Cadena de Custodia, el Principio de lo Bien Hecho

Carlos Elías Sepúlveda Lozano

Periodista M&M

La Cadena de Custodia es el primer eslabón en el proceso que garantiza que la madera comercializada en el mercado, proviene de bosques certificados y que su aprovechamiento –ambientalmente hablando– lo realiza el sector, de forma sostenible. Esta, vigila, que a la hora de la transformación del recurso, la industria aproveche, exclusivamente, madera certificada y no demande ni consuma recurso vulnerado.

En el mundo, la tala ilegal de madera representa entre el 20 y el 40 por ciento de la producción forestal total, estadística, lamentable, que se replica en Colombia, en donde la industria ilegal arrasa cerca de 100.000 hectáreas de bosques cada año; lo que pone en riesgo las 61 millones de hectáreas de bosques naturales del país, dispersas a lo largo y ancho de la geografía nacional.

Por lo anterior, el gremio forestal, en Colombia y en el mundo, se ha visto en la obligación de implementar medidas para regular la explotación de la madera usada con fines industriales, asegurarse de que provenga de bosques plantados –bajo lineamientos de sostenibilidad– y reducir de paso, la presión sobre los bosques naturales que han sufrido tala indiscriminada, sin planes de reforestación apropiados.

Una de las medidas más promulgadas en el mundo, es la Cadena de Custodia (CdC), que son los métodos y procedimientos implementados para garantizar que la madera utilizada en un producto final (muebles, estructuras o piezas para usos variados) proviene de bosque manejado sustetablemente o certificado, y durante su transporte, transformación o almacenamiento, no sufre mezcla con madera de procedencia dudosa o ilegal.

La CdC también hace posible que los actores de la cadena se cercioren del origen legal de la madera que aprovechan; es decir; que la empresa compradora tenga la seguridad que el productor de la madera, su proveedor, cuenta con los permisos respectivos para su aprovechamiento.

Objetivos y Pasos

El principal fin de la CdC es legitimar la conexión entre el ingreso de madera certificada a un proceso, y los productos resultantes, al salir del mismo; es decir, asegurar que estos últimos sean elaborados con madera legal, respaldada por un sello de CdC.

Dicho sello le permite a los fabricantes de productos en madera, etiquetarlos como certificados pero para obtener tanto sello como etiqueta, cada actor relacionado con la madera a lo largo de la cadena y en cada estación –desde quienes laboran en el bosque hasta los dedicados a la distribución minorista– debe contar con un certificado de CdC que avale la procedencia del recurso (de bosques bien manejados) que comercializan.

Los métodos de la CdC aplican para todas las empresas forestales de transformación primaria y secundaria –aserraderos, carpinterías de obra, muebles, fabricantes de pisos, o cualquiera– que utilicen materia prima forestal certificada en la totalidad o en parte de su producción, de manera individual o grupal, que posean un interés para introducir y distribuir productos debidamente certificados; y con esto busquen demostrar a sus clientes, el origen de los mismos.

Vale señalar que aunque la CdC asegura la trazabilidad de un producto –desde el bosque hasta el cliente–ésta no garantiza, para el consumidor final, la calidad de la madera; pues la certificación se centra en la legalidad del recurso y no en las calidades y cualidades de la materia prima; error de percepción en el que cae el mercado, regularmente.

Meranti malayo certificado por el Sistema de Certificación de Maderas de Malasia.

Hasta el momento, sólo el sello FSC ha certificado bosques en Colombia a través de empresas como GFA, SGS, SW, entre otras; y 47 compañías del ámbito forestal están avaladas en cadena de custodia. También existe el Grupo de Trabajo para la Certificación Forestal Voluntaria (GTCFV), creado desde 1996 por FSC, para los industriales forestales que buscan certificarse.

Para comprobar, ante una entidad certificadora de CdC, que la madera proviene de un bosque manejado sustentablemente, es necesario llevar a cabo una serie de pasos que garantizan un seguimiento adecuado de la materia prima desde el bosque hasta la salida del aserradero. Aunque es posible realizarlo de diversas maneras, a continuación se describirán los pasos de una Cadena de Custodia adecuada.

