Aceite María: Una Especie Multifuncional

Ana María Rojas Gutiérrez

Periodista M&M

La madera de Aceite María ha sido utilizada desde el siglo XVII por sus excelentes cualidades físicas y mecánicas así como por su indiscutible belleza, muy se asemeja a la de la caoba y la del cedro, pero cuyo precio es más económico, lo que ha incrementado su explotación indiscriminada.   

 El Calophyllum brasiliense Cambess(1) conocido en el comercio internacional como Palo María pertenece a la familia Clusiaceae y se encuentra distribuida desde México y Panamá hasta el sur de Colombia, Ecuador y Bolivia. En Colombia, se halla en la Costa Pacífica, en el sector de Tumaco y de Mistrató (Risaralda), en la Serranía de San Lucas, en Carare-Opón, en los Llanos Orientales, en el sector del medio Caquetá, en el Norte de Guaviare, en cercanías a Mitú (Vaupés) y en la Amazonía colombiana, en La Chorrera.

La bella apariencia de su madera, su bajo costo frente a otras estéticamente muy similares, sus excelentes cualidades físicas y mecánicas y la amplia gama de usos que ofrece, hacen de esta especie nativa, un género capaz de sustituir a otras como la caoba (Swietenia macrophylla), el cedro (Cedrela angustifolia Sessé), la Khaya spp. (African Mahogany), el Birdseye maple (Acer spp.), el Birch (Betuna alleghaniensis) y el Pitch Pine (Pinus rígida), hecho que la ubica como una de las más versátiles conocidas.

Así, el Aceite María se ha convertido hoy en una de las especies forestales preferidas principalmente para la elaboración de chapas decorativas, mueblería en general y para la elaboración de juguetería e instrumentos musicales, entre otros usos. Además, es un árbol óptimo para reforestar zonas degradadas por crecer en territorios pobres y porque es capaz de estabilizar los suelos y reducir la compactación de éstos.

Sin embargo, al igual que muchas de las especies relacionadas, edición tras edición en esta sección, el Aceite María ha sufrido la excesiva extracción del bosque natural, hecho que sumado a que no cuenta con ningún tipo de protección o normatividad que la resguarde, la hacen candidata para engrosar en pocos años, la lista de especies en extinción; aunque vale aclarar que se han iniciado estudios silviculturales que, de ser apoyados por la industria maderera, permitirían el establecimiento de plantaciones forestales beneficiando no sólo su sostenibilidad en el ecosistema sino su producción comercial.

Distintivos de la Especie

 El Aceite María es un árbol de gran porte: alcanza comúnmente entre 20 y 30 metros de altura, aunque puede crecer hasta 45 metros, presenta un diámetro de 40 a 60 centímetros, llegando incluso hasta los 2.0 metros y exhibe fuste recto, cilíndrico, libre de ramas en los 2/3 basales, algunas veces con pequeños contrafuertes en la base. La especie crece desde el nivel del mar hasta los 1700 msnm, en bosque húmedo tropical –especialmente en zonas de colina y áreas de terrazas– y prefiere suelos aluviales, profundos, arcillosos, muy húmedos y ácidos (pH 4.5-6.0).

Su fácil adaptabilidad le permite también reproducirse en suelos ricos en hierro y aluminio pero pobres en potasio y fósforo, tolera inundaciones en planicies cercanas a cursos de agua y resiste bien la sombra, de manera que el árbol se puede encontrar fácil y abundantemente en la parte baja del dosel del bosque.

Los individuos de la especie se distinguen también, externamente, por exhibir una copa globosa y densa que ocupa sólo el tercio superior del árbol, y la cual presenta hojas simples opuestas, de nervaduras paralelas entre si. La floración de la especie es poco frecuente y sólo se produce cada año en los meses de noviembre y junio en el Pacífico colombiano (2) y, en su momento, exhibe flores pequeñas, masculinas o femeninas, de color crema amarillento en racimos que generalmente son más cortos que las hojas.

 Los frutos, son drupas globosas de 2.5 a 3.0 centímetros de diámetro, de color verde pálido, amarillento o marrón en la madurez, su pulpa es de olor fragante y envuelve una semilla esférica de gran tamaño. En Colombia, los frutos aparecen en los primeros meses del año.

