Certificados de carbón para un futuro más verde

Jose Luis Ordóñez Jiménez
Periodista

Uno de los mecanismos ambientales con mayor crecimiento en la última década es la adquisición de certificados de carbono, reducciones certificadas de emisiones de gases de efecto invernadero, creados con el propósito de disminuir el calentamiento global y que pueden ser adquiridas con el objetivo de cumplir con los estándares de emisiones internacionales.

Los certificados de carbono (conocidos erradamente como bonos de carbono, puesto que no representan un rendimiento financiero), son un mecanismo internacional de descontaminación ambiental, equivalente a la captura de una tonelada métrica de dióxido de carbono (CO2), los cuales son ofertados por empresas con proyectos ambientales que capturan de CO2, generalmente en países no desarrollados.

Los CC son reducciones o capturas voluntarias de gases de efecto invernadero GEI, que pueden ser adquiridas por empresas o países en cualquier parte del mundo, y que se diferencian de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) en cuanto a que los MDL son sistemas obligatorios que involucran una financiación directa del país productor del proyecto de reducción de GEI y el país que requiere la certificación o CER 1.

Los mercados voluntarios de carbono, comprenden todas las transacciones de CC que no están regidas por una obligación regulatoria a cumplir. Esto incluye tanto a las transacciones de créditos creados especialmente para los mercados voluntarios (como los VERs – Verified Emission Reductions) como a las operaciones en las que se venden CC de los mercados regulados (como los CERs del MDL), a compradores que buscan autónomamente compensar sus emisiones.

Dado que los certificados son ofrecidos a los países que tienen que cumplir con una cantidad determinada de reducciones de emisiones de (GEI), establecidas por los protocolos internacionales, (véase cuadro Certificados con historia), este mercado se presenta como una forma de minimizar las emisiones de GEI en el planeta, y también como una fuente de financiamiento y desarrollo de planes forestales.

En este sentido, la venta de CC es también una alternativa de trabajo y de ingresos tempranos para los reforestadores en países en vía de desarrollo que deseen hacer de su proyecto forestal un capturador de CO2, y con el cual, obtengan rendimientos anticipados, en un mercado forestal que, normalmente, los entienden como inversiones a largo plazo.

De acuerdo al informe del Ecosystem Marketplace, referente a nivel internacional sobre temas de “comercio verde”, el precio promedio para los certificados de carbono –en el cual los principales países responsables de la comercialización de CC son China, India y Brasil con un 55%, 16% y 6% de participación respectivamente– para el 2014 fue USD $3.8/tonCO2.

Para Mauricio Rodríguez, consultor ambiental de la compañía CO2cero, “Los certificados de carbono voluntarios se encuentran en un rango de USD $3 hasta los USD $12”.

Un estudio de mercado realizado entre 2006 y 2008 por el Grupo Katoomba y el New CarbonFinance, indica que los mercados voluntarios de carbono en el mundo se triplicaron en el período 2006-2007 y duplicaron en 2007-2008. Para 2008 las transacciones llegaron a los 123.4 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2eq) valoradas en cerca de US$704 millones2.

Además de los beneficios económicos que supone el mercado de los certificados de carbono; medioambiental y socialmente generan una cultura de conservación y cuidado del entorno, tanto en los países que los adquieren, como en aquellos que los generan.

Una alternativa certificada de trabajo

Foto: sites.duke.edu  Pie de foto: Los certificados de carbono permiten a los países industrializados disminuir la producción de GEI.

Debido a que la venta de CC es una fuente de financiamiento de planes forestales, debidamente establecidos, se deben tener en cuenta ciertos factores para que el comercio de CC tenga un resultado económicamente viable.

Para Alexandra Ochoa, asesora en cambio climático de la Fundación Natura, los certificados de carbono en el país son un tema que siempre ha creado expectativa, “inicialmente bajo el esquema del Protocolo de Kioto, Colombia identificó un gran potencial para que los diferentes sectores pudiesen beneficiarse de estos incentivos económicos; sin embargo, con el tiempo se evidenciaron barrera técnicas para cumplir con esa expectativa. Hoy en día por las ventajas y facilidades (comparado con el esquema regulado) de formular proyectos bajo los esquemas voluntarios, renace el interés del país por este tipo de proyectos.

Foto: sites.duke.edu / Los certificados de carbono permiten a los países industrializados disminuir la producción de GEI.

Entre los requisitos que debe cumplir un reforestador para acceder a dicho mercado, se encuentran el contar con la información relevante sobre su plantación; sobre la especie plantada en la zona; la georeferenciación del terreno, y otros datos técnicos con los cuales puede solicitar la certificación requerida para que su proyecto forestal pueda ofrecer los CC.

Las certificaciones requeridas como las del ICONTEC, el VCS (Verified Carbon Standard), el GS (Gold Standard) y el Climate Action Reserve (CAR) permiten establecer, entre otros puntos, la cantidad de CO2 que puede capturar la plantación, y con ello, emitir el documento técnico en el que se confirme que la zona tiene una cuantificación de un cierto número de hectáreas con la capacidad de capturar una cantidad definida de toneladas de CO2, y con ello, establecer el número de CC que puede ofrecer.