  1. Identificación de árboles censados, mediante códigos grabados en placas de metal.
  2. Tala y registro del árbol derribado.
  3. Identificación de tocón (trozo) con placa del árbol censado.
  4. Identificación y cubicación (determinación del volumen de productos forestales, procesados
    o no) de la troza, con el código de la placa.
  5. Arrastre al patio de trozas.
  6. Registro de ingreso al almacén de trozas, en patio de acopio.
  7. Carga de trozas al camión y registro de trozas despachadas.
  8. Registro del ingreso de trozas, al aserradero.
  9. Separación física de las trozas certificadas, de las no certificadas.
  10. Registro de trozas que ingresan a sierra de cinta.
  11. Cubicación e identificación de madera aserrada.
  12. Separación física de madera certificada y no certificada, en almacén de madera aserrada.
  13. Registro de volumen despachado de madera aserrada.
  14. Control digital.

El procedimiento anterior, ayuda a las empresas del sector a mejorar sus políticas de abastecimiento y además les permite cumplir con las normas de adquisiciones del sistema de certificación que manejen, debido a que éste incluye todas las etapas de aprovechamiento, transformación (primaria y secundaria), manufactura y distribución.

Sin embargo, es importante que el productor de muebles tenga en cuenta que no precisamente por usar madera de un bosque manejado sustentablemente y con certificado de Cadena de Custodia, tendrá asegurado el mercado de sus productos, ya se ha advertido que adquirir madera producida y comercializada bajo las exigencias de la cadena de custodia no es sinónimo de madera de calidad, lo que obliga al productor a cumplir, de la mejor manera, los requerimientos de calidad que demanda el mercado que surte.

Así mismo, la CdC tampoco asegura mejores precios en el mercado para el productor del recurso, aunque si le ayuda a conseguir nichos de venta especializados, de productos certificados o que exigen una garantía de su origen, lo que frente a los ojos de los consumidores y demandantes, resulta una ventaja valiosa para comercializar la producción.

Cuando el industrial forestal realiza estos pasos correctamente, puede garantizarle al comprador de la madera –a través de una certificación expedida por una entidad especialista en el tema– que su producto proviene de una fuente sustentable; los pasos fundamentales de la certificación, se describen a continuación.

Certificación de Manejo Forestal y de Cadena de Custodia

En primer lugar, cabe explicar que la Certificación Forestal es un proceso voluntario (CFV) en el cual una entidad externa –que está avalada por organizaciones no gubernamentales de acreditación forestal mundialmente reconocidas como FSC o PEFC– garantiza con un documento escrito, que la gestión de un bosque, sea privado, comunitario o en concesión, se ejecuta con estrictos estándares sociales, ambientales y económicos, establecidos previamente.

El proceso para lograr lo anterior inicia en el bosque que va a ser aprovechado comercialmente bajo criterios de buen majeo (Certificación de Manejo Forestal); luego, la entidad acreditadora verifica la cadena de transformación y comercialización de los productos y su procedencia legal (trazabilidad), de bosques certificados (Certificación de Cadena de Custodia).

Para identificar dicha acción, la entidad acreditadora (ejemplo, la FSC o PEFC), le otorga un sello o etiqueta que indique la procedencia de un producto forestal –maderable o no maderable– que lo califica en su tránsito por la cadena y que promueve de paso, el manejo sustentable, en todos los sentidos, de los bosques. Este sello es otorgado únicamente cuando el producto posee las dos certificaciones, porque de esa forma puede avalarse la trazabilidad de éste al cliente.

La Cadena de Custodia verifica la procedencia y manejo de los productos mientras pasan por los diferentes procesos para su transformación; evalúa toda la línea de producción forestal, desde el árbol plantado en el bosque hasta el producto final en el mercado y en tal sentido, califica los procedimientos y sistemas de control de las empresas transformadoras para que estas garanticen al mercado que la materia prima de sus productos finales proviene, realmente, de bosques certificados.

“Cesó la horrible noche” dice la oda a nuestra libertad…Ya era hora que los buenos tiempos para el corazón llegarán… J Gracias Cesar, espero de corazón que también el tuyo esté latiendo feliz, al compás de tus anhelos…

En el momento en que una empresa o productor forestal quiera acceder a la Certificación de Cadena de Custodia, debe tener y demostrar que realiza procedimientos claros y cuenta con sistemas de control establecidos que vigilan, eficientemente, la materia prima en todo su proceso productivo, desde su abastecimiento hasta la venta del producto final en el mercado (Ver gráfico 1).

Después de lograr la definición y estandarización sus procesos productivos, la empresa, para acceder a la Cadena de Custodia, debe contratar también con una Certificadora para realizar el proceso respectivo que conlleve a la certificación de todo el recorrido de la materia prima. El diagrama de flujo 1 muestra los pasos que la empresa con actividad forestal (Verde oscuro) debe realizar para que la certificadora (verde claro) lleve a cabo un trámite de Certificación de Cadena de Custodia.

