Maderas modificadas: Reinventando el material para aprovecharlo al máximo

madera

Camilo Marín Villar
Periodista

Las especies blandas, como el pino radiata, de rápido crecimiento, están siendo tratadas para mejorar su durabilidad y resistencia; lo que se busca es reemplazar con ellas a las maderas duras, de árboles de más de 80 años. Esta es una revolución llamada a impulsar y motivar la construcción con madera.

De acuerdo con la FAO, la producción y el comercio mundial de madera alcanzó el año pasado su nivel más alto en los últimos 70 años. Dicho aumento ha sido impulsado por la creciente demanda de madera para la fabricación de edificaciones, fachadas, entarimados, revestimientos y estructuras en exteriores

El gran problema es que para suplir dicha demanda es necesario disponer de maderas tropicales duras, de alta densidad, provenientes de los bosques naturales, cuyas especies de árboles tardan más de 80 años en crecer, lo que hace insostenible la reforestación comercial de este tipo de productos; implica un impacto negativo a los ecosistemas, e incentiva el comercio ilegal de la madera.

Por todo ello, desde hace algún tiempo, se ha abierto camino el uso de las maderas modificadas, como una alternativa de alto potencial para suplir las necesidades crecientes de la construcción y la arquitectura exterior.

Actualmente, existen maderas modificadas que pueden durar entre cincuenta y ochenta años, incluso más de cien años sin ningún tipo de mantenimiento. Son maderas resistentes a la descomposición y a la pudrición, al ataque de termitas, hongos y otros xilófagos; además de ser dimensionalmente estables y mantener su coeficiente de dureza a pesar del paso del tiempo.

Aunque en América Latina y en Colombia el uso de estos productos aún es escaso, es importante para el sector conocer los adelantos en la materia, además de las oportunidades que abren estos materiales y su futuro impacto en la industria de la construcción.

Qué son y qué representan las maderas modificadas

Las maderas modificadas son aquellas que han sido tratadas térmica o químicamente, sin adicionar biocidas, con el fin de mejorarles las propiedades durante el servicio del material.

Por lo general, los tratamientos de mejora se realizan en maderas de especies blandas como las coníferas y las frondosas, para producir una madera aserrada que se desempeñe de manera competitiva frente a las especies duras tropicales.

Básicamente, lo que se hace es tomar una madera de baja durabilidad –como, por ejemplo, la de pino radiata– y potenciar sus propiedades con diferentes procesos; y, de esta manera, otorgarles la capacidad de resistir el paso del tiempo, sin degradarse y sin necesidad de mantenimiento.

En general, se crea un nuevo material con propiedades únicas y especiales para aplicaciones exteriores e interiores (traslapos, machimbrados), deck (pisos, terrazas), estructuras, marquesinas, fachadas, marcos, molduras y, además, proveer de materia prima a las fábricas de puertas; esto significa que ya no es necesario utilizar productos artificiales para tener un material estable, tampoco es necesario talar árboles milenarios para fabricar estructuras de madera que perduren.

De hecho, las maderas modificadas son parte de la actual tendencia de la industria que va dirigida hacia la generación de valor agregado en los recursos maderables, permitiendo utilizarlos para diversas aplicaciones y en lugares en los que antes era imposible, lo cual significa nuevas opciones de insumos, respetuosas con el medio ambiente y eficientes.

Procesos para modificar la madera

– Termotratamiento: La madera modificada térmicamente, (o madera termotratada) consiste en someter el material a un tratamiento térmico, con temperaturas a menudo entre los 180 ºC y los 260 ºC, en una atmósfera inerte o con bajo oxígeno que puede ser en cámaras de vacío, durante aproximadamente ocho horas.

La ausencia de oxígeno ayuda a las paredes celulares del material a pasar por cambios que la harán una pieza de madera más fuerte y durable.

Aunque este tratamiento puede aplicarse a cualquier especie de madera, lo habitual y lógico es hacerlo en maderas blandas de rápido crecimiento, con el fin de conseguir algunas de las propiedades que el termotratado proporciona y que la especie en cuestión no posea. Algunas de estas especies son: haya, pino, abeto, chopo, abedul, fresno y el arce.

No se trata de un proceso descubierto recientemente, desde hace milenios se sabe que quemar la superficie de madera incrementa su durabilidad. Los antiguos vikingos sabían que, al construir empalizadas defensivas para las fortificaciones, los postes fabricados con madera a la que se le había quemado la superficie duraban más que los que no habían sido quemados.

Así mismo, en Japón, mediante la técnica Shou-sugi-ban, ha sido común quemar la madera, pulirla con un cepillo de púas o grata, y posteriormente aplicar un aceite vegetal, de tal forma que pueda alcanzar una durabilidad de hasta 80 años.

El proceso de termotratado provoca cambios en la estructura interna de la madera. Entre otras cosas mejora el comportamiento de la madera frente a los factores naturales (ambientales, el paso del tiempo y los ataques de las plagas), de ahí que gran parte los usos de la madera termotratada sean para exteriores: para mobiliario, suelos o pavimentos, revestimientos de paredes o fachadas -tanto interiores como exteriores-, saunas y cuartos de baño.

