Automatización: Evolución Industrial Posible

Carlos Elías Sepúlveda Lozano

Periodista M&M

La automatización de los procesos industriales favorece el aumento de la productividad, ayuda a prevenir errores y fallas técnicas y permite a operarios y responsables de los mismos, estar al tanto de la información y conocer de manera instantánea, el estado de un proceso adelantado por una máquina específica. En Colombia ha aumentado un 20 por ciento el interés por automatizar

Para las empresas e industrias, la necesidad de evolucionar siempre está presente puesto que el mercado exige mejores productos, en mayor cantidad y calidad. Lograr altos índices de producción mejorando tiempos, costos y reduciendo el riesgo a los operarios –para obtener la mayores utilidades– son objetivos que buscan los empresarios; la automatización puede brindar estos beneficios.

La palabra automatización viene del griego antiguo ‘auto’ (guiado por uno mismo) y se refiere al uso de sistemas o elementos electrónicos, mecánicos y computarizados para controlar procesos al interior de la industria, que sustituyen definitiva o parcialmente operarios humanos, y transfieren las tareas de producción a un conjunto de mecanismos tecnológicos.

La automatización de procesos industriales está basada en la capacidad de utilizar la información necesaria generada en el proceso productivo, mediante mecanismos de medición y control de los métodos que tiene cada proceso. A través de instrumentos controlados por las órdenes que emite la computadora, previamente programada para la acción requerida, se regula el funcionamiento de las máquinas u otros elementos que intervienen en el proceso de producción.

Cabe resaltar que automatizar va más allá de la simple mecanización de los procesos, puesto que provee a operadores humanos, de mecanismos para asistirlos en los esfuerzos físicos del trabajo; la automatización reduce, ampliamente, la necesidad sensorial y mental del capital humano de la empresa, al hacer más eficiente un proceso productivo en aspectos como: calidad, aprovechamiento de la materia prima, unidades producidas, energía, entre otras.

Se automatiza cuando el industrial busca disminución de costes de producción, simplificación de procesos, estandarizar productos, cambios eficientes de referencias en líneas de producción, disminución de tareas extenuantes y repetitivas para los trabajadores, reducción en los problemas ergonómicos que pueda sufrir el personal, aminorar el desperdicio de materia prima, favorecer el desarrollo de nuevas tecnologías y mejorar sus tiempos de producción.

Sin embargo, no todas las empresas del sector se desarrollan en iguales condiciones ni presentan los mismos problemas, por tal motivo al momento de automatizar, cada industrial debe elegir el tipo de automatización adecuada, aquella que se ajuste a las necesidades de producción de su empresa y sea viable para la misma a fin de evitarse complicaciones financieras.

Para tal fin, existen tres clases de automatización industrial: automatización fija, automatización programable, y automatización flexible, las cuales van enfocadas a tipos de procesos industriales diferentes; y que incluyen mejora de procesos, semi-automatizaciones, automatizaciones completas que utilizan robótica y controles de procesos autónomos.

La ‘automatización fija’ es utilizada cuando el volumen de producción es muy alto, y por tanto se puede justificar económicamente el costo elevado del diseño de equipos especializados para fabricar un determinado producto, que ofrezca rendimientos y tasas de producción igualmente altas.

Un claro ejemplo de este tipo de automatización es frecuente, por ejemplo, en empresas fabricantes de puertas o marcos de estas, donde las producciones son elevadas y las líneas pueden incluir diseños complejos, por lo que las máquinas encargadas del corte, taladrado, ensamble, pintura o laca, entre otras, suelen programarse para que realicen acciones con movimiento repetitivos y así reducir tiempos de producción, estandarizar los producto y evitar errores humanos.

La ‘automatización programable’ es implementada cuando el volumen de producción es relativamente bajo pero existe gran variedad en las referencias de producto. Para este caso, el equipo de producción es diseñado de tal forma que pueda adaptarse a las variaciones de configuración del producto; adaptación que se realiza por medio de un programa (Software).