La empresa que desea obtener la Certificación de Cadena de Custodia puede lograr, de acuerdo a la clase de material que aproveche en su línea de producción, uno de los dos tipos de certificación que existen: la Exclusiva y la No Exclusiva.

La primera, es aplicable a toda industria de transformación primaria y secundaria que emplee el 100 por ciento de materia prima certificada en toda su línea de producción; respecto a la Cadena de Custodia No Exclusiva, el certificado lo recibe toda industria de transformación primaria y secundaria que utilice en su producción, materia prima certificada en parte o en una línea específica de su proceso productivo.

Modelos de Certificación

Existen varios modelos de certificación –que poseen características y condiciones distintas– a los cuales pueden acceder los industriales forestales, según sea su situación.

  • Certificación individual: se otorga cuando el manejador de bosque, empresa o comunidad, decide certificar voluntariamente su Unidad de Manejo Forestal (UMF) o su Cadena de Custodia (CdC).
  • Certificación de grupos: esta certificación reconoce como grupo, desde asociaciones de dueños de bosques, cooperativas, empresas privadas que trabajan con pequeños propietarios hasta autoridades públicas. Cada uno de los miembros del grupo debe poseer hasta 5000 ha de área de bosque para acceder a la certificación que entrega, el ente certificador, al administrador de recursos o entidad nombrada para representar el grupo. Los miembros pueden usar el mismo certificado para sus actividades comerciales, lo que les representa un ahorro de costos, importante.
  • Certificación individual de Bosques Pequeños y/o de Baja Intensidad de Manejo (SLIMF): este tipo de certificación fue diseñada para pequeños productores, hasta 100 ha de extensión, y cuenta con el acompañamiento o apoyo –para los dueños de tierras o administradores de las mismas– de un auditor líder que asegura el cumplimiento de los requisitos para la certificación.
  • Certificación grupal de Bosques Pequeños y/o de Baja Intensidad de Manejo: aplicable a grupos de propietarios pequeños o de productores con baja intensidad de manejo, que disponen de un administrador del recurso o entidad grupal. Cada miembro debe cumplir con los requisitos de “bosques pequeños” y “baja intensidad” (100 ha de tamaño – 20 por ciento del incremento medio anual en aprovechamiento), sin que el aprovechamiento anual del grupo supere los 5.000 m³. El certificado es otorgado al administrador o entidad grupal y los miembros individuales utilizan el mismo certificado para amparar sus productos.
  • Sistemas de Aproximación Gradual al Manejo y la Certificación Forestal (SAGC): es un modelo que permite a las empresas forestales mejorar gradualmente sus operaciones, es decir, que los productores del bosque superen progresivamente las exigencias de la Certificación Forestal y en los plazos que les resulten más convenientes.

La certificación que obtienen los reforestadores, los beneficia en aspectos económicos, sociales y ambientales, puesto que los incluye en la Red Global de Comercio Forestal (GFTN por su sigla en inglés), entidad que genera vínculos comerciales entre empresas certificadas y con países que compran sólo materia prima con estos estándares; fomenta la valorización del trabajo con salarios justos y disminuye los accidentes laborales tras el cumplimiento de las normas de seguridad y prevención. Además, ayuda a la conservación de la diversidad biológica (agua, suelos y ecosistemas), lo que asegura una producción sostenida por largo tiempo, hecho que resulta beneficioso para el industrial.

Notas:

  1. Programme for the Endorsement of Forest Certification Schemes (PEFC)
  2. Forest Stewardship Council (FSC)
  3. Tomado de la revista Lignum, edición diciembre de 2011.Artículo: ‘Abriendo caminos de valor’.

Fuentes:

  • Miguel Pacheco, Oficial Forestal de WWF Colombia. mpacheco@wwf.org.co
  • Guía de Certificación Forestal. Venegas Deza, Rafael. WWF – Colombia.
  • ‘Manual de procedimientos de Cadena de Custodia a la puerta del bosque y en la industria de transformación primaria’. Moscoso, Jéssica y Pacheco, Miguel. WWF – Perú.
  • Página web: certfor.orgwww.fsc-colombia.org

0 Comentarios

    Deja un comentario

    Login

    Welcome! Login in to your account

    Remember me Lost your password?

    Don't have account. Register

    Lost Password

    Register