Muebles Eróticos: Entre lo artístico, lo Original y lo Funcional

Paola Andrea Ruiz

Periodista M&M

Entre curvas que semejan el cuerpo humano y formas ergonómicamente pensadas para ayudar al mejoramiento de las posiciones corporales, el mobiliario erótico se inventa –para “robarle” a la cama– el lugar privilegiado del que ha gozado durante años, en la práctica de las relaciones sexuales y se revela, de paso,  como un interesante nicho de mercado para los fabricantes de muebles.

Desde siempre, el erotismo ha estado ligado a la historia de la sociedad, no en vano, un número importante de expresiones artísticas, obras literarias y movimientos culturales se han generado, precisamente, a partir de éste sentimiento, como fuente de inspiración; sin embargo, no sólo artistas y escritores lo han plasmado en sus obras, también, diseñadores industriales e interioristas han encontrado en el diseño y fabricación de mobiliario erótico, una posibilidad eficiente de fusionar arte, sensualidad y funcionalidad.

Valiéndose de experiencias y necesidades –propias y ajenas–, de obras de arte, libros tan antiguos como el ‘Kama Sutra’ e influencias de culturas como la árabe, la japonesa o la china; hoy, los diseñadores de muebles especializados para el amor, le están apostando a revolucionar dicho mercado, creando mobiliario erótico con el que buscan romper la monotonía de las relaciones y ofrecer, a través de sus piezas, el más alto grado de bienestar a los usuarios de esta particular tipología de mueble.

Sin duda, los eróticos, se muestran como alternativas frente al tradicional mueble de cama que, desde siempre, ha sido el más utilizado para llevar a cabo las relaciones íntimas, a pesar de que –como lo afirman los expertos– es tal vez, el sitio menos indicado para tal fin, no sólo porque no está ergonómicamente diseñado para esta actividad, sino porque además, no facilita el mejoramiento de las experiencias en este campo.

Por ello –para ampliar este reducido nicho de mercado, abrir la mente de creativos a nuevas posibilidades de diseño y la del mercado, a nuevos usos; para aplicar eficientemente la ergonomía a piezas ultra exigentes en esta materia; y plantear renovación para los espacios dedicados a la intimidad, a través de muebles especializados para los encuentros amorosos– un grupo de inquietos diseñadores, de distintos países y variadas corrientes estéticas, han trabajado en propuestas de mobiliario erótico adaptable –realmente–  al cuerpo humano y fabricadas con materiales muy especiales.

 Muebles Con Picante: Los Mexicanos

Muchas pueden ser las fuentes creativas para el diseño de un objeto y en particular, la de los muebles eróticos, suelen ser las necesidades, fantasías o carencias manifiestas que surgen en la intimidad. Precisamente y con base en sus vivencias, los diseñadores mexicanos Xanath Lammoglia y Andrés Amaya, fundadores y creativos de la firma “Bala Studio” –y quienes además son pareja– se han dedicado desde el año 2003 a diseñar y ofrecer exclusivamente mobiliario erótico.

Se trata de una línea de muebles vanguardista, ya reconocidos en su nicho de mercado, que se muestran casi como esculturas, equilibradas, estéticas y funcionales y que se producen con la idea –como ha explicado Andrés Amaya– de sacar el erotismo de la intimidad de la recamara y generar una mayor apertura sexual hacia diferentes sitios del hogar; de hecho, algunas no sugieren tácitamente, el uso que en verdad, tienen.

Desde el inicio de su aventura creativa y hasta la fecha, la dupla de diseñadores ha dado vida a una serie de once modelos de sillas y muebles, todos y cada uno, antropométricamente concebidos y fabricados para garantizar que las formas se adapten a la posición de los cuerpos –sean ergonómicos– aporten sensualidad al ambiente y por supuesto, garanticen la satisfacción total de los usuarios.

La primera pieza de estos “muebles ideológicos” –como también los llaman sus creadores– fue “Barbarella”, una silla fabricada en fibra de vidrio, aluminio, vinilo y poliuretano, que fue “presentada en sociedad” durante la Feria del Mueble de Milán y que capturó la atención de los asistentes, no sólo por su concepto, sino por la calidad en los detalles de diseño y manufactura.

Al menos una unidad de cada diseño creado, es conservado por los mexicanos, quienes según lo afirman, prueban todos y cada uno de los modelos.

A raíz de la aceptación de esa primera creación y de la necesidad de expresar sus puntos de vista frente a la sexualidad, los diseñadores mexicanos continuaron con el lanzamiento de nuevos modelos; aparecieron a consideración de público, piezas tan originales como “El Cartero Llama”, una mesa hecha en madera, fibra de vidrio y poliuretano, en cuya superficie lleva grabado, a bajo relieve, el dorso desnudo del cuerpo humano a fin que la mujer se pose cómodamente sobre la estructura; y “Clean Sex”, un lavatorio erótico fabricado en cerámica, gel de poliuretano y acero inoxidable, concebido para ser ubicado y utilizado en el baño.

