Camilo Marín Villar
Periodista

La planta generará 25 Mw que entrarán a abastecer al Sistema Interconectado Nacional. La obra ya está en construcción y tiene definida la tecnología que usará, entre otras, la caldera y centro de acopio de biomasa, fundamentales para la producción de energía de este tipo. Es el primer proyecto de energías renovables del país exclusivamente forestal.

La Reforestadora de la Costa (Refocosta) será la primera empresa en instalar una central de generación eléctrica a partir de biomasa forestal en Colombia.

En efecto, se espera que en el 2021 entre en operación la planta que Refocosta está construyendo en Villanueva – Casanare; que, además de contribuir a la consecución de una matriz energética más diversificada y limpia para el país, está llamada a convertirse en un hito para la industria maderera nacional, pues abre el camino de la reforestación como un negocio para generar y vender electricidad.

La central de Villanueva se proveerá de un cultivo de 5.500 hectáreas de eucalipto, cuya vocación, no será la fabricación de tableros o la producción trozas de madera, sino que será exclusiva para producir biomasa.

Adicionalmente, el proyecto está planteado para crear una cadena de valor entorno al municipio y a la región, en la que, incluso, los pequeños reforestadores (100 hectáreas) cercanos a la planta, tendrán la oportunidad de comercializar y abastecer de materia prima las calderas de esta central; sin contar con el positivo impacto económico para la zona, que se traduce en empleos directos e indirectos.

En la apuesta, Refocosta ha cuidado cada detalle, es una obra millonaria que lleva más de cuatro años de trabajo y que tiene el acompañamiento de expertos internacionales. La firma no ha dejado nada al azar, pues reconoce que los ojos del país y del sector están puestos sobre ellos, y de su éxito pueden depender futuras inversiones similares.

Para conocer más de cerca este proyecto, la Revista M&M dialogó en exclusiva con Carlos Andrés López, presidente de Refocosta.

Revista M&M: ¿Cuándo deciden entrar en el negocio de la generación energética con biomasa forestal?

Carlos Andrés López: Sin haber generado el primer megavatio hasta el momento, entramos en este negocio desde hace un poco más de cuatro años; con el objetivo de explorar, crecer y desarrollar la compañía. El primer paso fue evaluar nuestras capacidades y analizar posibles negocios en los que pudiésemos aprovechar todos los recursos con que contamos: el capital, la experiencia, y los conocimientos adquiridos durante 35 años de historia forestal y servicios ambientales.

En ese afán por la diversificación, observamos que teníamos potencial para producir energía eléctrica con biomasa. Contamos con más de tres décadas de desarrollo genético forestal en los Llanos Orientales; que tienen tasas de crecimiento eficientes y que entregan árboles capaces, no sólo de producir madera para aserrío, o para tableros aglomerados, sino también para fabricar combustible (biomasa), competitivamente.

Revista M&M: ¿Qué factores hacen atractiva a la biomasa como negocio para los reforestadores colombianos?

C.A.L: Uno de los principales factores que hacen viable la generación de energía a partir de biomasa forestal son las nuevas políticas del Estado colombiano, que tienen como objetivo diversificar la matriz energética nacional y promover los proyectos de generación de energías renovables no convencionales; sobre todo, para fortalecer la seguridad energética, ante posibles situaciones de escases hidrológica.

De hecho, estas políticas nos motivaron a emprender este camino. Hace cuatro años (2014), “los astros comenzaron a alinearse” y entró en vigencia la Ley 1715, la cual, entre otras, otorga incentivos a las empresas que desarrollen proyectos de energía renovable. Dos años después, en 2016, se aprueba la Ley 1819, que modifica el Estatuto Tributario, e incluye una exención especifica de renta para los proyectos de biomasa, esto viabiliza económicamente aún más las inversiones de este tipo en el país.

El camino estaba marcado, así que decidimos emprender este viaje de la manera más profesional y rigurosa posible. El siguiente reto fue buscar apoyo de quienes saben de estos temas y tienen la experiencia.

