El Censo del Árbol en Bogotá: A la Vanguardia de las Ciudades Latinoamericanas

Luisa Fernanda Castro Patiño

Periodista M&M

Gracias a la investigación estadística forestal realizada por el Jardín Botánico, durante dos años, la entidad podrá tomar decisiones asertivas sobre el proceso de arborización que adelanta en Bogotá. Además, los habitantes de la capital podrán acceder a información detallada del estado físico y sanitario de cada árbol.

El primer programa de arborización realizado en Bogotá fue en el año de 1948, cuando la Sociedad de Mejoras y Ornato, una entidad ambiental de origen privado le encargó al arquitecto japonés Hochin, la arborización de la ciudad con motivo de la IX Conferencia Panamericana[1], y por la notable escasez de zonas verdes dentro del perímetro urbano.

El arquitecto, quien sólo contaba con seis meses para desarrollar el proyecto, sembró árboles de crecimiento rápido, como el Urapán, el Eucalipto, el Pino y la Acacia en la Avenida Caracas, comprendida entre los barrios de Teusaquillo, La Magdalena, Santa Teresita y Palermo.

A partir de 1960, las migraciones campesinas conformaron los llamados “cinturones de miseria”, hecho que provocó el crecimiento de la ciudad a un ritmo acelerado. Con el propósito de construir nuevas urbanizaciones se talaron árboles en la sabana, y sólo los estratos más altos y algunos sectores de la ciudad establecieron plantaciones nuevas de la especie Urapán, pero veinte años más tarde éstos fueron talados uno a uno para dar paso al cableado eléctrico y a las redes telefónicas. Bogotá quedó entonces desierta, pues en los barrios más populares nadie se preocupó por hacer nuevas plantaciones.

Así, entre las décadas de 1970 y 1980 la Secretaría de Obras Públicas se puso al frente de la arborización de la ciudad y en conjunto con el Jardín Botánico José Celestino Mutis, sembraron Cauchos Sabaneros en la carrera séptima, en la carrera treinta y en la calle ochenta. La Cámara de Comercio de Bogotá, por su parte, a través del programa “Hojas Verdes” [2] se encargó de arborizar la Autopista Norte, la Avenida Boyacá y el Barrio La Esmeralda, así como de recuperar y embellecer el entorno urbano y preservar el medio ambiente en la sabana de Bogotá.

Ya, en el año de 1991 se creó el Departamento Técnico y Administrativo del Medio Ambiente Dama[3], entidad que le dio un nuevo sentido al programa de arborización, impulsando campañas masivas con alto impacto entre la ciudadanía como por ejemplo, la campaña ‘Santa Fe de Bogotá reverdecerá’, la cual dio como resultado la exitosa siembra de más de 138.000 individuos.

 En este sentido, las entidades ambientales y ecológicas tales como el Dama, El Jardín Botánico y la Cámara de Comercio de Bogotá, entre otras, han sido pioneras en la consolidación de zonas verdes y arbolado público en la capital, así como en el desarrollo de programas y planes de gran envergadura como el reciente Censo del Arbolado Urbano.

 ¿Qué es el Censo del Árbol?

 El Censo del Arbolado Urbano es un inventario georeferenciado que, en conjunto con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – Dane y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, fue adelantado por el Jardín Botánico José Celestino Mutis desde septiembre de 2005, con el fin de implementar un completo programa de arborización para la ciudad.

El proyecto tuvo origen a partir del artículo 3 del decreto 472 de 2003, en el que la Alcaldía Mayor de Bogotá –responsable de velar por las medidas ambientales de la ciudad– le encomienda al Jardín Botánico realizar un Censo del Árbol antes de 2008 para reglamentar la arborización, el aprovechamiento, la tala, la poda y la reubicación del arbolado urbano.

