La Balsa: Una Especie con Futuro

Carolina Obregón Sánchez

Periodista M&M

 A pesar de su excelentes propiedades físicas, mecánicas y estéticas, que la hacen apropiada para la elaboración de tableros y embalajes, la Ochroma pyramidale es una especie maderable inexplorada en estas industrias. En Colombia su conocimiento científico así como su comercialización son limitados.

Para quienes la conocen, la Balsa es una especie forestal apreciada por su rápido crecimiento y sus cualidades ecológicas al favorecer la conservación del medio ambiente, así como por la resistencia, ligereza y excelentes propiedades acústicas y térmicas de su madera.

No obstante, factores como el alto costo para su reforestación comercial en contravía de los bajos precios de su madera y el desconocimiento de sus aplicaciones forestales, hacen que la Balsa sea considerada una especie de poco valor; plantada, transformada y comercializada por un número limitado de industrias a nivel mundial.

Hoy en día las aplicaciones de la Balsa se reducen a la fabricación de aviones en miniatura, artesanías y de piezas destinadas a la realización de maquetas arquitectónicas; y como especie forestal en la recuperación de terrenos, conservación de afluentes de agua y en sistemas agroforestales.

El Árbol y su Hábitat

Perteneciente a la familia de las Bombacaceae, la especie recibe el nombre científico de Ochroma pyramidale, pero se conoce normalmente como Balsa, nombre que hace referencia a uno de los primeros usos que se dio a su madera como elemento para la fabricación de balsas y que describe, específicamente; un armazón flotante formado por una plataforma atada a dos troncos paralelos. Otros nombres comunes que la identifican son: Ceiba de lana, Topa, Palo de lana, Corcho, Pau de balsa, Jonote real, Pomoy, Pomay, Mo-ma-ah, Pata de liebre, Balsa wood o Cotton tree.

La especie es originaria de América tropical, en donde se distribuye desde México hasta América del Sur, especialmente en Perú, Bolivia y Ecuador; aunque también se presenta en la India, Sri Lanka, Malasia, Vietnam y Filipinas en Asia del sur y en Oceanía en las Islas salomón, Papua Nueva Guinea y Fiji. En Colombia se encuentra de manera natural o en plantaciones en las regiones del Magdalena Medio, Urabá y el Bajo Calima, así como en los departamentos de Nariño, Tolima, Huila y Valle del Cauca.

El árbol de Balsa se caracteriza por ser siempre verde. La altura promedio de los individuos es de 30 metros, con diámetros entre los 50 y 90 cms, de fuste recto, cilíndrico y libre de ramas. Su corteza es lisa de color grisáceo o café y su copa amplia con ramas dispersas que presenta flores hermafroditas, solitarias y de suave aroma. Sus frutos son cápsulas alargadas y sus semillas oscuras, aceitosas y de apariencia lanosa.

La Balsa se desarrolla y crece bien en suelos arcillosos, margosos, limosos e ígneos de bosque húmedo secundario pero con buena exposición a la luz solar y, sobre las pendientes de ríos, en temperaturas que oscilan entre los 22º y los 27º C, con precipitaciones de 1.300 mm anuales aproximadamente. Los individuos de la especie se caracterizan por su rápido crecimiento y fácil regeneración, siendo ésta una de las principales cualidades de la Balsa, convirtiéndola en una especie con potencial para reforestación productiva.

La importancia de la Balsa como especie forestal radica en que tiene la capacidad de restaurar terrenos abandonados y degradados por acciones del roza-tumba-quema, ayudando a su vez en el control de la erosión. Igualmente, la especie crece y se desarrolla bien con otras forestales como el Cabo de hacha, Rifari, Palma de corozo, Acacia, Memiso de paloma, Cedro y Heliconia y; sirve como cortina rompevientos o cerca viva en sistemas agroforestales; especies con las que forma rodales puros, también de uso ornamental debido a la belleza de sus hojas y flores.

La Madera y sus Usos

La principal propiedad de la madera de Balsa es la relación entre su peso extremadamente liviano y su alta resistencia y estabilidad (ver Propiedades Físicas y Mecánicas), siendo ésta su cualidad y ventaja más destacada.