Una empresa dedicada al empaque de leche en polvo puede implementar esta automatización ya que el equipo de producción –tanto en la parte operativa como en la de mando– es factible de ser programado, por ejemplo, para que cada cincuenta bolsas de leche empacada se cambie la referencia según sea bolsa grande, mediana o pequeña. Esto implica que los dispensadores de leche dejen pasar más o menos gramos de leche en polvo, según sea el caso, las bolsas se cambien, y las bandas transportadoras se detengan más o menos tiempo mientras se llena la bolsa.

El tercer tipo, la ‘automatización flexible’, es el más adecuado para un rango de producción medio. Estos sistemas poseen características de la automatización fija y de la programada y están constituidos, normalmente, por una serie de estaciones de trabajo interconectadas entre si por medio de sistemas de almacenamiento y manipulación de materiales, controlados en su conjunto por una computadora.

Cuando el industrial decide implementar la automatización, es muy importante que conozca los dos componentes que esta requiere para ejecutarse correctamente: la parte operativa y la parte de mando. La primera es la que actúa directamente sobre las máquinas; básicamente son los elementos que mueven la máquina y entre ellos están los accionadores (motores, cilindros, compresores) y los captadores (fotodiodos, finales de carrera, entre otros).

La parte de mando es la estación central de control, es el componente principal del sistema automatizado, encargado de la supervisión, manejo y corrección de errores del proceso automatizado. Gracias al software, la parte de mando debe ser capaz de comunicarse con todos los componentes que intervienen en el proceso industrial.

Como ejemplo, está la automatización de los sistemas de calefacción, en los que aplica claramente las dos partes de la automatización. En la parte de mando estaría el sistema central con un programa o software, previamente programado, para enviar la orden de encender el aire acondicionado diez minutos, cada media hora. La parte operativa serían los accionadores instalados en el aire acondicionado que, después de recibir la orden del sistema de mando, hacen que el aire acondicionado se active y apague al término del tiempo programado.

Tecnologías Destacadas para la Automatización

Existen elementos o tecnologías que hacen la automatización precisa y eficiente, y mediante las cuales el industrial puede contar con mecanismos de medición y evaluación para controlar el proceso industrial; entre ellos se encuentran los sensores y los robots.

Los sensores son dispositivos desarrollados para generar información sobre el funcionamiento de las variables a controlar en determinado proceso industrial (temperatura, velocidad, espesor, peso o cualquier otra que pueda cuantificarse) y transformarla en una respuesta eléctrica, mecánica o térmica que pueda ser cuantificada y manipulada por la computadora, (control de mando) a fin de determinar si es correcto el funcionamiento del proceso; y en caso que no, crear una respuesta de alerta para que el operario resuelva el problema rápidamente.

Una automatización sencilla con estos elementos puede aplicarse en las sierras de banco, a través de un sensor que controle la velocidad de giro y de trabajo dependiendo las dimensiones y grosor de la pieza a trabajar, regularla (aumente o disminuya) y evitar cortes defectuosos o accidentes por una fricción inadecuada con la materia prima. Otra forma de automatizar este procedimiento, complemento del anterior, es mediante la instalación de un sensor de temperatura que la mida durante todo el proceso y advierta el momento oportuno para refrigerar la máquina o hacerle mantenimiento.

De igual forma, es posible instalar una gran variedad de robots al momento de pensar en automatizar y que pueden desde levantar mercancía, manipular cajas, botellas y piezas, hasta hacer trabajos de movimiento repetitivos que requieran precisión y que por su complejidad, impliquen riesgo para el operario humano.

Por ejemplo, la automatización con esta tecnología es muy útil en empresas que trabajen con soldadura de punto; casos en los que el robot garantiza calidad en la operación; o en fábricas que requieran piezas en madera de formas complejas y en tiempo récord, para lo cual existen equipos muy completos que cortan, rutean, perforan, entre otros procesos y aseguran mayor precisión en los procedimientos, productos de alta calidad y una minimización considerable de errores humanos, tiempos, materia prima y el uso de fuerza laboral.

Los robots, en la industria de muebles y otros productos en madera, son frecuentemente usados en la fase de acabados, llámese pintura o lacado, ya que le permiten al operario establecer la cantidad de pintura que necesita para cubrir una pieza; y lograr objetos perfectos gracias a movimientos precisos (de arriba abajo, de izquierda a derecha) y en tiempos muy cortos.