 Revista M&M: ¿Quiénes están asesorando la construcción de planta?

C.A.L: Por ahora, no puedo mencionar nombres, pero en nuestro recorrido por el mundo buscando aliados recibimos asesoría técnica y logística de empresas en países que tienen una amplia experiencia en este tipo de proyectos; entre otros: de España, Estados Unidos, Francia, Bélgica, India y Uruguay.

Localmente no hay constructores de centrales eléctricas a partir de biomasa; por eso un primer desafío fue convencer al mundo que en Colombia tenemos las condiciones para desarrollar una planta de estas características.

Revista M&M: ¿Qué capacidad tendrá la planta y dónde estará ubicada?

C.A.L: La planta estará ubicada en Villanueva – Casanare, donde tenemos nuestro vivero y el cultivo forestal. La central tendrá una potencia neta instalada de 25 megavatios eléctricos (Mwe), que esperamos entren al Sistema Interconectado Nacional en 2021, cuando la planta esté en funcionamiento.

Revista M&M: ¿Qué tecnología tendrá la planta?

C.A.L: La tecnología tuvo que ser adaptada a la realidad colombiana. Elegir la maquinaria y el sistema adecuado es muy complejo. La tecnología de una central de biomasa ubicada en un país tropical no puede ser igual a la de una que está en un país con cuatro estaciones; tampoco es lo mismo montarla en países con altos costos de mano de obra, como los europeos, que construirla en América Latina donde tenemos mano de obra a costos competitivos y donde nos interesa generar un impacto social regional positivo, al crear empleo de calidad. Solo estas variables, entre muchas otras, determinan parte del nivel de automatización que tendrá una planta.

En nuestro caso hemos elegido una tecnología moderna, con un nivel de automatización intermedio, en el que muchas de las operaciones deberán ser controladas por personal calificado; aproximadamente, se requieren entre veinte y veinticinco personas para operar una planta como la nuestra. Lograr la configuración adecuada para Colombia nos tomó cuatro años, y todavía seguimos trabajando en ello.

La biomasa ofrece varias ventajas: el residuo se vuelve una fuente de calor o electricidad que representa ahorros en el costo de la energía. Ambientalmente, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y ayuda a los países a mantener los compromisos internacionales en materia de cambio climático. Socialmente, promueve la independencia y la flexibilidad energética y es fuente de empleo.

Revista M&M: ¿Cómo es el proceso que usarán para producir la biomasa y la energía?

C.A.L: En Colombia existen experiencias exitosas en la producción de biomasa y electricidad a partir de diferentes residuos, o lo que para otros puede ser desperdicios; especialmente, de bagazo de caña. Pero también se puede producir de sobrantes de cultivos agroindustriales como: cascarilla de arroz, residuos de palma, de café y de flores, entre muchos otros.

Sin embargo, nuestro caso será único en el país, pues la biomasa se obtendrá a partir de un cultivo energético destinado exclusivamente para biomasa, no de residuos. Es decir, la totalidad de la siembra está orientada a fabricar biomasa para la generación de energía eléctrica, así que toda la línea de producción y los recursos se enfocan en este objetivo.

Otra de las diferencias fundamentales es que contaremos con tecnología específica para chip o astillas de madera; lo que fue determinante a la hora de elegir el tipo de caldera que se usará. En nuestro caso elegimos una caldera conocida como parrilla viajera, pues es la que mejor se adapta a lo que necesitamos.

En síntesis, el proceso no es complejo: una vez el árbol está listo para cosechar se corta y se le deja secar en patio, entre 30 y 60 días, hasta que su contenido de humedad disminuya hasta un 30%, aproximadamente. Luego se hace el chipeado (astillado) del árbol, para llevar la madera hacia la caldera, en la que se hace la combustión del material, lo que genera vapor, con características especiales. El vapor posteriormente alimenta una turbina que lo transforma en energía mecánica para finalmente, a través de un generador, convertir esa energía en electricidad.