Como características organolépticas la madera de Balsa presenta una veta suave, textura fina, grano recto, lustre mediano, sin olor o sabor reconocibles, duramen de color rojo o marrón y albura blanquecina, amarillenta o rosada; siendo ésta la parte de la que se extrae la mayor parte de la madera comercial, la cual requiere para adquirir las propiedades necesarias para su transformación primaria, de un proceso de secado que aunque fácil y rápido, debe efectuarse durante los tres primeros días después de cortado el individuo pues la madera tiende a la pudrición fácilmente por acción de hongos o humedad.

En este sentido, el proceso de secado –una de las claves para garantizar madera de buena calidad–, debe iniciarse con la exposición del material al aire libre para luego someterlo al secado en horno en donde termina el proceso. Los horarios de secado recomendados son el T10 – D 45 y el T 8 – D 35 de Estados Unidos y el programa H del Reino Unido.

En cuanto a los procesos de transformación, la Balsa es una madera de buena trabajabilidad tanto con herramientas manuales como en operaciones de maquinado, aunque para lograr buenos resultados en procesos de corte, requiere que las cuchillas estén bien afiladas para evitar fisuras en la misma.

Ante el torneado, moldeado, taladrado o escopleado se comporta deficientemente; así como en el atornillado o el clavado, procesos en los que a pesar de permitir la entrada de clavos, puntillas y tornillos fácilmente, no los retiene bien, haciendo preciso que la unión de las piezas de Balso se realice a través del encolado, para resultados satisfactorios.

Al ser sometida a labores manuales como el lijado presenta mal comportamiento, a diferencia del cepillado y barnizado en los que presenta buena respuesta, a pesar de su alta porosidad que hace necesario la aplicación de resinas químicas especiales.

Además de los usos ya mencionados, la madera de Balsa es, gracias a sus propiedades como aislante acústico, eléctrico, térmico y vibrático, un elemento constructivo muy utilizado en las áreas rurales en donde se distribuye y en espacios en donde el factor auditivo y térmico es crítico (como cabinas de sonido o discotecas). Por estas mismas cualidades, la madera de Balsa puede ser potencialmente aplicada al recubrimiento de interiores en edificaciones y barcos, en el transporte criogénico y en la fabricación de tableros y paneles livianos.

Igualmente la madera de la especie, ha tenido algunos usos tradicionales como materia prima en la fabricación de boyas, salvavidas o flotadores –gracias a su capacidad para flotar–, aunque debido a las facilidades de producción de los productos sintéticos, ésta ha sido reemplaza por materiales como la espuma de poliéstireno. A partir de la seda de sus semillas, se rellenan almohadas, cojines o colchones, constituyéndose en un buen sustito para el kapok (1).

También es usada en la manufactura de artesanías, artículos deportivos y especialmente en la elaboración de partes y aviones a escala en el aeromodelismo y en la fabricación de guacales para el transporte de alimentos; siendo esta una de sus aplicaciones con más futuro, precisamente porque ofrece bajo peso, alta resistencia y densidad y bajos costos de producción frente a otras maderas utilizadas para este fin, como el Pino.

Comercialización

Aunque la comercialización de la especie está limitada a nivel mundial, debido a que es considerada como un rastrojo de poco valor estético e industrial –para ser empleada, por ejemplo, en la fabricación de muebles finos– y por la alta inversión que demanda su reforestación frente a los bajos precios que se ofrecen por su madera; la Balsa es gracias a su rápido y fácil crecimiento; un recurso forestal y maderable susceptible de explotación industrial.

La experiencia con la especie en el país, la ha liderado un limitado número de empresas reforestadoras, transformadoras y comercializadoras que, según Federico Hakspiel de la compañía Cobalsa Ltda., conocen la viabilidad productiva y comercial de la misma; a pesar de los inconvenientes que hoy en día deben afrontar su actividad industrial.