Como piezas posteriores aparecieron también las fálicas sillas “Falcón” y “Felatio”, la cómoda “Minga”, la escultural silla “El Montao” y el multifuncional sistema “Venid”; todas, parte de una colección que reveló un cuidadoso uso de materiales, una selección de sugestivos colores y una sutil limpieza de formas.

La más reciente creación de la pareja de “manitos” –que conservan todos los modelos en su casa estudio que tienen ubicada en el país azteca– es la silla “Adela”, inspirada en las mujeres de la revolución mexicana, que tuvo como objetivo principal de diseño hacer protagonistas en las relaciones íntimas, a las féminas, y se presentó también como versión compañera y mejorada del asiento “El Montao”.

“Adela” posibilita, gracias a su diseño –con soportes laterales para los pies y altos cuernos inclinados en el espaldar–, adoptar posiciones cómodas durante la relación íntima, pues permite distribuir las cargas y los pesos de los cuerpos sobre el mueble. Detalles como la vestidura texturizada y los acabados totalmente a mano, le dan valores agregados a esta creación, una de las más aceptadas en el mercado hasta el punto que, el Museo del Sexo de Nueva York ha solicitado ya 69 piezas para comercializarlos en, aproximadamente, 1800 dólares cada uno.

El éxito y la aceptación del mobiliario erótico de Lammoglia y Amaya, radica en que sus diseños –probados y ajustados por ellos mismos–, son una mezcla de originalidad, texturas, antropometría y arte; se trata, como lo explican, de un trabajo artesanal y una producción limitada de ejemplares que demandan museos en diferentes lugares del mundo, comercializan galerías de arte y que, a los ojos del público y el mercado, son prácticamente en piezas de colección, mobiliario exclusivo que más allá del aportar a la creatividad y comodidad erótica, le dan un aire sofisticado y especial a los ambientes a los que se integra.

Diseño Para El Kama Sutra

El ‘Kama Sutra’, libro hindú que define el sexo como una “unión divina” y que trata temas sobre el comportamiento del hombre en esta materia, ha sido tomado desde su aparición como libro de consulta y referente –en distintas épocas y regiones del mundo– para el conocimiento de poses eróticas; sin embargo llevado a la práctica, y pese a la competa explicación de sus páginas, las posturas resultan casi imposibles porque los ejecutores requieren, además de un amplio manejo corporal, mobiliario apropiado para el fin.

Precisamente, pensado en el Kama Sutra, y en la necesidad de crear un “santuario” donde las relaciones sexuales pudieran florecer natural y fácilmente, Al Vitaro, Presidente de la firma Zen By Desing, –especializada en el diseño y fabricación de muebles para la meditación–, creó la “Tantra Chair”, una silla que, como el mismo Vitaro lo explica, fue pensada para llenar ofrecerte un lugar de “espiritualidad” a la intimidad sexual.

Su forma –inspirada en las líneas, serenidad y belleza de la mujer– fue minuciosamente estudiada y desarrollada por la empresa para lograr las dimensiones, ángulos y curvas precisas que permitieran alivianar y distribuir el peso de los cuerpos durante las relaciones, y posibilitar, a los usuarios, llevar a cabo movimientos y posiciones corporales imposibles en superficies planas, como camas y mesas.

Al Vitaro, su creador, asegura que el diseño de la silla Tantra, fue estructurado de tal manera que, el ángulo de la pelvis, cambia naturalmente, lo que ayuda a la experimentación de sensaciones placenteras y seguras; es decir la búsqueda de armonía y formas sugestivas en las formas del mueble, fue respaldado con estudios antropométricos cuidadosos y precisos.

Estas características funcionales, sumadas a un diseño limpio y elegante –que permite exhibir la silla en cualquier lugar de la casa–, han posicionado a la Tantra Chair, en el mundo entero, como uno de los muebles eróticos más aceptados por los clientes que buscan este tipo de piezas, como un producto altamente demandado por sectores como el hotelero y como un ícono en cuanto a la aplicación de la ciencia, el uso de materiales y la concepción de diseño mobiliario contemporáneo, se refiere.

No en vano, este diseño exclusivo, patentado por Zen By Desing, fue hecho a mano en Arizona, Estados Unidos, con materiales ecológicamente amigables, telas antibacteriales y recubrimientos anti-fluidos de excelente calidad, aspectos que, en general, exige el diseño y producción de este mobiliario en particular y lo distingue frente a otras categorías de muebles.

Comercialmente, el diseño resultó un éxito total para la firma fabricante pues, el precio de cada mueble oscila entre los 1200 y 1600 dólares, más de dos millones de pesos, cifra que la ubica, como uno de las más finas de su clase. Desde su lanzamiento hasta la fecha, se han comercializado más de 10 mil unidades en todo el mundo, concentrándose, la mayoría de ventas, en Estados Unidos y Europa. Los clientes –hombres y mujeres entre 35 y 55–, con buen poder adquisitivo la prefieren por su estilo sobrio y limpio diseño.