Bondades de la Especie

 La versatilidad del uso de la madera de Calophyllum brasiliense Cambess está directamente ligada a las propiedades físicas y mecánicas con las que ésta cuenta. Universalmente, es admirada por su hermosura dado su color rosado rojizo intenso, un veteado bien definido determinado por arcos superpuestos y satinado en bandas angostas paralelas, jaspeadas, con líneas verticales vasculares oscuras y su textura gruesa. Su bella corteza, la cual se oscurece rápidamente al contacto con el aire, es profundamente fisurada y de consistencia dura.

En cuanto a sus propiedades físicas, tiene como principal cualidad, su alto porcentaje de estabilidad dimensional con una relación de contracción baja –es decir, que no presenta problemas considerables de distorsiones ni alabeos durante el secado– coeficiente que le permite clasificarse entre las maderas más estables.

Como característica positiva a destacar, esta madera no tiende a rajarse, aunque a veces desarrolla defectos moderados que se pueden evitar realizando cortes radiales. También seca fácil y rápidamente al aire libre (3) –gracias al tamaño de sus poros (medianos a grandes) que facilitan la salida del agua– sin embargo con este tipo de secado puede torcerse, lo que se evita practicando el procedimiento en horno y para ello se sugiere utilizar los horarios T2-D4 y T2-D3 de Estados Unidos.

Entre otros aspectos, la madera se caracteriza por ser muy durable a moderadamente durable en contacto con la tierra y el agua, es bastante resistente al ataque biológico (termitas) y altamente resistente a hongos.

En cuanto a su comportamiento en procesos de transformación, el Aceite María es fácil de trabajar con distintas máquinas y herramientas de carpintería, pero cuando la madera presenta bandas de color oscuro y fibras que contienen depósitos de Carbonato de Calcio, la labor se dificulta y los filos de las herramientas se desgastan rápidamente. En este sentido, para obtener un mejor maquinado, la madera debe ser trabajada con un porcentaje de humedad bajo.

En este mismo sentido, se destaca su alta dureza y alta resistencia a la extracción de clavos, lo que la hace apropiada para la elaboración de muebles. En lo referente a su tenacidad estructural ofrece gran resistencia al cizallamiento –condición importante en el uso estructural de maderas– especialmente en zonas de uniones.

De igual forma, ante procesos de aserrado presenta algunas dificultades debido a que la madera exuda una goma pegajosa; pero su moldeado, clavado y atornillado es de moderado a bueno –no óptimo– debido a que las fibras de esta madera se despeinan al cepillarla, producto de sus granos entrecruzados, falencia que puede corregirse realizando técnicas adecuadas de cepillado. El Aceite María no presenta inconvenientes para el encolado, laqueado y acabado.

Otras características positivas a destacar de esta madera, es que se pega y entinta fácil, que ofrece superficies lustrosas y que es buena para fabricar pulpa para papel y obtener, fácilmente, chapas de desenrollado de primera calidad y atractiva apariencia.

Teniendo en cuenta las anteriores características, la industria ha aprovechado –después de la caoba y el cedro– el Calophyllum brasiliense Cambess para fabricar mueblería en general, embarcaciones (canoas) y construcciones de lujo, pisos de parquet, puentes, carrocerías, cabos de herramientas, peldaños de escaleras, encofrados, postes y durmientes de ferrocarril (minería), artículos torneados, pasamanos, juguetes, artesanías y chapas.

Se destaca su uso en la fabricación de instrumentos musicales o partes de éstos, dado que la madera de Aceite María puede generar entre 60 y 120 vibraciones por segundo, cualidad ideal para obtener instrumentos de cuerda.

Cien por Ciento Aprovechable

El Aceite María es una de aquellas especies de las que no se desperdicia ninguna de sus partes, la resina amarilla que exuda la corteza tiene uso medicinal, en la cura de heridas, como febrífugo, en infusiones pectorales, etc., y también se emplea, luego de un tratamiento químico, para pegar papel ó incluso madera. En México se usa también como aglutinante e impermeabilizante en la elaboración del papel de corteza.

Al aceite de sus semillas se le atribuyen propiedades medicinales para el tratamiento de afecciones de la piel, mientras que las hojas son usadas como parches medicinales antí-inflamatorios y en infusiones para el asma y problemas estomacales.

En cuanto a la corteza, ésta contiene un aceite aromatizante, semejante al del sándalo, del que se pueden extraer esencias ó incluso combustible con fines de iluminación, y el tinte de color pardo, sustraído de la cáscara, es utilizado para tinturar fibras naturales. La madera del árbol también es aprovecha como combustible dado que se quema despacio.

