Inmunización: Actualización y desarrollos para proteger la vida

Alexandra Colorado Castro
Periodista

La protección de la madera, para uso en construcción y en elementos arquitectónicos, ha sido una práctica milenaria para garantizar la durabilidad de este material en el tiempo, para reducir la tala del bosque primario y asegurar el buen comportamiento del material en ambientes corrosivos, húmedos, de características medioambientales difíciles o con riesgos de ataques por hongos y/o insectos.

Para ello, el hombre y la industria en general han desarrollado diversos sistemas de inmunización, desde los artesanales que consisten en recubrir la madera -elemento orgánico susceptible a los embates del medio ambiente y de los diversos agentes xilófagos como hongos, termitas o comejenes- con agentes petroquímicos para que ella los absorba naturalmente; o por medio de sustancias que “inyectadas” mecánicamente en la madera han demostrado gran efectividad en el propósito protector.

Tradicionalmente en Colombia y en el mundo, el método de inmunización más popular desde hace 50 años ha sido el de vacío presión o impregnación con sales CCA, aunque recientemente otros de corte más amigable con la naturaleza comienzan a ganar terreno en el mercado internacional, y tímidamente, en el nacional.

Sobre la madera inmunizada, los métodos utilizados, sus beneficios y contraindicaciones; sobre los nuevos métodos de protección para maderas y los ajustes a la norma colombiana que regula el uso de sustancias para inmunización, trata el siguiente artículo.

Los métodos Vs. el medio ambiente

Existen a saber al menos tres métodos para inmunizar la madera: los artesanales, por inmersión y por vacío presión, cada uno con porcentajes de efectividad variables de acuerdo con el grado de temperatura y de exposición que sufra el material a la intemperie.

Los sistemas artesanales o superficiales -que tienen como base la aplicación con brocha de sustancias a base de clorpirifos, piretroides y organofosforados- reportan buenos porcentajes de protección, aunque resultan costosos; razón por la cual para algunos está la opción del ACPM y del aceite quemado, que no son inmunizantes, sino solventes, que protegen la madera sólo cuando se mezclan con pentaclorofenol, una sustancia altamente tóxica (cancerígena) (2).

Para el caso del proceso de inmersión -con el que inició propiamente la inmunización de maderas y que consiste en introducir las piezas, por tiempos prolongados, en tanques con soluciones de agua con sales de boro para que el material absorba el compuesto- alcanza niveles sólo del 20 por ciento, dado que no siempre los químicos penetran profundamente la madera. Esta es una protección eficiente para madera interior, no expuesta a intemperie ni en contacto con el suelo, y para maderas blandas como los pinos.

El tercero es el método de vacío-presión que, explica Asocim VP (véase cuadro 1)- consiste en introducir la madera seca (3) en un cilindro o autoclave, para generar un vacío que extraiga la mayor cantidad de  aire posible; luego seinyectan los inmunizantes entre 180 y 225 psi de presión. Una vez la madera está totalmente saturada de preservante,se recupera la solución sobrante y se efectúa unvacío final para   el poro y dejar la superficie más seca y limpia y evitar así, derrames de inmunizantes.

Vale señalar que este proceso, en Colombia, se rige por los parámetros establecidos en la NTC 2083 que informa sobre las concentraciones mínimas que deben emplearseEste método -que suma más de cincuenta años de uso en Colombia, que es el más utilizado para madera a la intemperie y que ofrece hasta un 90 % de impregnación de la albura de la madera y la fijación de los químicos en ella tiene como su base las sales CCA: Cromo, Cobre y Arsénico, componentes que han demostrado altos niveles de efectividad a la hora de inmunizar.

En la formulación del CCA, que genera un inmunizante tipo C (4), cada elemento cumple una función clave: el cobre actúa como fungicida previniendo el ataque de los hongos, el arsénico -utilizado para prevenir el ataque de los xilófagos- funciona como pentóxido y el cromo fija los químicos en las fibras de la madera.

Sin embargo, se ha dicho también que las sales base del CCA pueden representar riesgos para el medio ambiente y la salud humana si al momento de la fabricación del inmunizante, la empresa productora no aplica las valencias o concentraciones precisas -según las normas técnicas de su país en la materia- o si no se apoya en las emitidas por organismos internacionales que regulan la sana producción de los compuestos químicos para tratar maderas.

Según el Icontec, en la NTC 2083, las empresas fabricantes de inmunizantes para el mercado colombiano deben lograr en sus productos, máximo un 6.4 % de sales por metro cubico de madera expuesta a la intemperie y un 9,6% para madera hincada en el terreno: el cobre debe tener una participación mínima de 1.43 kg por m3; el cromo una mínima de 2.95 Kg por m3 y el arsénico una de 1.97 Kg por m3. Si una empresa agrega, por ejemplo, más arsénico -el compuesto tóxico de los tres- tendrá una concentración desbalanceada y un producto riesgoso.