El costo de la certificación depende del tipo de protocolo y el número de hectáreas a certificar, de allí que para que se justifique la inversión y sea posible establecer un verdadero costo beneficio del proyecto forestal, es necesario que el reforestador posea un número de hectáreas superior a las 500, a fin de que el costo de la transacción justifique un involucramiento en el proceso de venta de CC.

Previa certificación, que puede tardar aproximadamente dos años, el reforestador puede comenzar a recibir ingresos por venta de CC desde el primer año de plantación, gracias a los cuales también puede amortizar los gastos operativos del terreno para garantizar la captura de CO2. Además, los beneficios se dan en ingresos adicionales que van ente un 15 % y 20 % del valor de la madera.

Dicho ingreso se presenta debido a que los árboles inician con su proceso de captura de CO2 desde el momento de su siembra. En este sentido, realizar un mantenimiento oportuno durante los primeros tres años de vida de la siembra, es primordial pues es, en ese momento, cuando se asegura que la plantación no vaya a presentar mortalidad y pueda crecer y garantizar la captura de CO2.

La curva de captura de las plantaciones se mide por el índice medio anual de crecimiento de una madera, lo que depende de cada especie, como lo resalta Francisco Ocampo, director de planeación de Ecologic S.A.S. “Por ejemplo, cuatro árboles de acacia capturan una tonelada de CO2, y en una hectárea, donde pude existir en promedio 1.000 árboles, estos capturan unas 250 toneladas de CO2, lo que representa el número de CC que puede llegar a ofrecer el proyecto forestal”.

Las entidades responsables de los proyectos forestales eligen la duración del periodo durante el cual solicitarán la certificación de las reducciones o capturas de gases de efecto invernadero, ante la autoridad nacional designada, y con ello dar valides y vigencia a los CC que ofrezcan. Para los proyectos forestales de captura de emisiones, la duración puede ser hasta 20 o 30 años, renovables solo en dos ocasiones.

De esta manera, los reforestadores que piensen entrar en el mercado del CC, que cuenten con las plantaciones necesarias, y la documentación requerida, pueden presentar su proyecto forestal para la debida certificación y comenzar a vender CC a empresas o independientes.

La importancia de la Huella de carbono

Uno de los temas importantes dentro del comercio de CC es quién lo adquiere, y la respuesta es: cualquier persona, compañía o gobierno que quiera comprometerse con el mejoramiento ambiental del planeta.

En este sentido, los países que quieran comprar CC, y que hagan parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en primera medida deben establecer su nivel de reducción de GEI, en un documento conocido como el INDC, (Intended Nationally Determined Contributions) Contribuciones Determinadas y Previstas a Nivel Nacional, –en el cual Colombia estableció un 20%– para así, adquirir la cantidad de bonos requeridos.

Por su parte, las personas o empresas que deseen adquirir los CC de manera voluntaria, deben conocer su huella de carbono para determinar la cantidad de certificados que requieren y compensar sus emisiones de CO2.

La huella de carbono se define como la totalidad de GEI emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto, y para conocerla, diferentes entidades en Colombia y el mundo, realizan el procedimiento de medición de huella por medio de procedimientos de cálculo, como lo indica Mauricio Rodríguez.

“Para tener una medición exacta, en el caso de una empresa, se debe conocer tres fuentes. La primera es el alcance de las emisiones directas de GEI que se emiten desde fuentes como maquinaria, que son propiedad o son controladas por la empresa. La segunda, son las emisiones indirectas de la empresa, que incluyen las emisiones generada por la electricidad adquirida y consumida por la compañía; y finalmente, se calculan las “otras emisiones” que incluyen las asociadas a bienes y servicios comprados como: transporte, viajes de negocios, o distribución de productos, entre otros”.

Luego de tener claro los datos de estas tres fuentes, al estudio de la huella de carbono se le debe un análisis sobre el grado de “conciencia ambiental” que tienen los empleados de la empresa, puesto que si bien la mayoría de compañías cuentan con una política ambiental definida, los trabajadores deben conocerla y ponerla en práctica para que la relación conocer, sentir y actuar de manera ambiental en cada organización, determine que tan ´verde´ es una empresa.

Foto: ecologiaverde-com

Con los cálculos de toneladas de CO2 emitidas anualmente por la empresa, la compañía encargada de realizar la medición de la huella de carbono genera un informe de la cantidad exacta, con el que la empresa que requiera neutralizar sus emisiones, no solo comenzará a ser consciente de sus acciones ambientales, sino que conocerá la cantidad de certificados de carbono que necesita para compensar su huella.

De esta manera, resalta Rodríguez, “cualquier empresa puede generar su plan para conocer su huella, y puede adquirir los certificados, lo que además de ayudar al medio ambiente, hará que sus acciones tengan un mayor valor en el mercado y generará una mejor reputación en el entorno comercial”.