En este sentido explica Hakspiel que, tanto en el país como en el resto del mundo, las plantaciones comerciales de la Ochroma pyramidale se limitan a las manejadas por las empresas que la requieren como materia prima de sus productos, pues aunque ésta requiere para su reforestación una inversión inicial como la de cualquier otra especie de características similares; el valor comercial de su madera en pie –que oscila entre los 30 mil pesos, si es un árbol en pie y los 50 mil pesos si está lista para su aprovechamiento– impide que los costos se recuperen al primer o segundo corte, como sucede con sus semejantes.

Esta situación explica también el porqué del restringido abastecimiento de la madera de Balsa a nivel comercial, pues el volumen producido en estas plantaciones productivas o en plantaciones naturales que generalmente son insostenibles, no es suficiente para proveer a la industria o para conformar una red de distribución en torno a su madera; la cual por ser considerada de baja calidad y ordinaria –cuyo precio no supera los 7 mil pesos por pieza– y de los altos costos de su transporte desde las zonas de siembra hasta las ciudades principales, es ignorada comercialmente por los depósitos madereros, que ven en ésta, una actividad poco rentable.

Independientemente de estas circunstancias, Federico Hakspiel asegura que “la inversión para reforestar la Balsa se recupera en el momento en que se empieza a hacer el aprovechamiento industrial de su madera” pues, gracias a la ordenación del ciclo de plantación, transformación y producción de ésta, se puede obtener una buena rentabilidad aunque nunca comparable con la de maderas finas. Su rápido aprovechamiento, a tan sólo tres o cuatro años del ciclo de reforestación y las posibilidades de su transformación final en productos de alta aplicabilidad y a costos de producción muy bajos, son factores que respaldan la rentabilidad de la Balsa en industrias dedicadas, por ejemplo, a la fabricación de tableros, paneles o recubrimientos.

La promoción de la reforestación comercial de la Balsa y el apoyo a la comercialización de los productos de la especie, así como el inicio y difusión de una actividad científica alrededor de la misma –en Colombia ya existe el Paquete Tecnológico Forestal de la especie pero no es conocido– que permita fomentar su actividad transformadora; son algunos de los aspectos que Hakspiel cita como primordiales para crear una industrialización de esta especie, calificada también como una especie con futuro.

 Una Especie de Alto Valor.

 La Ochroma lagopus, también llamada Balso, es una especie forestal y maderera que posee características y propiedades similares a la Ochroma Pyramidale. Se cultiva, de manera natural y por reforestación, especialmente en la selva sub-tropical de Ecuador; en donde es uno de los recursos forestales y maderables de mayor aprovechamiento; siendo uno de los rubros económicos de importancia en la economía d éste país.

En el comercio internacional se conoce por su nombre común de Balso ecuatoriano. La especie ha alcanzado un alto nivel de desarrollo, desde su reforestación hasta su posterior transformación, convirtiéndola en la madera de Balso de mayor calidad a nivel mundial; siendo Ecuador su proveedor principal con un 95 por ciento de la producción.

De hecho, hoy en día ella es fuente de materia prima para la fabricación de tanques para químicos, tinas de baño, paletas para generadores eólicos de electricidad, botes, maquetas de arquitectura, partes y aviones en el aeromodelismo y láminas.

Actualmente Ecuador posee, entre bosques naturales y reforestados, más de 20 mil hectáreas de plantaciones, a partir de las cuales ha generado exportaciones a cerca de 45 países en forma de tableros, láminas, bloques y madera aserrada.

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 Citas:

  • Esta fibra natural se extrae de la Ceiba Pentandra. Remitirse a Revista M&M, ed 48, junio – agosto de 2005.

 Fuentes:

  • Cobalsa Ltda. Eddy Sarmiento Orellana y Federico Hakspiel Plata. Correo electrónico: colbalsaltda@hotmail.com
  • Manual de Identificación de Especies Forestales en Bosques Naturales con Manejo Certificable por Comunidades. René López Camacho, Martín Iván Montero G. Publicación del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI y la Fundación Chemonics – Colombia.
  • Maderas Colombianas. Bogotá, Colombia. 1970.
  • unalmed.edu.co: Balso.
  • herbaria.plants.ox, www.conabio.gob.mx, www.fs.fed.us. Capítulo: Ochroma Pyramidale.
  • fao.org/docrep/007/ad102s/AD102S08.htm

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