Los Bosques Naturales Tienen una Alternativa para Sobrevivir: El Manejo Sostenible

Miguel A Rodríguez M.

Biólogo

En el listado de términos relacionados con el presente y el futuro de los bosques, La sostenibilidad, es uno de los más citados pues de su implementación depende la existencia o no de recurso maderero

Por miles de años entre los humanos que poblaban la tierra y los bosques en los cuales encontraban los recursos necesarios para sobrevivir y desarrollar sus sociedades, se estableció una relación en la cual los segundos difícilmente se veían afectados por la actividad de los primeros; sencillamente, eran muy pocos los humanos como para que el consumo de recursos forestales siquiera modificara la oferta.

Tras algo más de veinticinco siglos, la relación entre los humanos y los bosques ha cambiado radicalmente, la población ha crecido requiriendo para sobrevivir y desarrollar sus sociedades una gran cantidad de recursos provenientes de los bosques. Dependen a tal grado los bosques de los humanos que se estima, podrán desaparecer de no encontrarse adecuadas formas de coexistencia.

Los humanos son concientes que la historia de su relación con los bosques igualmente ha evolucionado; del libre acceso al bosque y sus productos los sistemas sociales pasaron, por diversas razones sociopolíticas, a implementar diferentes formas de regulación del acceso. Tras el nacimiento de las ciencias forestales surgen diversos sistemas de administración de los bosques que no logran compaginar simultáneamente los objetivos de conservación y producción.

Como consecuencia, aparece la silvicultura ecológica, entre cuyos objetivos se halla la producción sostenida de madera y otros productos del bosque. No siendo satisfactorios los resultados de este modelo, surge la silvicultura  social, la cual, basada en los principios de la silvicultura ecológica busca simultáneamente ordenar los bosques con tres objetivos: ecológicos, sociales, económicos.

Todas las etapas por las que ha transitado hasta ahora la relación de los humanos con el bosque son, indudablemente, consecuencia de la forma como este se percibe, analiza, estudia y se entiende.

Con la aparición de la silvicultura social es que la sociedad humana actual espera superar sus dilemas entre preservar los bosques o utilizarlos. Es entonces cuando el concepto de conservación compagina el uso con la preservación de tal manera que conservar los bosques implica su uso, en diferentes formas, contextos, creencias y políticas.

Las Teorías del Manejo de Conservación

En la concepción moderna, la conservación del bosque a través de su uso, parte del hecho que los humanos sólo preservan y conservan lo que tiene o les representa algún valor, y que dicha valoración  se basa en la percepción que cada sector de la sociedad, tiene del bosque. En muchos casos -creo que en todos- la trágica historia de la desaparición de los bosques parte del hecho que para ellos no han tenido valor o han tenido menor valor que el de las formas alternativas del uso del territorio que ocupan.

El manejo sostenible de los bosques (MS), actual paradigma, parte entonces del reconocimiento de todos y cada uno de los valores que para la sociedad tiene el bosque; la conservación a través del uso resulta entonces sostenible cuando se acepta, promueve, promulga y perdura este principio.

Sin embargo y ante el hecho que no se ha desarrollado un modelo cuantitativo para determinar si un sistema o modo de manejo es o no sostenible, han implementado los humanos un nuevo decálogo, cualitativo, cuya práctica y cumplimiento representa la sostenibilidad.

Hacen parte de este decálogo: el respeto por las leyes, el reconocimiento de los derechos sobre la propiedad de las tierras forestales y los derechos de los pueblos que las habitan. Igualmente considera que cualquier manejo forestal debe estar basado en planes técnicamente viables, en los cuales se atiende al control de los impactos ambientales que las operaciones generan y se monitorean y evalúan constantemente los resultados.

El respeto por los derechos de los trabajadores forestales y las adecuadas relaciones con las comunidades hacen también parte de los principios incluidos dentro del concepto de sostenibilidad el cual, de otro lado, prevé la necesidad de conservar ecosistemas de especial valor. Todos estos principios rigen el uso ya sea de los bosques naturales o los plantados, a cualquier escala.

La conservación a través del uso sostenible va entonces más allá de las técnicas del rendimiento sostenido; genera desarrollo social y crecimiento económico, garantizando la presencia de los bosques.

Se concluye entonces que el MS es ante todo una concepción ética y política que la humanidad genera ante la dificultad creciente, de detener la desaparición de los bosques, cuando los modelos ensayados y especialmente, aquellos basados en la prohibición y el castigo, han fallado. Aún no se vislumbran las características del modelo que precederá al MS; no obstante, es seguro que no serán los que ya se han probado.

La Sostenibilidad y sus Principios

Pueden ser sostenibles todos los procesos que generan los productos clasificados como recursos renovables, básicamente, todos aquellos que se regeneran en los ecosistemas, y se incluyen en estos, los productos de la silvicultura, la caza, la pesca, la agricultura, la acuacultura, etc.

Así pues el término sostenible o sustentable corresponde –específicamente– a la calidad  de los procesos o sistemas que se mantienen en el tiempo. Sustentar implica servir para que algo, sistema o proceso, no decaiga, no se extinga o para, como lo define el diccionario, continúe en la forma que se expresa.