De otro lado, afirma el arquitecto Gustavo Garzón -experto colombiano en construcción con madera- que también hay riesgos para el ambiente si las empresas que inmunizan no aplican correctamente el vacío para extraer los excedentes del inmunizante, si no respetan los tiempos y la orientación de estabilización de la madera luego de inmunizada -de tres a cinco días en posición horizontal-, o si no realizan correctamente los vertimientos del inmunizante luego del uso, pues los residuos que resultan pueden provocar infiltraciones de compuestos tóxicos en la tierra.

Señalan las fuentes que, aunque existen numerosas empresas nacionales y extranjeras que fabrican productos de inmunización, no todas son precisas en sus formulaciones ni trabajan con materia primas de calidad, ni se ajustan a regulaciones o normativas -locales o extranjeras- para una formulación que asegure bajos niveles de toxicidad.

“Las empresas inmunizadoras deben utilizar preservantes que cumplan normas de calidad y que estén preferiblemente respaldadas por organismos de control internacional, como la AWPA, la American Wood Protection Association 5), que promulga normas voluntarias para la preservación de la madera y cuyos estándares sobre calidad de sustancias son mundialmente reconocidos”, asegura Asocim VP.

Las empresas conscientes de su responsabilidad deben ofrecer a sus clientes, información sobre sus productos,  concentraciones y los insumos que utilizan, sobre los usos y cuidados a fin de una correcta manipulación que genere el menor riesgo posible a la salud, pues los productos inmunizados -por cualquiera de los tres métodos enunciados- asegura el arquitecto Garzón, deben ser para uso exclusivo en elementos arquitectónicos o de obra que no tengan contacto permanente con personas o animales; señala que, cuando se apliquen en muebles o parques, es obligatorio el uso de protectores para neutralizar el compuestos activo.

Sin embargo y al respecto, Asocim VP asegura que los riesgos para cualquier ser vivo, de usar madera inmunizada con CCA en elementos como muebles o parques infantiles es un mito, pues, en el proceso, la presión fija los preservantes químicos en una forma insoluble, el escape de producto es mínimo y la madera tratada no emana vapores ni gases al punto de que puede utilizarse en objetos y elementos interiores.

Así también asevera el que el arsénico o pentavalente usado en la producción de CCA es un metal natural que se encuentra en la corteza terrestre, en las plantas y en los organismos vivos; que el compuesto maneja valencias muy bajas y que todo lo corroboran estudios realizados por el departamento de Servicios de Salud de California (USA), que han concluido como el riesgo potencial del CCA es insignificante; que más bien se trata de falta de una correcta información al mercado y los consumidores de madera, en general.

“Falta mayor compromiso de las empresas a la hora de mantener bien informados a sus clientes, en dar a conocer las ventajas de usar madera inmunizada -en decirles, mejor, que su uso ayuda en el control regulado sobre la explotación de las maderas nativas o de bosque naturaly también en cumplir la norma técnica colombiana para madera tratada -que, aunque desactualizada- es necesaria para ofrecer productos e incluso un servicio ideal”, asegura Asocim VP.

Productos más amigables

En la cruzada de la industria por ofrecer productos y procesos más limpios, las empresas productoras de inmunizantes han desarrollado sustancias más amigables con el medio ambiente, bien reemplazando en arsénico por boro o borax -para lograr las sales CCB- u ofreciendo productoscon tecnologías más desarrolladas como el MCA, un inmunizante basado en un cuaternario de cobre, cuya base exclusiva es cobre en concentraciones altas, no contiene sales de arsénico y por ende ofrece unos niveles de toxicidad controlados con un excelente grado de protección a la madera.

Específicamente sobre este último, de tecnología norteamericana, cuyo proceso de extracción es más limpio que el del arsénico, favorece el color de la madera, reduce el riesgo de oxidación de los herrajes y cuenta al menos con tres certificaciones internacionales (6) que avalan sus beneficios y bondades ambientales- llegó a Colombia en 2010 pero ha tenido una difusión tímida a razón -afirma Asocim- de que aún no existe una norma técnica colombiana que avale su uso en el país y por ende, los proveedores  están realizando pruebas y ensayos con aplicaciones  moderadas.

Al respecto Gustavo Garzón afirma que en el país hace falta, no solo conocimiento sobre productos novedosos en el campo de la inmunización sino investigaciones para la aplicación y el comportamiento de esos productos en maderas nativas.

