Camilo Marín Villar
Periodista

La gran obsesión por regresar a lo natural, por dejar de lado los procesos industriales y por integrar elementos ecológicos a la vida, han impuesto en el diseño y la fabricación de muebles una nueva tendencia llamada Raw.

Este mobiliario exalta las formas irregulares, las vetas y los colores de la madera en bruto, el objetivo es lograr piezas que conserven un estilo auténtico con la menor intervención posible.

Desde el año pasado, especialmente, en los certámenes de diseño de muebles más importantes del mundo como la Feria de Milán y la Semana del Diseño de Londres, ha conseguido consolidarse en el ámbito del mobiliario y la decoración un estilo particularmente llamativo, basado en piezas que evocan y exaltan lo natural de la madera en su estado más puro.

A este estilo se le ha llamado Raw, que significa “crudo” en inglés, algo así como material en bruto, sin tratamiento, sin procesos o manipulación. Los muebles y accesorios de este tipo carecen al máximo de manufactura industrial, rescatan el valor de lo simple y aprovechan las formas, los bordes irregulares, las vetas y los nudos del árbol; y resaltan las superficies ásperas, el desgaste, las hendiduras e incluso los defectos de la madera.

En Colombia, el estilo incursionó con fuerza a través de almacenes de muebles como Alevilla, con sede en Medellín y de multinacionales como Crate & Barrell en Bogotá, que han incluido dentro de su portafolio piezas de este tipo.

Así mismo, el concepto ha prosperado en el mueble comercial, ya que algunas tiendas de moda como Arturo Calle Leather y Vélez Home, además de centros comerciales como Diver Plaza en Bogotá, y restaurantes como La Rustica Pizza en Cali, se han valido de este mobiliario para transmitir la personalidad de sus marcas.

Hoy esta tendencia no es sólo una alternativa renovadora para los fabricantes de muebles, que pueden crear piezas únicas, con sello propio y de gran valor agregado; sino que también representa una oportunidad para que los reforestadores y los comerciantes de madera maciza aprovechen al máximo el material y minimicen los desperdicios.

No hay que olvidar como en los aserríos es común desechar o chipear parte del material cortado; por ejemplo, aquellas trozas “imperfectas” o los árboles de fuste irregular, que no cumplen con los formatos comerciales. En estos casos, las nuevas tendencias, que valoran precisamente los defectos, son una alternativa para que el reforestador amplié su portafolio y se beneficie de todas las posibilidades que le ofrece el bosque.

 La tendencia Raw es orgánica y se contrapone a lo artificial, muchas veces estos muebles conservan las formas de las raíces, el tronco y las ramas.

Punto de partida

El origen de este concepto está en el sector de la nutrición, en un afán de buscar un estilo de vida más saludable, la raw food promueve el consumo de alimentos crudos y sin procesar. Es un enfoque que busca un estilo de vida más sostenible, sano y auténtico.

Llevado al mobiliario, la crudeza se encuentra en los defectos propios de material; de hecho, se buscan las imperfecciones y se destacan con tratamientos de envejecimiento y desgaste.

De acuerdo con Alfredo Guevara, diseñador industrial y quien ha trabajado en la fabricación de mobiliario Raw para diferentes centros comerciales, “dentro de un mercado en el que la gran mayoría de los muebles tienen un acabado perfecto, con líneas rectas y simétricas; la madera en bruto, casi sin tratar capta todas las miradas”.

Según Guevara, la belleza de este estilo radica precisamente en la naturalidad de las piezas y eso es lo que pretende destacar. Cada una de las imperfecciones de los tablones aporta la estética a este tipo de decoración; sin embargo, aunque su aspecto desigual parezca que requieren poco trabajo, esconden una ardua elaboración.

La madera de teca es la más utilizada para este tipo de muebles, ya que proviene de las zonas tropicales y posee unas cualidades inigualables. Con ella se fabrican muebles de gran resistencia, incluso para exterior, gracias a la resina antiséptica que posee y que la protege del ataque de termitas u hongos.

“Estas piezas suelen ser tratadas con aceites naturales protectores para conservar, que no es tarea fácil, todos los detalles que esconden los troncos; de hecho, requieren un gran esfuerzo y trabajo por parte de los artesanos y profesionales de la madera. Es por esto, sumado al factor moda, que dichos muebles suelen tener precios más elevados”, explica el diseñador.

La belleza de las imperfecciones

Las piezas más representativas de este estilo son las mesas de comedor y de centro, los taburetes de madera, los cuadros, las estanterías, los bancos o butacas para barras, las cabeceras de cama, las lámparas y los accesorios decorativos.

Un ejemplo clásico del mueble Raw son las mesas auxiliares con bases de troncos o los comedores con mesones hechos de tablones o trozas irregulares, tal como salen del aserradero; todos, muebles que no siguen un patrón fijo en cuanto a su tamaño ni forma y que muchas veces, a simple vista, parecen un tronco, una tabla o una troza, los cuales han sido cortados, con grietas y porosidades a la vista, pero ya dentro de la decoración se convierten en el elemento estrella y protagonista.

Aquí la madera es la protagonista y luce como en la naturaleza, sin aditivos ni disfraces. El material mantiene un color natural y el aspecto más rústico y puro posible, tiene texturas ásperas y llenas de imperfecciones y formas insospechadas y sorprendentes, lo que al final aporta a la consolidación un diseño original y elegante.

Precisamente, el éxito de estos muebles radica en esas “perfectas imperfecciones” que los hacen piezas únicas e irrepetibles; pues, en la naturaleza nada ocurre dos veces de la misma manera.

