Aserrío La Miel, una Historia con Gran Futuro
Jose Luis Ordóñez Jiménez
Periodista M&M.
Un proyecto de reforestación de 4.000 hectáreas, gestado a finales de la década de los setenta, y que se ha mantenido en la región del oriente de Caldas durante 40 años, toma un nuevo aire gracias a estudios de viabilidad y una inyección de capital de $10 mil millones, para proyectase como una de las plantas reforestadoras, tecnológicamente más modernas de la región.
En 1971 las empresas Maderas de Oriente y Pro-Oriente, dieron inició a un proyecto de reforestación ubicado en los municipios de Pensilvania y Manzanares al oriente del departamento de Caldas, apoyado por los incentivos forestales y tributarios de la época, con el objetivo de generar empleo en la zona, mediante la combinación de labores cafeteras, –propias de la región– con ganadería y procesos de reforestación, para diversificar el mercado en este sector, minimizando además, el desplazamiento de los campesinos en busca de trabajo hacia otras ciudades.
Dicha plantación forestal, –que contó en sus inicios con una extensión de 2.000 hectáreas– se inició con siembras de ciprés, que tenían como objetivo desarrollar celulosa, para proveer de materia prima a una planta de aglomerado que se crearía en la zona. Esta siembra, se desarrolló con una densidad de 3.000 árboles por hectárea, –debido a la necesidad de obtener grandes cantidades de celulosa–. De forma paralela, a medida que el proyecto evolucionó, se inició con la siembra de pino pátula, pensando en el aporte de esta especie a la construcción de dicha planta.
Si bien este proyecto tenía como objetivo, pasar de sembrar a industrializar, el estudio para la construcción de esta planta, evidenció dos razones por las que no sería viable esta idea; primero esta demandaría un número mayor de hectáreas, con las que no cuenta esta zona, y segundo, con la limitada cantidad de madera producida en este sector, no sería suficiente para alimentar una planta de aglomerado.
Por otra parte, el 90 por ciento de la madera obtenida, estaba siendo destinada para el mercado de las estibas y embalajes, y el 10 por ciento restante a la industria del mueble, debido a la deficiencia de los procesos de secado y cepillado de la madera, lo que evidenció la necesidad de construir un aserrío e implementar estos procesos.
Para mediados de los años noventa, se incorporan al proyecto las empresas Agroindustrias La Florida, Maderas y Celulosa, Agrobetania y Global de Inversiones, con la idea de fortalecerlo y proyectar este, como un proveedor de madera para diversos mercados en el sector, como el de la construcción, embalajes y muebles. Desde entonces estas cuatro empresas, –junto a Maderas de Oriente y Pro-Oriente– conforman el grupo GRESCO, presente en el desarrollo del proyecto.
A medida que dicho plan de reforestación se fortalecía, gracias a la mejora en la técnica de siembra para nuevas especies y el conocimiento de las características de cada una de ellas, se inició con la implementación de entresacas y la siembra de especies a una densidad de 1.100 árboles por hectárea, con lo que se comenzaron a obtener mejores resultados, pero no los esperados.
“En los últimos diez años la palabra forestal empieza a crecer y se vuelve más común, debido a que la reforestación y los inversionistas que quieren hacer parte de este desarrollo, son cada vez mayores en un país que tiene ganas de crecer en el tema”.
Por tal razón, y luego de ganar experiencia con largos años de aprendizaje, Pro-Oriente, -empresa líder en reforestación del grupo GRESCO–, inicia estudios de mercado, monitoreo, mediciones rigurosas de las condiciones de suelo, altura y aportes de cada especie por metro cúbico por hectárea, para determinar la planeación adecuada en el desarrollo del proyecto, que inició con la inclusión de nuevas especies, como el pino Maximinoi.
El programa de reforestación se seguiría desarrollando con especies denominadas de rápido crecimiento, como las coníferas y cipreses, con un turno de crecimiento de 18 a 20 años de edad, para su maduración. La especie de mayor representación en esta área reforestada, es el Pino Pátula –con 2.370 hectáreas que equivalen al 65 por ciento del programa de reforestación comercial del proyecto– cuya siembra se inició de forma escalonada año tras año, sin dejar de lado el ciprés, garantizando de esta manera la sostenibilidad del proyecto.
“En la reforestación las apuestas tienen que ser a gran escala para que sean un buen negocio”
Margarita Muñoz Gerente Pro-oriente
Para el año 2006, el grupo GRESCO toma la determinación de que este proyecto se convierta en un actor importante en temas de reforestación para el mercado nacional e internacional, –acompañados siempre de la actividad silvo-pastoril– poniendo de manifiesto que la inversión en tecnología sería el paso a seguir, gracias a que el activo forestal seguía vigente.
