Manejo Forestal Sostenible: Un Enfoque Equilibrado para Colombia
Kelly Williams, PRIMA Hardwood Colombia
Juan Manuel Cardona, REM International CISA
El concepto de un sector forestal legal, regulado y manejado de manera sostenible ha sido entendido y adoptado por muchos gobiernos, ONGs y forestales como un equilibrio posible entre la conservación total (el enfoque de “no tocar”) y el control de la explotación desmedida (el enfoque de “minería de madera”). Esta concepción intenta conciliar las inquietudes ambientales globales con los intereses y necesidades socioeconómicos de la sociedad, al tiempo que mantiene el equilibrio entre los intereses de los propietarios de tierras y las compañías forestales, con la necesidad de la conservación y la protección del medio ambiente.
El manejo forestal sostenible requiere, a la vez, delimitar la tala de árboles e invertir en reemplazarlos, al promover la regeneración natural de las especies cosechadas o sembrando plántulas de las mismas. Organizaciones como Greenpeace (Greenpeace 2011) y World Wildlife Fund (WWF 2010), conocidas por su compromiso con la protección de la naturaleza y la vida salvaje, reconocen, hoy por hoy, que la madera legal proveniente de bosques manejados de forma sostenible es una poderosa herramienta de conservación y están dedicando esfuerzos crecientes a la creación y apoyo de canales de madera legal de bosques naturales.
Prácticas Actuales Forestales en Bosque Natural en Colombia
La silvicultura en Colombia está regulada por la ley y es reconocida por la legislación como una industria legítima en el país. No obstante, la industria forestal encara muchos retos y problemas significativos que tienen impactos de largo alcance en el ambiente, la economía y la sociedad a niveles locales, regionales y nacionales.
Es un hecho bien conocido que la mayoría de las operaciones forestales que toman lugar hoy en Colombia son ilegales y que a menudo se realizan sin acuerdos legales entre los dueños del recurso o la autorización de las autoridades federales y locales. Datos oficiales del gobierno (Rudas et al. 2007) indican que 42% de la madera comercial total que se cosecha y comercializa en Colombia es ilegal. WWF calcula que este porcentaje es cercano al 80% (Mondragón 2010) . Adicionalmente, se estima que el 80% de la madera total que se utiliza en Colombia proviene de bosques naturales (ITTO 2011). Tomando como base estas cifras, se puede calcular que 35% a 65% de todos los productos maderables producidos en Colombia provienen de una fuente de madera ilegal (IDEAM and ECOFOREST 2009, MAVDT et al. 2011). Por lo tanto, si uno tiene productos de madera colombiana en la casa, hay un 50% de probabilidad de que su origen sea una fuente ilegal y no sostenible.
Las ganancias provenientes de la venta de madera ilegal son aprovechadas por muy pocos: a la mayoría de los trabajadores se les paga salarios mínimos sin ningún tipo de prestaciones ni estándares de seguridad; los dueños de los recursos reciben pocas o ninguna regalía ni compensación alguna por la madera extraída y se pagan pocos impuestos a las agencias del gobierno, si acaso se pagan.
Aproximadamente 80% de los bosques naturales en Colombia están situados en áreas remotas y aisladas de la Amazonía y el Pacífico, donde habitan sobre todo comunidades indígenas y afro-Colombianas (ITTO 2011). Estas comunidades se caracterizan por niveles extremadamente bajos de desarrollo económico y altos niveles de desempleo y pobreza, con pocas oportunidades disponibles para incentivar su desarrollo socioeconómico (Bonet 2007). En la búsqueda por una mejor calidad de vida, una de las pocas opciones viables y legítimas disponibles es utilizar los recursos naturales valiosos que existen en sus territorios. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, del 42% al 80% de la madera que se cosecha en bosques naturales es ilegal. Encarados entonces a opciones limitadas, los miembros de esas comunidades se ven obligados a escoger entre trabajar para operaciones ilegales o simplemente no trabajar. En la actualidad, hay muy pocas alternativas para trabajar en operaciones forestales legales que se manejen de una forma profesional, regulada, sostenible y que provea de amplios beneficios económicos y sociales a las comunidades en las cuales operan.
Adicional al contexto social, el mayor perdedor con el comercio de madera ilegal es el ambiente. La falta de controles regulatorios que aseguren que la cosecha se está haciendo de forma responsable y sostenible, que la reforestación y actividades silviculturales si están teniendo lugar y que los recursos ambientales no maderables como el agua, los suelos, la flora y la fauna están siendo protegidas, no están siendo aplicados.
Dado que el 80 por ciento de los productos maderables utilizados en Colombia provienen de bosques naturales en áreas sensibles a la perturbación o de alta biodiversidad, la silvicultura como se practica en Colombia es una de las industrias menos desarrolladas de su tipo en el mundo, en términos del uso de técnicas de manejo forestal modernas, de ciencia o de tecnología, equipos y métodos de cosecha, recuperación y uso del recurso maderero.