Señala el arquitecto que normalmente los productos importados llegan con unos estudios aplicados a maderas propias del país donde se adelanta el desarrollo. Aquí las empresas toman normas de otros países y tratan de ajustarse a ellas, y el orden lógico es que luego de las investigaciones se desarrolle la ciencia y después, las normas, pero para eso es fundamental asignar presupuesto a la  investigación y en eso Colombia está en deuda.

“Sobre nuestro pino pátula, hay estudios escasos en tecnología; en cambio se han tomado ensayos de inmunización realizados en pinos de otras latitudes  principalmente de Estados Unidos, Canadá y Chile- suponiendo que funcionarán para nuestras especies de pino, y las características del pino amarillo, del pino rojo, del pino caribe de Centroamérica o del pino radiata de Chile, son distintas a las de nuestro pino pátula y en esas comparaciones hay que tener cuidado”,
explica Garzón.

De otro lado, también se destaca actualmente en el avance técnico y tecnológico del rubro de la inmunización, el uso y desarrollo de equipos de inmunización más tecnificados: el reemplazo de autoclaves manuales por equipos automáticos que calculan y aplican la cantidad exacta de inmunizante, y el uso de cámaras
de secado con curvas programadas y computarizadas para controlar las temperaturas, el vapor y que realizan chequeos permanentes al proceso y a la madera dentro de la cámara.

Vale señalar que entes como Asocim VP, la Asociación Colombiana de Inmunizadores de madera mediante el sistema de vacío presión trabaja actualmente en pruebas en Pino pátula para aprovechar los usos y las posibilidades de la tectología MCA, estudios que combina con la tecnología de alta gama de sus empresas asociadas y que aseguran, han mostrado buenos resultados.

Mercado en renovación

La madera inmunizada mediante vacío presión –dirigidas principalmente a los nichos de construcción, eléctrico, agro y ganadería– ha logrado con el paso del tiempo, no sólo un crecimiento importante en su comercialización y demanda frente a las maderas no tratadas sino también ha logrado ser un producto cuya calidad es comprendida, por los proveedores y los clientes, como un valor fundamental.

Al respecto Asocim VP afirma que una de las maneras de garantizar al mercado, la calidad de la madera inmunizada es trabajar con proveedores reconocidos, de larga trayectoria y que utilicen materias primas óptimas; en el caso de esta asociación, asegura, encontraron respaldo en un proveedor internacional certificado por la AWPA, con más de setenta años de existencia y que les ofreció garantía en sus insumos.

“Es posible garantizar, en una madera, su resistencia a la pudrición y a los xilófagos al menos por 20 años si es tratada correctamente, con un producto de calidad; el punto es que el inmunizador cumpla los parámetros que indique el fabricante del inmunizante y que el cliente también exija certificados y garantías. Afortunadamente, hoy son más las empresas nacionales que buscan cumplir normas y ser buenos proveedores”, afirma  Asocim VP.

En efecto, actualmente se estima que al menos un 70 % de las empresas nacionales usan inmunizantes certificados por la AWPA, mientras que el 30 % restante utiliza para sus procesos de inmunización, productos que adolecen de un respaldo certificado y por ende, tampoco pueden dar garantía plena sobre ellos.

Ya, en materia de consumos de inmunizante, Asocim afirma que en Colombia está cercano a los cincuenta mil metros cúbicos anuales con crecimientos constantes y sostenidos y ya, referente a los precios de la madera, estos están por el orden de $1.200.000 el m3 de madera sin inmunizar comparado con $1.500.000 m3 de madera tratada con sales CCA.

Referente a la madera inmunizada con sales MCA -y aunque la diferencia en precio no es mayúscula comparada con el rubro de la madera tratada con sales CCA, pues el metro cúbico bordea el $1.700.000 (entre un 5 % y un 7 % de diferencia)- este producto no ha alcanzado aún demandas importantes por parte del mercado, por las razones anteriormente anotadas: el desconocimiento que hay sobre esta técnica y la falta de normatividad como respaldo.

Hacia una nueva norma

Un proyecto necesario e interesante en el campo de la inmunización en Colombia lo adelantan hoy el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación – Icontec tras la iniciativa de Asocim VP, quienes trabajan mancomunadamente en la actualización de la norma NTC 2083 que, como se mencionó, se refiere a la madera preservada, clasificación y requisitos; y que fue promulgada en febrero de 1999, año desde el cual tiene vigencia en el país.

