Conflicto, Ruralidad, Desarrollo y Reforestación

María Fernanda Jiménez B. (*)

Ingeniera Forestal – Programa CERCAPAZ

La ordenación apropiada de las actividades de reforestación comercial, puede contribuir al desarrollo integral de la ruralidad colombiana, remediando en parte, los efectos causados desde hace muchos años por los conflictos que vive el país.

En Colombia, las actividades silviculturales y las de la cadena productiva de la madera se encuentran ligadas a los conflictos desarrollados en su ruralidad (1), y estos a su vez se asocian con los comportamientos socio-culturales, económicos y políticos que se han vivido a través de la historia de nuestro país. Es necesario conocer las bases teóricas del término “conflicto” para comprender la dinámica del sector y los impactos generados en la reforestación.

Para Fernández J. 2002 (2) el “Conflicto” se refiere a la divergencia o discordancia de intereses, puntos de vista y en general de posiciones y/o creencias de varias partes que suelen tener un interés por el cual entran en oposición mutua.

Los conflictos hacen parte del diario vivir sin que sean necesariamente una situación negativa, sin embargo, de la forma como éstos sean abordados dependerá su desenlace. Según el mismo autor (Fernández J. 2000) “…los tipos de conflicto que existen podrían ordenarse en innumerables clasificaciones, atendiendo a su naturaleza, origen, actores, manifestaciones, gravedad, dinámicas internas, prolongación, ámbito y a muchos otros factores”, a su vez cuentan con características comunes que permiten estandarizar su comportamiento. Igualmente el autor revela que la intención de la disputa entre las partes y la manera como se desarrollan los eventos puede hacer que sus principios sean constructivos (para causas humanitarias y en defensa de la justicia) o destructivos (sin respeto de las reglas y con altos costos sociales).

En el marco de los contextos en los que se desarrollan estos eventos existen los sujetos: los actores del conflicto.

Aplicando estas bases a la historia de Colombia encontramos como actores del conflicto a la población civil, las fuerzas armadas legales e ilegales, los gobernantes y en algunos casos la comunidad internacional. La situación general vivida actualmente para la reforestación comercial, y en general para la cadena forestal, es el resultado del encadenamiento de realidades a varias escalas, lo que significa que este subsector reacciona y se comporta de acuerdo al proceder  del agro y su reacción frente a la legislación vigente.

Los actores de los conflictos en el sector rural-forestal, se mueven en escenarios tan variados como los conflictos mismos y básicamente sus espacios se relacionan con la capacidad de poder que tienen dentro de la cadena de producción. Sin embargo, la capacidad de poder es relativa cuando vemos que la unión de muchos con menos influencia puede equipararse a la de aquellos pocos con más poder, allí es donde se dan las posibilidades de asociación para conseguir un bien común.

La conflictividad en Colombia ha tenido relación directa con el desarrollo del campo. Es posible remontarnos a la década de los sesenta  y poder establecer un punto de partida en el que se definen las rutas de la lucha guerrillera que se enfocaba, en ese entonces, en la distribución de la tenencia de la tierra; “…esta transformación de la agricultura no proviene de las reformas estructurales, pues con anterioridad a ellas las diversas políticas sectoriales y también macroeconómicas habían favorecido a la agricultura de gran extensión, sino más bien al cambio de uso de la tierra y a las voluminosas adquisiciones que han hecho los narcotraficantes y los señores de la guerra” (3)

Los frentes de colonización empezaron su actuar y se relacionaron de alguna forma con la insurgencia, y el desarrollo de la lucha entre el gobierno, los grupos armados crecientes y el rápido incremento del narcotráfico crearon la inconformidad de una porción de pobladores que se veían afectados por el accionar de estos grupos, desarrollándose de esta manera movimientos de resistencia (los grupos paramilitares). Todas estas circunstancias enlazaron el desarrollo rural y ambiental motivado por los intereses de estos movimientos, siendo así el medio en el que se entretejen, de manera compleja, las relaciones de los actores del conflicto.

Como considera Reyes A. 2000 (4), en su ensayo La Cuestión Agraria en la Guerra y la Paz, “(…) la guerra ha desarraigado un aparte de la población rural y ha roto las relaciones de vecindario que fundan las sociedades agrarias. Estos hechos han cambiado por completo los términos del problema agrario, pues la nueva situación plantea como primera necesidad la seguridad, por encima de la distribución.” Es así como se han dejado de lado los puntos de discusión claves para el desarrollo integral del agro en el país ya que las energías y el tiempo se invierten en garantizar la seguridad en los territorios. El mismo autor afirma que la violencia invade los espacios políticos destinados a la resolución de conflictos de tierras entre minifundistas y latifundistas, cambiando el rol de la población rural dentro de los conflictos naturales del ambiente agrario.