Revista M&M: ¿Qué especie forestal usarán y por qué?

C.A.L: Ciento por ciento eucalipto; por su tasa de crecimiento, el poder calórico y las ventajas biológicas que ofrece.

Revista M&M: ¿Cuál es la tasa de crecimiento del eucalipto para biomasa?

C.A.L: Actualmente nuestro vivero, en Villanueva – Casanare, tiene una capacidad de dos millones de clones, para producir eucaliptos desarrollados genéticamente con una tasa de crecimiento de tan sólo tres años, listos para cortar y procesar biomasa. Hoy por hoy, el vivero se encuentra en la primera etapa de tres proyectadas, con un plan de inversión cuya meta es llegar a seis millones de clones.

Revista M&M: ¿Cuáles son las ventajas biológicas del eucalipto para este proyecto?

C.A.L: Con el eucalipto tenemos la ventaja que, una vez sembrado y después de la primera cosecha, podemos utilizar la parte del tronco que queda, para efectuar hasta tres rebrotes siguientes, y que crezcan nuevos árboles. Esto implica ahorros en la preparación de terrenos, la siembra, la fertilización y el mantenimiento.

Cuando rebrota, el árbol ya no tiene que invertir energía en profundizar raíces, sino en salir y crecer. Este proceso es más rápido, el nuevo árbol solamente necesita aproximadamente un año para volver crecer, y se puede obtener entre el 15% y 20% más biomasa, que en el primer corte.

Revista M&M: ¿Cómo se determina un cultivo forestal para fabricar biomasa y generar electricidad?

C.A.L: Al contrario de una plantación con fines maderables; los cultivos forestales bioenergéticos para biomasa, como este caso, deben ser considerados de manera diferente. Aquí, ya no son relevantes los metros cúbicos que se puedan obtener para hacer tableros o trozas madera; lo que importa es lograr la masa, medida en toneladas por hectárea (Tn/ha), necesarias para alimentar las calderas y alcanzar el poder calórico suficiente para generar los megavatios proyectados

La ventaja de enfocar la plantación exclusivamente a la obtención de biomasa, es que podemos aprovechar todo el árbol de eucalipto, desde el fuste y el tronco, hasta las ramas y las copas para lograr la meta de tonelada por hectarea (tn/ha) anual. Incluso, hay ejemplos internacionales en los que se usan las raíces; lo que no sucede en los aserríos, que descartan gran parte del árbol para la fabricación de los productos finales.

Nuestro cultivo producirá suficientes toneladas por hectárea (tn/ha) anuales para que la planta nunca este desabastecida y entregue los Mw garantizados y firmes para el Sistema Interconectado Nacional. Para ello hay que ser muy estrictos, y por eso contaremos con equipos y especialistas que realizarán el monitoreo periódico del poder calórico de la madera; en buena parte de esto depende la obtención de un combustible de alta calidad y competitivo para generar electricidad.

Revista M&M: ¿Qué significa entregar energía firme para el Sistema Interconectado Nacional?

C.A.L: Es importante resaltar que la biomasa representa un recurso limpio y sostenible; y que, adicionalmente, genera energía firme al sistema interconectado.

A diferencia, por ejemplo, de las fuentes fotovoltaicas y eólicas; que, aunque, también son limpias, la biomasa puede garantizar la electricidad que entregará, ya que es posible establecer y proyectar con claridad la materia prima con que se cuenta.

Por el contrario, las otras fuentes dependen de los ciclos de la naturaleza que son variables (los niveles de radiación solar y los vientos), por lo que no se puede saber, con certeza, cuánta energía proveerán, solo hay estimados.

Como el 70% de la matriz energética colombiana depende de los recursos hídricos y ante los intensos veranos o temporadas de sequía como el Fenómeno del Niño, el país necesita una matriz más resiliente, que incluya fuentes renovables que permitan garantizar la energía firme, como la biomasa

Revista M&M: ¿Cuáles considera son los principales aportes de esta planta para el país y para el sector forestal?

