Patricia Urquiola: Fuerza y Talento Creador

Piezas que se distinguen por un estilo incomparable, propuestas llenas de detalles que se mueven entre lo clásico, lo vanguardista, lo femenino y lo multicultural, y una carrera profesional que la consolidan como la diseñadora y arquitecta española más influyentes del momento, son las cualidades que en el mundo del diseño mundial resalta en esta creadora de tiempo completo.

La última década ha sido para Patricia Urquiola un tiempo para sembrar y recoger los frutos de una carrera profesional que ella misma describe como lenta pero segura, una trayectoria hacia la consagración, gracias al tiempo que se ha tomado para explorar y encontrar lo que realmente desea que sea su trabajo creativo; ese que es descrito por los críticos de la decoración y el interiorismo como “fresco, innovador, universal, encantador, y como la combinación perfecta entre forma y función”.

De ella se dice que su personalidad audaz, sofisticada, intensa y exigente ha sido fundamental en su afianzamiento como uno de los pocos nombres femeninos de éxito en el mundo del diseño industrial, dominado tradicionalmente por hombres; de allí que las firmas de interiorismo, amantes del buen diseño, y profesionales o estudiantes del sector académico exijan su presencia para deleitarse, no sólo con sus obras, sino con forma de explicar, concebir, trabajar y ver integralmente estos oficios.

  Casualidad del Destino

Nacida en Oviedo (España) en 1961, de ascendencia vasca, Patricia Urquiola inició tempranamente su trabajo de exploración en la disciplina del diseño pues a la edad de 12 años, comenzó a sentirse cautivada por el mundo creativo. Su pasión la llevó a que, una vez terminados sus estudios básicos decidiera dejar su ciudad natal para iniciar, en el Politécnico de Madrid, los de arquitectura –profesión que le permitiría conjugar la libertad de crear con el rigor propio de la actividad– finalizándolos en el Politécnico de Milán (Italia) dónde se graduó con honores en 1989.

Aunque la verdadera razón para que la arquitecta abandonara España y decidiera trasladarse a Milán fue el amor –ciudad de residencia de su primer esposo– este hecho casual le permitió dar el paso inicial hacia ese universo mágico que se convertiría en su profesión y su vida.

“España en esa época no pertenecía al Mercado Común Europeo, por lo que en la universidad (de Milán) apenas me convalidaron un año de los cuatro que había cursado en Madrid; sentía que no terminaba nunca de estudiar», recuerda la arquitecta.

Por eso, entre el “aburrimiento” que le producían las clases, Urquiola empezó a interesarse por el trabajo del diseñador industrial Achille Castiglioni (1), catedrático en ese momento del Politécnico de Milán quien, además de asesorar su tesis de graduación, sería su impulsor, el alentador para ir siempre más lejos, para no conformarse y para buscar permanentemente no seguir más pautas que las de su propia intuición, lo que en otras palabras ella describe como su «poética». En adelante la musa creadora para el diseño mobiliario, de objetos decorativos y de accesorios para uso personal seguiría también, acechando su vida como por casualidad.

Al terminar sus estudios y gracias a un amigo pintor, tuvo la oportunidad de conocer a los también diseñadores y arquitectos italianos Maddalena De Padova y Vico Magistretti, quienes le brindaron una visión “más culta” del diseño y paralelamente, una valiosa oportunidad profesional pues trabajó para ellos durante tres años (1990-1993) como jefe del departamento de desarrollo de productos de su firma. De esta experiencia, además de la oportunidad de familiarizarse con materiales, con el mundo fabril, y las actividades propias del oficio, Urquiola desarrolló la silla ‘Flower’, el sofá ‘Loom’, y la ‘Chaise Longue’, sus primeras piezas de importancia y reconocimiento.

Al finalizar su trabajo en la firma de De Padova y Magistretti, se lanzó como empresaria cuando en 1993 abrió junto a otros colegas un estudio de arquitectura y decoración de interiores que funcionó hasta 1996, año en el que también prestó sus servicios como Coordinadora del grupo creativo a la compañía Lissoni and Associates, empresa propiedad del diseñador Piero Lissoni.

En el año 2001 dio el gran paso y creó su propio estudio en Milán, su ciudad adoptiva, en la que desde entonces tiene la oportunidad de desarrollar proyectos integrales que combinan y reflejan sus dos pasiones: la arquitectura y el diseño. Hoy, Alessi, B&B, Moroso, Padova, Kartell, Artelano y Driade se encuentran entre sus clientes, para los cuales, además de crear muebles que se han convertido en símbolo del diseño contemporáneo, desarrolla también la imagen de sus puntos de venta y de marketing.

Además, ha participado en numerosas exposiciones y actividades académicas dedicadas a su trabajo en países como España, Holanda, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos e Italia, con vasto reconocimiento de la comunidad del diseño internacional, de hecho, actualmente una de sus creaciones, la silla ‘Fjord’ está expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Riqueza Cultural: La Esencia su Musa

“Ecléctico, variado y diverso”, así define Patricia Urquiola su trabajo, que no encasilla dentro de un estilo o tendencia en particular pues el mismo, está inspirado en el comportamiento de las estructuras, diferentes referencias culturales y técnicas artísticas, y en referentes como la memoria de un lugar e incluso de los hechos de su propia vida: “Me inspiro en los objetos normales y en la técnica artesanal que conozco desde mi niñez o en las cosas que me han acompañado a lo largo de los años. Con todas estas impresiones, los objetos nacen en la mente”, afirma la diseñadora.