Todas las situaciones que se viven en el sector agrario (situaciones de conflicto específicamente hablando de los nacionales) han alterado el delicado equilibrio económico y social; no enfrentar la problemática de manera adecuada tiene un alto costo humano y monetario y la posibilidad de equidad en la tenencia de la tierra debe ser un requisito de desarrollo sostenible.

Se debe tener en cuenta que el desarrollo sostenible tiene tres ejes fundamentales: el económico, ambiental y social. Estos tres ejes deben desarrollarse de manera equitativa para garantizar la existencia continua de los recursos socio-culturales y naturales, maximizando las oportunidades y satisfaciendo las necesidades de la sociedad de una forma equilibrada y racional.

Para Gallopín G. 2003, en el documento  “Sostenibilidad y desarrollo sostenible: un enfoque sistémico” de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina)”, (…) los recursos naturales son insumos esenciales de la producción económica, del consumo o del bienestar, que no pueden sustituirse por capital físico o humano”, Señala que la reducción del capital humano (con todas sus características) y del capital natural desembocaría en un desequilibrio ya que se necesita un mínimo de capital, tanto humano como ecológico, para sostener las interacciones de las partes.

La problemática que circunda a las actividades de reforestación comercial toca principalmente a la distribución de tierras, uso de suelo, conservación de ecosistemas, distribución ò concentración de la población, inefectividad de la productividad, la desvalorización e inaccesibilidad de los terrenos aptos para la reforestación, los cultivos ilícitos y la misma inequidad social, entre otros.

La caracterización de las problemáticas que manejan las empresas reforestadoras en Colombia, es una manera apropiada de ver detalladamente la interacción de la población con los núcleos económicos forestales, y su desenvolvimiento en situaciones complejas en términos de seguridad, equidad y mejoramiento continuo. A partir de esto, las empresas reforestadoras han desarrollado formas de colaboración con la población civil y estrategias de defensa y resistencia en los sitios de alta conflictividad armada; un ejemplo de esto es el apoyo mutuo entre la comunidad del municipio de Zambrano, en el departamento del Bolívar, donde se establecieron las plantaciones de la empresa Monterrey Forestal Ltda., la conflictividad vivida en este ecotopo ha sido, para sus habitantes, un obstáculo de desarrollo integral.

En este caso particular, con el desarrollo de las actividades silviculturales en el municipio, se empezó a transformar la visión de los trabajadores, y los conflictos que tocaban o tocan directamente sus actividades pudieron ser manejados en forma de resistencia civil (5). Gracias a las directrices de responsabilidad social de la empresa, ahora se apoya el reasentamiento de familias desplazadas y se genera, de manera paulatina, un cambio positivo en la cultura del trabajo y en el apropiamiento por su tierra, así mismo se dan cambios en los aspectos socio-económicos, es decir que la economía se ha reactivado.

El impacto de la ganadería extensiva se ha disminuido ya que en el área se han impulsado proyectos productivos de tipo agrosilvopastoríl, retomando el interés por el ambiente y el sostenimiento a largo plazo de los recursos naturales.

El constante deseo por mejorar el entorno genera una relación de confianza entre los trabajadores, quienes son los beneficiarios directos, la empresa y la comunidad circundante.

Las Estrategias

Los esfuerzos por mejorar la situación del subsector se reflejan en la construcción de herramientas como “Práctica empresarial sensible al conflicto: Guía para la reforestación comercial en Colombia (PESC-R)” (6) un documento en el que se adaptan prácticas de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) a la reforestación comercial, orientando paso a paso a las empresas para operar de manera sostenible dentro del conflicto, entendiendo cuál es el impacto y su contribución a la generación de paz.

Vale anotar que este documento nació del trabajo conjunto entre la ONG Británica International Alert y el Programa Ambiental de GTZ en el 2005, para validar la caja de herramientas “Práctica Empresarial Sensible al Conflicto (PESC)”, ya que su aplicación podría ser de gran utilidad para la proyección y sostenimiento de plantaciones existentes o futuras.

Con la creación de Cercapaz (7) (Cooperación entre el Estado y la Sociedad Civil para el Desarrollo de la Paz), se dio paso a una nueva forma de abordar los conflictos, identificando necesidades de paz; en el caso de la línea de trabajo ambiental se tomaron como puntos de referencia las temáticas hídrica y forestal,  con la responsabilidad social empresarial como un contexto transversal.