Algunos de los cambios más relevantes del termotratamiento son:

  • La madera se oscurece y al mismo tiempo se homogeniza el color, tanto en la albura como en el duramen.
  • Se incrementa exponencialmente la resistencia a hongos, insectos y humedad, lo que mejora su durabilidad.
  • Superficie más dura.
  • Aumenta la estabilidad de la madera y se reducen las tensiones internas; la hinchazón y la merma disminuyen.
  • Reducción drástica de la humedad de la madera.
  • Mejora sus propiedades como aislamiento térmico.
  • Es más liviana debido al cambio en su composición y a la pérdida de humedad.
  • Se elimina la resina propia de la madera.
  • La conductividad térmica mejora.
  • Actualmente, existen más de 40 plantas de modificación térmica de madera en Europa, con una capacidad conjunta de unos 600.000 m3 por año; también hay plantas en Canadá, Estados Unidos y recientemente se han construido un par de ellas en Chile.
  • De hecho, el año pasado, la empresa chilena Topwood, que realiza termotratamientos, particularmente, con el pino radiata, gracias al apoyo de ProChile, participó en dos ruedas de negocios con inversionistas colombianos para traer al país este material.

• Tratamientos químicos: Básicamente, es un proceso en el que se introducen diferentes productos químicos para fortalecer y modificar la madera, incluidos el aceite caliente, el gas nitrógeno y el vapor.

Existen dos tipos de maderas que se consiguen a partir de estos tratamientos:

La madera acetilada: La acetilización consiste en la extracción de las resinas y los azúcares de la madera a una gran temperatura, y en hacerla reaccionar con anhídrido acético (conocido en su forma diluida como vinagre).

Es decir, los grupos moleculares de oxigeno e hidrogeno, dentro de la madera, que se encargan de la absorción de agua se transforman en otros elementos (ácidos) que ya no absorben líquido, lo que cambia su estructura interna, reduciendo su capacidad de absorber humedad.

Esta reacción genera un material absolutamente estable dimensionalmente y que no es apetecible para los hongos e insectos xilófagos, pasando a la categoría de muy durable según la norma UNE-EN 350-2.

Las características visuales de la madera acetilada son prácticamente iguales ya que no se altera su color; no obstante, sus propiedades físicas cambian ostensiblemente, pues se incrementa su densidad y se reduce el mantenimiento del acabado decorativo.

Entre las ventajas de este tipo de tratamiento, frente a otros alternativos, están la conservación de la resistencia, dureza y apariencia natural de la madera, destacando la sustancial mejora de la estabilidad (reducción de movimiento).

Lo que más llama la atención es que mantiene la apariencia natural de la madera, la modificación en el tono es apenas perceptible. Esta es una gran ventaja del proceso de acetilación, ya que otros métodos como la autoclave o el termotratamiento la alteran de forma considerable.

También hay que destacar que se puede trabajar normalmente, cortar, cepillar o mecanizar sin problemas y sin la utilización de productos químicos adicionales o maquinaria especial. Puede utilizarse en ambientes marinos: puertos deportivos y piscinas.

El mayor mercado de este tipo de madera se encuentra por ahora en Europa, con una capacidad de producción aproximada de 80.000 m3. Durante los últimos años, en Norteamérica, se han realizado investigaciones y desarrollos de madera acetilada, incluso han usado este método para fabricar tableros a partir de fibras acetiladas, lo que posibilita la diversificación de productos.

• La madera furfurilada: También es una modificación de la madera de tipo químico, al igual que la acetilación. En este proceso el material se trata con alcohol furfurilado, que se produce a partir de un derivado industrial de algunos subproductos agrícolas como la caña de azúcar, el maíz, los girasoles o el trigo.

Este método incrementa la densidad y la dureza de la madera y la convierte en el material idóneo para cubiertas de barcos y entarimados exteriores. Así mismo, logra incrementar la resistencia al desgaste de la madera; reduce de un 50% o más la merma y la hinchazón del material, por tanto, aumenta la estabilidad dimensional; elimina la resina, cristalizándola; resiste mejor a los hongos y la intemperie; reduce la torsión, y elimina las sustancias nutritivas de las que se nutren los hongos.

La primera planta industrial de este tipo de madera inicia su producción en 2009 en Noruega, con una capacidad de 25.000 m3, hoy en día ya existe una decena de fábricas en Europa.

Las especies que actualmente se usan para el furfurilado son el pino amarillo del sur, el arce y el pino silvestre.

En conclusión, las maderas modificadas son materiales muy prometedores, más estables y con propiedades mejoradas, es la vanguardia en la aplicación de maderas a nivel mundial y a mediano plazo están llamadas a cambiar la forma de edificar. Sin duda es una revolución, en la que el sector maderero junto con la industria de la construcción y la arquitectura deberán trabajar de manera conjunta.

A mediano y largo plazo, la tendencia será apostarles cada vez más a los productos de madera, porque al hacerlo, las empresas estarán caminando de la mano con lo que necesita y exige la sociedad; un mundo sostenible en términos medioambientales, de eficiencia productiva, la generación de empleo y riqueza para los países.

Los avances y los nuevos desarrollos de las maderas modificadas hacen que este material esté plenamente vigente, le dan un nuevo aire de renovación e innovación al uso de la madera y lo catapultan hacia el futuro.

Fuentes
www.maderea.es – www.confemaderagalicia.es – www.ix-madera.es
– https://www.topwood.cl/ – teoriadeconstruccion.net
– madera-sostenible.com

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