Llanos Orientales: Foco de Desarrollo Forestal

Paola Andrea Ruiz Rojas

Periodista M&M

La región de la Orinoquía Colombiana es una gigantesca extensión de tierra, superior en área a la suma de varios países centroamericanos que, gracias a su ubicación geográfica privilegiada, se ha convertido en uno de los epicentros de desarrollo forestal, con más proyección en el país.

De imponentes paisajes, vasta cultura y valiosos recursos naturales, los llanos orientales colombianos comprenden una extensa región que incluye los departamentos de Meta, Vichada, Guainía, Guaviare, Arauca y Casanare, a la que bañan ríos tan importantes como el Orinoco, el Manacacías, y el Meta; y que ha sido, por años, el motivo de desvelos de empresarios y dirigentes nacionales, quienes buscan desarrollar en ella, proyectos agroindustriales, sociales y ambientales, de gran envergadura.

Varios megaproyectos, como la construcción –hace años– de una fábrica generadora de combustible por parte de una de las administraciones nacionales ó construcción de una ciudad parecida a Brasilia (Brasil) propuesta por el ex presidente Belisario Betancourt han sido planeados para llevarse a cabo en esta zona, sin que hasta la fecha se hayan materializado; sin embargo, existen otros que, como los de reforestación comercial, están siendo llevados a cabo por visionarias compañías, con excelentes resultados.

La Orinoquía: Región con Potencial

En Colombia, los suelos con aptitud forestal comercial altamente productiva son cercanos a los 25 millones de hectáreas, de los cuales el 32 por ciento están ubicados en los llanos orientales.

Particularmente, en la Orinoquía –zona con gran potencial para el desarrollo forestal de la nación y el mundo– se dan cita una serie de condiciones, en verdad, ventajosas para adelantar actividad forestal: la zona cuenta con ocho millones de hectáreas disponibles para establecer plantaciones forestales sin la necesidad de desplazar ningún otro cultivo, ni intervenir bosques nativos; recibe más de 2500 horas de luz solar anual –que permiten el apropiado crecimiento de los árboles–; cuenta con un régimen de lluvia de aproximadamente 2400 mm al año; y presenta una topografía que posibilita la mecanización de todas las actividades de siembra, manejo y cosecha.

De hecho, como lo indican estudios sobre el tema, no existe en el planeta ninguna otra zona tropical con un área disponible de tal magnitud y en un país con la estabilidad institucional de la que goza y exhibe Colombia, lo que le ha servido para garantizar viabilidad a los proyectos de reforestación que en esta región, se emprenden, no solo en el campo de las plantaciones sino también en la aplicación de un adecuado manejo silvicultural a los bosques naturales productivos.

Las grandes extensiones de tierra que posee la región de la Orinoquía Colombiana, posibilita un amplio proyecto de reforestación comercial, que sin duda se vislumbra como el de más importancia en el país

Reforestación en los Llanos Orientales: Historia y Presente

La primera experiencia de reforestación en serie, de la que se tiene conocimiento y que se llevó a cabo en los Llanos orientales, fue obra, en 1982, del fundador y director del Centro de Investigación “Las Gaviotas” –Paolo Lugari– quien, a pesar de la sequedad y el nivel de acidez particular del suelo llanero, logró plantar -utilizando micorrizas, una especie de hongos que se fijan a la raíz de la planta y le permiten extraer de la tierra, el máximo de nutrientes–, un gran número de pinos de especie Caribe, que hoy en día supera las ocho mil hectáreas.

Este proyecto forestal -pionero e innovador-, permitió demostrar no sólo la viabilidad de restablecer, a través de la reforestación, el bosque tropical húmedo que existió en las sabanas altas de la Orinoquía colombiana, sino que dejó en evidencia la existencia de especies capaces de adaptarse al medio, lo que le abrió las puertas a la reforestación de tipo comercial y de paso, a la aplicación de medidas, de carácter institucional para estimular dicha actividad.

Es así como desde 1994, una serie de empresas y personas naturales, motivadas por el Gobierno Nacional, decidieron iniciar actividades de reforestación comercial en la región de los llanos orientales. Durante esta época, las actividades de reforestación fueron emprendidas por un pequeño grupo de empresarios e inversionistas, pero luego, en el año 2004 y con la firma del ‘Acuerdo Sectorial de Competitividad para la Cadena Forestal de la Orinoquía’, la reforestación empezó a tomar un nuevo rumbo y a realizarse de manera continuada, a partir de los lineamientos establecidos y pactados por los participantes del proyecto de desarrollo forestal.

