades que estaban dormidas por causa de la frustración y que salen a la luz a través del arte de transformar la madera.

“El sólo hecho que ellos puedan palpar, oler y sentir un material tan cálido como la madera, los motiva a seguir adelante y trabajar con calidad para construir piezas hermosas y funcionales, pero sin lugar a dudas lo más importante de esta experiencia, es el amor que se ve reflejado en estas personas y que me hace enseñar todos los días con mayor entrega y devoción”, asegura Muñoz.

Es de esta manera que los discapacitados logran desarrollar habilidades que perfeccionan con perseverancia, y que materializan en diseños que son también una alternativa de sustento. De hecho, muchas personas que se han formado en el CRAC, han abierto talleres en sus casas y con sus herramientas básicas, fabrican piezas que venden luego al mercado.

“Gracias a mi rehabilitación en el CRAC y específicamente, al conocimiento que adquirí en el área de maderas, hoy tengo un taller en mi casa, donde elaboro carrozas, aviones y repisas. Por lo general, estos trabajos los hago por encargo y en un término de diez días los termino, para entregarlos al cliente”, asegura Carolos Velandia.

Vale anotar, que el costo de sus productos   supera los 150 mil pesos, un precio que no es muy alto si se tiene en cuenta que son piezas de gran calidad pues Carlos, pese a su ceguera, analiza hasta el más mínimo detalle, desde las medidas hasta su color, para finalmente entregar un producto que cumple con las expectativas del cliente.

El Apoyo de las Empresas.

Pero en este proceso rehabilitación, en ocasiones, son más, las manos que reciben apoyo, que aquellas que lo brindan y en este sentido, pocas son las empresas que respaldan el trabajo del CRAC. Si bien es cierto que el CRAC tiene diferentes convenios con el Ministerio de Educación Nacional y con entidades de salud como Colsanitas y la Nueva EPS, también lo es que este tipo de convenios no cubre las donaciones de materias primas, herramientas y maquinaria, esenciales para adelantar los trabajos en el taller de maderas.

En este sentido, vale resaltar la labor que ha emprendido el profesor Miguel Ángel Muñoz quien, continuamente busca el apoyo de empresas y entidades para que hagan sus aportes. De hecho, y gracias a su gestión, Black & Decker realizó recientemente, una importante donación de herramientas a la cárcel Modelo de Bogotá –institución donde Muñoz también dirige diversos talleres de artesanía, ebanistería y carpintería– y ya se encuentra aprobado este mismo aporte, para el CRAC.

Aunque dentro de las políticas de Black & Decker no está contemplado como tal, un programa de donaciones para apoyar la labor que adelantan los diferentes centros de rehabilitación, si existen gestiones en este campo y están a la cabeza del ingeniero Miguel González, representante de ventas de la compañía quien, desde hace algunos meses decidió –por cuenta propia– aportar a la labor del profesor Muñoz.

“Las donaciones provienen de las herramientas de inventario con defectos en el empaque y de aquellas que han sido reparadas porque sufrieron algún daño, pero que son de gran utilidad en cualquiera de estos dos centros de rehabilitación”, asegura González.

Es importante resaltar que los aportes o contribuciones son un beneficio de doble vía, tanto para las fundaciones que los reciben como para las empresas que los conceden pues, en este último caso, el gobierno otorga ciertas prebendas como lo son la disminución en el impuesto de renta (1), para el caso puntual de Black & Decker, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales DIAN, reduce el valor del costo de importación de la herramienta hasta en un 15 por ciento.

A la par con la entrega de donaciones, el ingeniero González ofrece capacitaciones sobre el manejo seguro de herramientas, a fin que los aprendices identifiquen los riesgos del uso inadecuado de los equipos manuales y motorizados, y puedan prevenir posibles accidentes. Estas charlas se dictan en la cárcel Modelo, aunque se tiene previsto establecerlas en el CRAC en conjunto con el taller de cerámica, teniendo en cuenta que es, en este centro, donde más se requiere de este tipo de capacitaciones por el alto nivel de riesgo al que están expuestos los estudiantes invidentes.

Por último y como un aporte adicional al trabajo que se ha venido adelantando en los dos centros de rehabilitación, Black & Decker, ofrece un programa del mantenimiento a las herramientas usadas en los diferentes talleres de madera.

“Actualmente, estamos adelantando un programa de mantenimiento de las herramientas, únicamente en aquellas que son de las marcas que maneja la compañía, pues una de las políticas de la empresa es que en ningún caso se abandone el tema comercial” asegura González.