En el caso de los recursos naturales que tienen la particularidad de renovarse o regenerarse, se considera que la calidad de sostenible la poseen los procesos que permiten proveer de bienes y servicios a la población de manera permanente, es decir, con un muy bajo riesgo que la calidad y cantidad de estos disminuya en el largo plazo.

¿Pero cómo se logra este objetivo? En primera medida, el MS de un bosque se fundamenta en cinco principios básicos:

  • El conocimiento de su capacidad de producción y de su máxima capacidad de producción,
  • La determinación de los objetivos de uso, productos y servicios que tendrá el bosque
  • La planeación de las actividades de aprovechamiento y silvicultura a implementar de acuerdo a los objetivos
  • La implementación de los planes y su monitoreo para verificar el cumplimiento de los objetivos y  La adaptación del sistema de manejo ante los cambios en las condiciones con que se plantearon los objetivos.

Realizando este procedimiento se puede  lograr un conocimiento del bosque, identificando entre otros aspectos, sus características, composición, dinámica, estructura y demografía. Dichos resultados son los que le permiten, no sólo a los planificadores forestales sino a los usuarios del bosque, hallar respuesta a las preguntas fundamentales del tema: ¿Qué se espera obtener? y si ¿éste puede colmar las expectativas?; en términos coloquiales: ¿cuántas peras pueden pedírsele al olmo?

En realidad, el conocimiento del bosque permite establecer un modelo matemático de Máxima Cosecha Sostenida el cual, en los modelos de MS, se complementa con tratamientos silviculturales que garanticen la siguiente cosecha y así sucesivamente.

Las prácticas silvícolas varían según el tipo de bosque, pero se dirigen en general, a mantener el crecimiento y la reproducción o regeneración de la masa forestal remanente tras la cosecha, de tal forma que durante el segundo ciclo de corta se obtenga un volumen de productos similar o aún mayor que el cosechado inicialmente.

Los ciclos de cosecha se pueden entonces mantener, teóricamente, ad infinitum, siempre y cuando se controlen o corrijan todos los impactos que disminuyan la productividad del bosque.

Pero no sólo los productos tangibles generan un sistema o proceso sustentable, en el listado de bienes y servicios también se encuentran el desarrollo social, el crecimiento económico, los servicios ambientales y culturales, entre otros, además de la madera. Según esta concepción, el desarrollo socioeconómico, a partir del bosque, no es una consecuencia del uso del bosque, sino un producto a obtener de este.

Los Beneficios y Los Costos

El manejo sostenible es la alternativa para preservar, conservar, usar y valorar el patrimonio forestal del país y que además debe representarle al propietario del bosque cierta utilidad pero, ¿dónde está la rentabilidad de manejarlo? y ¿qué otros beneficios económicos le reporta?

Para comenzar, la rentabilidad no es un buen indicador para determinar la sostenibilidad del bosque porque, aunque sólo son sostenibles los modelos de manejo que son rentables, el término no está asociado al modelo de manejo, como sí al valor de los productos, bienes y servicios que se obtienen del bosque y al tiempo en que retornan las inversiones.

Vale recordar que el valor de los productos es función de lo que el consumidor está dispuesto a pagar por obtener el bien o el servicio -y en esta lógica-, los humanos no harán grandes inversiones y esfuerzos para cosechar y producir bienes de bajo, poco o nulo valor, pero si estarían dispuestos  a  cosechar y cultivar bosques siempre y cuando  el alto valor de  los  productos  permita recuperar, con ganancias, su inversión.

Queda para el dueño del bosque juzgar si considera más rentable obtener ganancias durante –relativamente– cortos o mayores periodos de tiempo, pues estas dos concepciones hacen que se implementen o no los sistemas de MS.

Ya, a nivel de inversiones, el MS podría para muchos, tener el mismo costo de no hacerlo, sin embargo, si se considera que esta práctica planea a largo plazo el bosque y el mercado, entre otros aspectos, se deduce que su implementación representa  ganancias permanentes.

Otra ventaja es que su implementación representa costos análogos a los de un proceso normal de calidad, con la ventaja adicional que los principios, criterios e indicadores  de sostenibilidad son una  excelente herramienta de gerencia y gestión.

Sin embargo, y pese a las ventajas que ofrece el manejo sostenible, es lamentable reconocer que los estímulos ofrecidos a los grupos sociales a fin de incentivar en ellos  prácticas sustentables, no pasan por lo regular, del mero reconocimiento social.

Los estímulos financieros en esta materia son infortunadamente los menos existentes, pues la sostenibilidad se trata básicamente como una concepción socio cultural y política que se adoptará como sistema cuando se entiendan sus ventajas y se superen sus inconvenientes, lo cual aún no es suficiente para motivar el fenómeno de cambio.

Conservar y utilizar sosteniblemente los bosques es técnicamente factible, falta entonces diseminar el modelo social, económico y político para que los bosques permanezcan.

Miguel A Rodríguez M: Biólogo, Sc.M.Sc. Director Forestal de Pizano S.A. Dirección Forestal. E-mail: mrodriguez@pizano.com.co

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