El árbol, por la apariencia de su follaje, es empleado como planta ornamental en parques y en las orillas de las carreteras, al mismo tiempo que se usa como barrera rompevientos, sombra y refugio dado su lento crecimiento inicial que permite aprovechar el terreno en otros cultivos; de hecho, en Granada (España) se combina en las plantaciones de nuez moscada y en las Antillas se aprovecha su máximo de altura para dar sombra al café y al cacao.

Además de los usos anteriores, puede afirmarse que el árbol de Aceite María se aprovecha maderablemente en un 87 por ciento, gracias a que presenta un fuste recto, sin bifurcaciones y a que su desperdicio por contracción de humedad es tan sólo del 13 por ciento.

 Supervivencia

 Hoy, la especie comienza a escasear en su ámbito natural producto de la sobre explotación, del uso desmedido provocado por lo atractivo de su apariencia y que se ha mantenido históricamente desde que se reconocieron sus virtudes físicas y mecánicas; no en vano la United Fruit Company registró un consumo elevado en las zonas bananeras de Centroamérica, empleándola para construir durmientes de ferrocarril, paredes, pisos y muebles en el interior de las viviendas, a la vez que también se registraron pequeñas exportaciones de la especie a Estados Unidos y Europa, donde tuvo gran aceptación, lo que estimuló en cierto tiempo su demanda.

En la actualidad, la madera de esta especie sigue siendo usada y ampliamente demandada en toda su zona de distribución para diversos propósitos, sin embargo, el número de plantaciones forestales son pocas. Concientes del problema, en países como Costa Rica y Brasil se han establecido pequeños semilleros en los cuales se estudia la especie; en Sarapiquí, Costa Rica, por ejemplo, la Organización para Estudios Tropicales – OET sentó parcelas experimentales mixtas y puras, mostrando mayores crecimientos los individuos en condición pura.

Específicamente en Colombia, se han realizado algunos estudios silviculturales adelantados por organismos de investigación, aunque las empresas privadas no los han considerado para iniciar una correcta comercialización y uso de la especie.

Entre los estudios realizados en Colombia se encuentran las parcelas de investigación que fueron instaladas por la Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal – Conif y el Instituto Nacional de Recursos Naturales – Inderena, en las colinas del Bajo Calima, cerca de Buenaventura en la década de 1980, las parcelas instaladas en el municipio de Puerto Boyacá por Luís Jairo Silva en terrenos de la Reforestadora Bosques del Futuro en 1.998 y, los resultados preliminares del Arboretum del Centro Forestal Tropical Bajo Calima al décimo año de su establecimiento, en 1994.

Los estudios coincidieron en afirmar que, aunque en los primeros años la especie crece lentamente, con un promedio de 1.0 a 1.5 metros de altura por año (entre 1.0 a 1.5 metros cúbicos anuales), ésta se destaca porque después de las primeras etapas de vida se desarrolla bien alcanzando rendimientos significativos: ser maderable a los 15 años, en promedio.

De la misma forma, los estudios ratificaron que la especie es potencialmente utilizable como componente arbóreo en trabajos silviculturales en la región del litoral pacífico colombiano, que funciona muy bien para arreglos agroforestales y enriquecimiento de ecosistemas pobres y que ofrece un alto porcentaje de germinación pues, del 100 por ciento de las semillas, el 90 por ciento se desarrollan sembradas sin endocarpio, con endocarpio quebrado un 95% y con el fruto entero el 75%.

Además, la especie produce 700 semillas por kilogramo, las cuales se cosechan desde el suelo y no necesitan tratamiento pregerminativo, mientras sus plántulas, que toleran la sombra, crecen bien a plena luz, hecho que las hace aptas para plantaciones a campo abierto.

Comercialización

Las características de versatilidad de la especie, así como todas las propiedades físicas y mecánicas de la madera ponen al Calophyllum brasiliense Cambess en un lugar privilegiado en cuanto a su comercialización, además de ser una especie de fácil germinación que puede sustituir otras maderas de gran belleza y altos costos en el mercado.

En Colombia, además que la especie no cuenta, a nivel global ni local, con una normatividad que la proteja, fuera de la existente para aprovechamiento del bosque natural, no se tienen registros del total de sujetos existentes de la especie, lo que dificulta su control, aunque la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia – Corantioquia publicó en el Sistema de Información de la Cadena Forestal (2005), que en un área total de 874,079.630 has el volumen movilizado de la especie fue de 3,774.000 m3.