Según el Coordinador del Censo del Jardín Botánico, Manuel José Amaya, esta es la primera vez que se realiza un censo del árbol en Bogotá con tanta innovación, tecnología y tan completo, ya que los desarrollos técnicos y científicos aplicados en el proyecto son pioneros no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, así lo demuestra el premio ‘Experiencia GIS’ (Geographic Information System) ganado por la iniciativa y otorgado por la Conferencia Mundial de Usuarios del Sistema de Información Geográfica, reconociendo la metodología, los procedimientos y la innovación utilizada.

De igual manera, señala, es la primera vez que representantes del sector ambiental de países como Estados Unidos, México y Argentina, visitan Colombia para estudiar la metodología utilizada en el censo y posteriormente el proceso de arborización de Bogotá, con el único propósito de implementar este mismo sistema en sus países.

Situación del Arbol Urbano

El aspecto de innovación que atañe al censo está representado en la metodología utilizada en cuanto a la logística y en la consolidación de las preguntas, en este sentido de cada árbol se registraron 43 variables ordenadas en tres grupos.

El primer grupo acumuló preguntas referentes a la distribución del arbolado, información del emplazamiento, el número de árboles per cápita, y la distribución de árboles por el tipo de suelo. El siguiente grupo reunió toda la información del estado sanitario del árbol, tanto del follaje como del tronco registrándose, en esta primera parte del árbol, síntomas más frecuentes como el marchitamiento, la clorosis, la necrosis, hervivoria y puntos de succión y con respecto al tronco, pudriciones, daños estructurales de la base, tumores, anillamientos, gomosis entre otros. (Ver glosario de enfermedades).

El tercer grupo recogió las condiciones de riesgo que presenta el arbolado urbano, el grado de susceptibilidad de volcamiento y las localidades donde se presenta mayores problemas por daños o pérdidas de los árboles. Paralelamente, se pudieron establecer otros indicadores, tales como el número de ejemplares, las especies más abundantes y el arbolado más antiguo.

En un plano real, y como resultado de la encuesta, el Jardín Botánico contó 1’007.207 árboles, de los cuales el 63 por ciento son de origen foráneo –Sauco, Jazmín del Cabo, Urapán, Acacia Japonesa, Ciprés, Palma Yuca, Acacia Bracatinga entre otros–, el 32 por ciento de los árboles son nativos y pertenecen a la especie Chicalá y del 2 por ciento restante, aún no se conoce su procedencia.

 Según el estudio, del total de árboles censados, Suba es la localidad que tiene registra un número de árboles con un porcentaje de 23.3 por ciento, le sigue el sector de Usaquén con un total del 9.6 por ciento y luego la localidad de Kennedy con el 9.1 por ciento. La mayoría de estos ejemplares se encuentran en circulación urbana, como andenes, separadores, parques, zonas hídricas y las diferentes vías peatonales de la ciudad.

 Por otro lado, los resultados también demostraron que los árboles de Bogotá tienen una edad relativamente joven, fenómeno que se debe a que las últimas cuatro administraciones han impulsado constantemente la arborización de la ciudad, claro está, que también se encuentran árboles antiguos ubicados en las localidades urbanísticamente estables como Teusaquillo, Chapinero, Santa Fe y es, precisamente en estos sectores, donde se encuentran los mayores problemas fitosanitarios y de riesgo de todo el arbolado.

De hecho, según Manuel José Amaya, existen cerca de 1000 árboles en riesgo en casi todas las localidades que las autoridades ambientales, como la Secretaría del Medio Ambiente, debe atender prontamente para que no se caigan y afecten las vías y la infraestructura en general. (Ver Gráfico 4)

Otra de las variables que analizó el Jardín Botánico fue la distribución de árboles per cápita en cuanto a la población, en este sentido encontró que a cada habitante le corresponde tan sólo una tercera parte de un árbol (un 0.15 por ciento); de hecho, la Organización Mundial de Salud – OMS señala que una población debe tener por lo menos 9 m² de zonas verdes por habitante y la ciudad sólo cuenta con 1.3 m² para cada bogotano.

Según Amaya, el anterior resultado evidencia la necesidad de volver a arborizar la ciudad, ya que en otros lugares como en Washington, Madrid, Santiago de Chile e incluso en México –considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo– se tiene una mejor distribución de árboles por cada habitante.