El inicio de esta inversión, –que se postergó varios años debido a la difícil situación económica que sufrió el país entre los años 2007 y 2009– se vio reflejada en el 2011, con la construcción de la primera bodega de 3 mil metros cuadrados, en el municipio de Pensilvania Caldas. Un año más tarde, en esta misma zona se realizó la negociación para la puesta en marcha del aserrío, el cual se presentaría como eje del proyecto, con un costo total de $4 mil millones, que representan el 40 por ciento de la inversión total.
De esta manera, y mediante el acompañamiento de expertos en temas forestales e industrialización de la madera, se inició una nueva etapa en el proyecto forestal –conocido hoy en día como Aserrío La Miel–, mediante el mejoramiento de las prácticas silvícolas, mantenimiento a las plantaciones, cosecha, dimensionamiento adecuado de la madera obtenida, mejora en equipos de cosecha y aserrado de la madera.
Esta etapa de innovación, –que se basó en el estudio de tecnologías en países como Chile, Argentina, Brasil, España e Italia, además de conocer en profundidad los aserríos en Colombia, en cuanto a equipos de extracción, aserrado, proceso de secado y cepillado–, dio como resultado una inversión en tecnología que asciende a los $10 mil millones, en la que se encuentra la compra de equipos para extracción, evacuación y cargue de la madera, al igual que secaderos Göttert
El Aserrío La Miel, cuenta además con una descortezadora, y un escáner que permite tener un control afectivo de la madera que ingresa al aserrío, ubicándola en contenedores para su fácil clasificación, dependiendo del programa de producción que se requiera, haciendo más eficiente el proceso de producción.
Además, se adecuaron 16 mil metros cuadrados de terreno dentro del proyecto, para implementar el aserrío que cuenta con tecnología española Barton, que mediante la ayuda de un equipo técnico humano calificado, sumados a procesos y métodos de última generación, se obtienen materiales seleccionados de calidad, para garantizar un suministro permanente de madera al aserrío, con el compromiso de resembrar las áreas cosechadas en cada semestre, para hacer de este un proyecto productivo y altamente competitivo.
Actualmente, este proyecto forestal genera 700 empleos de forma directa y 3.500 de forma indirecta, con una eficiencia en el transporte de material, estimada en un 30 a 40 por ciento con respecto a los años anteriores; y una mejora en sus procesos de cosecha que llega al 25 por ciento, lo que permite recolectar un número mayor de insumo con los mismos frentes de cosecha, para de esta manera, seguir atendiendo los diferentes frentes de mercado, como el de estibas, muebles y la construcción, entre otros, a precios competitivos.
Para el año 2013, Pro-Oriente tiene programado la siembra de la especie Pino Maximinoi, en 250 hectáreas nuevas; para el año 2014 sembrar 250 hectáreas, y de esta manera obtener un patrimonio de 2.300 hectáreas de reforestación comercial, con un total para GRESCO de 4.200 hectáreas.
Pensando en el desarrollo productivo de la región y como una labor social, Pro-Oriente desarrolló un convenio con empresas contratistas en el sector del transporte de material, –quienes a su vez hacen parte integral en el desarrollo del proyecto– servicios forestales y actividades complementarias al aserrío, para generar mayores oportunidades de empleo en la zona0.
De esta manera, la creación un aserrío con tecnologías de punta, fue la opción ideal que Pro-Oriente decidió implementar para seguir apostando al proyecto que inició hace 40 años, y con el cual se han mantenido como uno de los generadores de empleo más importante de la zona.
Aserrío La Miel, se establece entonces, como un proyecto de reforestación con un compromiso a futuro, mediante prácticas silvícolas, técnicas y sociales correctas, que permanezcan en el tiempo y crezcan tanto comercial como socialmente, en una de las zonas con mayor renombre en temas de reforestación en el país, para definir como estrategia y objetivo principal, dar un mayor apoyo a las actividades de reforestación del sector, y hacer de esta una alternativa de empleo conjunta, para los diferentes sectores que conforman la gran cadena productiva de madera en el país.
Fuente
- Margarita Muñoz O. Gerente, Pro-orientemmunoz@agrobetania.com.co
- Aristizabal y Jinete. ayj.com.co
Fotos
Cortesía: Pro-oriente
. Gerente, Pro-orientemmunoz@agrobetania.com.co
- Aristizabal y Jinete. ayj.com.co
Fotos
- Cortesía: Pro-oriente
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