Así, empresas como Black & Decker o instituciones gubernamentales como el Sena –que presta sus servicios de aprendizaje para este tipo de población vulnerable– influyen de manera positiva en la rehabilitación de personas con discapacidad y en el tan necesario fortalecimiento de sus talleres. Para el CRAC, el apoyo externo es decisivo en su intensión de cambiar el panorama de cientos de personas con discapacidad visual y que hoy le apuestan a una inclusión en la sociedad.

Los aportes de las empresas del sector madera-muebles pueden ser muy útiles a la hora de apoyar esta noble causa, no sólo a través de la donación de maquinarias y herramientas para el trabajo de la madera, sino contratando la mano de obra de estas personas que están en la capacidad de desarrollar productos con la misma exigencia y calidad que lo haría una persona vidente.

A futuro…

Junto a su labor de capacitación y extensión de servicios, el CRAC planea estrategias alternas para mejorar el desempeño productivo de su taller de maderas. De hecho, se pretenden instalar más dispositivos de seguridad en las máquinas y herramientas, pues los equipos manipulados en el taller son convencionales y por lo tanto no cuentan con un sistema de seguridad que disminuya el riesgo.

Otro de los propósitos de la institución es potenciar, en gran medida, el área de terapia ocupacional, la cual tiene como principal objetivo brindar independencia y funcionalidad al desempeño laboral de las personas invidentes, es decir, que se sientan en capacidad de ocupar un cargo a nivel empresarial en determinada área, una vez hayan terminado su proceso de rehabilitación.

Para cumplir con esta labor, el área de terapia ocupacional, se encarga de realizar constantes análisis y mediciones completas del mercado laboral. De hecho, en el año 2007 se contactaron cerca de 137 empresas a nivel nacional, a fin de enviarles el perfil laboral de aproximadamente 90 usuarios que habían terminado con éxito el proceso.

Gracias a esta gestión, cerca de 25 personas –un 28 por ciento de los rehabilitados– fueron contratados en entidades como el Hospital Militar, la Fundación Cardiológica Luis Carlos Galán, Reciclaje Nuevo Milenio, Macramé Exportaciones, Mac Donalds, Punto Rápido, Fundación Mujer Semilla y Paz, entre otras, en las áreas de servicio al cliente y como auxiliares de oficina.

Vale resaltar que, de las 137 empresas contactadas para gestionar la contratación de personal invidente, tan sólo el 5 por ciento respondió positivamente e inició un proceso de selección con los postulados. Al respecto, la doctora Consuelo Rozo, Coordinadora Técnica del centro, asegura que es necesario incentivar a las empresas para que contraten personas invidentes y que comprendan que la discapacidad no es sinónimo de improductividad y menos, cuando han cumplido un proceso profesional de preparación.

“En la actualidad, las personas con discapacidad están siendo excluidos a nivel social, a nivel laboral y a nivel educativo. Por tal razón, la invitación va dirigida a los gerentes de empresa, a las autoridades gubernamentales y a la comunidad en general, para que vean a estas personas de una manera diferente, individuos con todas las capacidades y competencias para desenvolverse con total independencia, en cualquier ámbito. Es la manera de contribuir para darles la oportunidad que ellos merecen y necesitan”, asegura  Rozo.

El reloj marca las 10:30 a.m. y luego de tres horas de intenso trabajo, cada alumno, con la misma energía y vitalidad con que empezó su taller de maderas, en la mañana, se dirige a otra de sus clases, siempre motivado por un compromiso personal: volver a sentirse útiles y capaces de afrontar cualquier reto.

Citas.

  • Se suprimen los ingresos no gravables de las personas naturales y jurídicas que conllevan a beneficios tributarios, como las deducciones especiales entre ellas (donaciones a entidades sin animo de lucro, a fondos mixtos de promoción de la cultura y el arte), la deducción de impuestos locales, las rentas exentas (entre ellas gastos de representación de Magistrados de los tribunales y sus fiscales, pagos laborales, licoreras y loterías) y los descuentos tributarios salvo aquellos que se hayan concedido recientemente, pues la abolición de estos últimos compromete la credibilidad y estabilidad jurídica del sistema tributario nacional.

 

Fuentes.

  • Miguel Ángel Muñoz. Instructor de Maderas del SENA.
  • Miguel González. Representante de Ventas de Black & Decker. gonzalez@bdk.com
  • Consuelo Rozo. Coordinadora Técnica – CRAC. consuelorozob@gmail.com

 

Fotografías

  • Luisa Fernanda Castro Patiño.

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