Paradójicamente, hoy la escasez y la tala indiscriminada sumada al nulo manejo del bosque natural y plantación de la especie hace que su comercialización no sea tan alta, así lo ratificó M&M al llamar a seis aserraderos en Bogotá, de los que sólo uno ofrece la madera por encargo a un precio de 17 mil pesos la pieza en camión, no obstante los cinco aserraderos restantes aseguraron que la pieza de Aceite María se puede conseguir y que su precio oscila entre los 30 y 35 mil pesos, aunque ofrecieron también como alternativa, madera de abarco de río.

En Venezuela, de acuerdo con la circular de precios referenciales de maderas para el 2007, entregado por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria de Venezuela (Seniat) la madera de Aceite María proveniente de Bolivia es comercializada en m3, en láminas calidad tipo A, con dimensiones entre 2.20 x 0.72 x 3.2 mm de espesor, 2.20 x 0.82 x 3.2 mm, 2.20 x 0.92 x 3.2 mm, 2.20 x 1.02 x 3.2 mm y, 2.20 x 1.22 x 3.2 mm, a un precio de 668 dólares.

En Guatemala, la madera de Aceite María es utilizada hoy para la fabricación de persianas y puertas de tablero y de tambor, producción que se consume en un 37.5% en el mercado nacional, mientras que el 7.5% se exporta a Centro América, un 25% se destina a EEUU y Europa y un 30% a México, indicadores que hablan de una industria activa y con buenos comportamientos de mercado.

En definitiva, y como lo ratifica el ingeniero forestal Luís Jairo Silva, “a esta especie es factible darle, junto a muchas especies nativas, un manejo silvicultural, crear para ella un paquete tecnológico pero, desafortunadamente, no existe ninguna política para investigar especies nativas a pesar de la gran demanda que tienen”, de igual forma agregó que “al Ministerio de Agricultura, tan sólo le interesan las especies introducidas con un paquete tecnológico ya existente, pero es miope al no ver la ventaja comparativa de las especies nativas, que no se están cultivando en otros países…se limitan a copiar y plantar lo que los demás plantan”, afirma Silva.

Se trata de una especie con un gran potencial, ampliamente reconocido, pero que adolece de un tratamiento digno e inteligente para aprovecharla y evitar que, así como otros protagonistas de la variedad forestal, desaparezca y se convierta en un buen recuerdo de las excelentes especies nativas que crecen en el país.

Citas:

  • Conocido también como: Aceite, Aceite María, Aceite Cachicamo, María y Cachicamo en Colombia; Cedro do Pantano, Jacareúba, Landín, Guanandi Carvalho, Mangue y Olandi en Brasil; Balsa María, Palo María en Bolivia; Leche María en México; Lagarto Caspi, Palo Azufre, Alfaro en Perú; María, Bella María en Ecuador; Capure, Palo María en Venezuela.
  • La mayor floración en gran parte del ámbito geográfico tiene lugar entre junio y julio; en Centroamérica se produce una segunda floración de noviembre a diciembre. En México, de julio a diciembre, en Honduras de febrero a marzo y de agosto a septiembre y en Costa Rica en mayo. (CATIE, 1999).
  • Tablas de 2.5 cm. de espesor secan desde estado verde hasta el 16 y 18% de CH, de 16 a 23 días en condiciones climáticas promedio de 30 a 34° C de temperatura y 66 a 68% de humedad relativa, con una pérdida de humedad promedio de 1.95% diaria. (IRENA, 1992 & CUPROFOR, 1997).

Fuentes:

  • Luís Jairo Silva Herrera. M Sc. Profesor de Silvicultura y Fitomejoramiento. Universidad Distrital. lsilvaherrera@gmail.com
  • Raúl Rojas, Ingeniero Forestal, Instructor del SENA. rarobo56@yahoo.com
  • Manual de Identificación de Especies Forestales en Bosques naturales con Manejo Certificable por Comunidades. René López Camacho, Martín Iván Montero G. Publicación del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI y la Fundación Chemonics – Colombia.
  • Las Maderas en Colombia, fascículo 02, Sena, Regional Antioquia, Chocó.
  • corantioquia.gov.co/ – http://es.wikipedia.org/ – www.catie.ac.cr/ – www.conabio.gob.mx

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