Dicha norma, que en su momento recogió las colaboraciones y los conceptos de 17 empresas fabricantes de productos, inmunizadoras, el Ministerio de Salud y universidades
como la Distrital y la Nacional de Bogotá y Medellín, no ha sufrido cambios ni actualizaciones sustanciales desde su creación; hecho que la ha convertido en obsoleta y atemporal.

“Las normas que conciernen a la madera y al sector mismo han estado abandonados por el Icontec; la última revisión que le hicimos a la norma de maderas para uso en arquitectura e ingeniería, la 2500, por ejemplo, fue en febrero de 1998 y aún sigue vigente, lo mismo ha sucedido en otros campos como el de la inmunización y en ambos casos la desactualización ha dejado fuera los desarrollos y las soluciones logradas en las últimas décadas”, explica el arquitecto Gustavo Garzón.

Por eso, los entes comprometidos con la actualización se han propuesto, entre otras metas, la revisión del estándar U1 de la AWPA, de julio de 2016, que aborda la reclasificación del nivel de retenciones de CCA en la madera según el uso; y la eliminación del aparte sobre la creosota, compuesto químico con propiedades biocidas derivado de la destilación de carbones grasos (hulla) que incluye elementos cancerígenos pero que, desde hace varios años, ya no se utiliza en el país.

Actualmente -y tras un año de revisiones- un comité técnico de Icontec estudia la propuesta hecha por Asocim VP y se espera que para el 2019, la norma entre en vigencia para su cumplimiento en todo el territorio nacional.

Señalan voceros de Asocim VP que el interés de poner en manos de los comités técnicos de Icontec, este trabajo, obedece también a la necesidad que tiene el sector de sintonizarse con las nuevas tecnologías y productos, con las soluciones innovadoras que ya existen y que irremediablemente definen la aceptación de los productos finales en el mercado.

Al respecto, afirma el arquitecto Garzón que -aunque algunos fabricantes de inmunizantes aseguren que en países como Estados Unidos, el CCA tiene aceptación sin problema y no hay veto por sus componentes- en otros desarrollados este sistema sí tiene restricciones y se aplica solo para postes de luz pero no para elementos de uso doméstico, lo que obligatoria y finalmente llevará, en el tiempo, a una migración hacia la sustitución de componentes en las fórmulas de los inmunizantes más populares.

De todas maneras, el paso hacia la actualización de la norma es de gran importancia para el sector en la medida que son los mismos inmunizadores quienes hoy adelantan la iniciativa, más cuando las actualizaciones les exige ser más rigurosos en sus procesos industriales y muchas veces les demanda inversiones importantes, pero también les permite ampliar sus mercados.

“Hoy la madera inmunizada tiene muy buena aceptación a nivel nacional e internacional, el sector está haciendo la labor de fortalecer su normatividad, Colombia trabaja fuertemente en la conservación y preservación de sus bosques primarios y las empresas hacen énfasis en dar a conocer las ventajas y beneficios en materia ambiental de los sistemas de reforestación de maderas en el país. El panorama es bueno para un mercado que promete crecimientos importantes”, concluye Asocim VP.

Citas:
1-  Debido a su alta densidad, las maderas duras (latifoliadas) que se usan regularmente en carpintería no permiten el ingreso y fijación de inmunizantes en sus fibras y por lo tanto no requieren de procesos de inmunización. El pino pátula -la madera de mayor demanda en el país- por su densidad media (entre 0.5 y 0.55), su bajo contenido de resinas y porosidad ideal cumple con los requisitos para ser efectivamente inmunizada.
2- Los alemanes y japoneses desarrollaron sistemas de lijado fino con aplicación de aceites naturales que han dado buenos resultados en madera interior.
3-  Secado: Es una de las etapas más importantes en el proceso de inmunización pues de no extraerse el agua que contiene internamente la madera, es imposible la penetración tota de los productos inmunizantes. El secado artificial en cámara permite un secado controlado y más homogéneo para una mayor calidad en cada pieza de madera. El proceso de secado en cámara dura aproximadamente ocho días
4- Los inmunizantes para vacío presión están clasificados en tres: A, B y C, siendo A el de menores concentraciones de sales y C, el de mayores. En Colombia se utilizan tipo C a razón de las variables y exigentes condiciones medioambientales.
5- AWPA, organización sin fines de lucro cuyos estándares desarrolla a partir de un estándar de ingeniería en un proceso acreditado por ANSI, basado en el consenso que involucra a personas de todos los aspectos de la preservación de la madera: productores de conservantes y componentes conservantes; productores de productos de madera tratados y no tratados; usuarios finales de madera tratada; ingenieros, arquitectos y funcionarios de códigos de construcción; entidades gubernamentales, académicos, entre otros.

  • Home innovation, SCS Certified, Greenguard.

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