A continuación, se presentan algunos casos que permiten ejemplificar esta situación:
- El principal medio de transporte para productos forestales primarios (generalmente en forma de trozas escuadradas) para la saca de madera de los bosques naturales en Colombia sigue siendo la recua de mulas; medio con una capacidad productiva en extremo baja y que causa grandes daños ambientales a las áreas en las que opera. Debido a la dificultad del transporte, se presenta que el motosierrista o arriero no regresa al sitio de la tala una vez que considera que ha sacado suficiente madera para ganar dinero necesario para subsistir, y se deja desperdiciado en el bosque lo que no se alcanzó a sacar.
- El método actual de procesar trozas a tablones toma lugar dentro del bosque, donde se fragmentan los troncos y se escuadran a mano alzada con motosierra para que las mulas las puedan transportar. Tras la aplicación de este método, el cortero usa sólo el 40% o menos de cada tronco, con lo cual queda pudriéndose en el bosque más del 60% de cada árbol (Gerwing et al. 1996, Bámaca 2002, Gatter and Romero 2005).
- La forma más eficiente y de alto porcentaje de recuperación de madera del árbol en troncos enteros, sólo puede tener lugar en un aserradero moderno. La ausencia de mecanismos de cosecha de troncos completos y de transporte al mercado colombiano significa que hay pocos aserríos capaces de manejar maderas de grandes dimensiones, gran impedimento para el desarrollo de la industria manufacturera de madera y una oportunidad económica significativa que actualmente se está perdiendo.
- Con las técnicas de escuadrado in situ actuales en el bosque y los bajos cocientes de recuperación de madera, una operación forestal en Colombia debe talar un mínimo de 2500 m³ de árboles para cada 1000 m³ de madera que se llegan en realidad a producir y entregar al mercado. Bajo la legislación colombiana actual, a un operador sólo se le requiere que reporte la cantidad neta de madera que produjo (que logró extraer) y no la cantidad de madera bruta cortada, siendo ésta una práctica ambientalmente fallida e insostenible.
Soluciones Eficientes
Aunque se han establecido muchos retos asociados con la silvicultura como se practica actualmente en el país, en bosques naturales, existen también grandes oportunidades para abordar estos desafíos con el desarrollo de procesos estrictamente regulados y sostenibles de manejo forestal, para promover operaciones modernas y legales de cosecha.
¿Qué es manejo forestal sostenible?
El manejo y administración del bosque de forma tal que mantenga y mejore las condiciones a largo plazo, a la vez que brinda oportunidades económicas, ambientales, sociales y culturales a las generaciones presentes y futuras.
¿Cómo funciona el manejo forestal sostenible, a nivel práctico?
El manejo de bosques de forma sostenible requiere el compromiso con:
- Operaciones y actividades que sean legales y se adhieran estrictamente a todos los estándares regulatorios y tratados internacionales aplicables.
- La operación dentro de derechos incuestionables y claramente definidos de tenencia y uso de la tierra.
- La implementación de un plan de manejo forestal comprensivo, actualizado y relevante.
- La certificación y cumplimiento de estándares de manejo reconocidos internacionalmente, como el del Forest Stewardship Council – FSC -. La certificación asegura el estricto cumplimiento de estándares internacionales que permiten al cliente verificar que una organización actúa en una forma responsable y sostenible en todos los aspectos de sus operaciones.
- La evaluación y entendimiento de áreas de la operación que son de especial valor ambiental o de importancia crítica.
- El respeto y reconocimiento de los derechos de comunidades indígenas y afro-Colombianas.
- El mantenimiento de sociedades a largo plazo con comunidades o propietarios de tierras para asegurar que la implementación de un modelo forestal sostenible es posible y tiene éxito a largo plazo; que se paguen tasas de regalías a precios justos y del mercado a los dueños de la madera y que amplios beneficios sociales y económicos puedan beneficiar directa e indirectamente a las comunidades con las que operan las empresas (Tacconi 2007).
- El tratamiento justo de los empleados.
- El establecimiento de una cadena de custodia (mecanismo que permite verificar que la fuente primaria de madera que se compra o vende, viene desde un proveedor sostenible, legal y certificable) transparente, efectiva y susceptible de auditoría.
El uso de sistemas de cosecha que imiten los procesos naturales (v.g. aprovechamiento selectivo: selección individual de no más de 10 árboles por hectárea, dispersos a través del bosque, con niveles de cosecha por especie que estén dentro de los límites de sostenibilidad según lo prueben los niveles de inventarios forestales y modelos estadísticos y científicos aceptados [ITTO 1990, Putz 1994, Sist et al. 1998, Pearce et al. 2003, Sist et al. 2003, Dauber et al. 2005, Sist and Nascimento Ferreira 2007]).
- La implementación de métodos de bajo impacto que minimicen los efectos potenciales de las operaciones forestales en el terreno del bosque (van der Hout 1999, Putz et al. 2008) como:
- Apeo direccional de los árboles para minimizar el impacto al área circundante (Johns 2004).
- Uso de equipo forestal y equipo de transporte especialmente diseñado para que genere mínima presión en kg/cm² sobre los suelos, minimizando el impacto potencial (Sessions 2006).