Por otra parte, si un ciudadano promedio quiere conocer cuál es su huella de carbono, existen páginas en internet que le permiten, de manera rápida y clara, saber cuál es la cantidad de CO2 que emite producto de las acciones que realiza en su vida cotidiana como transportarse, comer y utilizar algún tipo de electrodoméstico.

Para la adquisición de los certificados de carbono, la persona o compañía debe comunicarse con las empresas que los generan y establecer la cantidad de CC que requiere. Carbon trading is one of the largest financial markets targeted at reducing greenhouse gas emissions.Si bien en el país los CC pueden ser adquiridos directamente con las empresas desarrolladoras de los proyectos, Alexandra Ochoa resalta que “se está creando la plataforma transaccional de los créditos de mercado voluntario, MVC Colombia. Esta plataforma pretende convertirse en un punto de encuentro y centro de convergencia de la información y la comercialización de certificados generados en Colombia”.

Inicialmente, resalta Ochoa, “la plataforma se propuso para el sector forestal pero, a mediano plazo, incursionará en otros sectores con gran potencial en el país como el agrícola, el energético y la gestión de residuos sólidos y líquidos. Esta plataforma se realiza en alianza con la Bolsa Mercantil de Colombia – BMC”.

Expectativa del mercado de certificados de carbono

Según lo expuesto por el Banco Interamericano de Desarrollo Colombia, en el documento de Ejecución del Proyecto GEF, Mecanismo para la mitigación voluntaria de emisiones de carbono en Colombia, al país le falta impulso para avanzar en los proyectos en cuestión.

“Aunque el país tiene un gran potencial para desarrollar proyectos de mitigación de carbono forestal debido a la extensa área apta para el crecimiento de bosques, Colombia no ha sido muy exitoso en la formulación y ejecución de proyectos forestales de carbono para el MDL ni para los mercados voluntarios. Esto deja al país mal clasificado en la región en relación con los créditos emitidos especialmente cuando se le compara con países como Argentina, Bolivia, Ecuador y Guatemala, que tienen un potencial similar o incluso menor”.

Pero si bien Colombia se encuentra en una etapa de desarrollo en este tema, América Latina se ha convertido en la región de países en desarrollo más activa en este mercado en temas de CC; muestra de ello es que Brasil fue el pionero en el desarrollo de proyectos que permiten la transacción de los CC, representando en el 2012, el 34 % de los proyectos latinoamericanos registrados por la Junta Directiva del MDL.

Por su parte, Chile fue considerado en el 2007 como el cuarto oferente de bonos de carbono y el tercero más confiable en este tipo de transacciones en el mundo, incluso por encima del mismo Brasil. Argentina por su parte, se estableció como el tercer país con mayor importancia en este tema con 17 proyectos MDL aprobados internacionalmente.

Para Alexandra Ochoa, “el futuro de los certificados de carbono dependerá, en gran medida, de la COP 21 que se realizará en París en diciembre de 2015, y de los acuerdos internacionales que se logren. Además, el posicionamiento y fortalecimiento de los Mercados Voluntarios, y la dinámica de la economía global, que cada vez es más consciente de alcanzar estrategias más limpias de desarrollo para reducir las emisiones de GEI, serán primordiales”.

El compromiso en el cambio de enfoque de las empresas para la creación de oportunidades de mercado relacionados con el clima, para exploración de nuevas plataformas de negocios, tendrá una nueva mirada a raíz de que China y Estados Unidos están comprometidos con el tema, con el acuerdo que se oficializará en París 2015, en el que China propone reducciones hasta del 60% de sus emisiones, y EE.UU hasta un 33%. Lo anterior hace pensar en un cambio de la economía mundial, puesto que dichos anuncios suponen la reducción en la compra y uso tanto del petróleo como del carbón.

Por ello, cada día se suman más voces como gobiernos, empresas y particulares a la reducción de GEI, las cuales empezaron a ver en el fomento de las dinámicas de protección del medio ambiente, una oportunidad para generar recursos económicos, que si bien ayudan al desarrollo empresarial, también fomentan nuevas prácticas que permiten el reconocimiento de su labor ante la sociedad.

Citas

1 – Para mayor información sobre los CER, consultar el artículo, El mercado de los CERs, una alternativa rentable y sostenible, publicado en la edición número 58 diciembre – febrero 2008, de la Revista M&M.
2 – Banco Interamericano de Desarrollo COLOMBIA. Ejecución del Proyecto GEF  “Mecanismo para la mitigación voluntaria de emisiones de carbono en Colombia”. www.bolsamercantil.com.co

Fuentes

  • Mauricio Rodriguez, consultor ambiental — @co2cero.co
  • Alexandra Ochoa Herrera, asesora cambio climático. Fundación Natura. aochoa@natura.org.co
  • Andrea Alejandra Alba, profesional de comunicaciones aalba@icontec.org

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