Y este bagaje cultural queda impreso como característica llamativa de los muebles que llevan su sello. El color, las formas, las técnicas de fabricación y los materiales en sí son un “rasgo de la nacionalidad (española) de la arquitecta”, que ella defiende como un punto a su favor pues le permite crear sin llevar a cuestas, y en menor medida, los “prejuicios” que cargan los diseñadores, italianos, por el simple hecho de serlo”.

De ahí que sus lámparas, mesas, sofás, camas, muebles para baño o muebles para exteriores, se caractericen por el uso adecuado de diversas técnicas artesanales propias de la cultura que las inspira, en combinación con la aplicación de nuevas tecnologías en cuanto al manejo de materiales como el caucho, las telas o el prolipopileno; un recurso estilístico que según los conocedores de su trabajo sabe “sintetizar con maestría y delicadeza”.

Como ejemplo de ello está la colección de sillones y butacas ‘Rift’ cuyas piezas –inspiradas en la geografía del Valle que lleva su nombre, ubicado en el este de África– se destacan por sus colores brillantes y por sus formas que simulan la apariencia de las placas tectónicas propias del lugar; los puf Fat-Fat, inspirados en los ceniceros de los barco, que tienen una bolsa con arena como base para asegurarlos frente al movimiento del mar; o las colecciones ‘Malmö´’ y ‘Fjord’ en las que reinterpreta la famosa ‘Silla Huevo’ de Arne Jacobsen, transformándola en un asiento con la mitad del respaldo, un sólo brazo, y una base giratoria para darle movilidad y mayores posibilidades de uso.

La Libertad de Crear

El nombre de Patricia Urquiola se ha ganado ya un lugar en el mundo del diseño, un hecho que ella sabe aprovechar pues le permite tener mayor confianza o “libertad” a la hora de crear: “hace unos años no me habría atrevido ni siquiera a plantear diseños de este tipo», refiriéndose a algunas de sus más reconocidas creaciones.

En términos generales, estos muebles nacen de la capacidad de Urquiola para anticiparse a las necesidades de los consumidores en cuanto a la funcionalidad y apariencia estética de los mimos. El resultado son piezas que se adaptan a cualquier lugar tanto por su estructura física como por las emociones que despiertan en quienes las adquieren. «A través de mis trabajos pretendo comunicar cosas, despertar el interés de la gente; pienso que cuando una persona compra un mueble es porque éste tiene un valor adicional» afirma la diseñadora.

Por eso, sus piezas nacen de una primera etapa de investigación para conocer las técnicas a implementar en su elaboración y las posibilidades de los materiales a usar con el objetivo de hacerlas funcionales, originales, simples, prácticas, y sensuales. De ahí que, sin temor alguno, Urquiola prefiera materiales como el plástico, el fieltro o el polietileno transformados en trenzados o pliegues para otorgarle plasticidad y flexibilidad a los muebles; en juego con otros como el aluminio, la madera, el vidrio o el acero que le otorgan “poética y sensualidad”.

Gracias a ello, los medios especializados no se limitan al decir que lo mejor de esta diseñadora es su imaginación, el adecuado uso y el respeto por los materiales, y la simpleza practicidad que imprime a sus muebles. Finalizada la contienda…

Visión Empresarial

Una de las cualidades de Urquiola es su capacidad para hacer de sus creaciones, no solo en un objeto de culto que muchos desean tener, sino en atractivas piezas de un agudo olfato comercial y de mercadeo.

En efecto, la arquitecta es también una excelente empresaria. Su estudio en Milán está constituido por un grupo de 30 creativos, cinco de los cuales se dedican exclusivamente al diseño de mobiliario -los demás miembros del equipo se dedican al interiorismo y a la arquitectura-, siempre bajo la tutela de Urquiola quien es la directa encargada de supervisar los proyectos, de aprobar o rechazar las propuestas, o de concebir los diseños.

Al respecto afirma, “no me gusta trabajar con gente indecisa y poco implicada. Espero que todo el mundo ponga la misma pasión y la misma energía que pongo yo en cada cosa. Soy una persona muy curiosa, siempre estoy buscando ideas, rodeándome de gente que me pueda aportar cosas, que ayude a formular mi personalidad y mi trabajo. Sólo así seré capaz de crear algo que pueda defender con toda seguridad”.

Por eso, con certeza, afirma que el diseño está empezando a cambiar, que ahora se ve un diálogo entre los diseñadores y las empresas para llegar a acuerdos en temas como “lo ecológico”, y que por eso se convierten en un ejemplo para la sociedad. Y con la misma seguridad aconseja a los nuevos y más jóvenes diseñadores, “pasión y curiosidad” a la hora de crear, que encuentren referencias culturales que les permita enriquecer su personalidad, y que siempre “creen su propia fórmula” la misma que les servirá para defender sus proyectos e ideas, así como lo ha hecho ella para alcanzar la posición que hoy ostenta en el mundo del diseño contemporáneo.

Citas:

Achille Castiglioni, es considerado uno de los padres del nuevo diseño italiano, y fue el fundador de la Asociación para Diseñadores Industriales de Italia. Estudió arquitectura y diseño industrial; carreras en las que más tarde impartiría como catedrático. Entre sus creaciones más recordadas están las lámparas Snoopy y Arco, y la aspiradora Spalter, entre otras que se convertirían en muestra de cómo a través del uso de materiales simples se pueden fabricar objetos funcionales y atractivos estéticamente.

Fuentes:

www.desigboom, www.moroso.it, www.bebitalia.it, www.architonic.com, www.wallpaper.com, www.elpais.es, www.decorahoy.com, www.bonluxat.com, www.decoraestilo.com, www.stylepark.com.

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