- La extracción helicoportada de troncos individuales del bosque minimiza la necesidad de arrastrar trozas por el suelo o hacer caminos forestales, trochas y realizar otra degradación del terreno (Sessions 2006).
- Compromisos escritos de las responsabilidades silviculturales y de reforestación como se requiera para asegurar el crecimiento y sostenibilidad del bosque (Mostacedo and Fredericksen 2001, Peña-Claros et al. 2008) y que incluyan:
Asegurar niveles suficientes de regeneración natural por especies y por año.
- Re-plantar especies afectadas o alternativamente especies amenazadas, según se considere beneficioso para el bosque.
- Monitoreo de tasas de mortalidad de plántulas y asegurarse que el crecimiento y rendimiento se mantenga a niveles aceptables.
- Uso de tecnología de punta.
- Ordenación forestal científica, investigación y modelación, con datos obtenidos internamente y en conjunto con institutos internacionales y nacionales reconocidos.
- Programas de monitoreo para evaluar la efectividad de métodos y actividades y sus impactos ambientales y sociales para asegurar mejoras continuas (Putz et al. 2000, Johns 2004, Meijaard et al. 2005, Putz 2011).
¿Cómo provee el manejo forestal sostenible, soluciones potenciales para los retos ambientales, sociales y económicos que encara el sector forestal hoy día?
No hay una solución simple y sencilla para todos los problemas que se mencionan en este artículo, aunque los principios de manejo forestal sostenible y la normatividad sólida suministran algunas piezas clave:
- Las operaciones forestales deben certificarse mediante una entidad internacionalmente acreditada. La certificación forestal provee verificación independiente para las comunidades y el gobierno de Colombia. De manera tal que se asegura que los bosques naturales se están manejando en una forma sostenible y legal que protegerá y conservará la biodiversidad natural de estos bosques para generaciones futuras.
- Los recursos forestales no maderables se deben proteger por medio de la implementación de prácticas de manejo responsable, transparente y susceptible de ser auditadas.
- La implementación de una cadena de custodia estricta que vaya desde el árbol hasta el cliente, provee la metodología para auditar independientemente las operaciones forestales y para verificar que la madera aprovechada se produjo legalmente, de manera sostenible y de acuerdo con planes de manejo forestal oficiales y aprobados por las autoridades.
- Se respetan los derechos constitucionales de las comunidades Afro-Colombianas e indígenas para que determinen su propio camino al desarrollo y el manejo sostenible y cuidadoso de sus territorios y de los recursos forestales que en ellos persisten.
- La cosecha ilegal en bosques naturales sólo se podrá combatir por medio de la adopción de políticas forestales y gubernamentales que promuevan y recompensen las operaciones y compañías legales y sostenibles, penalizando las ilegales y haciendo cumplir la ley con una estricta adherencia a esquemas de certificación forestal y cadena de custodia verificable.
- Las técnicas de cosecha y métodos de transporte modernos permitirán la utilización eficiente de cada árbol aprovechado y la entrega de trozas enteras al mercado, lo cual promoverá el desarrollo de un sector de manufactura primario capaz de transformar troncos enteros a madera aserrada a una tasa de recuperación de hasta 80% (el doble de las tasas de utilización actuales) y que, a su vez, proveerá un suministro legal de madera en bruto y aserrada al sector de manufactura maderera, que le ha de añadir el valor agregado.
- Los entes gubernamentales colombianos recibirán considerables beneficios económicos por los impuestos obtenidos del comercio legal de madera.
- Se obtendrán datos científicos críticos sobre la dinámica de bosques naturales gracias a programas de investigación.
Conclusiones
El debate sobre el aprovechamiento en bosques naturales debe verse bajo una nueva óptica. La meta debe ser lograr un balance cuidadoso entre la preservación, conservación y el desarrollo sostenible de bosques tropicales naturales. Para este fin, debe existir un equilibrio entre el establecimiento de zonas de conservación forestal y parques, en las cuales debe haber poco o cero desarrollo industrial y la designación de zonas forestales productoras, en las cuales se practique la silvicultura de forma sostenible, legal y certificada, que genere beneficios sociales y económicos a la sociedad.
Cuando los hechos demuestran que la cosecha ilegal e insostenible es una realidad que ocurre a diario y a una tasa alarmante en los bosques tropicales, seguir argumentando en términos morales o éticos la conservación total de los bosques naturales, puede generar un impacto negativo en el medio ambiente. El debate no debería ser acerca de si debe o no haber cosecha, sino si esa cosecha será legal y administrada de acuerdo con los más altos estándares ambientales y sostenibles de manejo forestal.
¿Queremos que continúe la cosecha maderera ilegal, con todos sus impactos sociales, ambientales y económicos negativos, o queremos brindar una alternativa que promueva un nuevo modelo forestal sostenible y responsable? Esta es la verdadera discusión que debería estar teniendo lugar.
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Fuentes:
- Kelly Williams, Vicepresidente forestal, PRIMA Hardwood. Colombia williams@primahardwood.com
- Juan Manuel Cardona, representante forestal, forestal senior REM International CISA. cardona@primahardwood.com
Fotos: Cortesía PRIMA.
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