En un siguiente paso, para el año 2007 el programa Cercapaz, con apoyo de la Federación Nacional de Industriales de la Madera (FEDEMADERAS), la Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal (CONIF), el Grupo de Trabajo para la Certificación Forestal Voluntaria (GTCFV), la Asociación Colombiana de Ingenieros Forestales (ACIF) y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (UDFJC), crearon el proyecto de cambio Reforestación Comercial, Desarrollo y Paz’ (RCDP).

Este proyecto tiene como objetivo “desarrollar visiones compartidas entre diferentes actores de los sectores empresarial y gubernamental y la sociedad civil, sobre el potencial del sector privado reforestador como actor de desarrollo y paz”, todo, en el marco de la RSE.

El proyecto se basa en la idea que la planificación adecuada de las plantaciones, entre otros aspectos, es una forma de contribución al desarrollo de las regiones ya que crea oportunidades económicas para la sociedad del lugar, a la vez que beneficia el medio ambiente, un ejemplo de esto es la reducción de la presión sobre el bosque natural.

En su primera fase, el proyecto RCDP logró identificar y sistematizar experiencias de algunas empresas reforestadoras que contribuyen con varias actividades, al desarrollo y la paz. Se eligieron seis áreas en diferentes puntos del país -Necoclí (Antioquia), Zambrano (Bolívar) Pensilvania (Caldas), Florencia (Caquetá), Buenos Aires (Cauca) y los municipios de Puerto Parra y Cimitarra en Santander- de manera que las condiciones ambientales y de constitución de las empresas fueran lo más diversas posible, encontrando mediante la caracterización de sus actividades las  particularidades  que hacen estos casos un elemento altamente aportante para el desarrollo integral de las regiones.

Hoy, el trabajo del proyecto RCDP del programa Cercapaz busca que los actores desarrollen y apliquen mecanismos constructivos y orientados hacia el diálogo para el manejo sostenible de los recursos naturales, en este caso de los recursos forestales. Igualmente se implementan mecanismos para consensuar intereses y posiciones divergentes y/o opuestas alrededor de la gestión del recurso forestal, a través de espacios de diálogo donde se encuentran tanto el Estado como el sector privado y la Sociedad Civil. Mediante la aplicación de instrumentos de transformación de conflictos, como por ejemplo, las mesas redondas o las reuniones de intercambio y negociación de intereses, este componente supone una muestra de contribución concreta al manejo constructivo de conflictos.

Durante el 2009 se desarrollará la continuación de éste proyecto. En su segunda fase el objetivo a lograr es visibilizar la contribución de la reforestación a la paz y anclar esto a políticas, y capacitar actores involucrados en prácticas empresariales sensibles a conflictos.

En el próximo número de M&M, Edición 64 del mes de junio, se dará continuidad a este tema, ampliando del proyecto Reforestación Comercial, Desarrollo y Paz, los alcances sociales y económicos de la iniciativa, sus metodologías de operación, resultados en cifras y los planes futuros.

Citas:

  1. Ya que la dinámica del conflicto se vivió de manera más intensa en el campo, se entenderá por “ruralidad” para este caso, como las interacciones socio-económicas y culturales desarrolladas en las zonas de producción agropecuaria.
  2. Fernández J., Ser Humano en los Conflictos, Reflexión Ética Tras una Vivencia Directa en el Conflicto Vasco.
  3. Kalmanovitz S., López E., 2006. La Agricultura Colombiana en el Siglo XX.
  4. Ensayo contenido en el libro “Armar la paz es desarmar la guerra” compilado por Álvaro Camacho Guizado y Francisco Leal Buitrago, editado por la Universidad Nacional de Colombia año 2000.
  5. En el documento de Rettberg A. 2006. Un sector “con madera” para la paz: El sector privado forestal como socio en la construcción de la paz en Colombia, se puede ampliar la información a cerca de cómo esta empresa ha manejado su relación con los grupos armados de la zona, y las acciones de otras empresas.
  6. Leonhardt M, Orozco J, 2006 Práctica Empresarial Sensible al Conflicto Guía para la reforestación comercial en Colombia.
  7. El Programa Ambiental y el Programa Cercapaz, hacen parte de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana GTZ.

 

(*) María Fernanda Jiménez B:

Ingeniera Forestal de La Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Actualmente trabaja con el programa Cercapaz (que a su vez hace parte de la Cooperación Alemana en Colombia) como Asistente de Coordinación del Eje Cafetero. Participó como auxiliar de investigación en el proyecto Reforestación Comercial Desarrollo y Paz y en la redacción de la publicación de GTZ, ‘Identificación y Sistematización de Experiencias Sobre la Contribución de la Reforestación Comercial al Desarrollo y la Paz’

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