Jorge Forero González

Ingeniero Forestal

 Colombia ha adelantado en los últimos tres años un debate sobre los enunciados del proyecto de Ley Forestal, pero a pesar de ello, los resultados que de dicha ley pueden esperarse aún no se vislumbran; sean favorables para el desarrollo de los bosques del país como mencionan algunos o negativos como lo afirman otros.

No obstante esta discusión – y aunque el proyecto de Ley Forestal sea aprobado o no- es necesario poner de manifiesto una de las mayores falencias que enfrenta el sector forestal y que se constituye en el talón de Aquiles de dicha Ley. Ciertamente, el sector carece, tanto en los campos de la preservación como de la producción, de información real, verdadera, exacta y precisa sobre su estado; impidiendo que se conozca a ciencia cierta qué patrimonio boscoso posee Colombia, haciendo que la mayoría de los argumentos presentados durante los debates de la Ley, hayan estado cargados de emotividad pero distantes de la realidad nacional.

Por eso es necesario que el país y las autoridades responsables y encargadas del control y regularización de la actividad forestal, reconozcan que no existe información confiable con relación a los bosques naturales y plantados, debido principalmente al abandono del que han sido objeto. De hecho, los debates para la aprobación de la Ley, han debido iniciarse por presentar el estado cuantitativo y cualitativo que ofrecen los bosques nacionales hoy en día y, como consecuencia directa de ello, una de las primeras labores que el Estado colombiano debe ejecutar, es obtener esta información.

En este sentido, uno de los primeros temas sobre los cuales ha debido basarse dicha discusión y de la cual es probable que surjan en un futuro las bases para adelantar distintos juicios de responsabilidad por no haber dado cumplimiento a las normas legales vigentes, es el aspecto que hace referencia a la extensión real de los bosques naturales y plantados, así como la función social, económica y/o ambiental que cumplen las áreas cubiertas por ellos.

Otro de los temas que ha debido analizarse es la situación y normatividad que sobre la propiedad de los bosques naturales existe actualmente, así como las diferentes acciones que se han adelantado en este sentido, temas que no fueron siquiera mencionados a lo largo del debate ya que las discusiones al respecto se basaron en unos bosques en abstracto, pues no se mencionaron aspectos tales como: cuál es su potencial productivo, qué población vive en ellos y bajo qué condiciones, dónde se encuentran localizados, cuál es su situación de accesibilidad u orden público; entre otros aspectos que podrían mencionarse y que son objeto de esta columna.

A  continuación se dan algunos datos que pueden vislumbrar la condición actual de los bosques nacionales.

1- Los bosques puros (bosques en los cuales predomina una sola especie arbórea), que dieron origen a la industria forestal en la década de los sesenta, han desaparecido casi en su totalidad al igual que la industria que dependía de ellos. Los bosques puros que aún subsisten, son en su mayoría propiedad de las Comunidades Negras (Ley 70 de 1993).

2-Los Resguardos Indígenas titulados hasta diciembre de 2004, tenían una extensión aproximada de 30’156.413 hectáreas (ha) y poseían cerca de 20’987.616 ha. de bosques, cuya función establecida por la Constitución Política de Colombia y los tratados internacionales firmados por el país, es la PRESERVACIÓN, dado que el bosque se considera el hábitat propio de las poblaciones indígenas (Artículo 330, numeral 5º de la Constitución Nacional). Esta extensión boscosa representa el 47.01% de los bosques naturales con que cuenta el País.

3- A las Comunidades Negras se les tituló una extensión cercana a las 5’600.000 ha., donde existe una cobertura boscosa aproximada de 3’406.905 ha. cuya función según la Ley 70 – Artículo 6º, es la de garantizar la persistencia de estos recursos, ya sea para uso doméstico o para aprovechamiento forestal con fines comerciales. Igualmente el artículo 14 de la Ley mencionada, establece que “en el acto administrativo mediante el cual se adjudique la propiedad colectiva de la tierra se consignará la obligación de observar las normas sobre conservación, protección y utilización racional de los recursos naturales renovables y el ambiente”, más otros artículos que enfatizan acerca de la necesidad de adelantar la ordenación forestal de los bosques naturales para su aprovechamiento.

4- Los Parques Nacionales Naturales, con una extensión aproximada de 9’740.240 ha. poseen una cobertura boscosa estimada de 8’647.049 ha., área destinada, al igual que la de los Resguardos Indígenas, para la PRESERVACIÓN (Artículo 328, literal b, Decreto-Ley 2811 de 1974). Esta área representa el 19.37% de los bosques colombianos.

5- Con base en las estimaciones anteriores, los bosques que aún son propiedad del Estado y que están localizados en las Áreas de Reserva Forestal (declaradas por la Ley 2ª de 1959 por la cual pierden su carácter de baldíos), presentan una extensión aproximada de 5’883.975 ha., es decir un 13.18% de los bosques del país, cifra que al igual que las anteriores tampoco es oficial, a pesar de que el país y el sector forestal contó durante 25 años con la existencia del INDERENA, con 13 años más del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, de cinco “Entidades Científicas adscritas y vinculadas al Ministerio” y de 33 Corporaciones Autónomas Regionales y para el Desarrollo Sostenible; sin incluir los Departamentos del Medio Ambiente de las grandes ciudades, cuya vigencia ha sido igualmente de 13 años.

En resumen, Colombia cuenta sólo con una extensión boscosa aproximada de 5’883.975 ha. en las que podría cifrar su desarrollo forestal, que representan el 13.18% de los bosques naturales asumiendo que la extensión total de ellos sea de 44’640.267 ha.; área esta que puede variar hasta las 64 millones¹ de ha. de las que se desconoce su productividad, composición, accesibilidad y demás información que permita considerarlos como un verdadero recurso forestal y cuyo APROVECHAMIENTO ofrecería innegables beneficios al país.

También se puede agregar que si las entidades enumeradas anteriormente hubieran cumplido sus funciones con relación a los bosques naturales y plantados del país, no hubiera existido la necesidad del desgaste Institucional y económico que ha ocasionado el debate de tres años del proyecto de Ley mencionado.

Como se puede apreciar, todos los datos son aproximados, como es aproximado el dato que se reporta anualmente, relativo a la destrucción de los bosques y a la extensión de bosques naturales intervenidos o EXPLOTADOS; bosques de los que se extrajeron las especies maderables con valor comercial, dejando como resultado bosques empobrecidos y poco productivos desde el punto de vista maderable y cuya recuperación productiva demandaría una cuantiosa inversión.

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 Cita:

1. IDEAM, 1997. Citado por el Plan Nacional de Desarrollo Forestal. 2.000.

* Jorge Forero. Correo electrónico: jorfogo@yahoo.com.mx