Al respecto, Guevara explicó que los grandes tablones Raw de madera en bruto se están convirtiendo en los elementos más destacados de los salones y comedores, y aclaró que este concepto no debe confundirse con los estilos rustico, industrial y vintage, ya que los tres son muy diferentes. Por un lado, el estilo rústico representa aquellos muebles de madera robustos, que reflejan solidez y fuerza, de líneas rectas y colores tierra, algunas veces incluyen decoraciones con fibras o tejidos naturales.

Entre tanto, el estilo industrial se destaca por exhibir piezas que tienen sus estructuras al desnudo, construidas de hierro o madera, instalaciones eléctricas vistosas, muebles y accesorios en tubería, con acero galvanizado o madera rústica, que escenifican ambientes de una fábrica. Mientras el vintage, se trata de revivir diseños que evocan el pasado; por ejemplo, el mobiliario clásico de los años veinte o el mueble Pop Art de la década de los sesenta.

Esto no quiere decir que el estilo Raw no se pueda combinar con otros, “los muebles de estilo Raw, se pueden combinar de diversas formas, una que se está destacando es la combinación con mobiliario minimalista de líneas más rectas lo que da, de esta forma, un especial protagonismo al mueble Raw” añadió el diseñador.

De hecho, en muchos sentidos el concepto Raw guarda coincidencias con otros estilos como el mobiliario balines, inspirado en la naturaleza de la isla de Bali. Al igual que el Raw, la decoración balinesa transmite calidez a través de colores tierra y materiales naturales, incluso es común en ambos usar mesas de troncos y tablones, o fabricar lámparas y sillas a partir de ramas.

 A ojo de un inexperto, esta tendencia se puede confundir con un estilo de decoración rústica, industrial o vintage, pero esto es un error. El estilo Raw reside en integrar muebles de madera con componentes y formas imperfectas, sin intervención de procesos industriales.

Artesanalmente, a raja tabla

Otro aspecto interesante del estilo Raw es que se apropió de los procesos artesanales y rescató el trabajo de los ebanistas. Para Michael Feliciano, artesano y diseñador de la firma Vixen Blanco, esta tendencia hace parte de un movimiento que utiliza y revive los procesos de fabricación tradicionales, en búsqueda de promover un mueble diferente al RTA, de consumo masivo y simplemente utilitario.

Feliciano explica que de un tiempo atrás, los diseñadores y fabricantes de muebles se han conformado con copiar las tendencias que llegan del extranjero, impulsados también por la demanda del mercado que pide lo que se ve a través de Internet.

“No es un secreto que el acceso que tienen ahora los clientes a la información que llega de Estados Unidos y Europa a través de las páginas web y las redes sociales marcan sus gustos y las tendencias, el mercado nacional copia y sigue modas. Copiar es una estrategia común entre los fabricantes de muebles; lo que se hace es tomar una fórmula que ya ha sido probada y reproducirla nuevamente”, aseguró el diseñador.

No obstante, existen iniciativas locales que buscan romper con estos paradigmas. Actualmente, varias empresas están incursionando en el diseño de muebles artesanales e incluso artísticos, e intentan conservar las tradiciones de la ebanistería y llegar al mercado con un discurso diferente, que logra una identificación con el usuario y su personalidad.

Feliciano enfatiza que “la clave aquí es la artesanía del mobiliario; pues lo hecho a mano tiene potencial, ya que estamos evitando la producción masiva a favor de algo que es más honesto y tiene más alma. El mueble sin pulir, que tiene algunos golpes, que cuenta una historia y tiene la pátina de la edad, de inmediato te hace sentir relajado y a gusto, es volver a lo natural a nuestras raíces”.

 Esta nueva tendencia ha sido bien acogida por los diseñadores e interioristas, en respuesta al conformismo creativo de copiar, imperante desde hace años, y como un aire renovador en el diseño de mobiliario.

Raw y el concepto de la marca

Entre tanto, Juan Pablo Bernal, gerente de Funzionale Diseño y Arquitectura, una compañía dedicada al diseño y la elaboración de mobiliario comercial, resaltó que cada vez son más las empresas que buscan estilos ligados a la naturaleza y a la vida saludable para ambientar sus espacios comerciales.

Allí encaja el estilo Raw como anillo al dedo, especialmente entre las empresas especializadas en ofrecer productos y servicios naturales. Además, entre las firmas de moda que quieren transmitir un concepto retro, elegante, y a la vez moderno. “El mueble en este caso es un elemento comunicador y exhibidor de productos, esa es su principal función y siempre está ligado con el concepto de la marca”, agregó Juan Pablo Bernal.

Para Bernal, la acogida del estilo entre los empresarios y los consumidores de muebles ha sido excelente y considera que esta tendencia se consolidará en el 2018, e incluso puede ampliarse e incursionar en el hogar y la oficina.

Sin embargo, una de las limitantes para la expansión de esta tendencia son los altos precios de los muebles, pues los materiales (especialmente la madera maciza) y los procesos de ebanistería encarecen la manufactura. Por ello, por ahora, este tipo de mobiliario ha llegado casi exclusivamente a clientes con alto poder adquisitivo.

Michael Feliciano explica que el mercado colombiano seguirá siendo liderado por el mobiliario de armado rápido que se puede adquirir en almacenes de cadena. No obstante, espera que paulatinamente, con la llegada de los grandes competidores de muebles al país, como la multinacional sueca IKEA, la oferta crezca y los precios comiencen un lento proceso de descenso. Allí hay una gran oportunidad para que los nuevos estilos como el Raw pueda llegar a manos de los consumidores en general.

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Fuentes

• Michael Feliciano. Artesano y diseñador de Vixen Blanco. michael@vixenblanco.com
• Juan Pablo Bernal. Gerente de Funzionale Diseño y Arquitectura, proyectos@funzionale.com.co
• Alfredo Guevara Salcedo, diseñador industrial. Gerente general de Muebles Guevara. guevara@outlook.com