C.A.L: Aunque es cierto que 25 Mw no le mueven la aguja al Sistema Interconectado Nacional, una planta de biomasa ciento por ciento forestal representa una nueva forma de hacer las cosas en materia energética en el país y será un ejemplo de energía limpia y sostenible.

Además, en materia medioambiental, el aporte es muy importante, ya que la captura de CO2 de las plantaciones compensa y supera la mínima contaminación que producen los procesos de combustión. De hecho, estás centrales están concebidas para cerrar el ciclo ambiental y económico completamente; pues hasta las cenizas, que resultan del proceso, se pueden usar para acondicionar los suelos.

Y sin duda, para la reforestación comercial representa una nueva manera de ver y aprovechar los recursos biológicos, orientados genéticamente para un fin puntal. Es una alternativa de negocio muy diferente a la producción de madera para producto.

Hoy los reforestadores siembran y negocian en mercados que cambian de acuerdo a los diversos factores económicos, como la demanda nacional, las importaciones y las tendencias. Mientras que las plantaciones forestales para generar energía tienen garantizado su mercado, ya que la venta de la energía está asegurada al sistema de interconexión.

Por supuesto, a menos riesgo menor es el retorno de la inversión; no obstante, son más rápidos los ciclos de producción, son menores los costos de mantenimiento forestal y el desperdicio, lo que genera rendimientos periódicos garantizados. Así mismo, el sector se beneficiará de la transferencia tecnológica, ya que toda la maquinaria para la cosecha es automatizada y se puede implementar en cualquier plantación del tipo forestal.

Revista M&M: ¿Y cuál puede ser el aporte para la región (Villanueva)?

C.A.L: Ruralmente, estás plantas generan empleo en toda cadena productiva; desde el vivero, pasando por el cultivo, el mantenimiento, la cosecha, el aprovechamiento, el transporte y la operación de la central. En estos eslabones se necesita mano de obra de todo tipo: trabajadores para el vivero y la plantación, operadores de máquinas, equipos y vehículos, ingenieros, personal experto, administrativo y gerencial.

Adicionalmente, por lo general, lo que sucede al instalar una planta como la de Villanueva, es que alrededor de la zona de influencia se genera un clúster de producción, dónde participan también los pequeños y los medianos reforestadores (desde 100 hectáreas), quienes pueden vender toda o parte de su cosecha al operador de la central para producir biomasa.

Revista M&M: Es decir, ¿Refocosta compraría las cosechas de los pequeños reforestadores vecinos a la planta?

C.A.L: Claro. Aunque las plantaciones de Refocosta garantizarán la proveeduría de materia prima para la planta, y la generación energética no dependerá, en absoluto, de terceros; la compañía podrá comprar la madera a los reforestadores de la zona, en un radio no mayor a 45 kilómetros, ya que los costos de transporte son determinantes en estos casos.
Incluso, el reforestador vecino podrá elegir entre: vender toda su producción a la planta, o comercializar las trozas de madera al aserrío, y las ramas y las copas de los árboles a la central de biomasa. Con esto obtiene ganancias por toda su cosecha y aprovecha la totalidad del cultivo.

Revista M&M: ¿Refocosta prevé emitir bonos de carbono a partir de la captura de CO2 de la planta de biomasa?

C.A.L: Inicialmente, cuando empezamos a trabajar en este proyecto no lo visualizábamos con la venta de bonos de carbono, no veíamos un ingreso que moviera las cifras de manera interesante.
Sin embargo, a raíz de la excelente labor que se ha hecho en el país en esta materia, y el creciente desarrollo del mercado a nivel nacional, la emisión de bonos de carbono nos ofrece un empujón adicional y contribuye para que el proyecto sea aún más viable; esto estimula y ayuda a que la planta tenga mucho más sentido.