La firma de dicho acuerdo se ciñó a la Política Nacional de Desarrollo Forestal, establecida por el gobierno colombiano y se constituyó desde entonces, en el eje de coordinación y “hoja de ruta”, tanto para las instituciones públicas del orden nacional, regional y local, como para los entes de tipo privado que lo conforman.

En el 2004, los firmantes del acuerdo, adquirieron varios compromisos en pro del desarrollo del proyecto de reforestación de los Llanos orientales, entre ellos, participar y colaborar en actividades tendientes a desarrollar y fortalecer una cultura forestal en la zona, implementar la creación de una Empresa Promotora Forestal de Economía Mixta, así como impulsar procesos de transformación y modernización tecnológica de la industria forestal en la región de la Orinoquia Colombiana.

Paralelamente, los miembros del Comité Regional para la Orinoquia, fijaron una meta de reforestación comercial de 170 mil hectáreas para el año 2025, que debía implicar la siembra en cinco periodos de cinco años cada uno; es decir, siembras de 34 mil hectáreas, por cada periodo de tiempo, lo que quiere decir, 6.800 hectáreas plantadas anualmente. Para el periodo comprendido entre 2004-2010, el núcleo de la Orinoquia registró una siembra aproximada de 29.126 hectáreas, es decir, un 85 por ciento de la meta inicial pactada para los primeros cinco años (34 mil hectáreas), y un porcentaje representativo del 17 por ciento de la meta general (170.000 hectáreas).

Actualmente, los proyectos de reforestación se adelantan, principalmente, en los departamentos del Vichada, Casanare y Meta y en cada uno existen núcleos de plantaciones, siendo los principales: La Primavera, Puerto Carreño y Cumaribo, en el Vichada, seguidos por Puerto Gaitán, Puerto López y la región del Ariari en el Meta; y Yopal, Maní y Orocué en Casanare; con especies como el Pino Caribea, la Acacia Magnun y el Eucalipto –en distintas variedades– así como con otras nativas como el Yopo y algunas no muy comunes en nuestro país, como la Hevea Brasiliensis, que son las que se adaptan al medio y a los exigentes suelos de la geografía llanera.

En cuanto al desarrollo de aserríos y empresas dedicadas a la transformación de la madera, se puede afirmar, que debido a la insipiencia del proyecto, aún no se han establecido en la región grandes empresas de este tipo, y que por el contrario, algunos reforestadores, están utilizando aserríos portátiles para el aprovechamiento de pequeñas cantidades de madera.

Futuro de la Reforestación en los Llanos

Las primeras experiencias del proyecto dejaron en evidencia retrasos y el incumplimiento de las metas pactadas en el acuerdo sectorial de competitividad firmado en el 2004.

Por ello y para mejorar estos aspectos y garantizar el crecimiento de los proyectos forestales en los Llanos orientales, los primeros días de mayo de 2011 se reunieron, nuevamente, los integrantes del Comité Regional de la Cadena Forestal de la Orinoquía y los representantes de viveristas, reforestadores, transformadores y comercializadores de la madera, entre otros, para ajustar y modificar los objetivos y las metas del proyecto de reforestación.

En este sentido, el principal cambio al documento inicial radica en la cantidad de hectáreas que debe ser plantadas para el año 2025, la cifra varió de 170 mil a 180 mil hectáreas, y se estableció que, por año, deben sembrarse 13 mil hectáreas, es decir 6.200 más que las convenidas en el pacto firmado en el 2004.

Para lograr el cumplimiento de dichas metas, los actores del proyecto se comprometieron a asistir y participar activamente en las reuniones futuras del Comité regional; definir una visión estratégica determinando el número de especies que demanda el mercado nacional e internacional acorde a los requerimientos y lineamientos de los mismos; participar y colaborar en actividades tendientes a desarrollar y fortalecer una cultura forestal que beneficie a las comunidades organizadas del sector, así como promover y ser facilitadores del uso técnico de los incentivos CIF, ICR y otros que sean proporcionados por el Estado y entidades del orden nacional e internacional.

De igual forma, se estableció la necesidad de agilizar los procesos, trámites y requerimientos para que los reforestadores interesados accedan al Certificado de Incentivo Forestal (CIF), subsidio monetario, por excelencia de la actividad, para financiar el establecimiento y mantenimiento (hasta el quinto año) de las plantaciones forestales.