“Es muy heterogénea la distribución de árboles, ya que existen localidades como Ciudad Bolívar, Bosa y otros sectores del sur de Bogotá, que son deficitarias en su arbolado, debido a sus condiciones climáticas, edáficas e hidrológicas y al proceso de desarrollo urbano que no ha considerado espacios públicos para la arborización, es decir, no hay andenes, plazoletas y parques que permitan dotar a esas zonas de un buen arbolado urbano.” Señala.

La información mencionada anteriormente, sirve para conocer de cerca la situación real de la ciudad, ya que no sólo se evidencia que Bogotá presenta un déficit en cuanto a la distribución de árboles por habitante sino que, al contrario de lo que se pensaba, a la capital le faltan más zonas verdes.

Además, el buen mantenimiento de los árboles sirve para absorber el Dióxido de Carbono CO2 y posteriormente, transformarlo en un aire puro, un proceso ambiental que reduce los niveles de contaminación y proporciona una mejor calidad de vida a la población.

Aplicación de los Resultados

A partir de los resultados obtenidos por el censo, el Jardín Botánico diseñó un completo programa de arborización conformado por diferentes Planes Locales de Arborización Urbana – PLAUS, que son instrumentos de planificación para orientar la gestión del arbolado en cuanto a la poda, la siembra, el mantenimiento, la mitigación del riesgo y la gestión comunitaria en cada sector. Hasta el momento se han formulado planes de arborización en la localidad de Antonio Nariño, Barrios Unidos, Candelaria, Chapinero, Kennedy, Los Mártires, Santa Fe, Teusaquillo, Usaquén y Engativá.

Los PLAU fueron diseñados a partir de un completo diagnóstico y una aproximación científica que permite centrarse en las características físicas y sanitarias de cada uno de los árboles localizados en el espacio público, allí se podrán determinar metas responsables y recursos para las actividades de plantación, así como el mantenimiento de cada ejemplar que se haya sembrado.

Pero el proceso de arborización que adelanta el Jardín Botánico no termina con la formulación de los PLAUS, además de estos programas, la entidad ha consolidado una amplia base de datos denominada ‘Sistema de Información para la Gestión del Arbolado – SIGA’, la cual contiene toda la información georeferenciada y algunos atributos y características de cada uno de los árboles censados, para que las instituciones competentes y los interesados conozcan la situación del arbolado público.

La configuración de este sistema permite que su consultor pueda acceder a la información fácilmente, ya que el acceso es a través de la página web del Jardín Botánico, donde sólo con dar click sobre el árbol de consulta, se obtiene: tipo de especie, ubicación, medidas, estado sanitario y físico de los árboles, entre otras.

Cabe anotar, que el SIGA es una herramienta muy útil tanto para las Instituciones competentes como para los habitantes de la ciudad, pues ésta también recoge toda la información de los nuevos árboles plantados o los que ya fueron talados, según Amaya, no será necesario realizar nuevamente un censo del árbol cuando se tiene una herramienta en constante actualización.

 Tecnología de Punta

 Dos aspectos se tuvieron en cuenta para llevar a cabo el proyecto del censo, uno, la metodología y otro la innovación tecnológica de punta en el tipo de herramientas empleadas para recolectar la información: una Agenda PDA, o computador de mano, en el que se encontraba sistematizado el formato de encuesta que el equipo operativo diligenciaba mientras hacía su recorrido en la zona, sin necesidad de pasar la información al papel.

El censista, a través de este pequeño computador, tenía el acceso a un mapa digital y a una imagen de satélite, donde se observaban las capas de loteo o puntos de referencia de la ciudad y que le permitía ubicar las cuadras del perímetro urbano, y con el, todo el arbolado público. Esta función la utilizaban también los Coordinadores del Censo para saber cuántos ejemplares habían sido registrados por los profesionales de campo y así conocer de cerca el avance del  proyecto.