Por Qué Automatizar

Cuando un industrial implementa la automatización de un proceso frente al trabajo manual del mismo –como los descritos anteriormente– puede obtener ventajas y beneficios de orden económico, social, y tecnológico, hechos que le permitirán a su empresa desarrollarse en el mercado y contar con sistemas que la hagan más competitiva. Las razones más frecuentes de el por qué automatizar, son las siguientes:

  • Asegurar mejor calidad en el trabajo del operador y en el desarrollo del proceso.
  • Mejorar la calidad y uniformidad del producto (todos los productos tendrán las mismas características), puesto que los pasos del proceso se desarrollan de forma repetitiva. Lo anterior también facilita la implementación de sistemas de inspección automática para control de calidad. Por ejemplo, en una empresa que empaque kits de tuercas y tornillos, es posible, por medio de un sensor, establecer el peso de los productos, para determinar que paquete está incompleto.
  • Obtener una reducción de costos, puesto que se normatizan los procesos y se reduce el tiempo y el dinero destinado al mantenimiento de las diferentes zonas de trabajo.
  • Lograr una disminución en los tiempos de procesamiento de información, puesto que las máquinas realizan la recopilación de datos estadísticos de los procesos productivos, de manera inmediata y automática; el operario obtiene así también, un conocimiento más detallado del proceso y puede tomar acciones correctivas más rápidas y eficientes.
  • Flexibilizar las líneas de producción para que puedan adaptarse a nuevos productos (fabricación flexible y multi-fabricación).

Obtener un mejor conocimiento del funcionamiento y desempeño de los equipos y máquinas que intervienen en los procesos, lo que hace posible la implementación de funciones de análisis, optimización y autodiagnóstico.

  • Aumentar el rendimiento de los equipos y la facilidad para incorporar nuevos equipos y sistemas de información.
  • Disminución de la contaminación y daño ambiental.
  • Racionalización de recursos por el uso eficiente de energía y materia prima, debido a que las máquinas sólo usan las cantidades exactas programadas en su sistema operativo.
  • Aumento en la seguridad de las instalaciones y en la protección a los trabajadores.

Las ventajas de automatizar empiezan con el retorno de la inversión en poco tiempo, gracias una mayor capacidad de producción, calidad y la posibilidad de hacer  cambios de referencia en los productos, rápidamente; en cuanto al mantenimiento, la detección de fallas es inmediata y transmitida en línea. La automatización de un proceso puede tener un costo aproximado de 100.000 pesos, una básica; aunque existen automatizaciones más costosas, avanzadas y personalizadas, según el tamaño de la empresa.

Los costos administrativos y de producción que ahorra el industrial, tras automatizar, tienen su soporte en una mayor continuidad, intensidad y control integrado de los procesos de producción, una reducción significativa de errores y rechazos, mayor flexibilidad y adaptabilidad de la producción en las diversas escalas de producción; además de la posibilidad de que una sola persona pueda coordinar y controlar más de una máquina, para llevar a cabo diferentes operaciones de forma simultánea.

Cabe resaltar que la automatización en Colombia, según cifras de la última versión de la feria ‘Automatisa’, ha tenido un crecimiento promedio del 20 por ciento en cuanto a industrias interesadas en automatizar se refiere, más del doble de lo que presentan otros países de la región como Perú, Chile y Ecuador, que tienen crecimientos ponderados de entre el 5 y 10 por ciento, en este mismo rublo.

Lo anterior puede ser causa de la inversión extranjera creciente que registra Colombia, además del alto nivel de calidad que exigen los mercados externos para el ingreso de productos y, en ese caso, la automatización industrial es percibida ya, como una herramienta vital para mejorar los índices de competitividad y el nivel tecnológico de la mano de obra calificada.

Automatizar implica entonces, adelantar procesos de forma más ágil y eficiente, ahorrar en fuerza de trabajo y reforzar, indirectamente, otras áreas de una empresa pues, tras las mejoras particulares llegan las generales, así se hace factible para quien la aplica, destinar recursos a áreas distintas a las típicas de producción.

Fuentes

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