Particularmente, para desarrollar la reforestación comercial de 13.000 has anuales en el Núcleo Forestal de la Orinoquia, se ha estimado que se requieren, aproximadamente, veinte y dos mil millones de pesos ($22000.000.000) anuales, de los cuales, siete mil millones de pesos aproximadamente ($7000.000.000) deben provenir del Certificado de Incentivo Forestal, mientras el valor restante provendrá del sector privado.

Obras de Infraestructura

En la actualidad, existe una serie de empresas y personas naturales que, motivadas por el CIF, y por la importancia del proyecto forestal en los Llanos, están invirtiendo importantes sumas de dinero en reforestación y en el desarrollo de programas, infraestructura y obras de fomento y apoyo para potencializar la actividad forestal de la región.

De hecho, se han adelantado importantes obras de infraestructura como la pavimentación completa de la vía Puerto López – Puerto Gaitán; el arreglo de la vía hacia Carimagua (balastro); así como mejoras en algunos pasos críticos conocidos como Guacacías, Tamanaco y Tres Matas –en la vía que de Rubiales conduce a la vereda Matiyure (Primavera)– y en la vía a La Esmeralda y a hacía otras veredas en Puerto Carreño.

Vale señalar que las obras y mejoras citadas, han sido adelantadas por el Gobierno de algunos municipios, así como por compañías de sísmica, empresa privadas y particulares que operan en la región; y que, por su parte, algunos propietarios han construido puentes para mejorar los pasos críticos de acceso a sus proyectos; sin embargo se ha estimado la prioridad de trabajar fuertemente en este tema, pues existen vías carreteables en pésimas condiciones en la zona que, en temporadas de invierno, son intransitables y que hasta la fecha, no han sido intervenidas ni por el Gobierno nacional, ni por el municipal.

A nivel fluvial, el Gobierno nacional está realizando una inversión de más de 49.000 millones de pesos para hacer navegable el río Meta, y existe una cifra de 82.000 millones destinada a la construcción de tres puertos. Como proyectos a futuro, los reforestadores han manifestado la urgencia que la actual administración nacional, construya también una vía que conduzca de Puerto Gaitán a Puerto Carreño, sin embargo, hasta la fecha, no se ha establecido si dicho trazado se hará o no realidad.

De la Seguridad, el Manejo Medio Ambiental y otras Consideraciones

Desde el 2004 –cuando se dio inicio al proyecto forestal de la Orinoquía y hasta la fecha– no se ha observado problemas de seguridad que representen impedimento alguno para el desarrollo y viabilidad del mismo, de hecho, el gobierno nacional y sus instituciones han logrado mediante la implementación de la Política de seguridad democrática, restablecer el orden público que en otrora, representó un factor de riesgo para el desarrollo de proyectos productivos en la región.

En este sentido, los organismos del Estado están constantemente ejerciendo presencia en la región para evitar de esta forma, la presencia de actores armados ilegales que pretendan establecer allí, cultivos ilícitos.

En cuanto al control medio ambiental, organizaciones no gubernamentales y corporaciones como Cormacarena y Corpoica, permanecen atentas a la definición y operación de los proyectos forestales en la zona, para garantizar la preservación de bosques nativos, áreas protegidas, parques naturales y todas las zonas que deben estar al margen de las reforestaciones de tipo comercial; a la vez que vigilan el justo manejo de los ríos, niveles de contaminación y uso de los suelos, así como otros aspectos que puedan causar impactos ambientales y sociales negativos.

Otro aspecto que deben vigilar atentamente, es la realización de programas que mitiguen los impactos negativos que puedan afectar los resguardos y comunidades indígenas, presentes en esta zona de la geografía colombiana.

Con el panorama descrito, la importante inversión extranjera que viene recibiendo el sector y la zona por parte de destacados reforestadores internacionales; las condiciones ambientales y económicas citadas y la resolución de aquellas que, como planes necesarios, se lleven a feliz término; los proyectos reforestación de la Orinoquía colombiana se vislumbran como focos de desarrollo de alto impacto y gran importancia para la región y el país; incluso, se ha establecido que la región, además de generar incentivos de tipo comercial, brindará al mundo, un nuevo pulmón y una zona de desarrollo ambiental de grandes magnitudes.

Fuentes:

  • Alberto de la Roche. Reforestador, Rionegro (Antioquia). adr@une.net.co
  • César Cano. Cadena Forestal Orinoquía. biornata@yahoo.es
  • Documento “Acuerdo Sectorial de Competitividad para la Cadena Forestal de la Orinoquía 2011”.
  • Documento “Colombia: Un país de oportunidades para la inversión forestal”, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
  • wikipedia.com

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