Así, para reunir todas las variables de encuesta, previamente diligenciadas, el censista enviaba la información, a través de un celular operativo vía Bluetooth a la oficina principal del censo que, posteriormente, era almacenada en una amplia base de datos ubicada en un servidor, de esta manera los coordinadores podían tener un mayor control sobre la información recolectada, pues los datos llegaban casi en tiempo real al Jardín Botánico.

En este sentido, dada la organización y el uso de herramientas tecnológicas de alto nivel en el proyecto, el Jardín Botánico ha podido garantizar la seguridad de la información recolectada en el censo, pero también garantizar la cobertura de todos los árboles ubicados dentro del perímetro urbano. Según Amaya, a diario se enviaba un escuadrón de personal operativo –equivalente a la cantidad de árboles existentes en terreno– a determinada localidad dividida en diferentes áreas geográficas, el resultado era el inventario de 90 a 100 árboles diarios por persona.

La implementación de la tecnología tuvo un costo de 2 millones de dólares, dinero que corresponde en su mayor parte, al presupuesto del Jardín Botánico, aunque la entidad también contó con otras ayudas económicas importantes como la ofrecida por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado que suministró 450 millones de pesos; la del Instituto Distrital de Recreación y Deporte que aportó 200 millones de pesos y la de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, que contribuyó con 400 millones de pesos, entre otras.

En suma, el censo tuvo un costo total aproximado de 4.453’576.492 pesos, de los cuales un billón corresponde a los aportes de entidades distritales que tienen competencias de arborización urbana, como las mencionadas anteriormente. Según Manuel José Amaya, la inversión realizada se verá reflejada en los resultados del proyecto, el cual no sólo será útil para las diferentes entidades con competencias ambientales, sino para los diferentes sectores de la industria.

El sector maderero, por ejemplo, podrá consultar datos sobre los volúmenes de la madera comercial que representa el arbolado de la ciudad, para tales efectos el Jardín Botánico realizó una investigación dasométrica para estimar de los árboles, su altura, ángulo de inclinación, diámetro de la copa, perímetro a la altura del pecho y conocer el volumen y la calidad de la madera.

En este sentido, dicha entidad está diseñando programas complementarios de supresión de árboles con el fin que a futuro, el sector industrial pueda comercializar la madera que se encuentra ubicada en la ciudad.

Por su desarrollo, resultados y reconocimientos, este podría ser un buen modelo a seguir para aplicar en las plantaciones que se encuentran en el área rural, ó al menos, podrían considerarse algunos sistemas o metodologías empleados y que demostraron efectividad. También vale destacar como, para obtener el resultado final en este proceso de investigación, fue determinante no sólo la organización y el esfuerzo de muchos profesionales y entidades, sino la inversión económica que hace posible materializar los buenos propósitos.

Citas

Reunión diplomática de delegados, Ministros de Relaciones Exteriores y Presidentes de las Naciones de América, con el fin de tratar temas relacionados con el panamericanismo, es decir, la cooperación y la asociación entre los estados de América.

El programa ‘Hojas Verdes’ está orientado a recuperar y embellecer el entorno urbano y rural, así como a preservar el ambiente y las especies de la región, a través de la arborización de zonas degradadas y de la conservación de zonas verdes. Actualmente el programa funciona en el Parque Ecológico La Poma, que forma parte de la sabana de Bogotá.

Autoridad ambiental dentro del perímetro urbano del Distrito Capital,  entidad rectora de la política ambiental distrital y coordinadora de su ejecución.

Fuentes

. Manuel José Amaya: Coordinador General oficina del censo del Jardín Botánico José Celestino Mutis. mamaya@jbb.gov.co

. Jardín Botánico José Celestino Mutis. www.jbb.gov.co

. Cámara de Comercio de Bogotá. http://camara.ccb.org.co/portal/default.aspx

. Guía de Árboles de Santafé de Bogotá. Luis Fernando Molina, Gabriel Jaime Sánchez y Mauricio González, Publicación de la biblioteca Luis Angel Arango. http://www.lablaa.org/blaavirtual/faunayflora/arboles/hist1.htm.

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