Del Amor y Otros Diseños

Hace un poco más de tres años, los establecimientos del sector motelero nacional empezó a requerir muebles especiales para satisfacer las solicitudes de sus clientes: sin embargo, y aunque se dieron a la tarea de buscar diseños colombianos de mobiliario erótico, fueron muy pocos los estilos que encontraron.

Según lo comenta el administrador de un motel de Bogotá, en Colombia, la industria del mueble aún no ha explorado abiertamente este tema, no tiene un catálogo amplio de diseños ni existe un número importante de empresas que produzcan muebles erótico, por lo cual, en el mercado nacional sólo se encuentran algunos diseños muy básicos, o copias transformadas y adaptadas de modelos extranjeros.

El modelo mayoritariamente demandado por los establecimientos del ramo y utilizado preferencialmente por sus clientes, es la que se conoce, en el argot popular, como “Silla del Amor”; una estructura metálica con asiento, espaldar y apoyaderos en cuero sintético a través de la que ofrecen y buscan, unos y otros, ayudar al mejoramiento de las relaciones íntimas, y que según los fabricantes de este mueble –pese a su sencillez y elementalidad– cumple con la función para la que fue creado: servir de apoyo para el cuerpo.

En el país, son escasas –por no decir nulas– las empresas que se dedican a la producción de este tipo de mobiliario; de hecho, la mayoría de los fabricantes son carpinteros que, con base en modelos copiados de revistas extranjeras, materializan prototipos para suplir los requerimientos de moteles y hostales, y que además no aplican ningún tipo de estudios antropométricos básicos –determinantes para garantizar la eficiencia de las piezas– a la hora de producirlos.

Al margen de la falta de diseño y originalidad de los muebles eróticos colombianos, si existe una normatividad que cumplen y deben cumplir los fabricantes locales y son las exigencias de la secretaría de salud pública, en materia de la incorporación de telas especiales antibacteriales y de recubrimientos químicos para repeler fluidos.

Para Ketty Alexandra Rojas, Diseñadora Industrial y docente de la Universidad Industrial de Santander (UIS), en Colombia hay un desconocimiento casi generalizado sobre esta tendencia de mobiliario y por ende, sobre las proyecciones que pueden tener las piezas en el mercado.

Sin duda, para los diseñadores y fabricantes nacionales de muebles, éste puede resultar un nicho interesante precisamente por la falta de oferta y por el reto que representa producirlo pues –por lo inexplorado del campo– demanda total creatividad, innovación en los diseños básicos, existentes, el cumplimiento de una serie de  estándares de calidad y antropometría requeridos para, no sólo asegurar funcionalidad sino preservar también la salud física de los clientes, y un juicioso estudio de tendencias mundiales en la materia.

Diseños Para El Arte y La Decoración

Pero no todos los muebles denominados eróticos están diseñados para ser utilizados en la intimidad, existen otros que, bajo el mismo concepto, han sido creados para convertirse en piezas de museo, decoración o mobiliario para centros comerciales, restaurantes, almacenes, sex shops o bares.

Artistas plásticos y eróticos colombianos como Violeta Iris Agudelo, o Hernán Darío Correa entre otros, han creado sillas en forma de mujer, sofás en forma de boca y corazón, mesas y barras con forma de lengua, que se han convertido en los muebles de algunos restaurantes de Bogotá.

En el mundo, existen otros diseños que también han revolucionado este campo, como “la silla del amor automática”, máquina creada por un profesor de robótica surcoreano, que está dotada con dos asientos motorizados ubicados uno frente al otro y que se manejan mediante mandos automáticos para ajustar velocidad y movimientos de rotación de cada una de las sillas.

Su funcionamiento es sencillo. Una vez encendida, la silla en la que va sentado el hombre se mueve de adelante hacia atrás, mientras que la que corresponde a la mujer rota suavemente en un mismo punto.  Los mandos de la máquina están ubicados al lado de la silla de la mujer, para que sea precisamente ella, la que tenga el control del ritmo y los tiempos de cada movimiento. La máquina cuenta además con cinco velocidades, botón de pausa, sistema de vibración ajustable y un sistema para nivelar los pesos de los usuarios, así como para manipular los ángulos de inclinación de cada asiento.

Pese a su poco atractiva apariencia, el éxito de este artefacto para el amor, ha sido innegable pues se demuestra en las miles de sillas que su diseñador a vendido en corea y las demandas registradas en más de 120 moteles de Japón.

Así pues, aunque la industria colombiana del mueble es aún esquiva para incursionar abiertamente en el diseño, producción y distribución de este tipo de muebles, y que incluso el mercado tampoco está familiarizado con las piezas; no cabe duda que éste segmento puede representar una muy buena oportunidad para los fabricantes de muebles que se arriesguen a innovar y diseñar muebles eróticos para uso doméstico, artístico, comercial, así como para el sector hotelero y motelero nacional.

Fuentes:

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