Las Corporaciones Autónomas y Sus Realizaciones

Jorge Forero González

Ingeniero Forestal

 Las Corporaciones Autónomas Regionales y las Corporaciones para el Desarrollo Sostenible, que ya cumplieron sus primeros diez años de existencia, en términos generales, se puede decir que cuentan con tres fuentes principales de recursos a saber, como son: Recursos propios, Recursos del presupuesto nacional (Transferencias) y Recursos de cooperación internacional o donaciones.

Entidades oficiales como el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo – MAVD, las mismas corporaciones e inclusive organismos de control, como la Contraloría General de la República; frecuentemente se quejan de la falta de recursos de que dispone el mal llamado “Sector Ambiental” y que por tal razón no es posible adelantar y cumplir con las labores asignadas a ellos.

Sin embargo, si se analiza cuidadosamente los esfuerzos económicos que ha realizado el país para atender las obligaciones que se ha asignado a las 39 “entidades ambientales”, más las cinco entidades científicas adscritas al MAVD; se puede apreciar que no ha sido una inversión despreciable la que, hasta ahora, se ha realizado.

Para confirmar lo anterior, basta sólo con citar las cifras que trae el informe de la Contraloría General de la República – CGR, en su evaluación del ‘Estado de los Recursos Naturales y del Ambiente 2003 – 2004’, donde indica como el gasto nacional ambiental en el 2.003, por concepto de las CAR’s, fue de 408 mil millones de pesos; pero en ninguna parte del informe se menciona el impacto que este gasto ha tenido con relación al desarrollo del país en campos tales como: el mejoramiento del ingreso, la reducción de la pobreza, la generación de empleo, la disminución del cambio del uso del suelo de las áreas boscosas, el incremento y mejoramiento en el servicio de agua a la población y otros aspectos mas, estrechamente relacionados con el mejoramiento de los pilares de los ecosistemas como son los recursos naturales renovables: agua, suelo, fauna y vegetación; pero ante todo, con el mejoramiento del otro componente del ambiente: el Medio Social.

No obstante, el mismo informe afirma que “La deuda social, el crecimiento económico y el estado de los recursos naturales son vistos por la administración como independientes y no se tiene en cuenta que una buena gestión ambiental es una buena gestión social que impulsaría el crecimiento económico con justicia social”.

La cifra anterior es apenas una muestra del gasto que, con la excusa del “mejoramiento ambiental”, ha realizado el país durante los últimos once años. No obstante, la prensa está llena de noticias relativas al estado crítico que el mismo presenta y es así como con unas pocas lluvias que cayeron en febrero del presente año, los damnificados sobrepasaron los 30.000 y con las lluvias que se presentaron a finales de abril y principios de mayo, el país no sabía como enfrentar esa nueva emergencia invernal.

No obstante lo anterior -que es apenas un ejemplo-, el país no cuenta hasta la fecha con una sola cuenca hidrográfica en administración, lo cual, contrario a la idea que se viene propagando, no consiste exclusivamente en la siembra de unos cuantos árboles; sino en que la Ordenación y Manejo de las Cuencas Hidrográficas es una labor de planificación y ejecución de obras de manera coordinada entre todos los organismos del Estado, empezando por el nivel municipal hasta llegar al nivel nacional, coordinado todo obviamente por las CAR’s.

Pero la ordenación de cuencas hidrográficas, no obstante su importancia, no ha podido realizarse pues las CAR’s parecen muy afanadas sólo en prohibir y no en adelantar una labor constructiva de aprovechamiento sostenible de los recursos de que dispone el país, lo cual no pueden hacer, pues carecen de investigación que les permita llegar a conclusiones válidas relativas, por ejemplo, a las prácticas más recomendables para un adecuado uso del suelo y carecen de información meteorológica que les permita hacer análisis, por ejemplo, de “balances hídricos” de sus cuencas hidrográficas, ya que dicha información está centralizada en el IDEAM -un organismo de carácter nacional-, y la información existente sobre el tema es limitada para muchas regiones.

De igual manera, no pueden hacer el fomento adecuado de la reforestación, pues desconocen las especies más promisorias de su propia región y sus usos más adecuados; así como tampoco pueden recomendar las áreas cuya vegetación debe ser protegida, pues no cuentan con las herramientas de análisis adecuadas para establecer cuáles son dichas áreas y así poder enumerar otros aspectos adicionales en los cuales el cumplimiento de las Corporaciones deja mucho que desear.

En realidad es lamentable observar como, después de once años y pese a su importancia, no se cuenta con la información anterior a nivel regional y aún menos, a nivel nacional. De hecho, todo lo anterior puede resumirse diciendo que después de once años de existencia de las entidades “competentes para la administración y manejo de los recursos naturales renovables y del ambiente”, quizás la totalidad de ellas carecen de la “línea base” acerca del estado de los recursos naturales renovables y del ambiente en sus respectivas áreas de jurisdicción-, no obstante los recursos invertidos en muchos de los componentes de dicha línea. 

Fuente: Jorge Forero González – E-mail: jorfogo@yahoo.com.mx

 

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